Capítulo XVI: Define "Justicia".
"Cristian"
[Años atrás]
—¿Qué es lo que tengo que hacer para conquistar a una mujer?—Le pregunto a mi madre desde el otro lado de la mesa. Una pregunta que ha dado vueltas desde que conozco a Diana, una chica inteligente y grandiosa, la mujer por la cual puedo decir que daría mi vida«¿No son pensamientos demasiado profundos para un niño?»Bueno, tal vez esté exagerando.
—¿A qué viene esa pregunta? ¿Te gusta alguien?—Mi madre arquea una ceja y me ve de arriba a abajo—En primer lugar, eres muy joven... El amor a su edad es mucho más simple, Cristian.
—Bueno, ¿A ti cómo te conquistó... papá?—Llevo las manos a mi boca en segundos, no puedo creer lo que acabo de decir«Eres un idiota, ahora arruinaste todo»Veo a mi madre y de esta salen unas lágrimas—Perdóname... Yo no quise...
–Tranquilo, está bien. Verás... Se que cometí muchos errores con ustedes, de no ser por ocultarles cosas... Gabriel estaría aquí con nosotros y no perdido por el mundo...
Toco la mano de mi madre.
—Mamá no es tu culpa, tú sabes cómo es mi hermano... Es impulsivo y toma decisiones a la rápida.
—Dios... Cristian, Gabriel sabe más cosas de las que tú sabes—Comienza a llorar—Eres inteligente, y puedes deducirlo, y aún así te esfuerzas por protegerme a mí... Proteges a todos pero siempre te descuidas a ti mismo, no me gusta eso... Si tan solo yo fuera más valiente y...
—No tienes que contarme nada si no quieres decirme, por algo será, mamá. Yo estoy bien, si tú estás bien...
—Siento que no te valoro lo suficiente, si no soy tan afectiva es porque quiero que seas fuerte. El día de mañana serás un hombre y quiero que sepas hacer las cosas bien... No quiero que termines como yo, una mujer soltera con un hijo y el otro desaparecido. Yo no pedí esta vida, pero la obtuve y trato de dar lo mejor de mí—Toca mi rostro y empieza a acariciarlo—Si el día de mañana estás en verdadero peligro, quiero que sepas cómo afrontar la situación. En algún momento tienes que ser fuerte sin mis consejos.
—No digas eso mamá, a ti te queda para rato.
—No es tan así, Cristian. Yo tengo el tiempo medido, y si no te dije es porque quería decírtelo con tu hermano. Pero lamentablemente no está aquí...
—¿De qué estás hablando?
—Tengo Cáncer, Cristian.
***
[Actualidad]
Pamela me está estrangulando y ni siquiera sé si mi vida acabará aquí o despertaré en la vida real. ¿Qué fue lo que ocurrió? Estábamos bien hasta que el auto chocó, ahora la mirada de la mujer con la que empezaba a asentir cosas, cambió a la de una arpía, una mujer que desconozco por completo. Mi madre me dio los mejores consejos, siempre estuvo conmigo a pesar de esa enfermedad de mierda que se la ha comido con el pasar de los días. Si estoy haciendo todo esto, es porque quiero darle una vida a mi madre, una vida feliz con sus dos hijos, una vida sin secretos, tanto para mí como para ella y no pienso dejar que una chica termine con mi vida. Utilizo mi fuerza para sujetar las manos de Pamela y logro escapar. Ambos caemos afuera del auto, yo quedando sobre el rostro de Pamela mientras le sujeto las manos.
—¿¡Qué demonios te pasa!?
—No lo entenderías, ¡Tu padre es un asesino!–¿Estará delirando? De nuevo mi padre está metido en todo esto—Ahora lo recuerdo todo, mi verdadero motivo. Todo esto es una venganza, torturar a los gemelos Castillo, es el plan de Alexander Dankwort... Mi hermano.
—¡¿Qué?!—Pamela flexiona su pierna y me da un golpe en el estómago, logrando que mi cuerpo caiga a un costado—¡Mierda!—Pamela de su bolsillo saca... Una varita con un mango negro y en la punta una esfera blanca—¿¡Eres una bruja?!
—Ahora lo entiendo todo, es momento de que le conozcas de verdad—Agita la varita y comienza a brillar con una luz blanca, la chica tierna e indefensa que conocí se ha convertido en una mujer adulta, pero igual de atractiva. Cabello rubio y ojos igual de distinto color, ahora se ve con la apariencia de unos veintiséis años, aunque puedo equivocarme.
—¡Eres una puta traidora!
—Soy la bruja de Keptomia, ¡La bruja Blanca! Y también tengo la habilidad de controlar parte de este mundo.
—Tienes que estar bromeando, esto no puede ser...
—Así es, y es momento de llevarte conmigo. Querido—Pamela agita su varita y me encierra en una burbuja la cual se mantiene flotando, trato de golpear para reventarla—Es imposible, Cristian. Mi varita no es tan fácil de derrotar... Mira la Pamela que conociste no era más que una chica pérdida... Estúpida, nada que ver conmigo. Aunque es tierno que de alguna manera te haya gustado, es adorable, de hecho.
—¿La mujer que conocí no es más que otra mentira?—Comienzo a llorar de la decepción. Al final de todo esto tenía pensado en invitarla a salir, que mi madre la conociera, una graciosa mentira que tendríamos para que no pensaran que estoy loco por conocer a una chica en un mundo virtual, pero nada parece salirme bien, siempre alguna forma terminó cayendo más y más bajo—Yo te amaba, Pamela. Me gustas te enserio.
—¡Te enamoraste de una niña tonta, Cristian!—La mujer comienza a caminar.—Te llevaré a mi castillo, pero igual me gustaría que conocieras Keptomia. Después de todo, eres el aventurero.
En el camino avanzamos a lo que parecer ser, Keptomia. Un mundo que a simple vista no es para nada futurista como Kalastia, es similar a un pueblo medieval. Árboles con las hojas amarillas, pasan aldeanos a mi alrededor, es más todos parecen temerle a Pamela, ya que se alejan de ella al momento que ella camina lentamente. Trato de gritar y pedir ayuda, pero es imposible, nadie me escucha a través de esta burbuja, y de hecho, pasan de ella como si solo fuera aire. Pamela me dice que no tengo escapatoria, ya que este pueblo no es más que una invención de Alexander Dankwort, me dice que aquí exactamente no hay más que ocho personas reales, ocho personas que entraron con fuerza a este mundo de locuras, lo que parece ser El Otro lado. Caminamos por todo el pueblo hasta llegar a un enorme castillo color blanco, un lugar digno de una película de Disney. Solo que este estaba gobernado por Pamela Dankwort. Aunque aún dudo si ese es su verdadero nombre o no. No puedo creer que este en manos de ella, no puedo creer que todo este tiempo estuve con la hermana del villano, y yo que pensaba que había encontrado el amor.
Entramos al castillo y llegamos directo al trono, hay un pensamiento que pasa por mi cabeza. Si ella es la bruja de Keptomia, entonces, ¿Quién es el Presidente? Seguramente será alguien del cual no tengo información, solo sé, que mis recuerdos se activan una vez obtenga una varita, que para mí desgracia, la varita azul y amarilla las tiene Pamela. Solo tengo que buscar una estrategia para quitarsela, pero, ¿Cómo puedo hacerlo?
—Hemos llegado a mi castillo, Cristian—Dice Pamela viéndome con una sonrisa que nunca había visto, la chica que había sido mi amiga durante esta historia había desaparecido—Tenemos que estar aquí hasta que te encuentres con el Alcalde, eres listo así que para que te doy más información... Total puedes deducirlo tu mismo.
—¿Qué es todo esto, Pamela? Creí que éramos amigos—La pena no puedo sacarla de mi cuerpo, solo soy un humano, no soy un robot.
—Eres increíble, Cristian... Tanto que de verdad me da pena tenerte ahí encerrado.
—¿Todo era mentira? Eso de tu padre... Estar con Esmeralda... Al menos dime la verdadera versión de la historia.
—Ya veo, quieres que te pase mi varita para así abrir tus recuerdos, ¿Me equivoco?
—Realmente me gustaría.
—Yo pienso que el ser humano si quiere recordar, recuerda cariño. A lo más te puedo decir cosas de tu hermano, tú te conoces a ti mismo.
—¿Y qué te hizo mi hermano a ti? ¡¿Acaso no piensas que todo esto es culpa de Alexander Dankwort?! ¿¡Y si él ha jugado contigo!?
—Mi hermano jamás lo haría, ya que yo ayudé en este maldito proyecto enfermizo. Sí, Alexander está loco, pero no puedes culparlo, esto no es exactamente culpa de ustedes, pero Gabriel abrió la caja de Pandora para iniciar todo esto.
—¿Qué mierda es lo que hizo!?
—Si Gabriel no se hubiera presentado ante nosotros, ni siquiera sabríamos de su existencia. Verás... Alexander y yo éramos chicos felices, con sueños y esperanzas... En eso conocimos a León... León Castillo, tu padre de hecho. Él se hizo muy amigo de la familia, nosotros somos gente con mucho dinero y cercanos a los de arriba... Nuestros padres eran muy buenos amigos de James Meñalech ¿Te suena ese nombre?
—¿El ministro de salud? ¿Me estás tomando el pelo verdad?—Mi cabeza es un sin fin de teorías, no entiendo que tienen que ver problemas del estado con mis problemas familiares—¿Quiénes eran tus padres? ¿Quiénes son?
—Mis padres fueron asesinados, Cristian. ¡Fueron descuartizados en manos de tu maldito padre!—Pamela comienza a llorar, a pesar de que ya no tiene la imagen de la chica de más menos de mi edad, su rostro me recuerda a la de una mujer que conocí hace mucho tiempo—Tu padre los asesinó a sangre fría, ¡¿Y sabes que más hizo?! Desapareció del maldito mapa, nunca pudimos dar con ese maldito bastardo. Quedamos huérfanos y sin familia... Además trató de inculpar a mi hermano por sus actos.
—Si es verdad lo que me dices, nosotros no tenemos porqué pagar los platos rotos. Yo nunca conocí a mi padre, Pamela, de hecho, Gabriel estaba averiguando quién era él en primer lugar... Y si lo que me dices es verdad, puede que ahora tenga más lógica de el porqué me decía que tenía que cuidar a mi madre. Quizá le hizo algo a ella, aún no lo tengo muy claro y es lo que quiero averiguar, Pamela—Digo acercándome a la burbuja—Yo tengo fe en ti, sabes...
—Solo estoy llena de odio, entiéndeme, Cristian—Pamela se acerca la burbuja y la rompe, dejándome caer al suelo. Ella me sujeta del brazo y utiliza la varita para mantenerme paralizado, me cuesta moverme y ni siquiera sé para qué lo hace... Supongo que quiere que me quedé aquí, ¿Quién será el Alcalde de este sector?—Cristian la Pamela Dankwort que conociste antes ya no existe, está muerta. Ella murió en el momento que tú maldito padre decidió acabar con mi familia.
—No es verdad—Abro debate— Me estás diciendo que cuando te salvé, ¿Realmente no estabas en peligro? ¿Quién es Esmeralda realmente?
—Eso te lo puede decir Gabriel, él descubrió todo nuestro plan. Además, la idea principal era acabar con el sistema de Chile, derrotarlo desde adentro para que todos tengan una vida feliz... Pero apareció Gabriel, así que decidimos ocupar este prototipo de mundo, para vengarnos... Ya no habrá más injusticia en este mundo.
—Eso es imposible de obtener, lo sabes verdad. La justicia es la constante y perpetua voluntad de darle a cada quien lo que le corresponde, es equidad y... —Un recuerdo pasa por mi cabeza, a la velocidad de la luz me llega como en forma de película—No puede ser, ¿¡Es usted!?
—Veo que me estás recordando, Cristian. Mi alumno favorito.
[Años atrás]
La clase ha iniciado, no puedo creer a quien tengo delante de mis ojos. Una mujer de cabello negro, ojos de diferente color, uno azul y uno verde... No puedo creerlo, nunca había visto tanta belleza en una mujer adulta.
—Buenos días, alumnos. Mi nombre es Pamela Dankwort. Seré su profesora jefe en este nuevo año escolar—Su forma de hablar es como poesía en el aire, casi siento que no quiero irme de esta escuela—Usted jovencito que tanto me ve, ¿Por qué no se presenta? Quiero conocerlos a todos.
—¿Yo...?
—Claro que sí, ¡Idiota!—Dice el clásico compañero que siempre me elige para sus bromas, todo el salón ríe, todos menos la profesora.
—¿Jovencito a usted no lo educan en su casa, verdad?—Dice la profesora en tono desafiante.
—¿Usted que se cree señora para juzgar así a mi familia?
—Soy tu profesora—Comienza a caminar lentamente hasta acercarse a mi compañero, lo ve detenidamente—Seré casi como tu segunda madre, seré la sombra que te vigilará día a día, y realmente te digo que es mejor tenerme como amiga a enemiga—Golpea la mesa con fuerza, dejándonos a todos asustados. Mi compañero comienza a temblar, está muerto de miedo—Ahora como una diciendo, es mejor que te sientes, ya llegará tu turno de presentarte. No te emociones, si no serás mi objeto de burla este año.
—Eso... Es... Abuso de poder, maestra—Dice mi compañero en busca de pelea—Puedo denunciarla por esto.
La profesora se da vuelta y nos ve a todos, sus hermosos ojos, es como si leyera hasta nuestra alma«Que guapa mujer por Dios»Deja de ponerte loco por estupideces, Cristian. Aquí vienes a estudiar, no a enamorarte.
—Haz lo que quieras, yo no le tengo miedo a nada. Ni siquiera a ustedes—Se acerca a la pizarra y escribe una palabra en grande, "Justicia"—¿Quién me puede decir que significa esta palabra? Dímelo tú, que estabas a punto de presentarte hasta que este incompetente se metió de la nada. Ponte de pie.
Me levanto de la silla lentamente, me tiemblan las rodillas. No quiero equivocarme ante esta mujer, tal vez es el momento de que demuestre mi inteligencia, quiero ganarme su respeto. Al menos puede que sea más cercano con ella que con mi profesor anterior, este siempre decía que yo era el problema.
—Mi nombre es... Cristian Castillo—La profesora cambia su visión unos cuantos segundos, pero vuelve a reponerse—¿Está bien?
—Sí, es solo.... Continúa por favor, ¿Qué es para ti la "Justicia"?
—Em... Yo lo entiendo... Lo que los malos merecen. Justicia es por decirlo así, un castigo divino que se les da a las personas que cometieron malas acciones.
—Vaya... Eres inteligente, jovencito—Toma el plumón y comienza a escribir—A decir verdad, la justicia es...
[Actualidad]
—Fuiste mi profesora jefe antes de que me cambiara a la Escuela de Gabriel... ¿¡Cómo terminaste en todo este lío?! ¡¿Me estuviste vigilando todo este maldito tiempo?! Soy un idiota... Me ayudaste todo ese año a que no me hicieran daño... ¡¿Dónde está esa profesora inteligente y luchadora de la que yo me enamoré?!
Todo comienza a tener algo de sentido, Pamela Dankwort fue mi maestra el año anterior al que me fui donde Gabriel, eso quiere decir que ella siempre fue consciente de los abusos que Alexander le hacía a mi hermano.
—Tu solo me querías como un niñato, eres crédulo, ni siquiera sabes lo que es el verdadero amor.
—Todo este tiempo, mientras tú me dabas consejos... Todo este tiempo estuviste ocultando de que mi hermano era violado constantemente por un psicópata... Todo para planear una ridícula venganza contra mi padre, ¡¿Y ni siquiera sabes dónde mierda está!?
—Gabriel se metió en el ojo de Alexander... Yo conozco a mi hermano y el jamás haría algo como eso... No... ¡Todo es un puto invento!
—¡¿Vas a defender a Alexander!? Él te metió en su juego, te lavó el cerebro, ¿¡Que no lo entiendes!? Me da asco saber que fuiste la que me dijo el significado de "justicia". Eres una maldita que solo sigue órdenes de alguien más—Recibo una fuerte cachetada de parte de ella, todo el amor que sentí alguna vez se ha extinguido por completo, vuelvo a ser independiente en esta historia de mierda.
—¡No vuelvas a decir eso, mocoso!—Ella llora y llora, pero sus lágrimas de cocodrilo no me dan ni una pizca de pena—Todo lo que hice fue para vengar la muerte de mis padres... Todo este circo inició porque Gabriel se dio a conocer, yo cuando escuché tu apellido aquella vez, sí, lo admito, me asusté... Pero me dije "Castillo" es un apellido común... Tratando de dar vuelta la página... Pero fue Gabriel el que se acercó a Alexander en primer lugar... Él le pidió ayuda con un aparato viejo, desde ahí comenzó todo. Ahí me di cuenta de que no podríamos ser felices hasta acabar con la familia de León Castillo... Él le mintió a Alexander diciendo que es estéril... Pero ya hicimos pruebas de ADN, son los hijos de León Castillo... Del asesino, León Castillo.
—La venganza no es buena, Pamela.
—Pero es satisfactoria—Pamela levanta la varita y la apunta a mi cabeza, mi visión comienza a distorsionarse—Te tendré aquí hasta que llegue el Alcalde de Keptomia, seguramente te gustará conocerlo...
—Eres una hija de puta—Esas fueron mis últimas palabras hasta caer completamente dormido. Ya no tengo que más hacer, estoy prisionero de lo que en unos momentos la llegué a sentir como mi novia, mi nueva compañera terminó siendo una lunática más.
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