Capítulo 12: "De tal palo, tal astilla"
Tenía una absurda sensación de que algo se aproximaba, algo malo y caótico. Ethan no era de creer en las energías o en el instinto, pero últimamente había experimentado cosas raras que solo se podían catalogar como sexto sentido. Podría ser paranoia o estrés, pero se sentía sumamente abrumado.
Hanny no había conseguido nada en esos últimos días, solo le comentó el suceso en Central Park con Gael, haciendo que todo fuera más sospechoso. También en esos días mensajeó una infinidad de veces a Mary, pero ella no le respondía. La única explicación que tenía para eso era que estaba castigada sin su teléfono, esos tres días se le habían hecho eternos.
Encendió la trotadora de su habitación y comenzó a hacer cardio, necesitaba distraerse un poco de todos sus pensamientos y las conspiraciones que su cabeza inventaba y esa sensación de soledad que le invadía.
Era conocida para él, siempre se sintió algo solitario, pero esas últimas semanas se había intensificado. Había comenzado a estar más ansioso.
Se detuvo cuando escuchó su celular sonar y con sorpresa vio en la pantalla el nombre de Mary, sonrió.
—¿Estás viva? —preguntó apenas atendió la llamada.
—Ni que lo digas, han sido los tres días más extraños de mi vida, ¡pero al fin soy libre! —respondió emocionada, mientras Ethan escuchaba como caminaba de un lado para el otro, aparentemente dentro de su casa, ya que los ruidos de otras personas hacían que Mary se distrajera.
—¿Cómo estás?
—Bien, mamá se puso muy contenta por mi suspensión. Papá reservó sus comentarios pero también parecía estarlo, ¿lo puedes creer? Pero aun así me quitaron el celular y todo aparato electrónico o que fuese para mi entretención, aunque mi hermanita se escapaba a mi habitación y me hacía ver sus dibujos animados con ella, eran bastante extraños y hablaban en coreano o chino, no pude entenderlo, pero a ella le gustaban y se reía de los chistes.
—Al parecer no te aburriste demasiado.
—En mi casa, jamás...espera, ¡lo recordé! Te llamaba por algo importante, la persona de la foto se contactó conmigo, ¡me respondió el correo que alcancé a enviarle antes de mi exilio!
—¡¿Hablas en serio?! —dijo con emoción, con una gran sonrisa en sus labios.
—Sí, pero...
—¿Pero? Pero qué.
—Me pidió dinero por las fotografías...500 dólares.
Ethan suspiró frustrado, 500 dólares, eso era mucho para una foto, además, nadie le aseguraba que no era una estafa. Para él conseguir ese dinero no era difícil, lo complicado era explicarle a su padre en que había ocupado esa cantidad de plata.
—Bien, ¿puedes venir a casa? Hay que responderle lo antes posible—Mary se mantuvo en silencio—¿Mary?
—Sí, sí, iré, nos vemos.
—Nos vemos.
Si conseguía esa fotografía sería una prueba de que Gael tenía que ver con Renee, o por lo menos tenía esa esperanza.
****
Después de un baño, estaba listo para salir al encuentro de Mary, pero en el camino por las escaleras no se esperó la sorpresa de tener a su papá en frente.
Su mamá le había informado que Hans Reeds estaría de vuelta el próximo fin de semana, esa noticia le llegó de mala manera, ya que sería la fiesta de Carl, y estando el gran señor Reeds en casa, él no podría salir. Su padre no le gustaba que se juntara con esa clase de gente, los Reeds tenían que estar con personas igual de importantes que ellos, y era claro que para el hombre que Carl y Daniel no eran ni por asomo personas que se ganaran el respeto de su padre.
—¿Bajaste a recibirme? —preguntó con una sonrisa fría.
—¿Qué haces aquí?
—Es mi casa, tengo derecho de estar aquí. ¿Cómo has estado?
—Como si te importara—su padre asintió, no le respondió, solo le dio la espalda y se dirigió al comedor, donde de seguro estaba la madre de Ethan preparando todo para su marido, algo típico en ella.
Ethan bajó los últimos peldaños pesadamente, mirando hacia la dirección donde se había ido su progenitor, allí lo entendió todo, esa sensación extraña le estaba advirtiendo sobre la llegada temprana de él a casa, se sintió asqueado.
—Ethan—lo llamó su madre—. Ven a desayunar.
—Debo ir a la escuela—ella frunció el ceño y se dirigió hacia él.
—Debes comer, además, tu padre está aquí, ¿puedes cooperar un poco, por favor? —rogó.
Él asintió, no podía negarse a una petición de su madre.
Se sentó en el comedor y se quedó en silencio mientras sus padres conversaban amenamente, sintiéndose ignorado por el hombre, algo típico en él. Comía sin muchas ganas y miraba de vez en cuando su teléfono para ver la hora y salir de allí con la excusa de ir a clases. Pero parecía que el tiempo no transcurría tan rápido como él quería.
—¿Cómo está Hanny? —preguntó Reeds. Ethan se detuvo.
—Bien.
—Eso supe—miró a su esposa—. Le conseguí empleo en el hotel, ha trabajado estupendamente—a la madre de Ethan se le iluminaron los ojos.
—No tenía idea de aquello, que felicidad. Hanny es una muchacha muy talentosa.
—Por supuesto, ojalá que a ti se te haya contagiado algo de ese talento, Ethan—el muchacho bufó cabreado, ahí iba de nuevo, atacándolo—. Es una lástima que la hayas dejado ir, en estos tiempos, debes aferrarte a lo que es bueno.
—No soy su dueño, ella puede hacer lo que quiera—afirmó.
—Un hombre de verdad lucha por su mujer—sentenció su padre. Ethan esbozó una sonrisa.
—¿Eso hiciste con mamá? ¿Impedir que hiciera lo que ella quería para que se quedara contigo?
—¡Ethan! —lo regañó su madre, sorprendida.
—Déjalo, solo está enojado consigo mismo, te entiendo. Perdiste a Hanny y a tu amiga Renee, pero la vida sigue, no puedes quedarte solo con eso—dio un sorbo a su café—. Sigue el ejemplo de tu hermano, a pesar de las adversidades, se convertirá en un gran abogado.
Ethan lo observó con rabia, siempre era lo mismo con ese hombre, no podían tener una conversación sin atacarse mutuamente. La madre de Ethan ya se sentía algo cansada, pero hizo todo lo posible para apaciguar la situación.
—Reeds, ¿cuándo vendrá Andrew? Lo llamo y no contesta.
—Está ocupado, déjalo tranquilo. Llamará cuando tenga tiempo—ella se quedó en silencio, sin que esa respuesta la tranquilizara. Él tomó su mano delicadamente—. No te preocupes, está mejor que nunca, creo que sale con una chica francesa, no comentó mucho.
—Que sorpresa, mi Andrew en una relación—dijo emocionada.
—Mi nuevo socio tiene una hija de la edad de Ethan, está muy interesado en que se conozcan—comentó haciendo que su hijo se riera con ironía.
—¿Acaso soy digno de presentar, papá?
—Eres un Reeds, claro que lo eres. Iré a Nueva York por unos días, parto el viernes, me juntaré con él. A mi regreso debemos hacer una cena con ellos—dijo para ambos.
—Pero cariño, acabas de regresar.
—Es trabajo, es importante.
—¿Saben qué? —se puso de pie Ethan, algo cabreado—Tengo escuela.
Se despidió y no esperó a que le dieran permiso para irse, solo lo hizo. Tenía tanta rabia que lo único que quería hacer era golpear algo o gritarle a algo, solo Hans Reeds provocaba ese tipo de frustración en él.
Cuando salió de su casa, pudo ver en la entrada como Mary lo estaba esperando, revisó su celular y se dio cuenta que ya era tarde. Corrió a su encuentro, cuando ella lo miró, Ethan sonrió.
—Perdón la demora.
—Ah, no te preocupes, está bien—le entregó su celular—. Ese es el correo.
Ethan lo leyó y suspiró, de lejos se olía que era una estafa.
—¿Quieres saber cómo un idiota pierde 500 dólares?
—¿Cómo? —Ethan escribió una respuesta a la persona de la fotografía y le devolvió el teléfono a Mary— Apenas te responda me reenvías su respuesta.
—¿Pero dónde sacaremos 500 dólares? El dinero no crece en los árboles. Deberíamos juntar lo que tengamos...¿qué? —se detuvo al sentirse demasiado observada por el muchacho, aún seguía algo molesto.
—No es tu problema—dijo abruptamente. Mary asintió y bajó la mirada, la hizo sentir algo incomoda. Ethan suspiró, debía calmarse, ella no tenía culpa de que él estuviera de mal humor—. No me mal entiendas, ese dinero solo debemos darlo Hanny y yo, no te pediremos a ti, con tu ayuda basta y sobra, ¿de acuerdo?
Mary levantó la mirada, eso la hizo tranquilizar, esbozó una sonrisa.
—Bien. Mejor así, no quiero estar en la lista de los idiotas que pierden 500 dólares, si Daniel o Carl se enteran me molestarían toda la vida.
Ethan rio, eso era cierto. Sacó las llaves de su auto del bolsillo y le indicó a Mary que ya deberían irse, pero antes de hacerlo, fueron interrumpidos por quién menos Ethan quería volver a ver, su padre.
—Ethan—lo llamó—¿quién es la... señorita? —preguntó en un tono de voz que Ethan tomó como desagradable, eso lo enojó más aún.
Mary se quedó en silencio, pero al ver el odio que emanaba de los ojos de Ethan hacia ese hombre, se armó de valor y avanzó un paso para presentarse.
—Oh, Mary Carter, mucho gusto...—bajó la voz al ver una sonrisa en los labios del padre de su amigo.
Alto, rubio, de buena apariencia y educado, la hizo sonrojar un poco, ahora entendía porque Ethan era tan guapo, su padre también lo era.
—Hans, Hans Reeds—se presentó con voz amable—. ¿Acostumbras a venir a buscar a mi hijo? —Mary negó con la cabeza, iba a responder, pero Ethan no se lo permitió.
—Papá, debemos ir a clases—advirtió, pero no lo tomó en cuenta.
—¿Qué tipo de relación tienen? Es curiosidad, las únicas amigas que conozco de Ethan son Hanny y Renee—continuó, Mary no sabía que decir.
—Es mi novia, ¿feliz? No quería presentarla de esta manera, pero como siempre, no me dejas opción.
—¿Novia? —alzó una ceja, sin creerlo mucho.
—Sí, papá. Se nos hace tarde, es mejor que nos vayamos—la tomó de la mano y la guío hacia el auto. Le abrió la puerta del acompañante y esperó a que estuviera sentada para cerrarle la puerta. Hans Reeds sonrió.
—Fue un gusto, Mary.
—Igualmente, señor Reeds.
***
Mary jugaba con su celular mientras Ethan conducía, no dijo nada, algo extraño viniendo de ella. El muchacho la miraba de reojo de vez en cuando para tratar de entender su silencio, lo incomodaba, estaba claro que ella tenía mucho que decir, pero al parecer, había tomado la decisión de morderse la lengua y no hablar.
Él suspiró.
— ¿No preguntarás? —rompió el silencio.
Mary mostró sus dientes de manera inocente. Sí, se había estado aguantando decir lo que pensaba.
—No me hice ilusiones si es lo que quieres saber, si lo dijiste debe ser por algo, aunque es raro y que lo diga yo es preocupante. Aunque noté que ambos no se llevan del todo bien, nunca había sentido tanta tensión entre dos personas, solo en telenovelas mexicanas. Ya me imagino la música de fondo—rio un poco—. Muy dramático.
—No nos llevamos muy bien que digamos, lo hice para enojarlo, lo siento.
—¿Por qué se enojaría? —se quedó en silencio. No quiso mirarla, no le iba a decir que ella era el tipo de chica que su papá jamás aprobaría. Se aclaró la garganta.
—Bueno, él...siempre esperó que Hanny y yo, ya sabes.
—Entiendo. Entonces sería decepcionante para él que estuvieras con alguien como yo—concluyó por sí misma como si nada, Ethan frunció el ceño.
—No, no es eso...
—Está bien, no soy un prototipo de chica de la cual te fijarías o andarías.
—¿Por qué estás segura de eso?
—Porque eres Ethan Reeds, no se espera menos de ti—eso lo lastimó. Todos decían lo mismo, ¿acaso su nombre y apellido era todo lo que tenía bueno? al parecer sí, y si se ponía a pensar en aquello, era bastante deprimente.
—No te equivoques, no soy la gran cosa y tú no vales menos, a veces pienso que eres mucho para alguien como yo—se sinceró. Mary abrió la boca sorprendida.
—¿Así de deprimente me oigo? —él rio—Hablo en serio. Nunca creí que tú podrías llegar a decir una cosa así.
—No hablemos de esto, ¿sí? —le sonrió, quería cambiar de tema—¿Irás a la fiesta?
—¿Qué fiesta?
—¿No te invitaron?
—No soy la primera de la lista para ser invitada a una fiesta.
—Créeme, lo más probable es que seas la invitada de honor.
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