Capítulo XIV: Un mal por un bien mayor.

"Pamela"

«¿Q estará pasando por la cabeza de Cristian en este momento?» ¿Tendré que decirle todo lo que he descubierto? Veo a Diana abrazando a lo que parecen ser su padre, ambos lloran... Veo la imagen de la familia que yo siempre he querido tener, pero ahora que lo pienso. La mujer rubia dijo que todo esto es una farsa, ¿Eso significa que yo no soy realmente una bruja? Entonces, ¿Qué fue ese recuerdo que tengo en mi memoria? Tal vez Alexander Dankwort se dio el trabajo de alterar mi cabeza, maldito psicópata... Lo único que me gustaría es recordar algo real, saber que tengo que ver yo en todo esto, ¿Cuál es mi verdadera realidad?

Salgo de la habitación y choco con la mujer rubia, esta me ve con una mirada... ¿Familiar?

—¿Quién eres tú?—Pregunta la mujer viéndome intrigada.—¿Nos conocemos? Siento que te he visto en alguna parte, pequeña...

—Yo eh... No lo creo—Corro a la izquierda de la mujer, no pienso revolver más mi cerebro, soy Pamela Dankwort... La hija de un brujo, y así seguiré hasta que sepa algo mas de mi pasado, pero me da miedo descubrir algo que no quiera... ¿Qué hacer? ¿Ser tonta pero feliz o ser inteligente pero triste?

Camino hasta llegar a la celda, está Cristian levantándose del suelo, me ve con una mirada de desconfianza, ¿Le habré hecho algo? En segundos se acerca a mí y me da un abrazo, un fuerte abrazo apretado, yo le sigo el juego, era lo que necesitaba, y creo que el también.

—Pamela, vámonos de aquí—Me susurra al oído—Tengo las dos varitas, vámonos—Me separo de su cuerpo y lo veo a los ojos sorprendida, ¿Habla enserio?

—¿Irnos de aquí? ¿Qué pasará con los sujetos de allá?

—Ellos tienen suficientes problemas, y yo tengo que resolver los míos. Tu me dijiste que harías todo lo posible para saber de tu vida y de paso derrotar a Alexander Dankwort... ¿Aún tienes ese plan?

—Claro, más que nunca. Yo quiero saber toda la verdad de mí.

—Entonces vámonos, hablé con la mujer de ahí... Ella me dio algunas pistas de lo que Alexander Dankwort puede ser... Y para eso también necesito que me sigas siendo honesta, cualquier recuerdo que tengas de tu padre... Que me lo digas, por favor...

—Todo lo que sé, es que es el creador del virus... El que dejó el caos en este mundo.

Cristian me ve con expresión de lástima, ¿Qué es lo que me está ocultando? Me empieza a estresar, siento que soy la tonta de esta historia. Él aprieta mi mano con fuerza y me lleva corriendo por los pasillos de la mansión, no tengo más opción que seguirlo, después de todo él me ha ayudado desde que tengo conciencia.

—¿Cómo sabes dónde está la salida?—Le pregunto con intriga.

—Jasper me dio las indicaciones, mira... Se que no entiendes mucho pero...

—¿Quién es Jasper?

—La mujer rubia, ella es una de las brujas y la madre de Diana... Ella cuidará de su familia, nosotros por ahora seguiremos el juego de Alexander y tendremos todas las varitas...

—Espera, ¡¿Eso quiere decir que Diana es bruja también?!—No estoy entendiendo nada.

Salimos de la mansión, en el camino Cristian me cuenta toda la historia... Esto es increíble, me cuenta que este mundo no es real, es una creación de Alexander Dankwort... Eso quiere decir que las brujas, la leyenda y todo lo que hemos aprendido no es más que parte de algo más grande. Me dice que Alexander abusó de Gabriel, y que también fue su maestro en la escuela. Esto es demasiado que procesar, ¿Mi padre un violador? Sabía que era mala persona, fue el que creó el virus... Todo me dice que es una persona manipuladora, despreciable, un hombre asqueroso, no puedo creer que ese hombre sea mi padre, pero entonces... No lo entiendo, ¿Y si lo del virus tampoco es real? ¿Entonces esto no es el futuro?

Al salir Cristian levanta la mano para un taxi, nos subimos y Cristian indica la dirección, no puedo creer que vayamos a Keptomia, ni siquiera pude conocer bien Kalastia, pero no importa, no puedo tener una vida feliz hasta estar clara con quien soy yo. El auto comienza a avanzar, sigo confundida con tanta bomba de información, esto es muy complicado, todo lo que espero es que todo esto sea una pesadilla, que despierte y sea una niña pequeña... Tener conciencia y poder hacer lo que me gusta, me siento una carga...

—¿Estás bien, Pamela?—Me dice Cristian acariciando mi cabeza—Se que todo esto es demasiado... Incluso para mí.

—Al menos tú padre no es un monstruo... ¿Por qué no recuerdas que Alexander fue tu maestro? ¿Cómo mierda olvidas eso?

—Créeme que ni yo lo sé, mi teoría es que Alexander tiene uno de los teléfonos futuristas... Ese que tuve en un inicio, de alguna forma me borró la memoria, al parecer quiere vengarse de mi padre, todo apunta a eso. Todo está conectado...

—¿Tu padre? ¿Qué tiene que ver él en todo esto?

—Créeme que me gustaría saberlo, estoy cansado Pamela... Quiero irme a casa, a veces pienso que nunca debí meterme más allá... Nunca—Cristian comienza a llorar, me causa ternura y pena, este chico ha pasado por mucho, está en una aventura que él no pidió—Quiero ver a mi madre, que esté Gabriel en la casa y tener una familia normal... Pero por curioso me metí en todo este aprieto, planeo derrotar a Alexander y ni siquiera sé que va a pasar cuando esté frente a él... Tal vez haga un conjuro de alguna mierda o quizás me mate, todo apunta a que esto es un camino a mi muerte y yo no se...

El verlo llorar me sofoca, no quiero que mi salvador llore, todas las moléculas de mi cuerpo se impulsan a su rostro, dándole un beso en los labios. Rápidamente reacciono y corro mi cara.«¿¡Que acabo de hacer!?»

—No... No te detengas, enserio necesito esto—Cristian toma mi cabeza y la junta con la mía, siento sus labios, su lengua.... Y es genial, siento como que todos mis problemas desaparecen, me siento feliz—Pamela....

—Cristian—Le correspondo el beso y nuestros cuerpos se juntan, un beso romántico. Ignorando que el conductor nos vea, está muy concentrado en el camino a Keptomia, solo espero que no nos saque del auto—Cristian, yo...

—Shhh—Me sigue besando y yo sigo también, no puedo detenerme sus labios son tan deliciosos, tan cálidos y jugosos. Realmente espero que pueda tener algo más con este chico, se nota que me quiere, quiere lo mejor para mí y yo lo mejor para él. En mi estómago siento miles de mariposas....

—Perdón que interrumpa el momento pero ya llegamos, ¡Son cien monedas!

—¿¡CIEN MONEDAS!?—Decimos ambos a la vez, estaba tan pegada en el beso que olvidé por completo la cantidad de monedas que robé de Esmeralda. Reviso en mi bolso, pero solo hay cincuenta monedas, esto va más allá de nuestro saldo.

—¿Hay algún problema?—Dice el conductor viéndonos las caras, veo a Cristian. Está pálido y asustado, yo también lo estoy.... ¿Ahora que le decimos?

—Señor, no tenemos el dinero. ¿Qué pasará con nosotros?—Dice Cristian suplicando—¿Hay alguna manera de que podamos pagarle?

El conductor cambia su expresión a furia, creo que esto no apunta nada bueno.

—Si no me pagan tendré que devolverlos a Kalastia, ¡Además de una multa gigante por hacer perder mi maldito tiempo!—Estamos perdidos.

—¿No habrá otra forma, señor? ¿Usted es real verdad?

—¿De qué estás hablan...?—El hombre es interrumpido por una bala, el auto pierde el control y comienza a volar en todas direcciones.

—¿¡Qué mierda!?—Digo asustada y abrazo a Cristian para protegerme, no entiendo... ¿¡Quién mató al conductor!?

Vamos a toda velocidad, el auto pierde el equilibro y apenas puedo contenerme. ¿Voy a morir?

—¡Sujétate de mí, vamos a saltar!—Dice Cristian sujetando mí cintura, esto no pinta nada bien.

***

[Años atrás]

Preparo mis cosas, estoy lista para mi primer día de trabajo en este nuevo año. Veo la televisión, tal parece que están esparciendo un virus... No creo que sea real, justo ahora que comienzan las votaciones tiene que aparecer un virus de la nada, es una simple distracción.

—Yo lo hice—Me doy la vuelta, es mi hermano... Alexander—Yo hice el virus, pero todo está planeado para algo más grande, Pamela—Alexander Dankwort, un científico brillante y que de paso está relacionado con todos los políticos del alto rango, tal vez el tenga toda la culpa, ¿Me dirá la verdad?

—¿¡Me estas hablando enserio!? Mierda... Esto... Esto es raro...

—¿Qué te pasa? Estás pálida, hermanita—Mi hermano me ve de arriba a abajo, comienza a reír desesperadamente.

—Esto me recuerda a un sueño, ¿Qué sucede?

—Es tu cerebro, se está derritiendo, Pamela—Me dice Alexander tocando mi cabeza, haciendo fuerza con su mano.

—¡¿Qué!? ¡¿Cómo!?—Alexander comienza a deformarse, hasta ver la figura de un adulto grande. Mi apariencia cambia, ya no soy una profesora, soy una niña—¿¡Que me está pasando!?

—Hija mía.... Pamela....Pa...me...la.

—¡¡Mi cabeza!!—Llevo las manos a la cabeza, siento que todo me da vueltas.

—Estas recordando tu verdadera vida, tu no eres la hija de Alexander, eres su hermana querida...

—¿¡Y quién eres tú!? ¡¿Con quién estoy hablando!?— La figura comienza a desfigurarse, cambiando su apariencia, cambiando a la de una mujer adulta, soy yo... Pero más grande, ¡¿Qué me está pasando?! ¿Estoy muerta?

—Soy tú, estás hablando contigo misma... Chocaste en el auto cuando ibas con Cristian, estás en tus últimos momentos... Estás recordando tu vida, tu verdadera vida...

—¿¡Me voy a morir!? ¡No puede ser, esto no es justo!

—Escuchame, si quieres salir viva de esto, tienes que ser fuerte... Saber quién eres... Eres Pamela Dankwort, la hermana de Alexander Dankwort.... Eres una profesora ingresada en la Escuela donde iba Gabriel... Empieza a recordar Pamela, la visión de un padre dictador es un engaño de Alexander... Tienes que ser fuerte, solo las personas mentalmente fuertes pueden saber quiénes son en realidad, si lo haces derrotas al villano. Te derrotas a ti misma.

—¿¡Pero porqué Alexander si es mi hermano me hizo esto!? ¿¡Que le hice yo!?

—Comienza a recordar... A recordar de verdad, Pamela...

Recuerda...

Todo esto fue no solo idea de Alexander.... Tu tienes una razón, tienes un motivo del porqué...

***

—¡Hermana, yo manejo!—Dice Alexander tomando el volante—Al fin pude llegar a la escuela donde va Gabriel Castillo, ¿Sabes lo que eso significa?—Alexander me ve con los ojos en lágrimas, logra que yo llore, llore de la ira.

—¿Venganza?—Digo con firmeza.

—Exacto, al fin León pagará por todo lo que nos ha hecho...

—De hecho no, harás sufrir a su hijo, no a León. Debiste encontrarlo para que vea lo que se enfrenta...

—Es imposible, luego de escapar de la consulta hace años, nunca apareció. Incluso fui disfrazado a preguntar por él, es como si se lo hubiera tragado la tierra.

—Eso es imposible, ¿Cómo alguien puede tener esa habilidad? Incluso yo lo he intentado localizar, pero no hay rastro... Maldito León, pero que se espere... Vengaremos a mamá y a papá, Alexander...

—Exacto, y por eso tenemos que saber jugar bien nuestras cartas—Gira el volante doblando el auto a la izquierda, saliéndose del camino a la escuela.

—¿¡Que haces!?¡Llegaremos tarde, hermano!—Lo veo y su mirada parece pérdida, ¿Qué pasa por su mente en este momento?—¿Alexander? ¿Hermanito?

—Quiero mostrarte algo, solo guarda silencio—Obedezco y me quedo viendo por la ventanilla.

Llegamos a las afueras de una casa aparentemente abandonada, ¿Por qué estamos aquí? Alexander baja del auto, y yo bajo siguiéndolo. No digo nada, solo sigo a mi hermano. Entramos a la casa abandonada, está quemada por el tiempo, no puedo creer que mi hermano me haya traído aquí.... Viejos recuerdos comienzan a venir a mi cabeza.

—¡¿Por qué me traes a nuestra antigua casa?! ¡Trato de olvidar esto cada día, Alexander!

—Es la única forma de tener una venganza digna, hermanita. Ven conmigo—Baja a las escaleras del sótano con rapidez, yo le sigo. El sótano termina siendo una especie de laboratorio, de esos como las películas futuristas—¿Sabes que es este lugar? Te presento, mi laboratorio secreto.

—Este era el cuarto de papá, ¿Cómo hiciste todo esto sin que nadie lo vigilara?

—Luego del asesinato de nuestros padres, León quemó la casa para no dejar huellas. Este sitio estuvo vigilado por la policía, pero nunca encontraron nada.

—Tu sabes que la policía de este país es un chiste, hermano.

—Bueno, la justicia de este país es un chiste gigante. Por eso, además de vengarme de León, planeo vengarme de todo el sistema. Vamos a encararlo, Pamela. ¡Seremos los reyes de este mundo!—Él se acerca al escritorio donde hay un montón de pantallas, abre uno de los cajones y saca un frasco con un líquido verde luminoso, me lo lanza a las manos y yo alcanzo a tomarlo—No lo vayas a abrir.

—¿Qué es esto?

—Es un virus, uno letal... ¿Ya viste las noticias? Todos están empezando a marchar... De a poco la gente se empieza a dar cuenta quién es el verdadero enemigo, los de rango más alto. Imagínate, ellos a pesar de todo aún no nos escuchan, has visto, hay militares por todas partes. A ojos del mundo, Chile sigue siendo uno de los mejores países. ¿Ahora que dirán si de la nada aparece un virus? Una enfermedad, un apocalipsis... Es la única manera de que tomen la verdadera conciencia.

—¿Y qué pasa si ese "virus" que tú hiciste se logra incontrolable? ¿Y si nos contagiamos nosotros? Supongo que sabes de todo el daño que puedes causar... Esto es más allá que una venganza, Alexander.

—Oye, ¿Quién es el vidente aquí? Pensé en todo, de hecho... La Tierra tiene los días contados. En todo este tiempo, he creado un mundo en el cual podremos vivir. Un mundo en donde tú y yo seremos los reyes... Lo llamé: "El Otro Lado".

—¿"El Otro Lado"? ¿De qué se trata? ¿Un mundo virtual?

—Este mundo está creado para ser el sucesor de la Tierra, además, también tiene que ver con la venganza contra León... Haré que Gabriel venga a este mundo dándole pistas por en medio, una vez dentro tendré el poder de jugar con su cerebro... Haré que me diga dónde está su padre...

—Espera, ¿Dices entrar ahí? ¿Eso es posible?

—He hecho varias pruebas, logré la tecnología necesaria... Créeme, yo puedo materializarte para que seas un montón de códigos, y puedas vagar por el mundo de El Otro Lado.

—Espera, ¿Qué le sucederá a mi cuerpo físico?

—El cuerpo real queda almacenado y con suero en un sector del laboratorio, si te llega a pasar algo es cuestión de desconectarte y vuelves aquí. Eso es lo otro, necesito que entres ahora.

—¿Y nuestro primer día de trabajo? ¿Qué pasa si no logras sacarme de ahí? Me da miedo esto, Alexander... Solo mira lo que nos ha hecho la muerte de nuestros padres... Tal vez... Deberíamos pasar la página y...

—¡NO!—Golpea la mesa con fuerza—Yo no voy a descansar hasta ver a León sufriendo, el me mintió con lo de que era Estéril... Lo observo a lo lejos desde que me escapé de Terapia... Él tiene hijos, Pamela... Pero se le ocurrió desaparecer del mapa. Sus hijos van a pagar el precio, ¿Qué mejor venganza que ver a tus hijos sufrir en primera fila?

—¿Está bien lo que estamos haciendo?

—Está más que bien, nos vengamos por el asesinato de nuestros padres, luego acabamos con el sistema... Un virus... Protestas... ¡Todo para que nosotros tengamos lo que realmente merecemos! Solo entra al elevador de tu izquierda... Y prepárate para dar inicio a nuestro plan, nuestro plan de vivir en paz.

Me llamo Pamela Dankwort, hace algunos años León Castillo, nuestro mayordomo personal, asesinó a nuestros padres a sangre fría y sin escrúpulos. Tratamos de enfrentarlo cara a cara, pero él supo manejar bien la situación, es una persona manipuladora, puede hacer lo que quiere, tiene una inteligencia superior a la de un ser ordinario, puede burlar guardias, todo con solo hablar, sabe controlar a las personas y así lo hizo con nosotros. Quedamos en la calle y llevados a un Orfanato, nadie nos adoptó, hasta que tuvimos la edad para irnos a vivir nuestras vidas, pero nunca pudimos ser felices. El asesinato de nuestros padres nos marcó, nos cambio. Ya más grandes, Alexander consiguió trabajo de profesor, se hizo amigo de el grupo de profesores que estaba en ese momento, me incluyó un par de días para conocerme con ellos. En un inicio, pensé que la herida que dejó León se había borrado, hasta que llega a la escuela un chico, Gabriel Castillo. Lo investigamos y nos dimos cuenta, todo concordaba, es el hijo de León... En reuniones de apoderados nos enteramos de que solo existía la madre, pero era una mujer pérdida, no había rastro del padre. Alexander comenzó a hacerse más cercano a Gabriel, no se que tan unidos se hicieron, pero a Alexander no le gustaba hablar de eso. Yo comencé a conocer a Cristian, ya que llegó como un alumno brillante y de excelente rango, con Alexander llegamos a la conclusión que era más fácil disuadir a Gabriel, ya que es más tonto en todos los aspectos, más fácil de manipular.

***

Camino hasta el ascensor, este abre las puertas, todo comandado por Alexander, que se encuentra presionando teclas en el computador«¿Realmente será bueno hacer esto?»No quiero morir, no si antes saber que León estará preso y podrido en una celda, solo espero que mi hermano sepa lo que hace.

—Tranquila, una ves tú entres, convenceré a los demás maestros. Ellos son los que más están en contra del sistema, le diré que todo es por el bien del país... Claramente ellos no saben nuestros motivos de venganza—Dice mi hermano dándome una siniestra sonrisa—Entra, yo te veré más adelante, hermanita.

—Nos vemos en El Otro Lado, Alexander Dankwort.

—Nos vemos hermanita, te amo—Entro por al ascensor y se cierran las puertas con fuerza, listo, ya no hay marcha atrás.

Todo comienza a temblar, mi estómago se revuelve y siento que los huesos se están derritiendo. Ya no seré parte de este mundo, pero no me importa, todo por tener la venganza que merecemos mi hermano y yo. Espera... Al entrar a este mundo, eso significa que le estoy dando a mi hermano mi cerebro en bandeja de plata... No, no debo pensar mal de mi hermano, él quiere tanto está venganza como yo. ¿Verdad?

[Actualidad]

«Ahora lo entiendo todo»

Un mal por un bien mayor, ahora sé quién soy en realidad.

—¿¡Pamela!? Despierta por favor—Es una voz dulce, es... Cristian—Estás respirando, ¡Qué bueno!—No puedo creerlo, acabo de enamorarme de un niño... Del hijo de asesino de mis padres, esto es... Repugnante.

—¿Cris...tian? ¿Qué acaba de pasar...?

—Alguien le disparo al conductor, estamos parados pero afuera de Keptomia, ¿Puedes moverte?—Abro bien mis ojos, y efectivamente estamos en el auto.

—Sí, pero tengo malas noticias Cristian. Ya no soy la misma Pamela que rescataste de Esmeralda...

—¿De qué hablas?—Suelto mi mano y la llevo con velocidad al cuello de Cristian, apretándolo con fuerza impidiendo que respire—¿¡Qué ha....!?

—Lo siento, enano. Pero es momento de que conozcas, a la verdadera Pamela Dankwort.

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