Capítulo 17: "Diecinueve años"
Día sábado y Hanny se quedó dormida hasta tarde, había sido una semana muy dura. Ahora entendía muchas cosas, del porque se sentía tan extraña, había olvidado que pronto iba a estar en sus días, y esos cambios de ánimos eran normales cuando estaba a punto de menstruar, ahí estaba la explicación a todo.
No quería levantarse de la cama, pero algo le decía que debía hacer algo que la activara. Se duchó y vistió, no tenía mucho que hacer, así que estaba buscando sus ganas de salir a recorrer el barrio, aunque estaba nublado y algo helado, era un día para quedarse en casa. Se sentó en el sofá derrotada.
—Pedí algo para comer, te lo dejé en el refrigerador—le informó su hermano, saliendo de su habitación, Hanny lo vio de pies a cabeza, estaba bien vestido y recién afeitado.
—¿Tenemos una cita? —preguntó oliendo el perfume de su hermano.
—Sí.
—Te ves demasiado guapo, todos te van a mirar, ve a cambiarte—bromeó haciendo que su hermano sonriera.
—¿Es mucho? —ella negó con la cabeza—Bien, debo hacer algo antes. Te quedarás sola todo el día, espero, en verdad espero que no hagas nada.
—No te preocupes, estoy hinchada, y solo quiero morir en mi cama, comer y dormir. Es mi panorama del día sábado.
—¿Tienes toallas? —asintió—Hay helado en el refrigerador y creo que tengo unos bombones, si quieres algo más te iré a comprar, aún tengo tiempo.
—No te merezco. Eres el mejor—se recostó en el sofá—. ¿Con quién es la cita?
—No lo sé, es una cita a ciegas.
—¿De nuevo? —Nicholas asintió—¿Qué pasó con la anterior? —Nicolás esbozó una sonrisa.
— No congeniamos.
—¿Cómo es eso? —preguntó en doble sentido, Nicholas no dijo nada, entrando al baño.
Tomó su teléfono y vio la foto de Ethan en la tumba de Renee, junto a los padres de esta, Hanny sonrió con mucha pena. Diecinueve años, la chica no alcanzó a vivir diecinueve años. Una sensación de nostalgia pasó por su pecho, en verdad que la extrañaba, era su cumpleaños y ella estaba demasiado lejos para celebrarlo. Se levantó y buscó algo que le sirviera de pastel, le cantaría el cumpleaños feliz.
Antes que pudiera buscar una vela, el timbre sonó. Su hermano le pidió que atendiera y así lo hizo. Hanny se dirigió a la entrada y abrió la puerta. Se sorprendió de ver a la persona, retrocedió un paso.
— ¿Richie? ¿Qué haces aquí? —le susurró. Richie entró sin esperar ser invitado y observó el hogar de Hanny, iba a decir algo, pero la muchacha oyó movimiento en el baño.
— ¿Quién era, Hanny? —preguntó Nicholas. Hanny empujó a Richie en dirección a su habitación y lo obligó a entrar ahí.
— ¿Qué pasa? ¿Tanto quieres que entre en tu cuarto?—le preguntó divertido, lo golpeó en el brazo.
—Cállate y entra—le ordenó furiosa. Cerró la puerta de su habitación y se fue corriendo rápidamente al living.
—¿Hanny? —insistió su hermano.
—Eh, era la vecina que preguntaba si se nos había cortado la luz, le dije que no y se fue—mintió.
—Bien—Hanny suspiró.
De pronto de nuevo sonó el timbre, ella abrió la puerta y casi se cae de la impresión cuando vio a Bernard, Dylan, Luke saludándola, detrás de ellos, Gael. Eso sí que la dejó helada.
— ¿Qué hacen aquí? —preguntó sorprendida.
—Seguimos a Richie, nunca pensamos que esta era tu casa. Es bastante linda—dijo Dylan entrando como si fuera su propio hogar. Escuchó los pasos de Nicholas y se apresuró en llevarlos a su habitación.
—Caminen—dijo empujándolos. Abrió la puerta e hizo que entraran. Corrió al living y vio cómo su hermano salía del baño. Levantó una ceja al ver a su hermana jadeando.
— ¿Qué pasó?
—Nada, ¿no deberías irte ya? No hagas esperar a las personas —le aclaró cruzándose de brazos.
—Sí, lo sé, ya me voy. Cuídate y no hagas estupideces, no le abras la puerta a extraños. Cualquier cosa me llamas, ¿es necesario recordar que estás castigada? —ella negó con la cabeza—Deséame suerte—le dio un beso en la frente y salió.
Hanny suspiró y se asomó fuera del departamento para verificar que realmente se había marchado. Cerró la puerta y se dirigió molesta a su habitación. Cuando entró vio como todos estaban curioseando alrededor de sus cosas.
— ¿Qué hacen aquí? ¡Casi me ponen en aprietos!
—Yo te extrañaba, estos idiotas solo me siguieron—aclaró Richie guiñándole un ojo. Hanny sonrió poniendo los ojos en blanco.
—Cuidado con lo que dices, tengo un novio celoso—le devolvió la broma y todos miraron a Gael que estaba sentado en su cama, saltando para ver qué tan cómoda era. Hanny suspiró—. Ya me vieron, ahora, por favor, ¿se pueden ir? —preguntó afligida.
—Pero si recién llegamos, ¿por qué no hacemos algo divertido? Trajimos nuestra Play y juegos, pidamos algo para comer—dijo Dylan sin tomarla mucho en cuenta, salió de la habitación y se dirigió a la cocina felizmente.
— ¿Cómo va el castigo? —preguntó Bernard.
—Con esto estaré castigada de por vida. ¿Cómo consiguieron mi dirección?
—Sheena—respondió Gael—. Parecía feliz que saliéramos del hotel—Hanny los miró extrañada, ¿por qué Sheena los enviaría a su casa? ¿La estaba ayudando para demostrar que lo que los unía a Renee iba más allá del embarazo? Estaba confundida.
Luke siguió a Dylan, dándole un pequeño golpecito en su hombro cuando pasó a su lado. Hanny le sonrió.
—¿Qué quieres comer? —preguntó Bernard.
—Una hamburguesa, con papas y bebida. De postre un pastel de chocolate...y una vela—Bernard asintió. Y salió de la habitación dejándolos a los tres solos.
—Trajimos el Just Dance—dijo Richie—. ¿Quieres una competencia? Te daré ventaja.
—¿Me ves con ganas de bailar?
—Solo tiene miedo de perder—comentó Gael.
—No creo que tú lo hagas mejor—se cruzó de brazos, Richie rio.
—Él es el rey del Just Dance, se sabe todas las coreografías—Hanny quedó en silencio, sonrió, era imposible.
—No lo veo haciendo eso.
—¿Quieres apostar? —la desafió Gael.
—Bien, pero como estoy en desventaja, que Richie me represente, confiaré mi integridad a ti.
—Elegiste bien—miró a Gael—. No tendré consideraciones contigo, amor.
Se dirigieron al living e instalaron todo, antes de empezar jugaron a juegos de pelea y de carreras, calentando según ellos para el juego final, que era el baile.
Bernard se encargó de pedir la comida, cuando llegó Hanny salió a recibir todo, no quería que la vieran sola con los chicos dentro, pero no se esperó que Gael saliera junto con ella y la ayudara, el repartidor se quedó en silencio, sorprendido con la presencia del muchacho. No pudo resistir pedirle una foto. De un momento a otro, todos los integrantes de la banda habían salido para sacarse selfies con el repartido, que poco discretos eran.
Hanny acomodó todo y esperó. Bernard había pedido comida para un regimiento, estaba pensando seriamente bailar también para quemar todas las calorías que se iba a comer, porque de hambre no se iba a morir.
Cuando terminaron se socializar, comieron mientras hablaban de la vida y se abrían más hacia Hanny, bromeando y contando anécdotas vergonzosas. Ella de a poco se relajaba y se reía con ellos, le era imposible no hacerlo, cada vez que lo hacía sentía culpa. Estuvo así toda la tarde.
Al empezar la competencia de Just Dance se dio cuenta que Richie iba a perder, era pésimo bailando, al contrario de Gael, que no se avergonzaba de hacerlo. No se inmutaba por los intentos de trampa de su amigo, que lo empujaba para que perdiera el ritmo, no podía parar de reír.
Como lo predijo, perdió, pero Gael no quiso decirle cual sería lo que había apostado.
—¿Estás mejor? —preguntó Richie sentándose a los pies de Hanny.
—¿Por qué lo preguntas?
—La última vez que nos vimos no te veías animada—respondió Dylan. Todos asintieron.
—¿Estaban preocupados por mí? —se quedaron en silencio.
—¿Tú que crees? —confesó Richie. Hanny suspiró, ¿qué estaba pasando?
—Gracias, no ha sido la mejor semana de mi vida, pero no moriré por esto.
—¿Quieres hablar? —dijo Bernard.
¿Quería hablar? No estaba segura, pero tal vez era la última vez que podría compartir la memoria de Renee con ellos, y ver alguna reacción.
—La verdad es que hoy es el cumpleaños de mi amiga, la chica que murió. Estuve pensando en eso todos estos días—los miró detenidamente—. Ethan fue a visitarla y no pude evitar sentirme mal por no poder estar allí y cantarle el feliz cumpleaños—sonrió—. Por eso pedí un pastel y una vela, quería cantarle...debe ser tonto, ¿no?
—¡Es una buena idea! —afirmó Dylan—Cantémosle, era nuestra fan, quiero hacerlo. ¿Qué dicen?
Todos asintieron. Hanny fue a su habitación y buscó una fotografía de Renee, una que pudiera marcarlos. Cuando la encontró se dirigió al living, y allí estaban ellos, encendiendo la vela. Eso le produjo sentimientos confusos.
—Esta foto se la tomé en el primer concierto que hicieron ustedes en Florida, según ella el mejor concierto de su vida—se las mostró, todos sonrieron, hasta Gael. Eso era extraño, no parecían incomodos.
—Lo recuerdo, mierda que estaba nervioso—confesó Richie.
—Creo que todos—continuó Bernard, tomando la foto—. En verdad se ve feliz. ¿De qué murió? —Hanny se quedó en silencio, no se atrevía a decirlo.
Notaron la incomodidad.
—Da lo mismo cómo murió. Hay que recordar cómo vivió, eso es lo importante. Cantemos—interrumpió Gael, todos asintieron. Hanny lo observó, no podía ser cierto, en serio parecía que él no la conocía, o era muy buen actor. Ninguno de ellos mostraron una pisca de saber quién era Renee, sus ojos reflejaban solo empatía hacia lo que Hanny estaba viviendo.
Comenzaron a cantar el cumpleaños feliz y no pudo evitar derramar una lágrima, ya no sabía qué hacer.
Ya no tenía ganas de seguir.
***
Los chicos se fueron, dejando todo ordenado, no hicieron preguntas solo se dedicaron en distraer a Hanny, que se entristeció ante toda la situación. Siguió hablando normalmente con ellos, pero en el fondo quería que se fueran, ellos al parecer lo notaron, dejándola tranquila.
Fue a su habitación, marcando a su amigo a quién había prometido llamar hace mucho tiempo atrás, debía estar enojado.
Marcó y al segundo pitido contestó.
—Ethan.
—Hanny, estaba esperando tu llamada... hace diez horas atrás—dijo haciéndose el desanimado.
—Estuve un poco ocupada—se sentó en la cabecera de su cama al lado de la mesita de noche—. ¿Cómo te fue hoy? ¿Cómo están los tíos? —le preguntó abriendo el cajón de la mesa.
—Bien, supongo, la tía Rose y Ben lloraron. Intenté no hacerlo pero...no pude. Es raro—a Hanny se le cristalizaron los ojos—. Entre más lo pienso más doloroso se vuelve. Diecinueve años...
—Lo siento, Ethan...ya me rendí.
—¿Cómo es eso?
—No quiero seguir Ethan, ya no puedo—se secó las lágrimas, revisando su cajón, buscando la carta de Renee, pero no estaba. Ethan seguía hablando, pero ya de hace rato que Hanny no le estaba tomando atención. Soltó su celular y se arrodilló para buscarla debajo de la cama Se fue a su cómoda dando vuelta todos los cajones, pero no estaba. Asustada pensó lo peor. Tomó el celular de vuelta —. E-Ethan... la carta... no está—respondió sentándose en el piso alrededor de toda su ropa, con las lágrimas cayendo.
— ¿Qué? Bueno debe estar por ahí, no te preocupes—le respondió. Hanny negó con la cabeza.
—Ethan... uno de los de Black Mist tiene la carta—aclaró tratando de respirar.
Ella estaba segura donde había dejado la carta, era muy ordenada con sus cosas y si la carta no estaba donde la había dejado, eso significaba que en el tiempo donde estuvieron en su habitación se la llevaron. Y si la llegasen a leer, todo lo que había hecho hasta ahora, sería revelado
Ahora sí que todo se veía color de hormiga.
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