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Íbamos caminando por la acera cuando te detuviste en seco.
Tus ojos estaban abiertos y llenos de dolor.
Tu mirada fija en algún punto frente a nosotros.
La seguí y vi lo que te dolía.
Era él.
Feliz.
Con una mujer.
Su vientre redondeado por un embarazo avanzado.
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