Al salir de la habitación de hospital podía sentir una extraña sensación mientras avanzaba a la salida para firmar su alta, los doctores, enfermeras lo veían con precaución, algo de molestia y miedo, firmó el documento, salió del lugar, mientras se adentraba más a la aldea la sensación se incrementaba, los aldeanos lo veían con descaro, su ceño se marcaba a su paso, a lo lejos vio a Choji con Ino, caminó con velocidad -hola chicos -Ino apretó el ceño, Choji se puso incómodo, vio hacia los lados con algo de ansiedad -Naruto ¿cómo estás? -el rubio sonrió más tranquilo al escuchar como preguntó por él -bien, salí del hospital hace un momento -el Akimichi sonrió algo forzado -bueno, tengo que ir al restaurante, mis padres me pidieron ayudar en él -el rubio asintió, giró su mirada a Ino, ambos lo vieron irse.

La Yamanaka giró su mirada con molestia -Choji es demasiado bueno para sentir molestia, pero yo no lo soy, nos enteramos que atacaste a Sakura, estuviste a punto de matarla, eres un maldito peligro para todos, ya toda la aldea lo sabe, deberías alejarte -el rubio abrió sus ojos demasiado -sólo le hice un raspón en su brazo, ¿de qué hablas? -la rubia apretó el ceño -no intentes mentir, ella dijo que la atacaste con intención de matarla, deberías tener decencia y por lo menos aceptar que la dañaste, demonios, me largo de aquí -el rubio bajó el rostro tratando de entender, entonces Sakura sí lo había traicionado, no imaginaba cosas, sus ojos se hicieron brillosos -sabía que era un demonio, les dije que no confiáramos, tarde o temprano destruirá la aldea completa, que eso nos sirva de lección -un aldeano gritó, Naruto levantó el rostro con molestia, pero por dentro sentía terror, salió corriendo del lugar, se encerró en su departamento, se recargó en su puerta, se dejó resbalar al suelo, un dolor intenso de cabeza comenzó a asorarlo, apretó el ceño al sentir como si con una aguja perforara su cerebro, sus manos apretaron su cabeza tratando de calmarse, a su mente comenzaron a llegar recuerdos de su infancia, apretó el ceño, su cuerpo temblaba, no recordaba haber vivido nada de ello.

Aldeanos lo golpeaban con coraje, el rechazo, ser corrido del orfanato, pero él, fue feliz en el orfanato, ¿no era así?, ¿de dónde sacaba esas historias? bajó su vista a sus manos, su jiji lo había cuidado en su infancia, vivió en el departamento desde los cinco años, ¿no era así? imágenes de golpizas, los pies y puños aparecían cada vez que cerraba los ojos, abrió sus ojos con terror al ver cómo un grupo de shinobis lo habían desnudado, apretó su cabeza con dolor ¿lo habían violado? cada que parpadeaba podía sentir el dolor que vivió en ese momento, lágrimas y más lágrimas salían de sus ojos, su cuerpo temblaba sin poder controlarlo -no… no… no  -recordaba haber gritado por ayuda pero nadie acudía a él, eso era imposible, su jiji mandaba protección, podía recordar las máscaras de los anbus en su protección, estaba imaginando cosas, sacudió su mente, nuevamente las imágenes, habían jugado con él por horas en una casa abandonada, al final lo habían dejado destrozado y desgarrado, sangre salía de su cuerpo por los golpes y las violaciones, uno tras otro se turnaban hasta que se cansaron, podía sentir el semen en su cuerpo, como escurría de su entrada, cada parpadeo era un escena distinta, más y más agresiones, sus ojos ardían de llorar -nooooo no más -había gritado y golpeado el suelo, quería que las imágenes terminaran.

Un último recuerdo apareció en su mente -"borra su memoria, ocúltala profundamente, no permitas que se libere, desgraciados, ¿cómo se ensañaron tanto con un niño? si Jiraiya se entera no quiero imaginarme lo que hará, lo menos que podemos hacer por el niño es liberarlo de esos recuerdos -Inoichi asintió, Fugaku estaba a su lado -usaré el genjutsu, Inoichi, debes ocultar el recuerdo en cuanto lo encapsule -el rubio Yamanaka comenzó a prepararse, el Uzumaki vio en el reflejo de la mesa metálica su reflejo, su rostro estaba lleno de golpes, su mirada era gris, estaba muerta, vacía, todo se volvió negro inmediatamente después de eso" -

Naruto trataba de tomar aire, sudaba a gotas, su mirada se hizo gris, se levantó tambaleándose, sosteniéndose del muro, caminó lentamente, se metió en el baño dejándose caer en la tina, la llenó hasta el tope, aún con ropa veía a la nada estando acostado dentro de esta, en su interior sabía que todo era verdad, todo, la infancia que recordaba eran recuerdos falsos que el Uchiha había metido en su cerebro, esa infancia donde jugaba con sus amigos, donde su jiji lo frecuentaba y lo ayudaba con sus estudios, nunca había sido real, aún peor, antes de ese ataque ni siquiera conocía al anciano, fingió amarlo cuando lo único que tenía en su interior era culpa.

Salió del shock al escuchar como habían roto su ventana, todo se volvió negro, podía distinguir algunas luces y paredes blancas, sus ojos abrían y cerraban lentamente, un anbu lo llevaba en brazos, estaba demasiado débil mentalmente por todo sus recuerdos, estaba débil físicamente y adolorido, su cuerpo le dolía un maldito infierno, el anbu corría con velocidad entre el pasillo del hospital, Tsunade llegó tras él -¿demonios Naruto?, acuéstalo aquí Itachi -el azabache lo recostó con cuidado -estaba en la tina aún con la ropa supongo, eso ayudó a que las quemaduras no afectaran la mayor parte de su cuerpo -la rubia asintió -¿quién demonios fue? -Itachi apretó el ceño -los aldeanos, cuando llegué gritaban que lo querían muerto -Tsunade abrió sus ojos con terror -malditos hijos de puta mal agradecidos-