Capítulo 20. Trato

—Adelantense —digo—. Yo me encargo de Luriel. Ni bien esté mejor los seguimos para ejecutarla el plan.

—Bien, me avisas cualquier cosa —responde Cenit mirando al chico que está sentado en un viejo tranco mirando el pasto —Me da miedo que hayamos tomado una maña decisión.

—Hicimos lo correcto, por algo Arand no envió la nota, así que, es mejor no ocultarnos nada, no debemos ser como ellos. No debemos cometer los mismos errores, mucho menos las traiciones.

—Tienes Razón Vega, por cierto, ten cuidado con su corazoncito de pollo, le gustas... y sé que a ti también te gusta él... pero ambos están en medio de guerras personales muy grandes.

—Gracias Cenit, y soy muy conciente de ello.

La chica se aparta y va con loa demás a llevar a Sara junto a su padre. Una vez que estén allí imagino que van a comenzar el protocolo para ejecutar el plan de liberación de Mortel y Orkias.

Habíamos decidido venir todos juntos porque se supone que estaríamos adelantando camino para agilizar la trampa que íbamos a tenderle a Ross y a esos policías corruptos.

Ya veremos como solucionarlo, ahora primero está la estabilidad emocional del equipo.

Me acerco a Luriel y me siento a su lado. Sus ojos están rojos, hinchados de tanto llorar, nunca lo había visto tan frágil, tan vulnerable.

—¿Cómo estás? —pregunto y él solo levanta una ceja y finge una sonrisa.

—Hecho mierda —confiesa—. Aún no puedo creer que mi madre esté muerta por un efecto rebote.

Sorbe, respira profundo, cierra los ojos y baja la cabeza, por lo que veo, no es muy asiduo de contar cómo se siente.

—Yo no sé lo que es perder a una madre de la forma en que tu lo hiciste, Gianti... pero sé lo que se siente ser traicionado por ese amor profundo que le tenias a alguien.

>>A pesar de muchas cosas, Carina era mi madre, y quizás sus demostraciones de amor fueron mínimas, o fingidas, no lo sé, yo solo sé que creía que me amaba. Y eso que tengo pocos recuerdos.

>>No te puedo ofrecer entendimiento, pero si mis oídos, Luri, para escucharte.

—¿De qué sirve hablar si el dolor está aquí? —me señala el pecho.

—Sirve de mucho... te diré...

Se hace un silencio entre los dos, el mira al suelo, el sonido de los grillos invade el bosque, y los búhos comienzan a cantar a lo lejos.

—¿Cómo es que decidiste convertirte en el justiciero? —pregunto

Él me mira sorprendido, balbucea un poco, niega con la cabeza y al fin logra articular la palabras.

—Por venganza, para destruir a quienes me sacaron todo.

—No —digo y miro al suelo, luego a él —. ¿Cómo es que el chico dulce, que es escritor de wattpad, que se sonroja, el coqueto, el sensible decide convertirse en un asesino?

>>Eres increíble, Luriel, me gusta ver tu versión sanguinaria, verte como líder, como comandas las batallas, pero también me gusta saber que tienes un lado humano, tierno, frágil...

—Débil...

—No, no es Débil. —le corrijo—. Es ser conciente de lo que nos rodea... sé que ya estás pensando en como ayudar a esos originarios, y ni se te ocurra decir que no es verdad,  porque puedo ver en tus ojos la sed de justicia. Es por eso que quiero saber, como un ser tan maravilloso, es capaz de matar sin titubear a sus enemigos.

Él se queda viéndome, ya sus ojos no están tan hinchados, su mirada de tristeza ahora está cargada con un poco de esperanza, es como si hubiera estado buscando este momento, como si desde el fondo de su corazón buscaba ser escuchado.

—Una tarde... nos juntamos con Cenit y Zunú, para quemar algunas pertenencias de Itae y mamá —digo—. Como sabrás, en la tradición luego del entierro de un combatiente es mejor soltar su alma, como sabía que el alma de mamá estaba enclaustrada, Zunú sugirió que quizás hacer eso le daría algo de luz.

>>Espero que lo haya hecho, la verdad.

>>En fin, lo hicimos, Cenit había llevado chicha y una pipa, que trajo de bosque de los originarios, de esas que tienen hierbas mágicas... ya sabes.

—Alucinógenos —digo y río —. No tengas vergüenza de decírmelo, soy prácticamente de hechicera, para mi no es raro escuchar que la gente use hierbas alucinógenas.

—Ok... continuo —dice más tranquilo —. En eso, se me ocurrió que debía buscar a lo asesino de mamá, y vengarme, Zunú y Cenit dijeron que si, hablamos de muchas cosas, estábamos a tope... a la mañana siguiente, estaba lleno de vergüenza por haber planeado tantas cosas con mis tutores.

>>Fui junto a ellos para pedir disculpas, pero en la sala de tutores Zunú ya me presentó nuestro casco y recuerdo claramente que me dijo:

>>Sí lo que dijiste que quieres hacer es real, yo estoy, mi sangre es tuya, mi cabeza, mis manos y mi venganza, yo te voy a servir. Cenit me hizo la misma promesa...

>>Desde allí, buscamos en libros antiguos como hacer el ritual de carios.

>>Araresa fue mi patrocinadora, pero cuando todo se fue a la mierda, ella tuvo que alejarse.

>>En síntesis el justiciero nació porque no sabía cómo calmar tanto dolor, como silenciar mi impotencia contra tantas injusticias.

>>¿Crees que está mal lo que hacemos?

—Ni por un segundo —digo, y siento que mi corazón late con fuerza cuando nuestras miradas se sostienen.

De inmediato miro mis pies, luego al cielo, siento su calor acumularse a lado de mi cuerpo.

—¿Por qué querías saberlo? —pregunta.

—Porque sabía que no eres un ser despreciable y quería que te escucharas en voz alta. —digo—. Tanto haz hecho, y tomaste una decisión muy importante al momento de vengarte, pero quería que te des cuenta que lo que hiciste, lo hiciste para escapar de tu duelo.

>>Ojo, no te juzgo, y al final estoy aquí, de tu lado, luchando, estando al borde de perder mis marcas porque me pueden desterrar, pero creyendo firmemente en ti.

Luriel sonríe, que bonitos ojos, que hermoso hoyuelo que buena pinta la de este chico.

Me rasco la cara y continúo.

—Ya no quiero que reprimimas tus tristezas ¿Ok? Eso nos va a dar claridad a todos, vive tus emociones, Luri.

—Gracias —dice y puedo sentir como la distancia se cierra.

Me pongo de pie de inmediato, me estiro y doy unos pasos.

—¿Ya estas para ir a ver como ha avanzado el plan?

—Sí, vamos, vamos.

Él también se pone de pie, yo suelto un suspiro y comienzo a caminar.

—Vega —me llama y yo volteo.

—Pensé que me gustabas —mi respiración se detiene, y no sé si es miedo a que me diga que ya no—. Pero me di cuenta que no solo me gustas... si no que de verdad me siento bien a tu lado.

>>Yo sé que no quieres que esto avance, y lo entiendo... yo también tengo asuntos que solucionar... pero así como me permitiste llorar, quiero que me permitas decirte que de verdad te quiero.

—Un poco egoísta de tu parte —le digo sonriendo—. Quereme... ¿Par que? ¿Para ti?

—No, te quiero libre... conmigo o sin mi, simplemente eso.

La electricidad viaja de mi estómago a todo mi cuerpo, respiro profundo, me acerco unos pasos a él, miro a sus ojos profundos y vuelvo a retroceder.

—También te quiero Luriel, te quiero libre de ataduras, te quiero sin limites y logrando lo que te propones...

—Hagamos un trato —dice acercándose a mi.

—¿Qué?

—No le pongamos muros a esto...

—O mejor... —digo y le paso la mano en el pecho sacudiendolo —Demosle un tiempo, disfruta de lo que hay... yo haré lo mismo, y si esta llama continua probemos.

—¿Vas a probar algo con Rodrigo ?

Una carcajada se me escapa miro a Luriel celoso, y eso me da mil años de vida, así como el ego en las nubes, pero me siento en la obligación de darle una noticia.

—No, no hay nadie especial, pero ahora que vamos a ser libres tengo la carta abierta... y Rodrigo, mi vida, está con Zunú... fíjate un poco más en lo que pasa a tu alrededor, Cario...

>>Anda, vamos que el comisario nos debe estar esperando.

Y con eso camino hacia la dirección en que se encuentran todos. ¡Ufff! Me estoy escapando a duras penas, a ver cuanto soporto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top