Capítulo III: El Otro Lado.
Veo las coordenadas que dejó Diana, si es que ese es su verdadero nombre, claro. Aún no me cabe en la cabeza todo lo que está pasado, «¿Qué le digo a mi madre cuando despierte?» Camino con velocidad a la ducha, me visto y quedo listo para la aventura.
Ya no tengo a nadie, y sé que en mi madre tampoco puedo confiar, en esta aventura estoy solo, siempre lo he estado... Pero daré lo mejor de mí para descubrir la verdad.
Salgo de la casa y en el teléfono marco las coordenadas, es hora de seguirlas. Mientras voy avanzando siento una sensación extraña, como si alguien me estuviera siguiendo... Pero deben ser cosas mías... O tal vez no... Ya no sé qué creer. Camino por las calles de la ciudad, ignorando por completo a las personas de mi alrededor, me alejo de mi casa como un kilómetro hasta llegar a una casa abandonada, muy a las afueras de la ciudad. Una casa, de dos pisos, color azul muy desteñido por el tiempo ¿Habrá alguien aquí? Me acerco hasta la puerta, la cual es está a punto de destruirse, pero de igual forma logré entrar. En el interior de esta, solo hay escombros, trozos de vidrio y cemento, puertas destruidas. No conozco la historia de esta casa, pero de niño siempre venía con Gabriel a jugar en esta casa«¿Significará algo?» Veo en mi teléfono el mapa y este me dirige a una de las habitaciones que se encuentra en el sótano. Me está comenzando a dar miedo, yo no creo en fantasmas, pero basándose en todo lo que he visto hasta el día de hoy, no me cierro a la posibilidad. Me dirijo a la entrada del sótano, enciendo la linterna del eléfono para evitar algún accidente «Mierda, ¿Qué estoy haciendo? ¿Debería irme a casa y simplemente inventar alguna excusa? No... Ya estoy harto» Bajo las escaleras con mucha convicción hasta llegar al sótano, en este hay algo que me llama la atención, no está como yo lo recuerdo... Hay un escritorio con tres computadores encendidos, unos tubos que están alrededor y una puerta que a simple vista parece un ascensor. ¿Qué mierda es todo esto? ¿Un laboratorio secreto?
—Felicidades, ha llegado a su destino—Dice mi teléfono marcando el punto de llegada.
«Tienes que llevar el teléfono viejo que tienes escondido desde tu infancia, lo necesitarás para el lugar al cual irás»Recuerdo. Es verdad, Diana me dijo que lo necesitaré.... De mi bolsillo saco el viejo teléfono«¿Irá conectado para alguno de estos computadores?» Me acerco a una de las pantallas, en estas, solo bajan una serie de números extraños, comienzo a apretar botones al azar, pero no parece que suceda nada. Observo el teléfono nuevamente y lo reviso de arriba a abajo, este tiene un símbolo extraño. «¿Tendrá alguna relevancia?» Camino por el laboratorio, tratando de buscar alguna pista... Pero no veo nada... «Espera... El "ascensor"»Camino hasta este y veo que al costado hay una pantalla, tiene el mismo símbolo que el teléfono viejo. En ese momento el teléfono se enciende, al mismo tiempo que la pequeña pantalla.
—Bienvenido, Alexander Dankwort—Dice una voz robótica femenina, una inteligencia artificial «¿Qué está sucediendo? ¿Quién es Alexander?» Las puertas se abren dejando ver una pequeña cabina. «¿Hacia dónde bajará este ascensor?» No pierdo el tiempo y decido entrar, tengo un mal presentimiento, pero es la única manera de descifrar todos los secretos que oculta mi hermano. Entro a la cabina y las puertas se cierran con fuerza. «Está bien... Ya me dio miedo»
—Por favor, mantenga la calma para así iniciar a El Otro Lado.
—¿El Otro Lado?— Digo confundido.
Siento como el ascensor comienza a bajar de manera rápida, de hecho, demasiado. La cabina comienza a temblar«¡¿En qué mierda me metí?!» Suena un timbre tan fuerte que me lleva a tapar mis oídos por reflejo, siento mi cuerpo retorcerse hasta el dolor máximo«¡¿Acaso esta mierda me va a matar?!»Comienzo a perder la visión, todo se mueve tan rápido y a tal velocidad que me dejo caer en el suelo... Tal vez esta mierda se cae y sin control... Quizá llegará hasta el suelo y terminaré por morir en un laboratorio oculto en una casa abandonada. ¿Hasta aquí llegué?
***
«¿Estoy muerto?»
Todo me da vueltas... No sé dónde mierda estoy... ¿Estoy muerto? Solo veo oscuridad, siento mi cuerpo muy pesado... Tengo que tratar de levantarme, pero me siento demasiado cansado. Tengo... Tengo que despertar, ¡Tengo que despertar!
Abro mis ojos, veo azul... Es... ¿El cielo? Me estiro y comienzo a mover de a poco mis brazos y piernas, seguido de un bostezo. Veo en todas direcciones, hay árboles por todos lados, lo raro es que las hojas en lugar de ser color verde, son de un color celeste brillante. Me levanto, el césped es de color azul también, solo que más oscuro.«¿Estaré soñando?»
—¿¡Hola!?— Grito buscando respuestas, pero nadie parece escuchar— ¿Dónde demonios estoy?—De alguna manera, en el ascensor en donde estaba terminó por llevarme a una especie de bosque de cuentos de hadas.
«¡El teléfono futurista!»Saco el teléfono viejo para buscar alguna respuesta, me percato de que este está encendido, veo en la esquina superior: Batería cargada al cien por ciento. El ascensor debió de hacerlo... Pero... ¿Qué lugar es este? Presiono todos los botones, pero sigue marcando lo mismo de hace tiempo, un patrón de algún tipo de contraseña... Tengo que escribir algo...Espera... ¿Será acaso? Escribo en la clave el nombre "Alexander", tal vez ese nombre signifique algo en este aparato.
— ¡Clave correcta! Bienvenido, ¡Alexander Dankwort!—No puedo creer que este tal "Alexander" haya puesto de contraseña su maldito nombre. El "teléfono" viene con una carpeta marcando un archivo, decido abrirlo. Marca un vídeo—¿Desea iniciar grabación?—Bueno... No tengo más opción. Le doy en iniciar.
[En el vídeo]
—Cristian... Dios mío, si estás viendo este vídeo... Significa que pudiste llegar a "El Otro Lado"—Mierda... ¡Es Gabriel! Solo que sale sin el cabello negro con el que lo vi la primera vez... Sale tal cual lo recuerdo de joven, solo que más viejo por obvias razones—Mira... Lamento contarte esto así de esta manera, pero... No podrás regresar al mundo real. Estás atrapado en un mundo virtual creado por un tal Alexander Dankwort. Perdóname por no haberte contado nada de esto... Pero créeme que todo tiene una explicación, o al menos... Eso es lo que yo he tratado de buscar por estos años. Esa vez que encontramos ese aparato cuando éramos niños, es un teléfono inteligente, Cristian. No sé muy bien cómo funciona, solo sé que tiene una fuerte conexión con este mundo y el mundo real. Mira... Te explicaría más, pero por ahora me tienen encerrado en un castillo que hay por aquí, si en algún momento me viste a mí con el cabello negro, tienes que saber que no era yo. Es un virus que proviene de este mismo mundo... Me reemplazó en el momento en el que logré entrar a este lugar. Aquí existen virus que pueden tomar tu forma y de alguna manera llegar hasta el otro mundo... Así que si estás acá... Tienes que saber que en este momento hay otro tú, caminando por el mundo real, tratando de camuflarse con las familias. Nunca hablaste conmigo, pero de alguna manera logró que vinieras hasta aquí...
—¿Gabriel? ¡¿Qué mierda estás haciendo con eso?!— Una voz misteriosa proviene desde lejos de la cámara.—Mierda... No puedo contarte más hermanito, lo tendrás que descubrir por tu cuen...
[Se corta el vídeo]
¿¡QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ!? MIERDA. Esto tiene que ser una pesadilla... Si... Tiene que ser, es imposible que haya quedado atrapado en un mundo mágico, es decir...esto es la vida real, donde todo tiene sentido. Esto no es Digimon... Tal vez el laboratorio tenía algún especie de alucinógeno fuerte, o quizá... Cuando mi hermano llegó hasta casa venía con este... Lo impregnó en esta casa y logró que viera todas esas cosas raras... Sí... Eso tiene que ser... Mierda, ahora qué hago... Tal vez todo esto que estoy viendo sea producto de mi imaginación.
Guardo el aparato en mi bolsillo y me cruzo de brazos... Si esto lo estoy imaginando, en algún momento el efecto tiene que pasar... ¿Verdad? Me recuesto nuevamente en el césped y cierro mis ojos. Veo oscuridad, obviamente... Me acomodo para intentar dormir, si esto es un sueño en algún momento tengo que despertar donde mismo estaba antes... O quizá... Estoy muerto. Abro mis ojos y me levanto nuevamente... Sigo en el extraño "bosque encantado". No me queda de otra, tengo que buscar algún lugar... Tengo mi billetera pero no tengo nada de comida, si realmente estoy muerto... No sentiría mi estómago revuelto... Tengo hambre. Camino por el bosque unos cuantos minutos, buscando alguna salida... Pero no hay nada... ¿Es un bosque sin fin? Reviso mi teléfono clásico para ver si hay señal, pero ni siquiera enciende, tal vez este teléfono no funciona en este mundo.
Continuo caminando, ni siquiera sé hasta dónde me dirijo, ¿Qué hago ahora? Estoy metido en un mundo virtual... Creado por un tal "Alexander Dankwort"... Genial... ¿Quién no me dice que me secuestraron y drogaron? Tal vez soy el experimento de algún psicópata que existe en el mundo real... Camino y mis piernas se cansan... El hambre empieza a aumentar, la sed también... Estoy seco... Necesito... Comida. Logro llegar hasta el final del bosque, afuera de este hay una pequeña cabaña. ¡Una cabaña! Significa que hay personas... Alguien que pueda darme más información de este mundo... Voy con velocidad hasta la cabaña y toco la puerta con fuerza... Con fuerza y con miedo.
—¿Hola, hay alguien en casa? Estoy perdido—No dejo de golpear la puerta, camino hasta la ventana pero esta está tapada con las cortinas del interior... Tal vez no hay nadie, pero seguramente alguien volverá... ¿No?— ¡¿Hola?!
Es inútil... Tendré que usar la fuerza... Si hay alguien en la casa tendré que enfrentarlo, en este momento me estoy jugando mi maldita supervivencia. Me alejo unos metros de la puerta, me preparo para darle una fuerte patada, aquí voy... Corro con velocidad hasta la puerta.
— ¡¿Qué le estás haciendo a mi casa!?
— ¡Mierda!—Grito del susto. Me volteo y veo a una anciana, una mujer de piel morena y cabello canoso. Esta cubierta con una túnica morada y sandalias—Disculpe... Pensé que no había nadie—La anciana revisa sus prendas y de la nada sale con una escopeta, apuntando directamente a mi cuerpo.
—¡Largo de aquí, no quiero malditos ladrones!—Mi cuerpo se eriza y levanto las manos por reflejo—¡Lo último que necesito es que un rufián con vestimenta extraña entre a mi humilde hogar!
—¡No soy malo, señora!—Grito con miedo... Tengo que tratar ganarme su confianza, al menos así lo hacen en las películas... Tal vez ella sepa algo-Disculpe enserio... No sé dónde estoy, no sé qué lugar es este...—La anciana me ve de arriba a abajo y arquea una ceja.
—Esas prendas... Te vez igual a... Me recuerdas a mi bisabuelo— ¿Bisabuelo? Claro... Esto es un mundo virtual... Si quiero sobrevivir debo usar todo lo que tenga a mi favor—De verdad no pareces de por aquí...
—Es porque no lo soy... Yo vengo de... Otra dimensión, y lo único que quiero es volver a mi mundo, pero mi problema ahora es buscar un lugar para pasar la noche...
— ¿Otra dimensión? ¿Esperas que me trague eso?
—Sé que es difícil de creer, pero realmente le digo la verdad. De donde yo vengo se llama "mundo real". Vengo de Chile... Lo cual es un continente, del cual viene de un planeta llamado tierra... Este es...
— ¿Chile? ¿Tierra? Hablas de un mundo que ya no existe hace mucho tiempo, jovencito...
— ¿De qué está hablando?—Bueno, seguramente con lo que estoy hablando sea una inteligencia artificial... Tengo que adaptarme a esta, supongo—Un mundo que ya no existe.... Claro... Si, es obvio...
—Seguro piensas que te estoy bromeando pero... Joven... No sé si estuviste en coma por cien años o algo así... Pero estás en a las afueras de Kalastia, una de las ciudades más recientes... Reconstruida luego de un poderoso virus...
— ¿Poderoso virus?
—Bueno... ¿Ni siquiera tienes educación? Es materia básica... En el mundo en el que estás, es el reconstruido luego de la famosa enfermedad... El coronavirus...
— ¡¿QUÉ?!
«¿ESTO ES... UN FUTURO POST APOCALÍPTICO?»
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