Capítulo 28: Altruista

Marinette se quedó congelada en el sitio, aunque las rodillas le empezaron a temblar. Su mirada estaba encadenada a la de Adrien como una presa inamovible y sus palabras resonaban contínuamente en su cabeza cual cacofonía de una película de terror. No era de extrañar, aquella era su peor pesadilla.

Sé quién eres, Marinette.

Respira, respira, se recordó Marinette con pánico. ¿Se refería a que sabía que era Multimouse? Podía torear eso, gracias a sus estratagemas su identidad podía haberse filtrado de varias maneras. No tan descarado como con Queen Bee, pero existía la posibilidad. Pero aunque fuera así, eso planteaba un enorme problema y era que...

Eres mi guardiana, Ladybug.

Mierda, mierda, mierda, maldijo Marinette para sus adentros. Su suposición de que estaba hablando desde su alter ego como Chat Noir no era equivocada, es que directamente se la estaba tirando a la cara. Hasta un bofetón le habría dolido menos. Y no estaba hablando de su identidad como Multimouse, estaba hablando de Ladybug, la guardia Ladybug.

Adrien Agreste le acababa de reconocer que era Chat Noir y que sabía su identidad de superhéroe.

Marinette se llevó las manos a la boca, luchando por no empezar a hiperventilar. Logró que su piernas volvieras a reaccionar y se alejó de él. Adrien no apartó la mirada y, francamente, era lo único que mantenía a Marinette anclada a ese lugar. Si no, ya habría echado a correr.

—¿De qué estás hablando? —preguntó Marinette en voz baja, como si eso fuera a controlar su pánico—. ¿Qué te has tomado?

—Un par de cervezas con un montón de espuma que yo mismo vi como servían, gracias por preguntar. Y agradecería aún más que no me trataras como un loco que no sabe de lo que habla o un borracho demasiado pedo.

—Tienes que entenderlo, estás diciendo cosas sin sentido.

—Para.

Adrien no había alzado la voz, pero cortó en el acto la siguiente tanda de mentiras y preguntas escurridizas que Marinette tenía en la punta de la lengua. Hundió la mirada en la calle bajo ellos y de repente Marinette lo vio muy cansado.

—Tienes que parar —le pidió Adrien de nuevo, aún sin mirarla—. Deja de tratarme como a un idiota.

Entonces la miró. Por primera vez vio con claridad sentimientos que había guardado tan adentro que permanecían desconocidos para todo el mundo. Ahora lucían en carne viva e infectados. Marinette apretó los labios con fuerza al impactar con el evidente dolor de aquella mirada. Era como ser testigo de un accidente a cámara lenta, en su cabeza se iban agrupando todos los recuerdos que habían dado pie a aquellas heridas. Dio dos pasos adelante y habló en voz muy baja, pero poco tenía que ver con los susurros y la proximidad que habían compartido hacían unos minutos. Marinette suspiró, pero eso no le produjo ningún alivio ni alivió la tensión de sus músculos.

—¿Qué me quieres decir?

Adrien soltó una risa ácida entre dientes.

—Como no, voy a tener que sacarte la verdad a cucharadas... Bueno, lo haremos a tu modo. ¿En serio te creías que podías esconderme un secreto como este después de tantísimo tiempo?

—Crees que soy Ladybug. No la amiga de Ladybug, sino Ladybug.

—Sí, y yo soy tu fiel compañero, Chat Noir, así que agradecería que no me trataras de manera condescendiente.

Marinette dio un respingo al verle exponer su identidad de nuevo con tanta brutalidad.

—Y si, hipotéticamente —Chat resopló ante sus palabras, pero Marinette siguió—, yo fuera Ladybug, ¿qué pruebas tienes para demostrarlo?

Marinette estaba haciendo un tremendo esfuerzo por mantenerse tranquila y sosegada, rondando alrededor del discurso de Adrien sin mojarse de verdad. Así, si lograba convencerle de que estaba equivocado, podría hacer como que todo lo que había dicho no eran más que los desvaríos de un hombre con un par de copas de más. Pero Adrien sonrió en una mueca ladina, como si fuera capaz de leer sus pensamientos.

—A veces te olvidas de que llevo tantos años metido en esto como tú. Y sí, durante muchos años permanecí ignorante a nuestras verdaderas identidades, ya fuera por la magia de los prodigios como por nuestra seguridad... Pero el tiempo pasa y te voy conociendo más, tus dos caras. Y cada vez las semejanzas, las desapariciones y las incógnitas se aglutinan más y más, hasta que es una pila imposible de obviar.

—Solo estás hablando de suposiciones. En el caso hipotético de que yo fuera Ladybug, no creo que eso sea suficiente para señalarme.

—Supongo que sí, solo fueron suposiciones, ideas vagas... Hasta ese día.

—¿Ese día?

—El día en que derrotamos a mi padre.

Marinette apretó la baranda con tanta fuerza que sus dedos se pusieron blancos. Tuvo que hacer un esfuerzo titánico porque su rostro no cambiara de expresión.

—¿Y qué pasó?

—Que cambiaste.

—¡Venga ya, Adrien! No fui la única. Cuando se descubrió lo ocurrido..., todos cambiamos, tú el primero.

—Sí, yo el primero, pero Chat Noir también. Y Ladybug. El problema es que esas cuatro personas deberían estar totalmente desconectadas. Pero Marinette y Ladybug compartían formas de reaccionar ante el asunto y, desde luego, compartían información sobre Adrien y Chat. Y en lugar de tratarlos como a dos personas diferentes, caíste en el error de tratarnos como uno solo, porque para ti lo éramos desde que descubriste mi identidad y mi vida se fue a la mierda. Había cosas que Ladybug no tenía que saber de Adrien y otras que Marinette no tenía que saber de Chat. Pero las sabías, y ahí me di cuenta, en esas conversaciones.

—Pero eso fue...

—Hace muchos años, sí. Y no he dicho nada.

—Tampoco es una prueba real.

Adrien volvió a reír por lo bajo, pero desde luego no se estaba divirtiendo.

—Sí, supongo que podían seguir siendo "alucinaciones" mías y en parte por eso no he querido tocar el asunto, por no hablar de que nos distanciamos, supongo que porque intentabas protegerme ahora que eras la guardiana y sabías todo. Pero entonces nos volvimos a ver y te descontrolaste, hiciste cosas muy raras. Como visitarme como Ladybug en mi apartamento o en el hospital. Robarme mi prodigio y luego devolvérmelo, dejándome claro que tú conocías mi identidad. ¿Crees que no te vi en ninguna de esas ocasiones? Te recuerdo, llorando y en pánico, cuando estaba medio inconsciente en el baño. Y no me vengas con que Ladybug te trajo hasta mi apartamento, porque no cuela.

—Calla.

—No pienso callarme.

—No, Adrien, calla. Lo que estás haciendo es peligroso.

—¿Peligroso? Estamos hablando en susurros como un par de espías con complejo de Truman y aquí no hay nadie más que nosotros.

—Hablar de todo esto en un lugar público es peligroso, Adrien, el mero hecho de que lo sepas es... Poner en peligro nuestras identidades no solo nos afecta a nosotros, también el bien común. Tenemos que pensar en la ciudad.

—Eres una mentirosa y una cobarde —la insultó acercándose un paso a ella y bajando aún más la voz.

—Yo jamás he huído de una pelea —encarándole.

—Llevas huyendo de esta desde el mismo momento en que te convertiste en Ladybug. Finges ser altruista, que sacrificas todo por el bien del mundo, pero es mentira. En realidad eres una egoísta y una cobarde demasiado asustada para enfrentar las cosas.

—¡No soy una cobarde! —Marinette sintió las lágrimas pinchándole los ojos, rogándole por salir, pero no sabía si era de dolor o de rabia—. ¡Ni tampoco egoísta!

—¡Sí, sí lo eres! Porque si no, dime, ¿qué motivo nos lleva a ocultar nuestras identidades ahora? Era una excusa plausible con mi padre haciendo de las suyas, pero eso fue hace muchos años, ¿pero ahora? ¡Ahora no hay nada! ¡Los prodigios ni siquiera son necesarios! Seguimos protegiendo la ciudad porque queremos ayudar, pero París no nos necesita, ya no, ¡y lo sabes! ¡Por eso somos los únicos que seguimos ahí fuera, el resto de nuestros compañeros ha dejado su vida como superhéroe atrás! Y porque es la única forma que tienes de protegerme.

Adrien iba a tomar su mano, pero Marinette dio un paso atrás, saturada por las palabras de Adrien. Salió corriendo de la terraza, ignorando el llamado de Adrien a su espalda. Se perdió entre la gente del bar y salió por la salida de emergencia, sin despedirse de nadie. Regresó a casa con lágrimas en los ojos.

Domingo, 28 de marzo de 2021

¡Hola a todos, lindas flores!

Solo puedo decir... 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top