Capítulo 7. Desgraciado

Mis brazos ya me duelen, el torzo está apunto de darme una puntada, pero debo soportar un poco más, hasta que la gota de sudor que está en la punta de mi nariz decida caer y tocar el suelo.

—Arikú —llama el guardia en la puerta de mi celda.

—¿Qué? —pregunto a penas mis músculos están cansados.

—Tiene visita.

—¿Es Jakury? O mi abogado? Si no es ninguno de los dos, no me interesa.

La gota al fin cae al suelo por lo que al fin me puedo poner de pie, miro al guardia, que se está comiendo una empanada grasienta, ignoro las migas que están sobre su pecho y barriga para concentrarme en su expresión.

—No, es un tal Asturia, Franco Asturia —dice el nombre con la boca cargada de comida.

Me acerco con rapidez a la reja y aprieto el metal con fuerza.

—¿Ese desgraciado? —susurro y el guardia solo me mira indiferente.

—¿Va a ir o no? —pregunta sacudiendo las migas de su ropa.

—Por supuesto...

Él me abre la reja y paso mientras trueno los nudillos y el cuello.

—¿la playera? —pregunta.

—¿No me van a dejarlo ver así?

—Aquí da igual a la gente, al fin y al cabo está en zona Vip, haga lo que quiera.

Por su puesto, aquí corren billetes y con eso basta.

Me adelanto al guardia camino a la sala de visitas, espero que no haya nadie, porque me encantaría darle un golpe a Franco... como mínimo.

Entro a la sala y por supuesto, el cobarde está rodeado de guardias, privados y de la cárcel. No puedo evitar reír por lo cobarde que resultó ser mi "amigo"

Me relajo y camino con tranquilidad, me siento en la silla que está delante de Franco, sus ojos claros me analizan y me ofrece una sonrisa.

—Amigo, mio... —tiene el descaro de decir.

—Ahorremos el discurso previo, al grano, Asturia.

—¿Qué te ocurre Orkias?

La ira me toma, aprieto mis puños y golpeó la mesa con rabia, los guardias se acercan pero él hace un gesto para que se mantengan en su lugar.

—Así que ya lo sabes —dice de manera arrogante.

—Tienes el descaro de intentar fingir delante de mi, ¿de verdad llega a tanto tu hipocresía? ¿Qué te he hecho para merecer tu traición?

—¿Traición? —pregunta cruzando sus manos y apoyándose en la mesa—. Yo solo estoy luchando por que La Colmena brille de nuevo. Y por qué sea liderada por gente poderosa de verdad, no por los cobardes de turno.

>>Restaurar a los desterrados, y quemar a los poco que se creían dueños de todo. Arikú... no hace falta más motivos que el brillo del poder para intentar ganar el primer puesto.

—Lastima que no estaba para dar luz verde a Luriel y ver rodar tu cabeza.

—Te tienen muy bien informado en este aposento. ¿Qué más sabes?

—Maitena, y la abuela de Luriel, las mataste.

—Mmm no fue el autor principal... pero —saca de su bolsillo un dije y lo pone sobre la mesa.

Soy cólera, intento tomarla, sin embargo una energía violeta añeja mi mano de la joya, casi como si alguien me tirara de un lado.

—El Nole me tangere es tan eficaz —dice—. Que no me permite tocarte y matarte de una vez, pero así también, evita que puedas tocar un objeto maldito que puede hacerte daño.

>>En esta joya está tu amada y estúpida Solei... fue diseñada por ella misma... la magia del enclaustrado es tan potente, pero funciona solo si existe un diseñador talentoso. Solei era genial con los detalles.

—¡Te voy a matar! —grito y el sonrie.

—Me alegra que lo digas en voz alta, a él agente Ross quien está del otro lado le interesa.

¡Maldita sea! Por supuesto que es una trampa.

—Sé que has estado entrenando en tu celda —me susurra—. Tristemente yo no puedo acercarme a ti, ni ningún enemigo, pero los humanos normales quizás me puedan hacer un favor, mira que soy buen amigo y te aviso para que estés atento por si surge algún motín.

—Eres un ser despreciable... —digo entre dientes.

—No te haces idea, Arikú... pero en fin, yo vengo por algo importante.

Guarda la joya en su bolsillo y saca una foto, es una de grupo, logro diferenciar a Mirena y en sus brazos traía el libro ancestral que nuestra antepasado Eirú nos dejó de herencia.

—La hermosa Mirena... siempre me dio la impresión de ser alguien increíble. Recuerdo que su sola presencia transformaba todo el lugar.

>>En ese entonces, envidiaba a Cariem por tenerla, recuerdo que me preguntaba ¿Qué tenían ustedes de especial? ¿Cómo lograban tener la atención de todos?

>>Resulta que ser descendiente de Eirú, es mucho más que tener solo su sangre... ¿Verdad?

Guardo silencio, se hacia dónde va está conversación y no pienso darle una sola pista de lo que desea saber.

—Ese libro lo contiene todo ¿verdad?

—Sabes —digo—. Hay una persona que te puede ayudar, se llama Araresá... a ver si convences a una Originaria que te hable de ese libro, cucaracha.

>>No eres digno de saber, mucho menos de portar los secretos que lleva ese libro en sus hojas.

—¡Así que este es el verdadero tú! —dice con gracia—. El pobre y borracho Arikú de repente muestra sus dientes, y me restriega en la cara mi clase.

—Pudrete.

—¿Cómo los restos de Solei a 3 metros bajo tierra?

Escucharlo decir eso hizo que pierda el control, me paro de la nada e intento atacarlo empujando la mesa, el levanta ambas manos y pone cara de susto, cuando 2 guardias de la cárcel, humanos obviamente me detienen para que no lo toque.

—Sí me dices dónde está el libro, te devuelvo el dije —habla con arrogancia.

—No creo tus palabras. Pero tranquilo, ve a buscar ese libro...  que me voy a encargar de darte una muerte sin dignidad y dolorosa, me vas a suplicar que te mate, Franco.

El se pone de pie, se acerca a mi y me mira directo a los ojos.

—A ver que tanto haces desde la cárcel... o muerto, lo que sea primero. Si conseguí que Luriel esté sin protección, voy a hacer lo mismo contigo.

>>Merlis puede ser poderosa, puede que haya hecho el Nole me tanguere, gracias a que la sangre de sus hijos aún corría por sus venas, sin embargo, ella no es una Arikú, ustedes no se casaron y acababa de alumbrar cuando la maté, por lo que debe haber un fallo, una forma de dejarte desprotegido, y créeme, lo haré.

>>Y vas a amanecer muerto, pero al menos vas a poder ver a tu hermana... ¡Ah, no cierto! Para ello deberías morir en el internado.

>>Qué pena que una chica tan poderosa... destinada a ser la mejor bruja, y quizás una referente de la magia ancestral haya... muerto, en el internado.

Mi respiración se agita, no puede ser.

—¿Cómo es que se descuidaron en ese entonces? ¿Verdad, Arikú?

—No lo dices en serio... —hablo entre dientes.

—El rector debería aprender a no confiar en sus estudiantes... —sonríe —. Voy a conseguir tu herencia de sangre y me voy a apropiar de su constelación sanguínea... Arikú.

—¿Cómo sabes que es eso? —pregunto destrozado y enojado a la vez —Solo una bruja mayor o un heredero sabe lo que es... tú eres una escoria, que no está destinado a la gloria.

Vuelve a sonreír y se acerca a mi.

—¿Tienes idea porque me casé con una Golix y crié a una bruja de iniciación? Lastima que Irina murió antes de cumplir su misión, pero aún me queda Ira..., sin embargo, se lo que se por Carina, aunque la mujer es dura de roer...  pero tranquilo, me acabo de conseguir una bruja mucho mejor, Irama, ufff, esa mujer, si que te eliges de las buenas Orkias. Ya te cuento, si sigues con vida, como pasamos con esa mujer.

>>Ahora, justamente hablando de Carina, debo ir a visitarla, hay un montón de gente en el internado que debe verme como un héroe. Nos vemos, Orkias Arikú... por cierto, tus hijos están siendo rastreados cuando los encuentre, te enviaré una foto... para que recuerdes algo de ellos al menos.

Franco se retira con sus guardias, y a mi me empujan para volver a mi jaula.

Ese desgraciado, sabe demasiado y es más peligros de lo que imaginé, Irama, más vale que tu plan funcione. Y Luriel, confío en toda tu capacidad de venganza, ahora, mi misión es sobrevivir.

¡Maldito, Franco, juro que te voy a matar!

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