Capítulo XII: Caos mental.

"Cristian"

La puerta de la celda se abre, dejando ver a un adulto pelirrojo, ojos marrones intensos. Viste un traje elegante color amarillo, zapatos negros y una bufanda negra. Tiene una mirada fría, seguramente pensando en que yo tengo algo que ver con su hija, es así, pero no soy la persona que cree, ¿Qué debo hacer? Él tiene derecho a saber la verdad, ¿En qué me beneficiaría el que piense que soy mi hermano?

—Gabriel Castillo, ven conmigo—Pamela se queda viendo con expresión de duda, espero que no cometa ningún error, todo tiene que ir según el plan. Espero que no cometa errores.

—Él no es Gabriel, señor. Es Cristian, su hermano gemelo—Dice segura de sí misma, me gusta que sea honesta, tengo que tener cuidado—¿Por qué nos tiene encerrados?

—¿Qué no es obvio? No lo entiendes, eres una niña. Pero tú padre hizo muchas atrocidades... Es el demonio en persona, y si está Gabriel aquí... Es la viva imagen de eso, es maligno... Juega con la mente de ustedes, pero conmigo no—Félix me da una mirada desafiante—Pero contigo.... Mira, ya me cansé de los juegos de Alexander Dankwort... Y si puedo hacer que sus soldados estén de mi lado, mejor para mí. Acabaré yo mismo con su legado y me convertiré legítimamente en el Alcalde que siempre debí ser...

«Mierda, no esperaba esto»Félix tira de mi mano y me saca con fuerza, dejando sola a Pamela. Este me lleva con fuerza por un largo pasillo, ¿A dónde me lleva? Si realmente quiere tenerme de su lado, tal vez es bueno que yo también tenga aliados... ¿Pero si esto también es parte del plan de Alexander? ¿Dónde esta Diana en este momento?

—¿Dónde está Diana?—Pregunto entre ahogos, ya que el señor me tiene con fuerza como si fuera mi padre—Señor... Tiene que creerme, yo no soy Gabriel.

—¿No eres Gabriel? ¿Esperas que me crea el cliché del hermano Gemelo? Y mi hija no está aquí, y tampoco te importa dónde está... Está a salvo, es todo lo que... Lo...—El señor empieza a perder aire, ahora que recuerdo tuvimos una lucha hace no sé cuánto tiempo exactamente... Si tiene la respiración agitada, tal vez no pasó tanto tiempo desde que me desmayé.

—¿Dónde está mi varita? ¿Usted es un brujo? ¿Quién no me dice que usted tiene de prisionera a Diana? Ella fue mi novia por mucho tiempo, señor...

Félix me ve con una mirada de rabia, jamás pensé estar en una situación así con quien realmente sería mi suegro. «Estoy harto de esta mierda, ¿Cuándo terminará?»Él sujeta mi brazo y abre una de las puertas en el pasillo, me arroja con fuerza a una habitación. Esta está vacía, hay una mesa en el centro con dos sillas al costado, sobre esta hay un tablero... Un tablero de ajedrez, ¿Qué está planeando este hombre?

—¡Levántate y siéntate, Gabriel!—Mierda, estoy harto de que utilice ese nombre en lugar del mío. Me levando siguiendo sus órdenes y me siento en una de las sillas—Si realmente eres Cristian... No te será difícil ganarme en esta batalla.

—¡¿Entonces cree que soy el hermano gemelo de Gabriel?!

—Quiero que me pruebes que eres otra persona, yo conozco a Gabriel Castillo... Lo conozco muy bien, he hablado con él antes... ¿Lo recuerdas?

—No puedo recordar algo que no viví, Félix Deneguer—Él camina y se sienta en la silla de enfrente, de su bolsillo saca... ¡La varita de Esmeralda! Seguido de la varita suya—¿Quién mierda es usted?

—Soy el Alcalde de Kalastia y... Mejor comencemos este juego, "Cristian"—Su mirada es desafiante, tengo miedo de lo que pueda pasar ahora—Te dejo partir... Mientras juegas te diré algo que puede que te sorprenda como puede que no, yo realmente no soy el padre de Diana.

—¿¡Que!?—Mierda... Tenía razón, esto es... Un momento, ¿Y si solo está me confunde?—No le creo... Yo... Eh...

—¡Mueve una pieza, maldición! ¡¿Crees que tengo todo el día!?—Golpea la mesa y las piezas tiemblan, pero no logran caer... Este hombre es un verdadero lunático, pero si no es el padre de Diana... ¿Entonces, quién es?

Veo el tablero de ajedrez, yo fui campeón de estos juegos en mi escuela. Gané muchas medallas de hecho, bueno, pude haber ganado muchas medallas la verdad, nunca fui una persona de las que les gusta presumir, me entretiene toda la partida pero al momento de dar el último golpe, siempre dejo que mi contrincante gane, por esa misma razón siempre termino quedando como tonto al final, pero no me importa... Me divierto en cada partida, ese es el verdadero objetivo, divertirse, no ver quién gana y quien no... Pero bueno, en este momento.m. ¿Tendré que dejarlo ganar para probar que yo soy Cristian? ¿O tendré que ganar para probarlo? Mierda, la idea es demostrar que soy Cristian, pero terminó pensando tan estúpido como Gabriel.

Muevo uno de los peones dos pasos al frente.

—Muy bien, ¡Me encanta!—Mueve el mismo peón que moví yo, esto parece estar tomando fuerza. Pero necesito sacarle información a este sujeto—Tu turno, Gabriel...

—¡Ya le dije que no soy Gabriel!—Digo alterado—¿Quién es usted? ¿Qué quiere sacar con todo esto?

—Quiero recuperar mi vida, mi vida con la de mi hija...

—Me acaba de decir que no es el padre de Diana, ¿Tiene una hija? Me dijeron que las brujas son expertas en confundir a sus presas.

—¿Y qué te hace pensar que yo soy una bruja?—Le doy un vistazo a las varitas— Oh... Dices por la varita amarilla... Ya veo, entonces... Te diré otra cosa para poner esto mucho más interesante, que dirías....si te digo que en realidad, soy un doctor que está revisando tus sentidos... Probando de que en realidad todo eso de las brujas no es más que un producto de tu imaginación... ¿Cristian? ¿Gabriel? Solo tú sabes quién es quién... ¿Qué me respondes con eso?

Mierda... Puede tener razón, ¿Y si todo esto no es más que una ilusión? Mierda no puedo volverme loco, si realmente es una bruja está logrando su objetivo, ¿Qué hago ahora?

—¿Vas a hablar o vas a mover una pieza?—Mierda no se que responder, estoy en blanco... Mi cerebro es una mezcla de información que ni siquiera sé si es real, tal vez el plan que esto formulando no es más que...—Ya veo lo que piensas, te pondré otro termino...

—No por favor, ¡Pare de confundirme!—Le grito y Félix me ve con expresión de miedo, ¿Estará realmente asustado? ¿Todo es una estrategia? Mierda esto es demasiado.

—Tranquilizate...—Dice Félix viéndome de arriba a abajo—¿Tu realmente crees que Gabriel es real?

—¿¡Que!?

—Gabriel es producto de tu imaginación, Cristian... Lo inventaste para alejarte de tus verdaderos problemas, en este momento estás en una camilla con tu madre... Ella está preocupada por ti, siente que te está perdiendo... ¿Quieres hacerla sentir mal?

—¡Nunca haría sentir mal a mi madre y Gabriel si es real!—Digo confiado pero de igual forma con algo de miedo—Gabriel es mi hermano gemelo, yo soy Cristian. Soy el analítico y mi hermano es el tonto...¿Quiere que le pruebe que soy Cristian? Lo haré si primero me explica quien es usted...

«No cantes victoria, Cristian» Félix se me queda viendo con impacto, luego da una carcajada... Estoy empezando a odiar a este hombre, pero a la vez... ¡NO! ¡¿Qué tengo que hacer maldición!? Yo solo quiero tener una maldita familia normal, pero este hombre está jugando con mi cerebro... No... Ya me cansé, daré todo de mí.

—¿Quieres que te cuente quien soy yo? Me llamo... Félix Deneguer, y te mentí antes, si soy el padre de Diana... Y como soy el padre, no quiero que mi hija esté con niños con trastornos de personalidad, ¿Está claro?

«¡Ya sé lo que puedo hacer!» Él conoce a Alexander Dankwort, dice que no quiere saber nada de él... Por algo hace todo esto, puedo usarlo a mi favor.

—¿Qué tiene que ver usted con Alexander Dankwort?—Digo confiado, Félix me ve con miedo, al fin siento que tengo más o menos manejada la situación—Yo quiero derrotar a ese hombre al igual que usted, dígame qué tiene que ver con él.

—Es tu turno en el ajedrez—Dice viendo el tablero con enojo.

—No teníamos que seguir en esto, dígame la verdad y yo lo voy a ayudar—Extiendo mi mano y la apoyo sobre la mano de Félix Deneguer—Le prometo que su hija y usted estarán bien, yo soy Cristian Castillo y...

—¡No!—Tira con rabia el tablero, este se rompe contra el suelo y las piezas caen por todo el cuarto—¡Alexander Dankwort es un maldito psíquico o no sé...! ¡Yo no me como el cuento de las brujas!

***

"Félix"

[Años atrás]

—Ahora serás el Alcalde de Kalastia, Félix. Felicidades, te lo has ganado—Esto es increíble, no puede ser... Diana estará orgullosa de mí, esto no me lo imaginaba en tanto.... Espera, no lo entiendo—¿Qué te pasa, Félix?

—¿Qué va a pasar con... ¿Con usted, señor?

—Yo tengo mejores cosas que hacer que gobernar un pequeño pueblo, pero no te preocupes por mí... Yo igual seguiré siendo tu jefe, pero ahora no seré Alcalde...

—¿Qué será? No lo entiendo.

—En este momento acabo de dirigir órdenes a la mesa, aún recuerdas el porqué existe este mundo, ¿no?

—Claro, usted creó el Coronavirus... Eso solo lo sé yo, su más fiel confidente.

—Exactamente, todo para que este mundo sea lo que es ahora—Alexander toma una copa y se sirve champaña—Veras... ¿Tu me creerías si te dijera que la magia existe?

—Yo no creo en esas cosas, señor. Para mi no son más que cuentos, ni en Dios creo, usted sabe que yo soy Ateo.

—Pues es momento de que lo creas, por qué está no es mi forma real. Amigo. Yo soy un brujo que no proviene de este planeta...

Comienzo a reír, si seré el Alcalde de Kalastia mejor será que le siga sus juegos, no voy a desperdiciar una oportunidad de oro. Además, está claro que en sus condiciones no puede gobernar una ciudad, tal vez el estrés laboral... Creó el virus, puede que de alguna forma lo haya afectado también.

—¿Uno de los brujos dice? ¡Buena broma señor Alcalde Alexander!—Él me ve con ira, tal vez no debí reírme—Perdóneme señor...

—No era algo para reírse, Félix.

—Perdón, si le falté el respeto. ¿Pero quiere que crea en sus palabras? Las brujas no existen jefe... Puedo recomendarle un buen psicólogo si quiere que...

Delante de mis ojos el Alcalde de Kalastia Alexander comienza a cambiar de forma. Yo lo conocí como un hombre alto, cabello negro, ojos de colores distintos y una barba refinada. Pero este comienza a rejuvenecer volviéndose un simple joven de unos quince años... Tal vez... Mierda ¿¡Estaré alucinando?!

—¿Ahora me crees?

—¡¿Co... ¿Cómo hizo eso!? ¡Esto es imposible!

—Veras... Es con esto—De sus bolsillos saca una varita negra—Esta varita es mía, te lo dije, no soy humano... ¿Sabes que más puedo hacer con la varita? Esto—El chico comienza a agitar la varita, un manto lo cubre unos segundos y sale una mujer... Mierda... Aparece mi esposa delante de mis ojos—¿Sabes quién soy?

Mi corazón palpita a máxima velocidad.

—A... ¿¡Angela!? ¡Tú estás muerta! No... Estoy...¡Me estoy volviendo loco!

La mujer agita la varita de nuevo, comienzo a sentir emoción... Es mi esposa, es mi mujer... ¡Está viva!

—En realidad sigo siendo Alexander Dankwort, lo que pasa es que esta varita hace que me quieras en tu cama. Así manipulo a las personas, Félix... Así es como llegaré a lo más alto, ya no me interesa ser el Alcalde de Kalastia—Agita la varita de nuevo y vuelve a ser el Alexander Clásico que conozco—Además, mi verdadera forma no la muestro nunca... Esta figura es solo alguien que asesiné y tomé su lugar.

—¿¡Que!?

—Serás parte de mi plan, Félix... Tu hija también... De hecho planeo visitarla... Tu hija ahora está con un chico que me interesa, se llama Gabriel Castillo. Necesito su cerebro, pero bueno... Para que te explico más... ¿Ya tienes el cargo o no?

—Si la leyenda es cierta, eso quiere decir que hay otras cuatro brujas—Digo con firmeza, esto es demasiado que procesar... Solo espero que todo sea un sueño, la historia de las cinco brujas me la contaron desde siempre... Pero nunca pensé que fuera cierto, total... Esa historia apareció cuando se fundaron los cinco sectores de...

—Como estás pensando, yo seré dueño de los cinco sectores del planeta... No me conformo con ser dueño de Kalastia, seré el dueño de El otro lado.

"Cristian"

[Actualidad]

—Alexander Dankwort planea ser el dueño de El otro lado. Yo era su mano derecha, todo iba normal hasta que me mostró lo que es... Un brujo, un ente que no pertenece a este planeta, él me dijo que estaba en busca de Gabriel Castillo y que este se llevó a mi hija... Luego... Ella regresó, y solo me dijo que estuvo en una relación con Cristian Castillo... Pero solo pienso que es una excusa... Esto es solo para volverme loco... Y todo es por culpa tuya.

—No es mi culpa, yo no pedí esto señor... ¿Cómo obtuvo esa varita entonces?

—Yo eh... La conseguí con...

Entra una chica a la habitación, rompiendo la atmósfera.

—¡Papá, aquí estás!—Es Diana, ¿Qué está pasando?

—Hija, ¡Te dije que te quedarás en tu cuarto!

«Mierda, ahora lo entiendo... Esto no puede ser» Tengo que iniciar esto, no me imaginé que tendría que hacerlo. Le haré a mi plan unos cuantos retoques.

—Ella no es su hija, Félix...

—¡¿De qué estás hablando!?—Félix se levanta y camina hasta donde está Diana—Estoy hablando con este chico, ¡Vete de aquí!

—Papá, él es Cristian... ¡No voy a dejar que le hagas daño al único chico que me ha escuchado!—Diana le da un empujón y corre hasta mis brazos, siento un hormigueo... Esta no es Diana, no es la chica de la que me enamoré—¿Estás bien, Cristian?

Le doy un empujón, esto me está estresando.

—¡TÚ NO ERES DIANA!—Digo con rabia.

—¡¿Qué te pasa?! ¡¿Cristian, te volviste loco!?—Diana me ve con lágrimas en sus ojos, ¿Me habré equivocado?—Bebe... Vámonos de aquí, seamos felices juntos—Bingo.

Con velocidad corro hasta tomar las dos varitas, estás comienzan a brillar y la habitación comienza a temblar. Félix y Diana me ven con pánico, ¿Qué va a suceder ahora?

—¡Ya estoy harto, quiero la maldita verdad!—Las varitas brillan muy fuerte, tanto que quedo completamente cegado.

—¿¡Que está pasando!?—Alcanzo a escuchar de Félix.

Vuelvo a tener visión, delante de mí y Félix está una mujer arrugada, similar a Esmeralda, solo que esta tiene el cabello dorado, ojos dorados... Una vestimenta dorada...

—No puede ser... Esto no—Félix se coloca a mi lado.

—¡¿Usted sabe quién es esta señora?!—Pregunto con inquietud.

—Ella es...

—Soy Ángela, Cristian...

—Ella es mi esposa—Dice con lágrimas en sus ojos—También es la bruja de Keptomia.

«—¿Hacer lo mismo que te hicieron no te hace igual a ellos?—Esmeralda y Pamela se quedan viendo unos segundos, pareciera que nadie les haya planteado esa pregunta

—Pues... No... Yo seré mucho mejor que todos ellos, ¡Seré la Diosa de este mundo!, Kalastia...Keptomia...Kiotoria... ¡Todo el planeta se postrará ante mí!» Es lo que me dijo Esmeralda.... ¿Entonces lo de los otros mundos es verdad?

—Esperen... Esto no tiene sentido, ¿¡Diana es real!?—Comienzo a creer que Diana no existe—¡¿Me está diciendo que estuve con una anciana todo este tiempo?!

—Necesito yo también una explicación, Ángela... Mi hija... ¡¿Qué está pasando!? ¡¿Cómo te llamas en verdad!?

—Diana si existe, y está en su cuarto como tú lo dijiste, amor—Le dice a Félix acariciando su rostro, pero este le corre la mano con fuerza.

—¡¡Ya basta!!

La bruja se aleja unos centímetros, parece que no tiene el mismo autocontrol que tiene Esmeralda. Entre destellos amarillos también saca destellos rojos, como si estuviera hecha de fuego.

—Explicate, ¿¡Quién eres tú!?

—Mi nombre es Jasper, Ángela Jasper—Dice la mujer posando la mano en su pecho—Y como dice Félix, sí.... Soy la bruja de Keptomia... Pero tengo una razón de estar aquí... Quiero ayudarlos a derrotar a Alexander Dankwort.

—Lo siento pero yo no confío en brujas—Digo con convicción—Solo me interesa encontrar a Gabriel.

—Yo sé.... Pero tengo información que te puede servir, Cristian.

—¿Qué información?

—Yo sé la verdadera razón del porqué Alexander los quiere a ambos. ¡Sé porqué quiere tener el poder de los Gemelos Castillo! ¡Se los secretos de este mundo virtual, porque yo ayudé a crearlo!


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