Capítulo 2: "La carta"

Hanny llegó a su casa cansada. El funeral de su amiga fue más duro de lo que había esperado, ver como bajaban su ataúd solo le provocó más angustia y un montón de recuerdos pasaron por su cabeza. No era la primera vez que veía esa escena, no era la primera vez que sentía ese dolor. Sin lugar a dudas, fue una de las semanas más difíciles de su vida.

Ethan y ella se habían saltado las clases todos esos días, era imposible caminar por los pasillos de la escuela sin ganarse miradas de lástima de todos los estudiantes, o que ellos se acercaran para darles el pésame, los más osados preguntaban por qué ella lo había hecho. Eso provocó en ambos rechazo a sus compañeros, por lo mismo prefirieron alejarse de todos, el dolor de perderla fue demasiado para los dos. Y sumándole a eso, se sentían miserables por no haberse dado cuenta en la situación en la que estaba Renee.

¿Qué le pasó? ¿Cómo no dijo nada? ¿Cómo ellos no pudieron ser firmes al notarla extraña? Tantas interrogantes que no se podían responder, porque la única persona que tenía la verdad sobre ellas ya no estaba en este mundo. Que te digan que tu amiga se suicidó, es demasiado fuerte, desolador y confuso.

Se sentó en un peldaño de la escalera y abrazó a sus rodillas criticándose el hecho de que no pudo derramar ninguna lágrima. No entendía la razón y no se explicaba por qué podía llorar por una película animada y no por la muerte de su mejor amiga, ¿qué pasaba con ella? ¿Qué estaba mal con ella? Maldijo a sus sentimientos y maldijo lo inoportuno de la situación. Una risa irónica salió de sus labios y mirando a su alrededor se dio cuenta de lo sola que estaba. ¿Desde cuándo su casa era tan grande? El living, el comedor, todo lo que sus ojos podían ver se encontraba apagado, triste, al igual que ella. Sabía que en cualquier momento su padre llegaría, sabía que su hermano se presentaría, pero sus ausencias no eran tan notorias como la de su madre...Como extrañaba a esa mujer.

Ella estaría a su lado, consolándola, tal vez llorando por ella. Pero no, la mujer también se había ido al mundo de los muertos, dejando mucho dolor. Vio la puerta abrirse y levantó la mirada para encontrarse con su hermano, Nicholas.

Él al verla allí, abrazándose tratando de darse consuelo a ella misma, se le rompió el corazón. Dejó sus cosas en el suelo y se sentó a su lado, haciendo que Hanny soltara sus rodillas y lo mirara a los ojos.

Hanny al ver a su hermano se estremeció, y todo ese dolor que no había podido sacar en esos días, se estaba asomando.

—Nico—susurró sabiendo que rompería en llanto, lo abrazó con fuerza, sintiendo la calidez de quien siempre había estado con ella y olfateó una pequeña fragancia que le recordaba a su madre, en ese momento no aguantó las ganas de llorar.

Él, en el silencio y teniéndola entre sus brazos, le dio algo de consuelo. Sabía del dolor que estaba pasando su hermana y se sentía muy preocupado sobre su bien estar, y también culpable de no haber podido llegar antes y ser el apoyo que ella necesitaba, eso hizo que la abrazara con más fuerza aún. Ahora estaba allí con ella, y eso era lo importante.

Después de largos minutos, Hanny logró calmarse. Nicholas secó sus lágrimas con las yemas de sus dedos, mientras ella limpiaba su nariz con la manga de su chaleco. Suspiró más calmada.

—Lo siento—él negó con la cabeza y sonrió haciéndole cariño en su cabello.

—Está bien, te contuviste todo este tiempo, ¿verdad? —ella asintió. —¿Has comido?

—No.

—Bueno, debes comer. Te prepararé algo, y espero... no, más bien te exijo que lo comas. ¿Está claro, Hanny?—le advirtió. Ella asintió y lo siguió a la cocina.

Ya allí, torpemente se sentó en una de las sillas de la cocina, esperando que su hermano le preparada algo para comer. Por obvias razones no tenía hambre, pero el no haber comido en horas estaba afectando a su cuerpo, sabía que tenía que hacerlo.

Nicholas miró a su hermana y no sabía cómo preguntarle lo sucedido sin afectar a sus emociones. Sabía que Renee se había suicidado, a él la noticia lo tomó por sorpresa, como a todos quienes la conocían. La última vez que había estado en casa, Renee parecía tan enérgica como siempre, con ese mismo carácter fuerte y difícil de controlar.

Hanny cruzó su mirada junto con la de su hermano y sonrió.

—Tomó pastillas, las mezcló con alcohol y así acabó—lo sorprendió por haber leído su mente.

—¿Por qué?—Hanny se encogió de hombros y negó con la cabeza. Sintió un picor en la nariz y en los ojos. Su corazón se estremeció en no saber la respuesta. ¿Por qué? pegó un quejido tratando de controlarse, pero no pudo.

—Nico. Me quiero ir—dijo mientras sus lágrimas salían—. Necesito salir de aquí. No sé si pueda seguir mi vida si todo me recuerda a ella. Me siento una mierda de persona por no saber por qué lo hizo, pero más mierda me siento al estar enojada con ella. Se supone que era su amiga, se supone que debía ayudarla en todo, pero no pude... y Renee tampoco me dejó hacerlo—la desesperación por no tener una respuesta estremeció a su hermano, se acercó a ella y la tomó de las manos.

—Es la decisión que tomó ella, Hanny, y será difícil de entender. Pero dudo que Renee haya querido que tú pensaras eso, no te sientas miserable por lo que acaba de pasar.

—No es fácil. Siento que, todo se derrumbó. Me derrumbé con ella y ahora... esa sensación de vacío que tenía, se duplicó—se limpió la nariz—. Dos de las personas más importantes de mi vida se fueron. ¿Es un castigo o solo mala suerte?

—¿Qué te diría mamá en una situación así? —Hanny se quedó pensando un momento y sonrió de medio lado.

—Llora, Hanny.

—Exacto. Llora, saca todo eso que tienes, derrúmbate si quieres, es normal sentirse así. Yo me sentí así, papá se sintió así. No es malo, lo negativo sería que te quedarás así para siempre—acercó una silla y se sentó en ella para mirarla cara a cara—. Siente el duelo como más te convenga, estaré allí para ponerte de pie si es necesario.

A Hanny se le estrujó el corazón y nuevamente comenzó a llorar.

—No puedo creer que ya no esté—chilló con más ganas que antes. Nicholas la abrazó y esperó a que todo ese miedo se fuera, o por lo menos, se calmara.

Pasó así más de una hora, balbuceando y llorando por periodos largos.

Cuando vio que su pequeña hermana se calmó la tomó de los hombros buscando su mirada.

—Piensa bien lo que quieras hacer. Si quieres, puedes venirte a vivir conmigo a Nueva York—la muchacha tomó aire y bajó la mirada. Eso sonaba perfecto, era lo que necesitaba, ¿verdad? —. Pero quiero que lo que hagas de ahora en adelante sea lo que realmente es mejor para ti, y lo que realmente quieres. ¿Me prometes que lo pensarás bien?—le aconsejó mostrándole una sonrisa.

—Lo prometo.

(***)

Esa noche su padre llegó preocupado. Lo primero que hizo el señor Jones fue abrazar a Hanny y derramar unas lágrimas por la desdicha que su hija estaba viviendo. Hace mucho tiempo que la familia no se juntaba de esa forma, ya que el trabajo del padre de Hanny requería mucho de su tiempo.

A él no le gustaba estar fuera de casa, pero la chica nunca le puso algún problema por dejarla sola por largos periodos de tiempo, al contrario, lo apoyaba. Él sabía que ella soportaba la soledad por el bien de ambos, por lo mismo, se sentía orgulloso de tener una hija tan considerada. Aunque a veces, sentía que olvidaba que ella aún era una niña.

Nicholas era profesor de una escuela privada en Nueva York, por lo tanto no podía pedir permiso por lo menos dos semanas antes para ausentarse de sus clases, así que no podía estar en casa muy seguido, solo los feriados largos y vacaciones.

Cenaron tranquilamente y hablaron de la posibilidad de que Hanny fuera a vivir junto a su hermano. Al padre de ella no le molestaba, incluso encontró que era una buena idea, ya que le tranquilizaría ver que sus hijos estuvieran viviendo juntos. Pero esa decisión Hanny aún la había tomado, estaba la idea, sí, pero concretarla le producía algo de miedo. 

Dejar la escuela en Florida traía varias complicaciones, dejar los clubes a los cuales pertenecía, tal vez perder todo el trabajo en tener buenas calificaciones y destacar entre todos allí, una nueva escuela significaba volver a empezar, era su último año. Aun así tenía unos días para pensarlo, antes que Nicholas volviera a la gran ciudad.

Esa noche Hanny no pudo pegar un ojo. Antes de acostarse habló con Ethan, quien se mostraba muy preocupado por ella. La conversación no duró mucho. Ambos aún se sentían extraños y sin energías para seguir un dialogo prolongado.

Al momento de cortar la llamada Hanny seguía batallando con sus pensamientos, haciéndose las mismas preguntas una y otra vez. Mortificándose, pensando el que hubiera pasado si...

Puso la cabeza en la almohada y trató de dormir algo, pero no pudo, no podría por un buen tiempo. A lo lejos, escuchó su celular sonar. Se sentó en la cama con dificultad para alcanzarlo y miró la pantalla. Con sorpresa se dio cuenta que era la mamá de Renee. Tomó aire y suspiró nerviosa, no había hablado con ella desde el funeral de su amiga.

Sentía mucha pena por aquella mujer, era la única hija que tenía y la había perdido, Hanny pensó en ese momento que su dolor no se comparaba al de nadie más, eso le dio valor para tomar la llamada.

—¿Hola?

—Hanny... lo siento si te desperté—respondió con una voz tranquilizadora. Sonrió.

—No, no se preocupe, en realidad no puedo dormir—confesó recostándose en su cama.

—Ya somos dos... —hubo un pequeño silencio—. Hanny necesito pedirte un favor—dijo finalmente la mujer.

—Sí, claro, dígame.

—Necesito... que me ayudes a guardar las cosas de mi Renee. Para nosotros solos sería muy difícil hacerlo...—Hanny escuchó como se le quebró la voz al solo decir su nombre.

—Lo entiendo... allí estaré. También invitaré a Ethan, de seguro querrá ir.

—Eso me sería de mucha ayuda, cariño... gracias.

—No se preocupe...sabe que siempre estaremos allí. Iremos temprano.

—Gracias en verdad...te dejo dormir, que pases buena noche.

—Usted también.

Y colgó. La mujer estaba sufriendo y un poco de enojo pasó por el corazón de Hanny. "Qué mierda hiciste Renee".

(***)

Hanny e Ethan llegaron a casa de Renee temprano en la mañana. Él al recibir la llamada de Hanny tan tarde en la anoche se asustó, pero ella al pedirle ese favor tan grande no podía negarse.

Renee era su amiga, todo lo que estaba pasando en ese momento parecía una pesadilla. No entendía que pasaba en la cabeza de ella para cometer tamaña locura.

Tenía unos padres maravillosos, los tenía a ellos como amigos, él estaba seguro que, pasara lo que pasara, se apoyarían mutuamente. Pero al parecer, su amistad no era tan grande.

Él desde pequeño pensaba que lo único verdadero que tenía en su vida era la amistad de ellas dos. El muchacho se había criado en una familia machista donde los negocios y el dinero iban primero, y que, el amor de familia, era algo que a largo plazo no importaba, por lo menos él lo sentía de esa manera.

Si no fuera por ellas, él sería una persona muy distinta a lo que era en ese momento.

Al golpear la puerta vieron a la madre de Renee asomarse detrás de ella. Al verlos juntos, sonrió. Salió con alegría y los abrazó como nunca antes lo había hecho. Eso hizo que ambos se relajaran un poco.

Los invitó a entrar y, los muchachos, con una timidez que antes nunca tuvieron, se adentraron a la pequeña y acogedora casa de Renee.

A pesar del tamaño, Hanny e Ethan, amaban estar allí. Los papás de Renee siempre los recibían con los brazos abiertos y por ellos, ambos se quedarían para siempre. Era entretenido y se sentían parte de su familia. Pero al entrar nuevamente a ese hogar tan conocido, se sintieron distintos. Se notaba su ausencia, y mucho.

La madre de Renee, Leona, vio la cara de tristeza de los niños, y en un esfuerzo, hizo que todo fuera como antes. Les ofreció algo de comer y beber, sabiendo que ellos no lo rechazarían, porque el lema de esa casa era: "Aquí no se rechaza nada".

Luego de unos minutos de plática cotidiana, el padrastro de Renee, entró a la sala y al verlos, una gran sonrisa apareció en su rostro.

Él había criado a Renee desde que tenía tres años, así que para ella siempre fue su padre. Él cuidó de ella y la quiso como si fuera suya. En cambio el padre biológico de la chica, nunca demostró un interés en verla, era un bastardo.

—Gracias por venir hoy—puso dos vasos de leche y galletas en la mesita de centro. Ambos se sentaron y agradecieron. Los padres de Renee hicieron lo mismo al frente de ellos y se miraron. Él le hizo un gesto de aprobación con la cabeza a ella. La mujer observó a ambos chicos tristemente.

—¿Sabían que Renee estaba embarazada?—preguntó tomando por sorpresa a ambos chicos.

Ellos al escuchar eso se congelaron, se miraron entre si y negaron con la cabeza. La madre de Renee suspiró aliviada y les dio una pequeña sonrisa.

Hanny e Ethan no podían procesar la información. Ni en sus sueños pensaron eso. Tal vez esa era la causa de que ella estuviese tan extraña los últimos días.

—Lo siento tía, no lo sabíamos—respondió Hanny impactada.

—Creo que no sabíamos muchas cosas realmente de Ren—comentó Ethan un poco enojado—. ¿Cómo pasó esto? ¿En qué minuto?—el enojo de Ethan era fundamentado, no le cabía en la cabeza que alguien se quitara la vida sabiendo que traería otra al mundo. Sabía que Renee era loca, pero nunca a ese extremo. Hanny lo tomó de la mano.

—Ella debe haber tenido sus motivos para no decirnos. Confiemos que así sea—dijo para que se tranquilizara, él asintió y esbozó una sonrisa. De nuevo ella estaba consolándolo, debería ser al revés, pero Hanny era así. Siempre pensaba en los demás antes que en ella misma.

—Yo pienso igual—interrumpió la madre de Renee. Todos asintieron, y se quedaron en silencio. Cada uno recordando algo de ella.

(***)

Subieron a la habitación de la chica con lentitud y al verla vacía, ese sentimiento de culpa apareció en sus amigos. Aún se sentía el perfume de Renee. Ambos entraron y comenzaron a explorarla recordando todo lo vivido allí. Ethan vio los poster de Black Mist e hizo una mueca de asco, Hanny lo vio y comenzó a reír sin muchas ganas.

—Siempre quise quitar estos posters. ¿Qué emocionante tiene para las mujeres tener pegado este tipo de cosas en las paredes?—preguntó quitando uno de ellos.

—No es algo exclusivo de mujeres, Ethan—aclaró acercándose a él—. Me quedaré con este— le quitó el poster del vocalista de la banda.

—Siempre sabes cómo dejarme callado— se quejó retomando el poster y lo estiró frente a los ojos de su amiga—. ¿Te gustan así?, mira lo flaco que es, no se compara a mí—bromeó haciendo que Hanny riera un poco.

—¿En verdad? Y pensar que dicen que te pareces a él —se tocó el mentón y negó con la cabeza—, no... él es mejor—sacó la lengua haciendo que el ceño del chico se frunciera.

Al ver esa escena, la madre de Renee no pudo evitar sonreír. Entró con cuidado y sintió las miradas de los chicos que aún tenían una leve sonrisa en sus rostros.

—Renee estuvo tan obsesionada por esos muchachos—afirmó—. Pero era tan lindo verla emocionada cuando había alguna noticia sobre ellos—Hanny la tomó de la mano con delicadeza.

—Siempre cantaba sus canciones en cualquier parte—dijo Hanny con burla.

—¿Recuerdas cuando la acompañamos a la reunión de fans? —preguntó Ethan y Hanny empezó a reír a carcajadas mientras asentía recordando el desastre de ese día. Su amigo negó con la cabeza—Tía, me prometí nunca más acompañarla a esas cosas, se lo juro, era un montón de gente loca.

—Casi se comen a Ethan porque decían que se parecía a un chico de la banda—continuó la chica—. Aunque eso no pareció incomodarlo mucho, como siempre disfrutaste la atención.

—¿Celosa? —el muchacho alzó una ceja y Hanny hizo una mueca de asco

—Ni de broma—dijo golpeándolo con el poster. Los tres comenzaron a reír. La madre de Renee se sintió aliviada, a esos niños los había visto crecer de tal manera que los quería como si fueran sus propios hijos. Se acercó a la cama de su hija y se sentó en ella con una sonrisa melancólica.

Hanny no podía dimensionar la situación, los sentimientos y pensamientos de esa mujer. Los recuerdos, el shock de haber encontrado a su hija muerta, la desesperación de no entender nada. ¿Qué podría decirle? ¿Qué es lo que ella quería escuchar? Se sentó a su lado y tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de la señora Leona.

—Eres una gran madre, tía, nunca dudes de eso.

A la mujer se le cristalizaron los ojos sin esperarse tan dura aclaración. No podía sacar las palabras, la garganta se le había cerrado. Con dificultad moduló un "gracias", suspiró con cansancio y abrazó a la muchacha con las pocas fuerzas que le quedaban comunicándole lo mucho que la quería. Se puso de pie e hizo lo mismo con Ethan, ambos la hacían sentir mejor. Caminó hacia la puerta y esbozó una sonrisa.

—Pueden quedarse con algo de Renee, ella lo hubiese querido así. Traeré a Ben con las cajas—ambos asintieron y ella salió de allí.

—¿Por qué le dijiste eso? —cuestionó Ethan, aun sorprendido por todo lo sucedido.

—No lo sé, creí que...era lo correcto—bajó la mirada—. En estos días me he preguntado si fui una buena amiga, porque si hubiera sido una buena amiga, habría podido hacer algo para que esto no pasara—se puso de pie y recorrió lentamente la habitación, viendo los posters que aún estaban pegados en las paredes, algunos dibujos hecho por Hanny como regalo a su amiga, fotos de los tres desde que eran niños, en distintas festividades—. Mi familia me ha dicho que siempre lo fui, aun así duele. Entonces, para ella debe ser peor. Si es que hizo bien o no su papel como mamá.

Ethan se sentó en la cama y evitó que las lágrimas salieran, no quería verse débil ante Hanny, aunque sabía que si lloraba, eso no perjudicaría ante sus ojos su imagen, habían vivido demasiadas cosas juntos.

—Te entiendo, me he preguntado lo mismo, pero más que eso...me siento muy enojado con ella—confesó sintiéndose fatal por estar molesto con su amiga muerta. Hanny esbozó una sonrisa.

—Yo también lo estoy.

Después de un rato, ambos comenzaron a separar las cosas materiales de Renee.

Hanny vio el iPod de su amiga y sonrió, lo tomó, miró a Ethan y con un gesto le hizo saber que se quedaría con él. El chico asintió y tomó la colección de películas que tenía Renee. Ella se había visto todas las que pudieran existir, se sabía el nombre de todos los actores famosos y no famosos, tenía una memoria increíble, era una lástima que solo para esas cosas. Él se quedaría con ellas.

La muchacha comenzó a sacar las ropas de Renee y en el fondo de uno de los cajones, donde se guardaba la ropa interior estaba el diario de su amiga. En ese momento recordó que ella le había dado la llave. Comenzó a analizar la situación, y se sentía tonta por no haber pensado antes en ese diario, ahí podría estar la respuesta de su suicidio. Lo tomó y lo guardó rápidamente dentro de su bolso sin que Ethan se dieran cuenta.

—Oye—interrumpió él, poniéndola algo nerviosa, aun así mantuvo la compostura. Ella se dio vuelta para mirarlo y vio los lentes de Renee—. Creo que deberías quedarte con estos—dijo tirándoselos para que ella los atrapara, en un movimiento rápido, Hanny tomó los lentes en el aire. Sonrió al ver que no tenía cristales.

—Se los ponía para parecer más inteligente. Los encontramos en la tienda de disfraces, al verlos se enamoró. Dijo que como eran rojos no podía dejar de comprarlos—se los colocó. Ethan comenzó a reír y se acercó a ella.

—Y así es como estafan a un tonto—se burló—. Te quedan bastante bien, deberías usarlos.

Hanny comenzó a jugar con ellos y continuaron ordenando. Aunque la chica no estaba cien por ciento concentrada, quería saber que pasaba con el diario de su mejor amiga.

(***)

Llegó a su casa un poco más animada. Al pasar un tiempo con los padres de Renee la fortaleció, si ellos podían hacer el intento de seguir adelante, ella también lo haría. Hanny entró a su casa después de que Ethan la dejara en la entrada, y se dirigió al patio trasero donde su padre y su hermano estaban jugando cartas. Cuando la vieron salir le sonrieron.

—¿Y esos lentes?—preguntó Nicholas.

—De Renee, me los quedé. Ethan dijo que me veía bien con ellos—aclaró.

—Si él lo dice es porque es verdad. ¿Juegas?, le estoy dando una paliza a papá.

—Ganas por qué haces trampa.

Hanny negó con la cabeza y se sentó en el césped al lado de la piscina. Miró a su padre y a su hermano de reojo y sacó cuidadosamente el diario de Renee. Tragó saliva y lo dejó frente a ella, su corazón se sacudía ¿y si ahí había algo que ella no pudiera soportar? ¿Si se daba cuenta que su amiga escondía algo tan grande que la hiciera cambiar su opinión sobre ella para siempre? No podía acobardarse, no cuando la curiosidad era mayor que el miedo.

Soltó la cadena de su cuello y sacó la llave, con la cual abrió lentamente el candado. ¿Estaba lista para descubrir la verdad? Necesitaba respuestas, aunque fueran dolorosas. Suspiró y al momento de abrirlo salió de él una foto. Hanny la tomó y vio al vocalista de Black Mist en ella. Esbozó una sonrisa y comenzó a pasar las hojas una por una. De pronto vio unos papeles doblados y sueltos dentro del diario. Los tomó y vio que decía: Para Hanny.

Su corazón se apretó y nerviosamente abrió las páginas y comenzó a leer.

Hanny.

Al momento que leas esto de seguro ya estaré más que muerta.

Lo siento.

No tuve otra elección, sé que no entiendes, sé que nadie lo entenderá nunca, pero ya no sé qué más hacer. Vivir se ha transformado en una tortura, desde hace un tiempo que se ha vuelto así. No quiero que te culpes o te sientas mal por no haberte dado cuenta, pero yo hice lo imposible para que tú e Ethan no sospecharan.

No saco nada diciéndote mis motivos, porque de seguro dañarán a muchas personas a las que amo profundamente. Tomé decisiones equivocadas, pero estoy segura que ésta es la indicada.

A estas alturas ya sabrás que estoy embarazada.

No ha sido una noticia muy buena para mí, pero no puedo negar que después de asumirlo me puse muy feliz, y eso me aterró. Porque sentirme feliz significaba que algo malo pasaría. Cuando me atrevía o había algún momento en el cual tenía esperanza en algo, esta se desmoronaba, el camino se volvía difícil de caminar y ya no había una ruta iluminada para mí, y siempre supe que tampoco lo había para mi bebé, lo hice para protegerlo. No quería traerlo al mundo sabiendo que estaba en peligro. Hay personas allí afuera demasiado malas y no quería que él sufriera.

Sé que quieres saber, y yo quiero decírtelo, pero eso también te pondría en peligro y Hanny, eres demasiado importante para mí como para exponerte a eso. Estoy segura que si hubiéramos tenido esta conversación me dirías que todo estaría bien, que lo resolveríamos juntas. Pero no es algo que dos adolescentes podamos arreglar, es imposible.

Se detuvo un momento y miró al cielo, susurrando repetidas veces "por favor", para que lo siguiente en la carta fuera algo que la ayudara a entender todo. Continuó.

Sin embargo, ¿te quedarás tranquila con mi explicación? Lo más probable es que no. En serio estoy batallando con si decirte algo o no, pero sé que tú eres tan diferente a mí. Tan optimista, siempre viendo lo que los demás no, ¿acaso podrás soportar todo lo que yo soporté? ¿Quieres exponerte a eso? Estoy segura que dirás que sí, y eso es lo que más pena me da.

Solo te dejaré tres cosas:

Creo que sabía más de lo que debía.

La respuesta a todo está en BLACK MIST.

Hanny te quiero con mi vida, y perdóname. Si llegas a enterarte de algo, solo te pido que no acabes como yo, y lucha por lo que quieres, no te dejes manipular, no dejes que nadie te diga lo que tienes que hacer. Sigue siendo tú misma.

Te quiero y cuida a Ethan...mi Ethan, como te adoro, sé que me debes estar odiando, lo siento tanto amigo, lo siento tanto. Cuídala, por favor, cuida a mi amiga y cuida a las personas que son importantes para ti.

Hanny, me gustaría que le dijeras algo a mi madre. Pero me rompe el corazón pensar en algo, así que simplemente dale este diario. Son las únicas palabras que le puedo decir en esta situación. Si Dios me perdona por lo que hice, espero encontrarme con tu mamá y decirle que la niña que dejó en la tierra se convirtió en un ser excepcional.

Espero que en mi próxima vida me encuentre de nuevo con ustedes.

Los ama.

Atte.

Renee Evans

El impacto de esa carta la dejó helada. Tenía miedo de pestañear ya que sus ojos cristalizados en cualquier minuto explotarían de la tristeza que estaban guardando, pero no podría soportarlo por mucho tiempo. Quería ponerse de pie y correr a su habitación, pero las piernas no le respondías, el aire estaba comenzando a faltar y esa fatídica sensación en el pecho salió por sus ojos y boca. Comenzó a llorar desesperada, sollozando sin consuelo.

Su padre y hermano que se encontraban a pocos metros de ella se asustaron y corrieron a su lado, preguntándole que le pasaba, pero Hanny no podía hablar, había dolido demasiado, se sentía más miserable que antes y por primera vez en todo ese tiempo rogó que Renee volviera con ella, que su amiga estuviera viva.

—¡Se murió, Nico, se murió! —gritó con un dolor grande en el pecho, Renee ya no estaba, no podía creer que ya no estaba.

(***)

Sentada en la cama daba vistazos largos al diario y a la carta, suspiraba de vez en cuando "¿Qué es esto Renee?" le preguntó a su amiga. Se recostó y miró al techo esperando alguna respuesta. No la hubo. Secó sus lágrimas y suspiró tratando de tranquilizarse. No estaba preparada, ¿debía buscar la verdad? O se quedaría apartada de cualquier problema que eso pudiera ocasionar. Quería saber, solo Dios sabía cómo las ganas de descubrir las circunstancias de su amiga aumentaron, tenía tres pistas, bueno, Renee solo había nombrado dos.

Se enderezó y se puso de pie, para dirigirse a su escritorio. Se sentó en la silla y temblando, tomó su notebook. Lo único que se paseaba por su cabeza era esa banda de Black Mist. ¿Por qué ellos eran una pista? ¿Acaso uno de los integrantes era el padre del bebé que esperaba Renee? ¿Se involucró sentimentalmente con uno de ellos?, ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿En qué minuto? ¿Cómo no se dio cuenta? Esas dudas y más se repetían en su cabeza mientras buscaba a la banda en internet. Encontró un montón de reportajes, biografías, los premios que habían ganado. En un instante recordó el nombre de la página de fans oficial de la banda. La recordaba porque Renee pertenecía. En ella encontró lo que quería saber, la dirección en donde ellos vivían en ese momento, y no sabía si era suerte o simplemente Renee desde el cielo le estaba poniendo las cosas fáciles, pero el último lugar de residencia era Nueva York.

¿Era eso? Se paseó por la habitación y tomó la carta entre sus manos. La leyó buscando algún código o algo entre líneas. Pero Renee no era muy inteligente para eso.

¿Debía irse a Nueva York con Nicholas? Averiguar la real conexión entre esa banda y su amiga, ¿estaba dispuesta a dejar todo solo por eso? No era una simple causa, no era un capricho, sentía en su interior que la única forma de que su amiga pudiese descansar tranquila es que ella supiera toda la verdad.

Era una pista, una mísera pista, que Hanny estaba tomando como si fuera la clave para todo lo malo que a su amiga había pasado. Tenía que hacerlo, debía hacerlo.

Muchos podrían decir que esa determinación había sido producida por el calor del momento, pero Hanny hasta en las adversidades podía ver claro las cosas que quería hacer, y esa decisión a pesar de todo, la había tomado con conciencia.

Escuchó un pequeño golpe en la puerta, y la cabeza de su hermano se asomó con cautela. Al ver los ojos sin lágrimas, solo enrojecidos, se tranquilizó.

—¿Está todo bien?—ella asintió y lo miró con decisión.

—Ya lo decidí Nico, me iré contigo a Nueva York. 

********

Hola, gracias por leer. Demoré, pero no me fui. Si les gustó, comenten y compartan en sus redes sociales esta historia. Siempre es bueno saber quienes la siguen <3. Les dejo mis redes para que me sigan y etiqueten, si es que quieren. Nos vemos el próximo lunes. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top