Capítulo XXIII: Varita negra.

—¿Gabriel, cómo escapaste de aquí?—El me ve con expresión de duda, luego quedo viendo a Pamela.—¿Ella te sacó?

—No estoy entendiendo nada, ¿Por qué mi hermano me habría dejando con estos críos?—Dice Pamela acomodando su cabello, luego se le queda viendo a Diana.—Así que tú eres la famosa Diana Deneguer... Conocía a tus padres, ¿Sabes?

—No tengo nada que hablar contigo—Dice Diana apretando mi mano derecha.

—¿Esta es tu novia, Cristian? Lamento si interrumpo su novela romántica, pero creo que olvidan un pequeñísimo detalle... ¡ESTAMOS ATRAPADOS AQUÍ!—Grita Gabriel acercándose a nosotros y tomando mi mano para apartarme del amor de mi vida—Cristian, no estás pensando con el cerebro... Te necesitamos más inteligente que nunca.

—¿Qué más podemos hacer? ¿Sabes algo Pamela?

Pamela lleva las manos a su boca y se pone a pensar, no parece que llegue a ninguna conclusión, estoy con mi hermano, mi novia y mi profesora. ¿Qué tipo de plan puedes estar planeando papá? ¿Pamela, sabrá que su hermano está muerto? Mejor no muestro que tengo la varita, puede que León Castillo sea uno de ellos , debo saber jugar bien mis cartas.

—Tienen que saber que Alexander Dankwort está muerto, en este momento estamos en contra de León Castillo.

—¿¡Qué?!—Pamela camina hacía mi y me sostiene con sus manos, cargando mi cuerpo en el aire.—¿¡De qué mierda estás hablando!? Acabo de estar con mi hermano hace un par de segundos.

—¿Qué te dijo? Tú eres de su extrema confianza, ¿Qué es lo que sabes? Pamela, la única forma de que tengas una buena vida es que confíes en mí... Ya no más trucos.

Pamela me vuelve a dejar en el suelo, Gabriel se pone a mi lado y me ve con expresión de desconfianza, ¿Acaso piensa que yo puedo ser el vilano?«Cálmate, Cristian. Necesitas estar mentalmente fuerte» Diana nos observa a todos y sus manos tiemblan, las tomo para darle calor, no quiero que mi amada sufra, necesito... Necesito.

—Aléjense un segundo de mí, necesito estar sin nadie para ejercitar mi cerebro.

—¿Hermano, déjame acompañarte? Más que nada necesitamos de los más poderosos, los gemelos Castillo, ¿Recuerdas?—Tiene algo en la mirada, algo que no me da buena espina, siento que este no es mi hermano real, ¿Qué hago? Si lo acuso delante de todos puede que me esté equivocando, tal vez tenga que mostrarle la varita negra, puede que sea un señuelo, León Castillo es inteligente, si este no es el verdadero Gabriel, tengo que probarlo haciéndole preguntas al azar, así conseguiré sacarle información de este mundo, y de paso saber si es realmente mi hermano o no.—Vamos, no me dejes solo con esas dos.

—Está bien, hermanito. Vamos, compadre—Comencemos este juego, yo también puedo usar tu estilo, León Castillo. Veamos de que estás hecho, papá.

Total, por más fuerte que seas. Todos somos iguales, todos... estamos en el aire.

[Años atrás]

—¿Qué sería lo primero que dirías a papá si se pusiera en frente?—Pregunta Gabriel mientras arroja con fuerza una piedra al río, está devota tres veces.

—¿Qué le diría?

—Bastante simple, sabelotodo...

—Creo que le preguntaría... ¿Por qué te fuiste?

—Ah, tú irás directo al grano—Papá debe tener una buena razón para haber desaparecido, ¿Quién sabe? Tal vez desapareció porque alguien más lo obligó a salir de ahí, tal vez nos estaba protegiendo de algún peligro inminente, sea cual sea su razón, puede que la respuesta la sepa cuando estemos más grandes, ahora somos muy jóvenes para saber los secretos del mundo«¿Por qué esa preocupación tan repentina por papá?, ni siquiera lo conozco»Puede que esté defendiendo a un asesino en serie y ni siquiera me esté enterando, en este preciso momento puede estar torturando a alguien... ¿O tal vez, él es el torturado? ¿Cómo puedo saberlo? Me gustaría saber toda la verdad, al final consigo más preguntas qué respuestas, como si estuviera en el último capítulo de una serie cancelada de Netflix, o en el último capítulo de un libro cancelado en alguna plataforma. Es triste, pero es la realidad, no muchos creadores de contenido terminan el proyecto que iniciaron, algunos incluso borran sus obras por temor a dar historias sin completar. En fin, creo que mejor no me desvío del tema—Tú siempre tan curioso, Cristian.

—La curiosidad me hace quien soy—Digo levantando mis manos.—¿Tú que le dirías?

—No es lo que le diría, si no, ¿Qué haría?—Gabriel se acerca a uno de los árboles junto al río y toma un balón de fútbol, viejo y desgastado—Probaría sus habilidades en el fútbol, un partido entre padre he hijo.

—¿De verdad?

—Tú a tu manera, yo a la mía, Einstein—Apoya el balón en el césped y da unos pasos hacía atrás«¿Planea arrojarlo al lago?»—Te apuesto lo que quieras a que puedo hacer que el balón rebote en el mar.

—Eso es científicamente imposible, y lo sabes, Gabriel. El balón tiene una textura muy delgada en comparación a piedras pequeñas.

—Te digo algo, si logro hacer que al menos rebote una vez, tendrás que ir a buscar el balón.

—¿Estás hablando enserio?

—Gabrielcito se preocupa por el medio ambiente, esta historia también tiene que tener una parte ecológica.

—Dios mío, está bien. Pero si no rebota, tendrás que ser tú, el que irá a nadar al río.

—Está bien, dalo por hecho.

***

[Actualidad]

—¿Cuál es tu plan?—Pregunta Gabriel viéndome a los ojos, veo a su lado y están Pamela y Diana conversando, me intriga saber de que... Pero debo mantener la calma y no perder los estribos. Vuelvo a ver a Gabriel, sigue dándome una expresión extraña, no parece el mismo Gabriel que... Mierda, ya lo tengo. Sé cómo sacarme las dudas, como no se me pudo ocurrir antes.— ¿Me estás escuchando hermanito?

—Tengo algo que mostrarte, pero si lo hago, me tienes que prometer que no se lo dirás a nadie.

—¿Desconfías de tu propio hermano?

—Respóndeme algo, ¿Quién de nosotros tuvo que tirarse al lago para buscar el balón?

—¿Qué tipo de pregunta es esa? ¿De qué estás hablando?—Arquea una ceja, o no sabe de lo que hablo o simplemente no lo recuerda. Lo tengo donde lo quiero, debo guarda en la calma y respirar profundamente—¿Por qué esa pregunta, Gabriel?

—¿Tan difícil te es responderla?, ¿Quieres que confíe en ti o no?

—Fui yo—Dice con seguridad, justo lo que quería escuchar.—Me lo dijiste en mi cara, era obvio que no lograría hacer que la pelota pudiera rebotar, es científicamente imposible.

—¡Mierda, hermano perdóname!—Le doy un fuerte abrazo apretado, a lo que él responde de la misma forma. Tengo que pensar que me tiene entre sus manos, "acabo de caer en su juego", pero no es así, todo esto es un plan, un plan que me ayudará a derrotar a León Castillo, como mi madre siempre decía, "mantén cerca a tus amigos y aún más cerca a tus enemigos". Tengo que conocer su territorio, hacerme amigo de mi mayor enemigo y así destruirlo por completo.«Tú puedes, Cristian» Tengo que ser fuerte, fuerte como un León.🦁

—No te preocupes, Cristian. Nosotros podremos con nuestro padre. ¿Ahora, que me escondes? Sé que tienes algo en tu poder.

—Y lo sabes bien, es esto—De mi bolsillo saco la varita negra«Comienza la prueba de fuego, doy inicio a mi plan secreto» Le enseño la varita y Gabriel abre los ojos como si fueran dos sandías, si León Castillo quiere obtener algo de mí, lo obtendrá, pero comenzaré a hacer las cosas a mi manera, lo sacaré de su estúpido juego de locuras y lo integraré al mío, ¡Vamos, yo puedo derrotarlo! En la historia siempre muestran como el padre entrena a sus hijos, y este es el momento en el que el hijo superará al maestro, con mi gran intelecto y la estupidez de Gabriel, lograré solucionar este puzzle, me iré a casa con Gabriel y Diana y tendré mi final feliz, digno de una película, digno de un libro que leerá todo el mundo—¿Sabes que es esto?

—Es... la varita negra... Similar a la que tenía Alexander Dankwort, es solo que la de él tenía una piedra roja... ¿Para qué crees que funcione?

—¿Ves a la chica alta de allá verdad?

—Aí, es Pamela Dankwort. Ella llegó a la celda y me liberó. Me dijo que no tiene su varita blan... No puede ser.

—Exacto, son como los colores primarios. Piensa: Rojo, Azul y Amarillo. Blanco y Negro...

—Tiene razón—Dice Pamela entrando a la conversación, Diana me ve con sospecha.—Perdonen que interrumpa a los gemelos Castillo, ¿Qué están tramando?—Ella debe saber algo, necesito más información.

—¿Qué sabes de las varitas, Pamela?

—Son cinco en total, las necesitas si quieres volver al mundo real... Es la condición de León Castillo, ese maldito bastardo.

—¿Sabes donde está Alexander?—Pregunta Gabriel poniéndose en frente de mí—Lo entiendo, me ayudaste a salir de mi celda porque estás igual de perdida que todos nosotros, pero necesitamos respuestas del maldito de tu hermano.

—¡NO TENGO NI IDEA!—Dice dándole un empujón a Gabriel.—¡Todo esto es tu maldita culpa! ¡Por ti, estamos metidos en este lío!

—¿De qué habla, Cristian? ¿Es verdad?—Dice Diana viéndome a los ojos.

—¡Ya me hartaste maldita zorra!— Gabriel se lanza sobre Pamela y esta lo sostiene como puede, Gabriel trata de golpearla y es ahí donde me interpongo entre ambos—¿Qué mierda haces? ¡¿De qué lado estás?!

Una alarma fuerte comienza a sonar en todo el lugar, es tan fuerte que todos nos tapamos los oídos por reflejo«¿Eso es todo lo que tienes, papá?» Ya me cansé de tener miedo, por primera vez siento que tengo el control completo de la situación, la mejor técnica posible es hacer exactamente lo que él hizo, jugar con la misma moneda, encarnar la piel del villano. Ojo por ojo, diente por diente. León Castillo, yo, Cristian Castillo, te seguiré la corriente. Como una partida de ajedrez que resucita con solo un alfil, un caballo, una torre y una reina. Es momento de utilizar todas mis piezas, todo lo que tú hiciste... Te lo voy a devolver, pero multiplicado por cien«¿Y si no obtengo la victoria esperada?» No me interesa, si es que llego a caer, todos caerán conmigo.

***

La alarma termina de sonar, la puerta se abre con fuerza, ¿Somos realmente libres?

—¡Vámonos de aquí, ya!—Grita Pamela corriendo con velocidad hacia la salida.—Vengan, par de críos.

—Tenemos que irnos hermano, de alguna forma lo logramos—Dice Gabriel, caminado rápidamente. Pero voltea a verme—¿Vienes o no?

—¿Todo bien, amor?—Diana aprieta mi mano y logra estabilizar todo mi cuerpo, el fuerte sonido de la alarma casi hace que pierda de vista el plan, tengo que seguir de pie, seguir firme y nunca perder.—¿Cristian?

Tomo el rostro de Diana y le doy un beso en los labios«Los labios más sabrosos de toda la galaxia»

—No quiero interrumpir el momento a Romeo y Julieta, pero mierda, ¡vámonos de aquí!—Llevo la mano a mi nuca en señal de incomodidad.

—Vámonos de aquí.

Los tres salimos de la habitación, afuera se encuentra Pamela, todo es un largo pasillo«¿Tendré que activar mi plan ahora? No... Debo hacerle pensar que confío en él» Me acerco a Gabriel y le entrego la varita negra, a lo que él responde con una expresión de sorpresa.

—¿Qué quieres que haga con eso, hermanito?—Pamela y Diana observan y sus rostros se vuelven pálidos, es obvio que no entienden nada, todo tal cual.—¡¿Quieres que yo tenga la varita negra?!

—¡Tú eres León Castillo!—Diana se aleja de mí y se pone junto a Pamela.—Esto no puede estar pasando, ¿¡Acabo de besar a un ansiano?!

—¡Maldigo hijo de puta!—Grita Pamela tomando del brazo a mi amada Diana.—¿¡Qué mierda es este circo?!

—Todos tranquilos, yo soy Cristian... Me encontré esta varita negra cuando me enfrenté con Esmeralda, esta varita es la clave para poder salir, todo es un plan que tengo... ¡Nos salvaré a todos!

—¿Y por qué se la entregas a Gabriel? ¡¿Quién no te dice que todo esto es un maldito truco?!—Dice Pamela entre lágrimas.

—Jamás desconfiaría de mi hermano gemelo, tranquilas chicas, lo acabo de comprobar. ¿No es así, Gabriel?— Mi hermano me ve con los ojos como platos, me da un fuerte abrazo y comienza a llorar... Tengo que admitir que esa no me la esperaba, realmente me está haciendo difícil seguir con mi plan verdadero, solo tengo que aguantar un segundo más—Ya déjate de llantos y acepta la varita negra, hermano.

—Gra... Gracias, Cristian—Gabriel toma la varita negra y la alza en el cielo.—Esto es... esto es...¡INCREÍBLE! ¡TENGO EL PODER DE TODO!—Gabriel les da un empujón a ambas chicas y comienza a agitar la varita negra, la cual saca una nube negra a su alrededor—¡Malditos estúpidos, acaban de caer en mi trampa!

—Mierda, mira lo que hiciste, idiota. ¡La cagaste!—Dice Pamela poniendo su cuerpo tras el mío, Diana me aprieta la mano con fuerza—¿Ese era tu brillante plan, genio? ¡Nos mataste a todos!

—¿Cristian? ¿Qué hiciste?

—Hizo exactamente lo que León quería que hiciera, zorras escupidas—Gabriel comienza a agitar su varita con felicidad.— Caíste redondo, Cristian. Tengo que admitir que fue divertido hacerme pensar que realmente podías ganarme.

—¿Quién eres realmente? ¿Dónde está mi hermano verdadero?

—Este cuerpo que ves es solo un señuelo, idiota. Yo estoy torturando a tu hermano en este momento, él no merece el legado que te estoy construyendo.

—¿Así que para eso creaste El Otro Lado? ¿Un reino solo para mí?

—Exactamente, aunque tal vez no lo merezcas tanto... Al final pude derrotarte, ¿O no? Tengo la varita negra beta, ahora ya no tienes el poder de jugar con mi universo.

—En eso te equivocas, falso Gabriel... De hecho ahora es mi turno de ganar.

—Cristian, te venció... Admítelo—Dice Pamela tocando mi espalda.—No hay forma de ganarle al psicópata de tu padre... Ya perdimos.

—Repíteme una cosa, falso Gabriel... ¿Quién realmente se tiró al río?

—Ya te lo dije, Cristian. Fue el estúpido de Gabriel...

—Pues te equivocaste, la respuesta correcta es...

[Años atrás]

—Gabrielcito se preocupa por el medio ambiente, esta historia también tiene que tener una parte ecológica.

—Dios mío, está bien. Pero si no rebota, tendrás que ser tú, el que irá a nadar al río.

—Está bien, dalo por hecho—Gabriel se aleja unos dos metros del balón y corre con todas sus fuerzas hacia este, es momento de que mi hermano pierda esta apuesta.—¡Aquí voy perra!

—¡¡Aquí están!!

—¿¡Qué?! —Decimos ambos quedando paralizados.

—Los encontré, maldición. ¿Creen que se van a escapar de sus tareas tan fácilmente?

—Por Dios, mamá. ¡Estamos en medio de una apuesta!—Dice Gabriel suplicando de rodillas—Solo déjame intentar esto y hacemos las tareas...

—Sí mamá, no seas agua fiestas—Alcanzo a decir.

—Me valen sus tontos juegos de niños, ¡Se van a la casa en este instante!

[Actualidad]

—Ninguno de los dos se tiró al río ese día, Mamá lo impidió. Te puse una trampa, amigo.

Todos ven con impacto ante tal revelación. Acabo de jugarle la misma moneda.

—Eso no tiene sentido, ¿Entonces, por qué recuerdo otra cosa?

—Porque puse esos recuerdos en ti, te hice lo mismo qué haces con todos León...

—Eso no importa, tengo la varita negra en versión beta, significa que tú pierdes.

—¿Te refieres a esta varita?—De mi bolsillo sacó la varita negra versión beta, la verdadera.—Me di el tiempo de aprender a usarla, con esta varita puedo crear varitas falsas, ¿Sabías?

—¿Estás jugando conmigo, hijo mío?

—De hecho, esa varita es un virus que me da la mitad del control de El Otro Lado, ahora estamos al mismo nivel, papá.

—Brillante—Dicen Pamela y Diana

—Estamos en el aire, León Castillo.

—¿Qué mierda significa eso?—El falso Gabriel comienza a rodearse de una neblina negra, de esta salen rayos que comienzan a electrocutarlo.—¡Mierda!

—Significa que no importa de qué forma seas, todos somos iguales, papá. Aquí va el primero, de mil ataques que te haré, hasta que pagues por toda la mierda que has hecho.

—¡Eres muy listo, Cristian! Pero no más que yo—La neblina comienza a rodearlo su apariencia comienza a distorsionarse, cambiando a muchas caras, un hombre con gorra y gafas, luego uno con pelo largo, en fin, cambia en muchas personas que nunca en mi vida había visto, hasta que desaparece en el aire...

—Pronto iré por ti, Gabriel...

—Eso fue... ¡Genial!—Dice Diana lanzándose sobre mis hombros—¡Como te amo!

—Dios... Ya... bájate, ¡Me estás aplastando!—La saco de mi espalda y la cargo en mis brazos, dándole un profundo beso en los labios.

—Nada mal para ser un crío, Cristian. Por eso eres mi alumno favorito.

—Gracias Pamela, te prometo que daremos con León.

—Eso espero.

Estamos en el aire.

***

"León"

—Que risa, Dios mío—Dice Gabriel balanceándose entre las cadenas.—Tengo que admitir que ni yo recordaba con certeza esa historia.

—¡MIERDA, MIERDA, MIERDA Y MÁS MIERDA!—Siento dolor en todo mi cuerpo, mi estómago da demasiadas vueltas por segundo—LA IDEA ERA QUE LE CONTARAS TODO DE TI, SE NOTA QUE ERES MI HIJO MÁS IDIOTA, ¿NO ENTIENDES QUE PUDISTE GANAR MI REINO?

—No quiero tu asqueroso reino, psicópata. ¿Crees que me siento orgulloso de ser tu hijo? Me das asco—Le doy un fuerte golpe en el estómago, provocando que escupa sangre—Hijo... de... puta.

—Tal vez Cristian fue más listo, ¡PERO NO MÁS QUE YO.

Acepto tu juego, hijo mío. Pero tienes que saber que no hay forma de ganarle a los padres, los hijos están destinados a perder ante ellos, vamos que se puede. Solo me quedan siete capítulos para acabar contigo, es todo lo que necesito.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top