2. Dante
-¡Adelante! -dije mientras terminaba de a comodar unos papeles en mi escritorio y la puerta se abrió.
-¿Listo para las entrevistas?-dijo Alex, suspiré y me recargue en el sillón.
-Odio hacer entrevistas, lo sabes ¿No hay manera de que las hagas tú?- Alex negó con la cabeza.
-Será tu secretaria debes elegirla, la vez pasada fue un desastre.- asentí con la cabeza.
-Ni lo recuerdes. -Alex sonrió.
-Fue divertido, debes aceptarlo. -negue con lo cabeza.
Amanda mi antigua secretaria había durado un año conmigo, debo decir que el peor año de mi vida, quería correrla desde el primer instante, pero teníamos un contrato y tenía que cumplirlo.
Alex se sentó en el sillón que había frente a mi escritorio.
-Tú tienes la culpa. -me pase la mano por el cabello.
-Jamás le dije que se posará desnuda en mi oficina. -Alex soltó una carcajada.
-No, pero la enamoraste como a todas con una simple sonrisa. -me levanté de mi asiento.
-Estaba loca.
-Corrección, estaba obsesionada contigo. -hice una mueca y Alex sonrió.
-Esta vez necesito a alguien preparada, con experiencia y paciencia.
No me importa el físico, quiero que sea eficiente.
-Por eso es que tú debes de hacer la entrevista.
Tienes que ser él que las evalúe no quiero después que te estés quejando.
- De acuerdo. -al escucharme Alex sonrió.
-Nos vemos en una hora. - dijo mientras se levantaba del sillón y caminaba a la salida.
Alex era mi mejor amigo desde la secundaria, era un tipo agradable, pero tenía gustos muy malos y por su culpa siempre terminaba embarrado en situaciones vergonzosas, aunque también gracias a él nuestro buffet era uno de los más reconocidos de España.
Era increíble que Casares y Asociados en un año tuviera más clientes que cualquier otro buffet y eso era gracias o los chismes y rumores que nosotros mismo habías inventado, aunque claro nadie tenia porqué saberlo.
Di la vuelta y regrese a mi lugar, tome mi computadora, mi celular y salí de la oficina.
Gracias a mi padre y Alex había entendido que tener una secretaria por más de un año era peligroso.
Y es que una secretaria es alguien en quien debes confiar ciegamente, es alguien quien tiene que estar a tú lado día y noche, es como estar comprometido y si quieres que eso funcione debes de mantenerla ubicada, recordarle cuál es su lugar o puede pasarte como conmigo y Amanda.
Ella era una chica inteligente y agradable su único problema era que estaba obsesionada conmigo tanto que un día llegué a la oficina y la encontré desnuda en mi despacho.
Haciendo eso que mis ganas de renovar contrato con ella desaparecieran.
Pero no podía quedarme sin secretaria por mucho tiempo, necesitaba a alguien que me ayudara con papeleo, con transcripciones y con tener preparado un café a las 7:00 am y de preferencia alguien sin sentimientos.
No era la gran cosa.
Al llegar a la sala de juntas abrí la puerta y lo primero que vi fueron tres sillas y una mesa, todo lo demás había desaparecido.
Dos de las sillas estaban juntas por ello suponía que eran una mía una de Alex.
Camine a ellas y en ese momento entro Alex junto con su secretaria.
-Puntualidad debe ser tu primer nombre.- dijo mientras se sentaba a mi lado. Jeniffer la secretaria de Alex se quedó parada junto a él.
-Que pase la primera. -Jenn camino a la puerta y le hizo señas a la primer candidata.
Tome la laptop y abrí el archivo que decía candidatas.
Había 15 en total. Di click en el primero.
Su nombre era Judith, tenía 22 años, era recién graduada de administración y tenía tres gatos.
Arrugue la nariz ya que era alérgico a las mascotas, el pelo de los animales hacia que me salieran salpullido por todo el cuerpo.
Así que era un no en definitiva, pero no quería verme grosero y accedí a escuchar al menos.
-¡Hola!-dijo en el momento que entro.
Camino a la silla frente a nosotros y al sentarse comenzó a jugar con sus dedos.
-¡Judith cierto! -dije y no dejaba de ver a Alex.
-Te están hablando. -dijo Jennifer con cierto tono de arrogancia en su voz al ver qué la chica no apartaba la vista de Alex se puso junto a él y yo no pude evitar sonreír.
Alex se aclaró la garganta.
- Si señor, disculpe.-al responder bajo la mirada.
Era una chica alta, cabello castaño ojos bonitos.
-¿Sabes usar una computadora?-dije y ella negó.
-Disculpe, pero mis padres dicen que la tecnología daña a los humanos. -gire a ver a Alex por su reacción vi que estaba igual de sorprendido que yo.
-¿Si sabes que una secretaria debe saber usar ese tipo de aparatos verdad? Lo pregunté porque es uno de los requisitos fundamentales en la empresa.
-Lo...s--é.- dijo tartamudeo.
-Pero creí que podía usar notas.
-Nosotros la llamamos señorita. -dije sin querer escuchar una mierda más.
Cuando salió de la sala gire a ver a Alex.
-¿Y como paso la primera etapa? -negó con la cabeza.
Suspiré pesado, está sería la peor tarde de mi vida, estaba completamente seguro.
El tiempo fue pasando lentamente demostrando me que tenía razón, todas y cada una de las chicas si no se me quedaban viendo veían a Alex y eso se podía convertir en un problema, añadiendo que ni la mitad de esas chica sabía algo de leyes o al menos tenía ganas de aprender, todo estaba siendo un desastre.
-¿Cuántas quedan? Dije mientras me sobaba la sien.
- Una señor. -Contesto Jennifer y asentí.
Suspiré pesado y busque su ficha en la computadora, mientras escuchaba que sus zapatos se acercaban cada vez más.
Alina Harper. Al leer su nombre casi me ahogo.
Levanté la vista para comprobar si era la misma chica que había estado en mis peores pesadillas por más de 5 años.
Y si era ella, cabello rubio, ojos grandes delgada y alta.
Al mirarla ella levantó la vista y nuestros ojos se encontraron. Sonrió tímidamente.
-¿Qué no eras periodista?- dije cuando ella llego a la silla de enfrente, ella asintió.
-Si, lo soy.- no podía creer que después de cinco años la pudiera volver a ver y es que por alguna razón no podía sacarla de mi mente desde aquel insistente.
- ¿Y que haces aquí? -dije tratando de sonar lo más serio posible. Alex se me quedaba viendo como si no entendiera la situación o quizás él si la había olvidado. Alina trago saliva.
-Vine por el empleo está claro. -cruzo su pierna cambiando rápidamente de una actitud tímida a una mucho más agresiva.
-No tienes ni la más mínima idea de lo que es ser una secretaria. -dije y ella frunció el ceño.
-En la universidad ayudaba a mis profesores a pasar notas y llevar papeleo. Hice mi servicio en una dependencia del gobierno.
Creo estoy preparada para el empleo.
-Negué con la cabeza.-no la quería cerca.
-La arrogancia puede ser un punto débil en la hoja de vida. -rodo los ojos y se acercó a mi.
-Crei que habías superado lo que pasó así como Heder te superó. - negué con la cabeza.
-Nunca olvidó nada.-dije y apreté el puño. Alex y Jennifer solo nos observaban en silencio.
-Haz de ser la persona más amargada del mundo entonces. -al escucharla hablarme así estaba apunto de echarla, pero Alex me interrumpió.
-Espera, ¿Hablas tres idiomas? -asintió con la cabeza.
-Ingles, Alemán y Coreano.
-Además tu dominio de la computadora es excelente.
-Si, tome cursos para aprender a usar ciertos programas.-dijo un poco más tranquila, pero yo no podía dejar de mirarla.
- Dante.- antes de que cometiera el peor error de mi vida me adelante.
-Nosotros te llamamos. -al decir aquello ella se levantó de la silla y una vez en la puerta giro nuevamente a nosotros y sonrió.
-No me arrepiento de lo que hice y lo volvería hacer. -dicho eso salió de la sala. -me levante de mi lugar para alcanzarla, pero Alex me tomo de la mano.
-Es perfecta para el puesto.
-¿Estás loco?-dije caminando de un lado para otro.
-¡Claro que lo es! tiene el carácter fuerte, es arrogante igual que tú.
Y te odia. Es justo la secretaria que querías.
Negué con la cabeza.
-Ni en un millón de años. - Jennifer sonrió.
-¿A qué le tienes miedo?-dijo y abrí la boca sin poder responder.
-Alex tiene razón. Ella es la chica perfecta. Además puedes darle un contrato provisional.
-Es periodista. Eso no es bueno para nosotros. -negó con la cabeza.
-Aún no ejerce.
-Es ella o perderemos una semana más reclutando gente.- me senté en la silla nuevamente.
-Debe ser una maldita broma.
-Piénsalo, puedes descubrir el porqué de tus sueños o mejor dicho, pesadillas, teniéndola cerca descubrirás porqué te ha perturbado tanto tiempo.-suspire pesado y me pasé las manos por la cabeza, era un gran punto.
Aunque a la mejor ella no tenía ni la más mínima idea de lo que significaba para mí, porque yo tampoco lo sabía.
Suspiré y asentí.
-De acuerdo será un contrato por tres meses. -Alex salió corriendo de la sala de juntas. Jennifer sonrió.
-Esto será muy divertido.
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