Capítulo 79. Lío

Luriel se despierta de golpe, se sienta y cuando me ve a su lado me toma con desesperación el rostro, me observa y con los ojos temblorosos me analiza.

-Vega... debes irte... Iracema está, está...

-Cegada por la ambición -digo y él traga fuerte.

-Te quiere matar...

-No tengo dudas, pero realmente yo no soy el objetivo, eres tú y el Takuara que llevas en tu interior.

Luriel parece no entenderme, solo se pasa la mano en el rostro y luego habla con desespero.

-Mis hermanos... corren peligro, tus hermanos también, debemos sacarlos del internado...

-Luri... mi amor, respira. -ordeno.

Él se queda quieto al escuchar mis palabras. Su expresión se congela y veo una mezcla de felicidad, miedo y desesperación.

-Lo siento -me apresuro-. Se me escapó el: Mi amor.

-Me doy cuenta... pero no quiero perder el momento y tampoco quiero dejar de enfocarme en esto... así que lo voy a guardar en mi memoria y juro que cuando esté más tranquilo te lo voy a hacer recordar. Porque no pienso dejartelo pasar.

-Anda, pensemos en lo importante -insisto y él me toma de la mano..

Automáticamente eso hace que comience a temblar. No puedo creer que esto esté pasando. Yo creí que traer a Maitena junto a Iracema era un acierto. Me siento tan inútil.

Las lágrimas vuelven a escapar de mis ojos, por lo que Luriel me levanta el rostro y seca el agua con la yema de su pulgar.

-¿Qué pasó? ¿Te hizo daño?

Niego con la cabeza, la verdad es que no entiendo que es lo que tocó en mi, simplemente se que duele, y me molesta.

-Crux... -Se sienta en el borde de la Cama y me sostiene el rostro con sus manos.

-Por favor, no compliques esto, solo déjame llorar -pido mientras los sollozos me ganan-. Pensé que la podría salvar... -confieso-. Pensé que haciendo caso a Maitena, Iracema iba a recapacitar. Pero ella, simplemente rompió el frasco de su madre. La dejó ir. Le dió igual.

-Iracema ya no va a cambiar -dice Luriel mirándome a los ojos -. Y esto no es tu culpa, ella es quien decidió ser así. Así como yo decidí ser un asesino. No hay vuelta atrás. A ella le da igual y ya sé que es lo que quiere hacer. Por eso le da igual todo.

>>Ella si o si habla con brujas ancestrales. Y tú madre le habrá prometido algo gigante. Si mal no recuerdo, en el libro de Orkias hay un capitulo que habla de magia de sangre poderosa... para alterar la realidad.

>>Por los sellos, las marcas y la energía que esa chica emana, y si trabaja con el 4to... estoy seguro que es eso lo que hará.

Entrecierro los ojos, miro a Luriel quien están muy cerca de mi y con asombro respondo.

-Por eso quiere el Takuara de tu interior... por eso le dio igual el alma de Maite ¡Por Eirú y los dioses! ¿A qué carajos nos estamos enfrentando?

Luriel solo frunce los labios y queda en completo silencio. Yo no puedo creerlo. Iracema quiere jugar a los espejos. Y con eso, alterar lo que conocemos y vivir su vida de en sueño. Pero si mal no entiendo para hacer eso requiere de mucha sangre... y debe ser del Aregua. ¡Maldita sea! De nuevo los originales en peligro.

Quedo perpleja, intento tevantarme, pero Luriel me sostiene para que no lo haga, niega con la cabeza y me observa.

-Ahora no podrá hacer nada.

-Cierto-digo-. Ahora, pero sabemos que ella buscará la manera de hacerlo. Tú sabes que sus poderes van en aumento, ¿Lo sientes verdad? Hizo algún hechizo, y quizás esta es una trampa, y nosotros caímos...

Luriel respira profundo, se muerde el labio, y a pesar de que estoy en pánico por lo que este pasando, no puedo evitar admirar tal acto.

Hace semanas que no lo veía, y se ve mucho mejor. Los tatuajes que le recorrer lo hacen ver no sólo intimidante, si no que también deseable, sacudo la cabeza y me centro.

-Ya no solo se trata de Franco intentando ganar los poderes del Aregua -digo-. Si no que de mi madre ofreciendo a Iracema el poder de tener su mundo... quizás Carina haga lo mismo. O deje un espacio para la princesa... cualquier cosa para mantenerla viva y poder usar sus poderes a su favor.

>>Sí mi madre se libera, entre Iracema y Carina no tendremos chance de absolutamente nada. Sus poderes sobrepasarian a los nuestros y más si La guerrera ya tiene encaminado el poder de las estrellas. Si ella ya alcanza el Jasuka.

Luriel queda quieto, se aleja de mi, y ahora esta caminado en la habitación de un lado a otro. Me pone un poco nerviosa verlo, así que redirijo mi mirada a mis dedos. Mi respiración ahora también está entrecortada, no me gusta el panorama, y creo que no estamos preparados para lo que se viene.

-Será mejor ocultarnos -digo

-No, será mejor encerrarlos-me responde-. Hablemos con Cariem, y movamos a los Rebeldes. Que ellos nos ayuden a encerrarlos.

-¿Cómo planeas hacer eso? O sea si, se que somos muchos los que estamos en ti ejército, pero ¿Cómo los vas a encerrarlos? A dón...

Me callo cuando mi cerebro hace la conexión, ya se lo que va a hacer y lo que va a usar para lograrlo, yo me pongo de pie y voy hasta él.

-No, Luriel... no -digo con la voz firme-. Ya usaste la pluma de mamá una vez, no te vas a tatuar los sellos que faltan... no lo permitiré, es evidente que mi madre no te dio para ayudarte esa pluma, te dio para ayudarse a ella. Y si lo usas...

-Déjame mover mis hilos, Crux.

Cierro los ojos, suspiro y con mucho pesar creo que voy a tener que darle la razón.

-Sabes que encerrarlos no va a ser la solución definitiva -digo al fin increpandolo con la mirada fija en sus ojos.

-No, pero nos va a dar tiempo, tu podrías seguir entrenando y yo voy a estudiar para tener el poder del Tatachina... pero lo mejor es que si logro hacer esa jugada, voy a tener el alma de mi madre y le podre dar descanso.

-Bien, confío en ti -digo e intento salir de la habitación cuando el me sostiene del brazo.

-Gracias... por hacerlo, en verdad. Vega, porque siempre que hablamos depositas tu confianza en mi. En serio, esto es todo lo que necesito.

-Con el Cario hasta el final -digo un poco dispersa, porque de la nada veo a sus ojos y recorro con la mirada hasta sus labios.

El me suelta y camina unos pasos delante de mí. Suelto el aire retenido por las sensaciones que me acaba de causar, llevo mi mano a la altura de la boca de mi estómago y me dispongo a ir tras él.

-¿Sabes qué? -dice girando hacia mi y llevándome hasta la pared que tenemos a un costado, en este preciso momento soy solo una montón de sensaciones cruzadas, estoy perdida ante su mirada dominante -. Ya no quiero esperar más, y escucho los latidos de tu corazón, sé que tu tampoco quieres seguir con el tira y afloje.

-Yo...

-Dilo... -su voz es gruesa y sensual, su aroma está invadiendo mis entrañas, y su peso sobre mi cuerpo está despertando mi deseo-. ¿Quieres que te suelte?

No me salen las palabras, más al ver como sus brazos, marcados por los tatuajes y sus venas se ponen uno a cada lado de mi cabeza.

-Qué me queme el fuego del añakua -logro decir antes de ser asaltada por sus labios.

Una mano va a mi cabeza, sus dedos se meten entre mis cabellos y con la otra mano me sostiene de la cintura hacia su cuerpo, apretandome contra él. Su fuerza descomunal me seduce, y me enloquece.

Y por los 7 hijos de Tau y Kerana, que bien besa el desgraciado.
Mi respiración está agitada, mi cuerpo ha subido de temperatura y mi cabeza solo puede pensar en lo satisfactorio que se siente como me agarra y acaricia.

Intento llevar mis manos hacia él, pero se aparta y aprisiona mis muñecas en una de sus manos, para sostenerla sobre mi cabeza. Sus labios bajan a mi cuello y creo que esto va a terminar haciendo que explote de tanto placer. Se acerca mi oído y con su voz más sensual susurra:

-Necesito parar... -su voz solo me enloquece más -. Por Eirú, Crux, me estoy volviendo loco -vuelve a besarme y yo estoy ida, muy ida para dimensionar otra cosa que no sea su calor, su sabor y olor-. No sabía que esto iba a ser así de adictivo -vuelve a susurrar contra mis labios-. No tenía idea de cuanto te deseaba...

-Luriel -susurro-. No sigas que no vamos a poder salir de esta habitación...

Él apoya su frente en la mía, nuestra respiración es agitada, y lujuriosa. Nos miramos y una sonrisa cómplice se nos escapa al mismo tiempo.

-Tienes razón -susurra contra mi-. Salgamos de aquí, porque si estoy un segundo más, voy a olvidar todo mi plan.

Arruga su nariz y hace un gesto que juro que me elevó la temperatura porque parecía una fiera con hambre y yo su cena.

-Siempre tengo razón.

Me escapo de su agarre a duras penas. Salgo de la habitación e intento disimular el calor que estoy sintiendo. ¡Ay! Por los Dioses ¿En qué lío acabo de meterme?

...........
Ups lo siento por loa Luricema Lovers 🙈😅

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