Capítulo 15: "La fiesta"

(Comenten si se arregló el inconveniente, por favor T.T)

Seguía mirando la foto donde Hanny y Gael se estaban besando, aun no lo podía creer. ¿Cómo es que Hanny le había ocultado algo así? Estaba molesto, tanto que, cuando lo llamó no le respondió de buena manera, solo le dijo que no tenía ánimos de hablar con ella y le cortó.

—Arriba el ánimo—le dijo Daniel mientras jugaba en la computadora de Ethan—. Solo fue un beso.

—No se trata de eso—se defendió, no era el beso, sino con quién se lo había dado. El mayor sospechoso de estar involucrado en el suicidio de Renee.

No podía dejar de pensar que Gael se estaba burlando de Hanny, y que ella toda inocente estaba cayendo en su juego. Además, ella ya le había dicho que ellos no querían verla más y que la habían interrogado, ¿qué tramaban?

—¿Quién iba a pensar que Hanny saliera con un integrante de Black Mist? —continuó con algo de emoción en su voz.

—No están saliendo—le tiró una almohada en la cabeza, haciendo que su amigo se quejara.

—¡Estás loco! Los celos hacen mal, hermano—le devolvió la almohada y siguió jugando. Aún quedaba tiempo antes de partir a la fiesta de Carl, y antes de eso, tenían que pasar a buscar a Mary a su casa—. ¿Qué te molesta realmente?

—Renee—respondió sin pensar. Daniel se detuvo y lo miró extrañado. Ethan negó con la cabeza—. No es nada.

—Si no fuera nada, no lo hubieras dicho, ¿no crees? —esbozó una sonrisa—No soy bueno para estas cosas, pero no creo que a Renee le hubiera gustado verte así por su culpa.

—¿Cómo estás tú con todo esto? —preguntó Ethan—A ti te gustaba, ¿no? —Daniel se encogió de hombros, volviendo a su juego.

Ethan nunca quiso preguntarle, porque en el funeral no parecía extremadamente triste, lo normal que estaría un compañero de clases, Daniel no era de expresar emociones tristes, él era todas sonrisas hasta para los malos momentos, al igual que Carl, pero a diferencia de él, Carl si había derramado lágrimas por Renee.

—Eso fue antes que pasara todo, no me gustaba tanto—respondió calmado.

—¿Sabías que estaba embarazada? —dejó de teclear, se dio vuelta a ver a Ethan, se notaba sorprendido.

—¿Qué mierda? ¿Hablas en serio? ¿Y quién es el padre?

—No lo sé.

—¿Por qué me lo dices?

—Necesitaba decírselo a alguien—Daniel asintió, meditando la situación—. ¿Qué pasa?

—Nada, es solo que me tomaste por sorpresa. ¿Quién más lo sabe? —Ethan suspiró cansado.

—Los papás de Renee, obviamente, Hanny, Mary, tú y yo.

—No se lo digas a Carl, no se lo tomará bien. Aparenta ser fuerte, pero de seguro se pone a llorar—le advirtió a Ethan, él sonrió.

—No estoy en condiciones de consolar a nadie, mi corazón está roto—bromeó.

—Sufre en silencio y déjame jugar tranquilo—Ethan nuevamente le tiró la almohada, esta vez dándole en las piernas, Daniel rio y volvió a su juego.

***

Mary miraba al techo mientras escuchaba el bullicio que sus pequeños hermanos hacían, estaba en la cama sin saber qué ponerse para la fiesta. Ya era sábado y en pocas horas Ethan y Daniel la pasarían a buscar y allí estaba, procrastinando como siempre. Escuchó que la puerta se abría, con dificultad se sentó en la cama y vio cómo su hermana Emma registraba su closet.

— ¿Qué haces? —preguntó sin ánimos.

— ¿Me prestas tu vestido rojo? Hoy tengo una fiesta.

— ¿Una fiesta? Yo también tengo una, ¿no es extraño?

—Debe ser la misma —contestó—. Lo encontré—chilló tomando el vestido. Vio a Mary de pies a cabeza, realmente que estaba mal, llevaba un pijama ridículamente pintoresco y estaba toda despeinada. A Emma no le gustaba que su hermana anduviera en casa así, le daba rabia. Mary siempre ha sido la más linda de todas y no comprendía por qué no le sacaba provecho a esa belleza. Suspiró y se sentó al lado de ella—. Supongo que no irás así—Mary se encogió de hombros.

—Si pudiera, iría así, no tengo nada que ponerme—Emma rodó los ojos.

—¡Claro que tienes! Solo busca algo que te acomode y sea lindo...yo lo buscaré, maldita floja —le aclaró.

—¡Te amo! Sabes que soy indecisa para todo—dijo tirándose en su cama.

—¿Con quién irás? —preguntó su hermana mientras registraba la ropa de Mary.

—Con Ethan...

— ¿No dijiste que estabas en un plan de olvidar al idiota de Ethan Reeds? —se detuvo para tener una respuesta de Mary.

—No solo con él, también Daniel, ahora somos amigos.

—Si tú lo dices—sacó unos jeans oscuros, una blusa sin mangas negras y un sweater gris claro—. Esto bastará, más unas zapatillas negras y estás lista para la fiesta. Le diré a Eve que te peine y te maquille, y será toda mi ayuda por hoy.

—Gracias, Emma, eres la mejor, ¿qué haría sin ti? —Emma le sacó la lengua y salió de la habitación de Mary con el vestido rojo en la mano.

Después de un rato, volvió a entrar.

—Más te vale que tu amigo Ethan nos lleve a Eve y a mí a la fiesta también, nada es gratis—Mary asintió, y su hermanita volvió a salir.

Era hora de prepararse para la fiesta.

***

Ethan y Daniel llegaron a la hora acordada, lo que no vieron venir fue que Mary les pediría llevar a su hermanita y a su amiga a la fiesta. Por un momento dudó, ya que se notaba que eran más chicas de lo que aparentaban, pero no pudo negarse. Se subieron al auto y conversaron un rato, la distancia a la casa de Carl no era mucha, aun así el viaje se hizo largo. Las chicas solo hablaban del último chisme de Black Mist, y para variar, Daniel le puso más sazón a la historia, haciendo que las chicas se emocionaran más. Mary se mantuvo en silencio, con una mueca que intentaba hacer pasar por una sonrisa, Ethan por su parte, solo se concentró en conducir sin decir una palabra a pesar de que Daniel insistía que participara en defensa de su amada Hanny.

Una vez que llegaron a la fiesta, pudieron ver a Carl en la entrada, esperándolos. Al verlos no pudo ocultar su felicidad, abrió los brazos mientras la luces del coche lo apuntaban.

— Bienvenido a la fiesta del año—gritó Carl. Ethan se estacionó y bajó, ayudando a las chicas. La hermana de Mary y su amiga le agradecieron y se despidieron para entrar a la fiesta, dejando a los cuatro solos.

—Te esmeraste este año—bromeó Ethan.

—Por supuesto, es la primera fiesta de Mary, no podía fallar—sonrió a la muchacha—, hoy te ves más hermosa de lo que eres—Mary rio y se sonrojó un poco, aunque no se pudiera divisar en la oscuridad de la noche.

Ethan miró de mejor manera a Mary y, de cierta manera, tenía razón. Se veía más linda, peinada y maquillada, no había dicho nada para no hacerla sentir incomoda, sabía que, si decía algo no sería bueno, no se lo tomaría bien, a diferencia de Daniel y Carl, ella no tenía sentimientos románticos por ellos.

Eso lo hizo dudar, ¿Mary seguiría enamorada de él? No quería saber la respuesta.

—Te tengo una sorpresa—le comunicó Carl a la muchacha, ofreciéndole su brazo para poder caminar, ella lo aceptó—. Invité al chico del restaurante.

—¿Qué? —Mary lo soltó—¿Está aquí? —Carl asintió con una gran sonrisa—¿Qué hago? Ay, no sé qué decir, y si me habla ¿qué le digo?

—Calma, no es para tanto, solo sé... ¿normal? —trató de consolarla Daniel, eso no la ayudó.

—¿Por qué esa cara, hermano? —le preguntó Carl a Ethan al ver su expresión seria. No se había dado cuenta, se sentía algo molesto. Daniel rio.

—¿Acaso no lo sabes? Su Hanny lo cambió por otro—pasó su brazo por sobre su hombro, ganándose un empujó de su amigo, Carl y Daniel se rieron, mientras que Mary solo observaba. Ethan gruñó y los regañó, entrando a la fiesta, dejándolos atrás.

El lugar ya estaba lleno, siendo ruidoso por la música y el bullicio de todos allí dentro. Algunos ya estaban borrachos, otros bailaban o platicaban alegremente, él no se sentía con muchos ánimos de compartir, no tenía ganas ni de beber. De todos los que estaban allí reconocía uno que otro compañero de la escuela, entre ellos a Stephanie, que llevaba unos jeans y un top que hacían lucir su formado cuerpo, al verlo se acercó con una gran sonrisa.

—Viniste—gritó para que se escuchara. Abrazó a Ethan, pero este la alejó rápidamente—. Pensé que te quedarías en casa llorando—afirmó coqueta.

—Yo no lloro—respondió como broma para no hacerla sentir incomoda, ya no era agradable para él estar cerca de ella.

— ¿Por qué no vamos a beber algo, y después bailamos? —le propuso con sus ojos llenos de ilusión. Iba a negarse, pero la mirada de Stephanie se transformó a una de enojo cuando vio entrar a Mary—. ¿Qué hace aquí?

—No empieces Steph—le advirtió Ethan, pero ella no lo tomó en cuenta, acercándose a la muchacha.

—Loca Mary, bienvenida, veo que hicieron caridad contigo y te invitaron—dijo sin filtro, y sin importarle que estuvieran los chicos escuchándola. Miró a Carl—. ¿Acaso no sabes que ella atrae a la mala suerte? Tu fiesta será un fracaso total, ya verás—le ofreció una pequeña sonrisa a Mary y salió de allí sin antes pasarla a llevar con su hombro.

—No le hagas caso—dijo Carl y apuntó a la piscina—. Allí está tu hombre, ve por él—le dio un pequeño empujón, obligándola a que fuera donde el muchacho que había conocido.

Ethan tenía unas absurdas ganas de beber algo.

***

Daniel fumaba su cigarrillo mientras hablaba con una chica, él estaba en el marco de la puerta, con una cerveza en su mano viendo de reojo como Mary hablaba con el chico, estaba enojado.

Se suponía que no bebería, pero ya llevaba tres botellas de cerveza y quería más. Su cuerpo toleraba mucho el alcohol, aun así, después de haber dejado de tomar por tanto tiempo, su organismo no lo recibió bien, ya estaba ebrio con la mitad de lo que acostumbraba.

Caminó hacia una banca vacía, cerca de la entrada, pero lo suficientemente apartada para que nadie lo molestara y allí se quedó, bebiendo y mirando el cielo. Extrañaba a Hanny, extrañaba a Renee. En las fiestas siempre se encontraba con Renee, bailaban y bebían, e iban a la casa de Hanny a dormir, ella siempre los esperaba. Rara vez se unía a una celebración ya que no tenía mucho tiempo, además, no le gustaba mucho el ruido y la música en alto, a no ser que fuera en un karaoke con los amigos. Hanny siempre estaba ocupada, estaba en tantos clubes que el único tiempo que podía descansar era en las noches y los fines de semana, todo por entrar a una buena universidad.

Se molestó, ella había dejado todo eso por Renee, y él ¿qué estaba haciendo por ambas? Ir a una fiesta y emborracharse, se sentía un inútil. Él debía haber ido con ella a Nueva York y no quedarse esperando que un milagro pasara o que por arte de magia todo se arreglara.

—¿Quieres otra cerveza? —interrumpió Stephanie sus pensamientos.

—No, gracias, ya bebí mucho—le mostró la botella vacía.

—Vamos, una más, ¿por mí? —rogó sentándose a su lado, entrelazando su brazo con el de él.

—Ni por ti, ni por nadie, no insistas.

—¿Desde cuándo te volviste tan aburrido? El Ethan que conozco no era así—continuó sin separarse de él.

—El Ethan que conocías era un idiota.

—Eso no ha cambiado mucho que digamos—le acercó la cerveza a la cara y él la aceptó de mala gana. Ella sonrió—. ¿Por qué eres tan frío conmigo? —se atrevió a preguntar.

Él hizo que lo soltara y le pellizcó suavemente una mejilla, ganándose una queja de ella.

—¿Sabes por qué te tolero? Porque nos conocemos desde niños, pero con el tiempo te volviste una mala persona sin que me diera cuenta, ¿no te sientes culpable de lo que haces o solo lo justificas con tu vida de mierda? —Stephanie quedó pasmada, no se esperaba eso de Ethan—. ¿Crees que no sé lo que haces? Me quieres emborrachar para que me acueste contigo—rio—, eso no va a pasar—y siguió bebiendo su cerveza, ya estaba bastante borracho.

—Eres un imbécil, Ethan—y se puso de pie, él la tomó de la muñeca.

—La próxima vez que te hagas pasar por mí, no seré tan amable—ella corrió la mano con fuerza y entró a la casa hecha una furia.

Había mantenido silencio respecto a la broma que Stephanie le había hecho a Mary, pero dadas las circunstancias, ya no podía defender las malas decisiones de la muchacha.

Quería otra cerveza, ya sabía que estaba borracho, pero aun así quería más. Miró su botella vacía, le daba pereza ponerse de pie. Quería irse a casa.

—Hola—lo saludó Mary, con una gran sonrisa, con un baso en la mano. Ethan rio y le hizo un espacio para que se sentara a su lado, dio pequeños golpecitos para que lo hiciera—. ¿Te pasa algo? no te vi adentro.

—Mary, Mary, Mary, tan linda que eres—dijo riendo, Mary asintió, notó de inmediato que estaba borracho, por su forma de hablar y ese ligero olor alcohol que salía de su boca. Recostó su cabeza en el hombro de ella y continuó riéndose—. Dame otra cerveza.

—Ya bebiste mucho, ¿no crees? —él negó con la cabeza.

—Aún duele mucho, Mary, quiero otra cerveza—se quejó.

—¿Qué te duele? —se apartó de él para examinarlo—¿Quieres que llame a alguien? ¿Dónde te lastimaste? —Ethan sonrió.

—El corazón, Mary, me duele el corazón.

—No me asustes así—suspiró tranquila.

—¿Qué haces aquí afuera? ¿Qué pasó con tu enamorado?

—En realidad, me estoy escondiendo. Todo avanza tan bien que creo que algo malo va a pasar.

—No seas paranoica, ve con tu Romeo y de paso me traes una cerveza.

—Para ti es fácil decirlo. Si te gusta una chica vas y le hablas, no te rechazarán y sabes que todo saldrá bien porque tienes confianza en ti mismo, pero a mí me falta eso. ¿Sabes cuantas veces he hablado con chicos que me gustan en toda mi vida? Aunque no lo creas, muchos. Pero todos se escapaban de mí porque no soy bonita y hablo mucho. Una vez, mi primo me presentó a su mejor amigo, teníamos diez años, y me gustó de inmediato, y le dije a mi primo y mi primo se lo dijo a él y él se lo dijo a mi vecina y mi vecina se lo dijo a su mejor amiga y su mejor amiga se lo dijo a Gustav, que era el otro chico que me gustaba, entonces Gustav...

—Mary—la detuvo—. Eres bonita, muy bonita. Y me gusta que hables mucho—confesó haciéndola sonreír.

—Gracias. ¿Por qué no entramos y te doy un gran vaso de agua? —Ethan se quejó—. Vamos—lo obligó a levantarse.

Ethan la siguió detrás, había perdido un poco el equilibrio, le pesaban los pies. Al entrar, Mary se detuvo de lleno y miró hacia la piscina, Ethan hizo lo mismo y pudo ver como Stephanie se estaba besando apasionadamente con el chico del restaurante. Mary bajó la mirada y se adentró a la cocina. Esto lo enfureció, lo más probable es que se haya ido a llorar y lamentar por su mala suerte con los hombres, o echarse la culpa por no ser lo suficientemente buena para alguien.

Volvió a mirar a Stephanie, sabía que lo había hecho a propósito y pobre diablo, el chico que se dejó engatusar por ella pasando a llevar a Mary, quería golpearlo.

Se acercó a ellos tambaleante, empujando a todos quienes se interponían en su camino, hasta llegar donde los tortolitos. La chica lo notó y se separó limpiando ligeramente su boca, sabiendo lo que estaba haciendo, Ethan sonrió y observó de pies a cabeza al muchacho.

Ethan cerró su puño y le propinó un gran golpe en la cara tirándolo al lado de la piscina, se quejó, él quería tirarlo al agua, Stephanie se tapó la boca sin esperarse esa reacción, el muchacho lo miró furioso, se puso de pie rápidamente y le respondió el golpe tirándolo hacia el otro lado de la piscina, llamando la atención de todos quienes estaban bailando dentro de la fiesta. Se puso de pie, pero poco duraría ya que el chico se abalanzó sobre Ethan y ambos cayeron al suelo haciendo la pelea más grande. A pesar de que Ethan estaba borracho, tuvo la precisión de seguir golpeando al otro chico que, se defendía como podía golpeándolo de vuelta. Todos quienes estaban dentro salieron a mirar impactados la pelea que se estaba haciendo.

—¡Ethan, basta lo vas a matar! —escuchó la voz de Mary, quien tocó su espalda y trató de separarlos. Se tranquilizó y se separó de él. No vio venir que el chico aprovecharía para golpearlo, pero ese golpe no le llegó a él, sino a Mary, todos se quedaron en silencio, impactados.

El chico retrocedió asustado, no sabía que decir. A Ethan se le oscureció la mirada, empuñó su mano y le dio un fuerte golpe en la cara haciendo que el muchacho cayera a la piscina.

—¡Cinco minutos tienes para largarte de aquí! —le advirtió al chico que estaba en el agua, con la cara sangrando.

Carl y Daniel llegaron corriendo. Lo primero que hicieron fue ayudar a Mary y llevarla dentro para ver su herida, Stephanie se cruzó de brazos, tratando de entrar en calor, miró a Carl.

—¿Ves? Te lo dije, atrae la mala suerte—él no la tomó en cuenta y entró junto con Daniel para ayudar a Mary. Ethan se dirigió a ella.

—Lárgate.

—Pero Ethan...

—Piérdete—le dio la espalda y siguió a sus amigos.

***

Mary se encontraba sentada en la cama de Carl mientras los tres chicos miraban su herida. Aunque les haya explicado que no la había alcanzado el golpe, ellos demoraron más de la cuenta en darse cuenta que en verdad no había sido golpeada, y no entendían como se había zafado de eso.

—Tengo buenos reflejos—explicó—. A pesar de todo soy muy ágil.

—¿Por qué actuaste como si te hubiera golpeado? —preguntó Daniel.

—No lo sé, me dio pánico escénico—los tres suspiraron.

Ethan se sentía más aliviado, ya temía tener que ir al hospital, ¿cómo explicar un golpe así? Los chicos bromearon con el tema y Mary insistió en que volvieran a la fiesta, ellos lo hicieron a excepción de Ethan, que se quedó con ella.

Solo del susto se le había acabado la borrachera, o eso pensaba. Mary lo miró preocupada.

—Deberías ver esas heridas, estás sangrando—Ethan se tocó la cara, no sentía dolor, al parecer aún seguía ebrio—. Tal vez Carl tengo algún botiquín—dijo levantándose de la cama, Ethan la obligó a sentarse de nuevo tomando su mano y jalándola para que lo hiciera.

—No quiero—se quejó con un puchero—. Quedémonos aquí—ella sonrió.

—¿Sigues borracho? —él negó con la cabeza mientras sonreía embobado—. Ethan, ¿por qué lo hiciste?

—¿Qué cosa? —se hizo el desentendido.

—Golpear a Peter—el chico rio.

—No lo sé, solo quería golpearlo.

—Porque ¿se besaba con Stephanie? —preguntó temerosa. Ethan frunció el ceño.

—No, porque te hizo entristecer. No me gusta verte triste, es deprimente. Me gusta cuando sonríes, tienes una muy linda sonrisa—e imitó la sonrisa de Mary. Ella sonrió, estaba loco—. Y me gusta tu pelo, huele bien. Y siempre andas limpia, hueles a limpio, me gusta que huelas a limpio.

—¿Gracias?—rio.

—Me gusta hablar contigo, siempre escuchas. No tienes dobles intenciones y siempre te preocupas del resto, eso me gusta mucho también. Eres inocente, pero no llegas a ser tonta, que te hagas la tonta es otra cosa pero me gusta eso también.

—Ethan...

—Lo que no me gusta de ti es que perdonas muy rápido, te pueden hacer daño muchas veces pero aun así, si vez que necesitan tu ayuda tú vas y ayudas, ¿por qué haces eso? Somos unas mierdas y aun así quieres ser nuestra amiga, Carl, Daniel, yo, te tratamos muy mal en el colegio y aun así nos perdonaste, no debería ser así, deberías odiarnos Mary, somos un asco.

—A mí... a mí no me molesta. Vivir con odio o rabia no es algo que quiera para mí, no vale la pena. Deberías hacer lo mismo, no puedes odiarte toda la vida por lo que hiciste.

Ethan hizo un puchero, no quería escuchar eso, quería que ella lo apartara le dijera que él tenía razón, que no valía la pena mantener una amistad con alguien que le hizo daño, que la ignoró por años y que ahora se sentía confundido, porque quería seguir estando con ella, hablando con ella, pero que no podía porque la culpa de haber sido un maldito nunca se iría. Mary era buena, no merecía sufrir por alguien como él.

—¿Te sigo gustando Mary? Sé sincera—Mary se cohibió un poco, no sabía responder a eso—. Vamos Mary, di que aun te gusto—rogó como niño.

—Sí, y creo que me gustas más que antes, lo siento. Si no quieres seguir siendo mi amigo lo entenderé, sé que prometí que me dejarías de gustar pero has sido tan...—Ethan la calló dándole un pequeño beso en los labios.

—Otra cosa que me gusta de ti son tus labios, son suavecitos—se acercó a ella y la besó de nuevo, pero esta vez con un poco más de intensidad, tomando delicadamente su cara, acercándola a él, Mary no opuso resistencia, parecía estar soñando. Pero en el fondo sabía que no estaba bien, se alejó.

—Estás borracho Ethan, mañana te arrepentirás de esto—él negó con la cabeza.

—Sé muy bien lo que hago, Mary. La pregunta aquí es si tú quieres que esto pase—Mary se quedó sin aliento, era obvio que ella quería eso, quería estar con él y la oportunidad de hacerlo estaba frente a sus ojos, aun así, no le parecía correcto.

—Claro que sí, pero no de esta manera—Ethan suspiró y se recostó en la cama mirando hacia el techo, Mary se acomodó para poder mirarlo de mejor manera—. ¿Estás enojado?

—Sí—respondió sincero—. Pero conmigo, ya se me pasará—sintió un ardor en su rostro—. Me duele la cara.

—Iré buscar un botiquín, una vez mi primo Edgar se peleó con su vecino y le dejó la cara toda rasmillada, no se hizo curaciones. Una semana después le amputaron una oreja—contó asustada. Ethan frunció el ceño.

—No quiero saber el porqué, pero en verdad no quiero perder mis orejas—bromeó.

—Bien, ya vuelvo.

Una vez que Mary salió de la habitación, sintió vibrar su celular en el bolsillo del pantalón, cuando lo tuvo en sus manos abrió un correo, uno que no se esperaba en ese momento. En él venía adjuntada una fotografía.

Se enderezó y la revisó, era la prueba que estaba esperando, pero algo lo dejó helado.

Definitivamente era Gael, pero lo que lo intrigó fue el lugar en donde estaba. Encima de la foto venía un mensaje claro.

"Si quieres saber de qué casa salió, solo tendrás que pagar 500 dólares más, disfruta".

Eso no lo dejó tranquilo, el lugar lo conocía muy bien, era el barrio donde él y su familia vivían, ¿qué hacía Gael allí?

(Comenten si se arregló el inconveniente, por favor T.T)

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