Narra Alina

Mi celular sonó cuando íbamos en el auto, no iba a responder, pero al ver qué se trataba de Alexis Fernández lo saque rápidamente.

—¿Hola?—dije más en tono de pregunta que de afirmación.

—Le di los papeles de divorcio. —dijo con un tono triste, suspiré pesado y asentí.

—Ya te lo comunico. —le pase el teléfono a Dante y él suspiro antes de responder. No supe que le dijo Alexis, pero por la reacción de Dante no sería nada bueno.

—De acuerdo, trata de relajarte y toma prepará tu maleta y ven a Sheffield, se casa Hughes y vamos a necesitar a la mejor para organizar la boda, recuerda que es uno de nuestros mejores clientes, además te servirá de distracción. Dicho eso colgó el celular.

—¿Y bien? —pregunte y Dante me dedico una sonrisa.

—Alexis le dio el divorcio a Leo, la escucho muy mal a pesar de que dice que no tiene sentimientos por él, con sus otros esposos fue diferente. —Alexis me caía bastante bien, era uno de los clientes más frecuentes de Dante y al leer su expediente no lo podía creer. Ella era una esposa por contrato.

Se dedicaba a ayudar a las personas que estaban obligando a casarse, sus matrimonios eran bastante cortos y sobre todo la interacción que tenía con sus clientes, pero el caso de Leo fue diferente desde un inicio ya que al mismo tiempo que Leo la contacto también la contacto su suegro, nadie estaba enterado de ello ya que con ambos firmó el contrato sin embargo las cosas se habían complicado demasiado.

—Que bueno que le dijiste que viniera, le ayudará un montón además va amar a Tarah, todos lo hacen. —Dante asintió y cerro los ojos.

—Espero y no sé fracturé mucho su relación. Leo es un buen tipo, justo lo que Alexis necesita para poder olvidar su pasado. Aunque ella parezca una chica fuerte está bastante rota y necesita a Leo para poder salir de toda está mierda.

La soledad no es muy buena, sobre todo cuando una parte de ti se encuentra destruida. —trague saliva y baje la cabeza. Dante tenía razón, después de mi enfermedad y vivir todo eso en silencio entendía todo perfectamente.

Llegamos al teatro y el auto se detuvo, bajo primero Alex y nos abrió la puerta una vez listos caminamos a la entrada.

El lugar era bastante elegante, la decoración era en color oro y plata eso le daba un aire delicado. Dante ofreció su brazo y lo tome, me sentía una persona diferente, rodeada de gente que jamás pensé conocer, en un ambiente muy diferente al mío. Al llegar a la escalera Tarah nos recibió con una gran sonrisa.

—Muchas gracias por venir, está es una de las colecciones más importantes para nosotros ya que es el primer trabajo que hago al lado de mi prometido. —escucharla hablar de Dimitri de esa manera me daba un poco de envidia, no conocía a la perfección su historia, pero por lo que sabía el trabajo para estar juntos había sido demasiado. Dante asintió y sé acercó a decirle algo en el oído, al verlo sentí un pequeño golpe en el estómago. Al separarse ella asintió.

Nos dirigió a un salón exclusivo. Al llegar había poca gente, Dimitri sé acercó a nosotros y nos saludo.

Después se acercó a Dante y le dijo algo en otro idioma, no estaba segura, pero era algo de ruso.

Entonces entonces se acercó un chico alto, cabello negro, casi a rapa, tenía tatuajes en los dedos y al parecer en todas partes, pude ver cómo sé asomaba una serpiente en su cuello, parecía bastante serio, además imponía muchísimo.

Dante se acercó a mi y me sonrió.

—Ella es Alina, mi secretaria. El es Nathan, es un nuevo cliente, es ruso, así que no habla muy bien el español, pero te entiende perfectamente el ingles.

Asentí con la cabeza y le di mi mano. Él la tomo y sonrió. Al sonreír se volvía una persona menos intimidante.

—Me voy a robar a tú secretaria Dante, quiero que pruebes la estrella de la noche. —Dante soltó mi mano y  caminé al lado de Tarah, para mí que sus intenciones no eran precisamente que probara el vino.

Ya que las personas que estaban en la sala tenían una pinta de ser personas muy importantes además los asientos que tenían era muy diferentes.

Además de los rusos ya que Nathan iba acompañado, no había escuchado el nombre de la chica, pero ella era alta de cabello oscuro, no dejaba de mirar a Nathan desde el otro lado de la habitación y parecía estar muy enojada, también había dos chicos uno de cabello castaño de piel blanca, tenía un aire de ser italiano o algo así, su nombre era Luca.

La reunión parecía ser de otra cosa, quizá está sería mi oportunidad de tener alguna información para mi jefa.

Llegamos a una mesa larga llena de copas y bocadillos, Tarah me pasó una charola pequeña que tenía una copa de vino y unos canapés.

—¿Arreglaste la situación con Dante? —pregunto a lo que negué con la cabeza.

—Dante es. —dije, pero me quedé pensando por un momento.

—Si me dices que es sólo tu jefe me molestaré mucho. Ambos están siendo muy infantiles. —al decir eso se acercó una chica Castaña.

—Amelie, pensé que sólo vendría Luca. ¿Y tú prometido? —dijo y ella sonrió.

—Sé quedó en Roma, haciendo papeleo de la empresa. Me dijo que me disculpara con ustedes, pero el trabajo es demasiado.

—Ohh es una pena, me hubiera gustado verlo, me prometió prepararme helado. —ambas sonrieron y después me presentó.

—Ella es Alina la secretaria de Dante. —abrio los ojos al escucharla.

—Dante ha traído a alguien a la fiesta, eso es de admirar, debes ser muy importante. —Tarah sonrió.

—Ella es la única que no sé da cuenta. — después de un rato de estar platicando con ellas no podía dejar de mirar a la chica que estaba en una esquina. Suspiré pesado y me di el valor para acercarme.

—¡Hola! —dije cuando llegue a su lado, despegó los ojos de Nathan y me regreso el saludo.

—Yelena. —dijo y sé cruzó de brazos. Era demasiado hermosa, sus rasgos sobre salían de todas las demás chicas que estábamos.

—¿Eres pareja de Nathan verdad?— sus mejillas se pusieron rojas, pero negó con la cabeza.

—Es mi guardaespaldas, sólo que me trajo en contra de mi voluntad. —iba a preguntar más, pero entonces ellos dieron la vuelta y salieron de la habitación.

Yelena sé me quedo viendo.

—¿Quieres escuchar algo interesante? —dijo y me tomo la mano para salir de la habitación.

Lo hicimos si que nadie nos viera y entonces me metió a un pequeño pasillo.

—¿A dónde vamos?—dije en voz baja.

—Sé que igual que yo te mueres por saber que pasa así que sólo no hagas ruido. —mis manos comenzaron a sudar, me sentía un poco nerviosa. Cómo si estuviera en una película de acción.

Llegamos a una especie de calabozo, era oscuro y pequeño además olía a humedad. Después nos paramos y ella me hizo señas para callar, asentí.

—¿Que va a pasar entonces Dante? Eres el único que tiene trato directo con la ACC, necesitamos saber.

—Es Luca. —dijo muy despacio Yelena y asentí.

—No lo sé, tampoco me han dicho, lo último que me dijeron fue que no era seguro, que los Romanos estaban en problemas muy cabrones.

—¿Entonces es culpa de los Fiore? —dijo el Ruso.

—Casi muero en una puta misión ¿Me hace responsable? —dijo nuevamente Luca y todos sé quedaron en silencio.

— Además, la organización fue la que no me avisó nada me dejaron sólo,  hubiera muerto. —silencio nuevamente.

—No estamos diciendo que fue culpa tuya, estamos diciendo que la ACC no nos ha dado respuestas. Lo único que quieren es la clave.

—¿La conseguiste? —preguntaron y el Ruso afirmo. Yelena sé llevo las manos a la boca y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Estaba apunto de caer al suelo, pero la sostuve. Después de unos segundos ya no escuchamos nada más así que salimos a toda prisa.

¿Qué era la ACC y para que querían esa contraseña? Quería preguntarle a Yelena, pero estaba bastante consternada.

Al salir finalmente del lugar ella negó con la cabeza.

—Debe ser una puta broma, después de eso salió del lugar dejándome sola y confundida. Necesitaba más información quizá mi jefa tenía razón y Dante no andaba en cosas buenas.

¡Hola!

Buenas gente, yo sé que han paso 85 años desde la última actualización 🫣 pero espero y no me maten. Ya tendremos capítulos más seguido, así que estén pendientes.

Pd: ¿Quienes son las personas que salen en éste capítulo?

Los personajes de mis demás historias:

Nathan y Yelena: El beso de la bestia
Alexis: 27 bodas
Luca y Amelie: Conociendo a mi prometido
Tarah y Dimitri: No es amor

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