Capítulo XXII: Donde hubo fuego, cenizas quedan.

Cabello rojo rizado, ojos color miel y complexión un poco gruesa. Lleva un vestido negro, y zapatos combinados, la mismísima Diana Deneguer. Pero me llama la atención algo... Tiene la mejilla izquierda más roja de lo normal, como si alguien la hubiera golpeado.

—¿Realmente eres tú, Cristian?—El solo verla me hace recordar los buenos momentos que vivimos, tal vez estoy siendo exagerado, pero me hace ver esos lindos días donde no estaba preso de un mundo virtual. Pero me da miedo pensar de que es otro truco para volverme loco, no quiero caer en sus juegos otra vez, ahora con la varita negra puedo confirmar si es un truco o no. Doy unos pasos atrás mientras ella se me acerca lentamente.—¿Me tienes miedo?

—No es eso, es solo que...

—Te entiendo, no creas que yo no estoy asustada con todo esto. Por lo que sabemos tú también puedes ser Alexander Dankwort.

—¿Qué? ¿Yo soy Alexander?—Una idea que acaba de aterrizar en mi cabeza, tal vez esta es otra estrategia. Mierda, ya no sé si creer en mí mismo o no.—Por favor no alteres más la situación, Diana.

—Solo quiero que esta mierda acabe, Cristian... Pero... ¿Sabes? Al final de todo esto, tengo que aceptar que soy afortunada—Camina y se acerca más y más a mí.

—¿Por...qué?—Cada vez me provocan más ganas de apuntarle con la varita negra, pero debo ser fuerte. Tiene que ser una prueba.

—Creo que recuerdo, Cristian... Nosotros... Es lo único lindo que puedo decir que he tenido, nuestra... relación...

—¿Nuestra falsa relación?

—¿De verdad piensas que todo fue solo una mentira?

***

[Años atrás]

Sentir la brisa por mi rostro, la arena caliente entre los dedos de mis pies, es un momento único y relajante, la mano apretada de mi novia es la cereza del pastel. Todo es perfecto, mis problemas, mis crisis son inexistentes cuando estoy a su lado«Quiero estar así para siempre, sin preocupaciones, sin problemas, Hakuna Matata»Diana se apreta a mi cuerpo, sintiendo su calor humano.

—Nosotros pondremos la tienda, ustedes, par de tórtolos. Pueden ir a investigar, pero no se alejen demasiado, o aquí va a correr sangre—Dice Félix viéndome directo a los ojos.—Si llegas a hacerle algo a mi hija te juro que...

—¡Félix!—Lo interrumpe su esposa, Ángela.—Si sigues con esa actitud mi hija te va a terminar odiando, y lo sabes.

—No asustes a mi novio, papá. Cristian sabe cuidarme y yo confío en él—Me ve con esos hermosos ojos que tanto me enloquecen.—¿Nos vamos?

—Sí... Seguro—Digo entre nervios mientras Diana me tira de la mano, dejándome llevar por el momento.

—Podemos irnos a las rocas que están cerca de la costa, puedo sacarte esas fotos que tanto te gustan, súper modelo.

—Tú me conoces.

No puedo dejar de verla, tiene una belleza única que no cualquiera tiene, es inteligente, atractiva, valiente, es sin duda la mujer más perfecta que pude haber conocido. Me siento tan feliz, tan afortunado de tener a una compañera como lo es ella, Diana Deneguer... Quiero capturar un momento como este para siempre, casarnos, tener hijos, formar una familia. Quiero desligarme de los secretos de Gabriel... Ser el dueño de mi propia vida, ser el legítimo Cristian Castillo que debí ser en el momento en el que la conocí.

Caminamos más y más lejos, dejamos que el agua del mar toque nuestros pies, Diana se pone por delante de mí y se pone hacer gestos con su rostro«Que guapa que es, maldita sea»Veo que me está hablando de algo, ¿Me estará contando cosas de su vida? No lo sé, es solo que no puedo concentrarme en sus palabras, es tan hermosa, es tan preciosa, me tiene completamente hipnotizado.

—Oye, Cristian, ¿Me estás escuchando?—Dice acercándose a mí.—¡No me estás escuchando!

—Lo hago, lo lamento... Es que... Dios, eres tan hermosa—Ella se sonroja al escuchar mis palabras.—Como sea, ¿Qué es lo que me decías?

Diana se aleja y se sube a una piedra grande que se encuentra a pocos metros. Hasta habilidades de escalar tiene, ¿Tanta suerte tengo?

—¡Sácame una foto aquí!—Dice haciendo una pose profunda.—Aquí así como "Mirando a la nada pero pensando en todo".

—¿Así de filosófica?—Digo riéndome a carcajadas.—Está bien, "Calvin Klein"—Diana hace una expresión enojada.—Ag... No le pongas color, bebé.

—Déjame ser feliz, maldito idiota. ¡Ya estoy posando!—Saco mi teléfono y enciendo la cámara, trato de captar el mejor ángulo—¡Avísame cuando tengas una para hacer una pose diferente!

—Está bien, pero quédate quieta—Digo tratando de enfocar con la cámara.—Muéstrame todo tu potencial, cariño.

—Eso intento, amor de mi vida.

***

[Actualidad]

—Empezó jugando y nos terminó gustando.

—Dos muñecos de papel que se acaban quemando.

—Tenemos nuestro defectos y aún así le damos...

—No me importa donde estemos si estoy a tu lado.

Con Diana viví los mejores momentos de mi casi infancia, a pesar de que haya sido actuado, no quita todo lo bueno que vivimos. A pesar de que haya sentido cosas por Pamela, ella nunca me dio importancia... Solo fui su alumno, en cambio, Diana... Ha sido mi novia por más tiempo, mi compañera, la mujer con la que perdí mi virginidad... La perdí muy joven, pero fue con ella... mi más fiel acompáñate.

—¿Aún recuerdas la canción que me hiciste?

—¿Muñecos de Papel? Como olvidarla, es nuestra canción... "No nos quieren juntos, pero yo me apunto, sigue mis consejos y conquistadas el mundo"—La canción que hicimos en nuestra primera cita, como olvidarla.

—¿Entonces, confías en mí?—Diana me da un fuerte abrazo, siento como llora en mi hombro... Lagrimas sinceras, lágrimas que no sentía de hace mucho tiempo. Lágrimas de una chica que solo quiere su libertad, al igual que yo—Quiero que escápenos juntos, Cristian. Quiero estar contigo hasta el día de mi muerte. Quiero que cuando salgamos de este mundo, vayamos a la playa a donde tuvimos nuestro primer encuentro, viendo el atardecer... Los dos juntos.

—Así será, Diana. Nos iremos de esta mierda—De mi bolsillo saco la varita negra, la única varita que puede destruir por completo el plan de León... Es momento de salir de aquí. Guardo la varita nuevamente y me separo de Diana para ver sus preciosos ojos cafés.—Diana tenemos que salir de aquí, ¿Dónde están tus padres?

—¿Mis... padres?—Diana se aleja y comienza a caminar en círculos, llevando la mano a su boca—No tengo idea, maldita sea... Luego de que tú te fuiste... Luego de que te fuiste con Pamela...

"Diana"
[1 día atrás]

Entro a la habitación a donde se encuentra mi padre hablando con lo que parece ser... Mi madre, "Jasper".

—¿Dónde se fue Cristian?—Digo acercándome a papá, pero no deja de llorar.—¡Papá respóndeme!

—Se fue con Pamela—Dice mi madre entrando por detrás de mí... Espera...¿¡Qué mierda estoy viendo!?

En la habitación está mi padre con Jasper, estoy yo y una con de ella... ¡HAY DOS JASPER EN LA HABITACION!

—¿Qué mierda está pasando? ¿De dónde salió esta mujer?—Papá me toma del brazo y me pone a su lado.—¿Quién es Ángela de ustedes dos?

—¿Quién demonios eres tú?—Dice Jasper hablándole a la otra Jasper... Esto me está enredando muchísimo.

—Yo soy el Dios de este mundo, cariño—Dice cambiando el tono de su voz, tiene la voz de un hombre adulto. Entre su vestido saca una varita negra, irradiando una llama negra.—Me llamó León Castillo—Agita la varita y su forma comienza a cambiar, transformándose en un hombre de cabello negro y ojos azules intensos, lleva un traje elegante color negro—Es un placer conocerlos al fin, familia Deneguer...

—¿Qué mierda? ¡¿Tienes algo que ver con Alexander Dankwort?! Mantente conmigo, Diana—Mi padre se aferra a mí y a mi madre, estamos muertos de miedo. ¿¡Quién mierda es este sujeto!?—¡Vamos, habla!

Comienza a reír, descontrolada mente. Es ahí cuando mi padre empuña sus manos y se acerca para darle un fuerte puñetazo en toda la cara, tirando al hombre al suelo«¿Lo mató?»Papá camina lentamente hasta el cuerpo del hombre y con su zapato lo toca un par de segundos.

—¿De verdad, acaba de matarlo?

—Eso parece, cariño—Dice Mamá acercándose lentamente al cuerpo.

—No se acerquen, por favor... Si no puede que...

El cuerpo se re incorpora rápidamente como por arte de magia, agita la varita y nos quedamos todos paralizados. ¿¡Qué mierda este sujeto!? Creía que Alexander Dankwort era el único capaz de controlar este mundo, no tiene sentido todo esto.

—Quizá no me conozcan pero soy la razón de que sus cuerpos reales aún estén funcionando. Me presento, soy León Castillo... Soy el culpable de todas las acciones de Alexander Dankwort, acabo de convencer a Cristian de derrotarlo, hace bien sus planes... Pero ahora es momento de que yo me ponga a trabajar, ya llevo mucho tiempo divagando.

—¿Qué.... planeas... hacer?—Digo con fuerza para poder modular palabras.—¿Castillo? ¿Eres... El papá de...?

—Exactamente, yo soy tu suegro, mocosa.—Toca mi nariz con su dedo índice, que ganas de darle un golpe en la cara, que impotencia siento ahora mismo— Alexander tiene los días contados, yo acabaré con su vida así que de alguna forma soy su héroe. Así que deben venerarme, imbéciles.

—¿Quieres que venere a un psicópata como tú?—Dice mi padre tratando de hacer fuerza—Alexander me dijo que descuartizaste a sus padres... ¿Por qué confiar en un asesino?

—Estamos en la fase tres de esta historia, la mejor fase de todas porque ahora soy yo.

—¿De qué mierda estás hablando, maldito lunático?—Dice mi madre tratando de hacer fuerza, pero al igual que mi padre, todo es inútil.

—Necesito divertirme más con mis hijos, quiero saber quien es el que se merece ser digno de este lugar... Creo que cualquier padre busca a su heredero perfecto. Todo apunta a que Cristian fue el privilegiado, el suertudo de heredar mi misma capacidad cerebral...

—Cristian no es como tú—Digo con firmeza.—El jamás va a aceptar tu juego de locuras, León.

—¿Quién dice eso? ¿Tú? Para haberte acostado con mi hijo no pareces ser digna de él. A pesar de poco más inventarte padres falsos, que estupidez. Tuve a toda tu familia como marionetas, eso de actores no es lo mío.

—¿Y lo dice alguien que nunca en su vida ha aparecido?—Me da una fuerte cachetada, dejando mi rostro con una marca roja—¡MIERDA!

—¡Te voy a matar, hijo de puta!—Grita mi padre al verme con los ojos cristalinos.—¿Estás bien, Diana?

—S...sí, solo... Me duele el rostro.

—¿¡Qué mierda quieres de nosotros!?—Grita mi madre con sus ojos igual en lágrimas.

—Ustedes son míos, los necesito para algo que estoy construyendo... Serán parte de unos ocho capítulos muy interesantes...

***

[Actualidad]

"Cristian"

Diana me explica todo.

¿Todo este tiempo estuve hablando con mi padre?

Cuando hablé con Jasper... Nunca fue ella, era León Castillo. Esta mierda no puede ser real, no me cabe en la cabeza que todo este tiempo... No... No, simplemente no.

—¿Estás segura de lo que dices, Diana?

—Maldita sea, Cristian. ¿¡Crees que estoy para bromear con algo así!?—Diana comienza a llorar.—Quiero solo salir de aquí... Quiero tener una vida normal y dejar de creer locuras de otro mundo e idioteces. León dijo que acabaría con la vida de Alexander...

—Eso no puede ser, Alexander no está muerto... ¿Con quién hablé, entonces?—Es demasiado que procesar, no me cabe en la cabeza que haya hablado con mi padre... ¿Desde cuando que me está vigilando?—León Castillo tiene la habilidad de cambiar de forma, ¿Quién me dice que tú no eres mi padre?

Diana me ve con miedo y lleva las manos a su boca, comienza a temblar de ansiedad«¿La estoy realmente asustando?» No puedo evitar sentir pena por ella, no, ella no es mi padre, es imposible... No creo, ¿De qué es capaz, León Castillo?

—¡Mírame, mírame!—Digo sosteniendo su rostro hermoso, viendo sus ojos cafés... Es ella, estoy seguro.—Confío en ti.

—¿De... de verdad?—Tomo su rostro y lo junto con el mío, juntando mis labios con los suyos. Su lengua, su esencia... me hace acordarme de esos días en la playa... Donde hicimos nuestra canción, donde nos volvimos solo uno...

***
[Años atrás]

—Te amo, Cristian.

—Te amo, Diana.

Empezó jugando y nos terminó gustando,
Dos muñecos de papel que se acaban quemando,
Tenemos nuestros defectos y aún así le damos,
No me importa donde estemos si estoy a tu lado.

[Actualidad]

Rodeo su cintura y sigo besando a la única mujer de mi vida, mi compañera de aventuras, mi real compañera, Diana Deneguer.

—Nos iremos de aquí, juntos. Nos iremos a la playa luego de todo esto—Digo sin apartarme de sus carnosos labios.

—Si mi amor, nos iremos de aquí. Con tu hermano... Nos iremos los tres de esta mierda y...

—Vaya... que mal.

Ambos dejamos de besarnos y vemos la entrada, una mujer alta de cabello rubio y con ojos de distinto color, esto no puede ser. La mujer de la que un día sentí profunda admiración, pero que terminó por volverse mi peor enemiga.

—¿Tú?—Desimos con Diana sin dejar de abrazarnos.

—Parece que.... "Donde hubo fuego, cenizas quedan"—Dice Pamela Dankwort entre unas carcajadas.—Significa que lo nuestro ya no puede ser, ¿Verdad, Cristian?

—Pamela no hay tiempo para explicar, tienes que ayudarnos... ¡Tú hermano está muerto!—Pamela se me queda viendo con la mirada perdida, se ve confundida.

—¿Qué pasó con mi hermano?—Dice llevando las manos a su boca.

—¿Cristian? Demonios, ¡Aquí estás hermano!

—¿Gabriel?

***
"León"

Disfruto ver desde la comodidad de mi hogar como todo sale justo como lo estoy planeando. Que diversión... ¡Jamás pensé que Cristian podría descubrir que estoy vivo! Que emoción, es tan inteligente como su padre, tan inteligente como yo. Será un gran hombre, será digno de heredar todo mi mundo, no como el inútil de Gabriel... ¿Qué haré con él?

—¿Qué puedo hacer con mi hijo más tonto? Dame alguna pista, Gabriel.

—Má....ta...me.

—¿Qué cosa? No logro entenderte hijo...

Secuestrarlo fue tan fácil como robar un gato. Gabriel Castillo, mi hijo. Amarrado a una silla con una cuerda llena de espinas, con una corona de espinas... Una forma bíblica de demostrarle quién manda en este mundo. Ya que el tonto pensó que podría escapar de su propio padre.

—No... Puedo... Creer.... Te busqué por tanto tiempo...

—Me encontraste, hijo mío. Dime, ¿Qué te parezco?

—Pienso que eres un vil pedazo de mierda, que nunca debió existir.

—Si yo no existo, no naces. Te di la vida, deberías agradecerme.

—Pero de una forma asquerosa... ¿Por qué violaste a mi madre?

—Porqué no lo hice antes, es la cuestión. Además... La zorra de tu madre se lo buscó... Ella "Marchaba por los derechos de su país".

—Hacía algo bueno...

—Yo también, soy militar hijo mío. De hecho es el único futuro que veo en ti, ser un militar.

—Jamás sería esa mierda.

—¡Lo serás! Es el único futuro que puedes tener, y cuando lo entiendas te sacaré esa cuerda y corona de espinas, hijo mío.

—Maldito desgraciado...

Que divertida situación, una Obra maestra.

¿Los tengo con el alma en un hilo no es cierto?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top