Capítulo 13. Niñera

Estoy de salida, hoy Franco me da un día libre, por supuesto que con intensiones de controlar que hago y que no, así que me hago un escudo protector  con esencia de canela, hojas de laurel, salvia, sal romero y clavo de olor.

Coloco el aceite en los puntos estratégicos, me sirvo agua en un vaso de barro, y con un Palo Santo intenciono su contenido, luego tomó una pluma para dibujar una grafía en ella.

—Ani reheja che topa —susurro.

La grafía se pinta de un dorado intenso, las llamas salen del barro y finalmente se consumen para quedar el rastro negro de las cenizas. Paso mi dedo sobre el lugar, y lo introduzco en el agua para al fin beberlo.

Levanto la vista para asegurarme que nadie me haya visto, pero mis ojos se encuentran con la hermosa rubia vagando por el éter.

Pobre Mirena, debe extrañar a Luriel, debe ser una tortura recordar su muerte una y otra vez al estar Alejada de ese humano que le daba un poco de alivio ¿Será que habla con Iracema?

No, no lo creo, estoy segura que al salir Luriel del internado ella perdió la conexión con Asturia, no sólo por su ida, sino que también porque ellos habían terminado el vínculo que los unía.

—Mirena —llamo a su espíritu y este se detiene, voltea a verme y su bello rostro me recuerda la época bella que vivimos en la adolescencia—. Cómo extraño esa época... en que podíamos hablar por horas, Ariku.

El ente solo me mira, esperando un orden, respiro profundo y al fin le digo.

—Busca a Hisa Gianti e intenta conectarte a ella.

—Sí, señora.

Responde y se va.

Trago fuerte, sacudo mis manos, y las paso por mi cabello un par de veces, para luego volver a sacudirlas.

—Este lugar está lleno de energía bien mierda —me quejo en lo que intento salir de la habitación.

Al abrir la puerta me encuentro con Cariem quien está recostado contra el marco de la puerta.

—Rector... —digo seria.

—Nada de rector, Irama, aquí no me tratas con tu papel de tonta.

Suspiro, pongo los ojos en blanco y lo hago pasar a mi habitación. El de inmediato lleva las manos a los bolsillos y observa con cuidado todo el lugar.

—¿Hechizo de protección y abre caminos? —pregunta mientras olfatea el aire.

—Así es... —respiro profundo y me sincero—. Cariem, sea lo que sea que me quieras decir, por fa, que sea rápido, debí salir del internado antes de que Franco regrese.

—¿Por?

—Cariem...

—Bien, vengo porque hemos visto con los padres de Gerardo de que no vamos a poder sacar a Orkias y a Mortel de la cárcel, Franco consiguió elaborar pruebas contra ambos. Y aunque me digan que no fue él, es más que obvio que tiene la mano metida en el fango.

—¿De verdad hay quien le cree la actuación de la rosa de Guadalupe que hace?

Cariem ríe de manera involuntaria, estoy segura que quería mantener este momento como serio y hacer honor al drama, pero tampoco dige ninguna mentira.

—¡Por los Dioses! Es pésimo actor. Sin embargo, no dudo de que debe estar usando hechizos y la persuasión en muchos estos segura que Carina le habrá preparado al ganador baño de endulzamiento o algo así ñ.

—Cero dudas —contesta Cariem y suspira.

Me fijo en sus ojos, es más ojeras que rostro, el cabello lo lleva desordenado y su semblante está casi sin color.

—¿Has estado comiendo? —pregunto y me acerco de nuevo a mi mesa de hierbas, tomo katuava, guaraná y menta para machacar en mi mortero—. Te ves pésimo.

—No he comido casi nada —responde—. Siento que me consumo.

—Y tú otro... alimento... ¿Cómo va tu función de mestizo?

—Una mierda... —confiesa—. No hemos podido hacer nada, todos preocupados y estresados.

Coloco un poco de whisky en un vaso y hecho la mezcla de hierbas, pongo mi mano sobre la boca del vaso y susurro.

—Eguerú pytu'u

Le paso el vaso a Cariem quien lo bebe y de inmediato tiene un cambio en el rostro, ahora si, volvió el semblante sexy, aunque le falta más.

—Llévale a las chicas y traten de mantenerse equilibrados, Cariem, necesitamos de su fortaleza.

—¿De verdad estás de nuestro lado Irama? En serio... se que puedes estar del lado de Franco, odias con todo tu ser a Solei y a Orkias.

—No confies al 100 en mi, Cariem, haces bien eso... pero, a pesar de odiar a Solei jamás voy a permitir que su alma pague una condena que no merece.

>>Y para demostrarte que voy en serio, te lo voy a confesar. Yo voy ahora junto a Saité y Mainara.

El rostro de Cariem se ilumina y veo al fin una pizca de paz real y no de la que hechicé en su bebida.

—¡Por Eirú Irama! —dice y rompe en llanto —. No tienes idea, de el peso gigante que me acabas de sacar de la espalda, ¡Los hijos de Solei, están a salvo! mis niños!

No tenía idea de cuánto le mortificaba a Cariem no saber de sus cuñados.  Respiro profundo mientras veo como se seca las lágrimas y se reincorpora.

—¡Gracias Irama! Me acabas de dar fuerzas para aguantar esta batalla.

—Me alegra, muñeco. —digo —. Ahora, permíteme ir a ser de niñera ¿Quieres?

—Ve, ve... yo voy a hacerte caso e intentaré mantenerme en tono con Ana y Thalia.

—Sí, porque se nota la falta de... nos vemos luego, cierra la puerta al salir.

Me retiro, Cariem queda en la habitación.

Camino por el largo pasillo hacia la salida al bosque en donde se me hace escuchar unas vocecillas de algún que otro estudiante, no hago caso y apresuro el paso, pero cuando estoy en la puerta apunto de abrir escucho a Santo y a Edara.

¡Por todos los dioses del Tapekué, el Aregua y los bosques originarios!

Solo basta con escuchar como ella chilla el nombre de Santos para saber que están haciendo.

Retrocedo unos pasos y busco con la vista la puerta de la que sale el sonido.

Se supone que hay una barrera de protección en esa habitación, un oído normal no lo escucharía, pero yo... yo no tengo un oído normal, yo tengo EL oído de los putos espíritus.

—Rehechauka cheve —susurro pasando mi mano sobre la puerta y esta comienza a transparentar.

No dudo en dibujar una sonrisa lasciva al ver la escena.

La amante de Franco, disfrutando de los dones Gianti. ¡Vaya perra! La desgraciada no solo le traicionó a su hermana, a su supuesta novia si no que también a su supuesto amante. ¿Qué carajos tiene esta mujer en la cabeza?

Tantas veces e intentando leer sus cartas, pero algo me impide entenderla, sin embargo si pude ver lo arpía y traicionera que es. Ojalá el alma en pena de Maitena logre ser espíritu guía de alguien y le corte la cabeza a esta.

Y este mierdilla de Santos, siendo infiel a su mujer, con la mujer de su aliado, son tal para cual. Diría que es la sangre Gianti, pero aunque Mortel fue un idiota, infeliz e infiel, siempre fue protector de su familia y jamás caería en la bajeza de traicionar a la colmena.

—Sí, sí, sí –grita Eda mientras Santos le da con todo.

—Suficiente por hoy— cierro la transparencia y me retiro—. Un día voy a poder y les haré un conjuro de salacion a ambos, y lo voy a disfrutar.

Al fin salgo al bosque, y estando en medio, las 12 brujas se me hacen visibles.

—Ya saben lo que les voy a pedir —digo mientras saco una pequeña daga de mi escote y corto mi mano izquierda con el filo de la misma.

—Sabes cual es el precio a pagar —dicen las 12.

—Mi sangre... su sangre —digo y hago que gotee sobre las hojas del suelo.

—Te abrimos el paso bruja, al camino del astral, en el medio de lo vivo y lo muerto, tu tesoro está a salvo de cualquier mortal —las 12 guardaron silencio y el suelo se abrió en la entrada estaba mi rubio amigo, bebiendo miel con si bastón de oro.

—Irama —saluda Jasyjatere, el 4to.

—Mi fragmento de Luna ¿me dejas pasar? —pregunto.

—Las brujas ya te dieron paso, sabes que yo solo vengo a comer en esta entrada.

—No me mientas, ¿qué quieres?

—Ya sabes... la princesa guerrera es mi protegida.

—No le va a pasar nada, a pesar de que su padre sea un hijo de puta.

—Sé que estará bien... solo quiero asegurarme de que la vas a entrenar como debe ser.

—4to, tu protegida va a alcanzar al Jasuká, tarde o temprano. Y me voy a asegurar de que sea una gran hechicera ¿Ok?

—Oî porã —dice dándome una sonrisa—. A pesar de que no debería importarme lo que pase... me importa que sobreviva, Irama, una guerra grande vendrá y Luriel va a ser su enemigo, no le dará treguas. Ninguno de los dos debe morir.

—No entiendo qué es lo que quieres, 4to, ¿A caso ustedes eligen bandos?

—Para el destino y los dioses no hay bandos, bruja, solo hay hechos, y debe pasar lo que debe pasar.

>>Solo asegúrate de que ella despierte y se libere de todas las ataduras. Los dioses deben volver a pelear, y eso solo lo harán si todo ocurre en el tiempo que debe ocurrir.

Al decir eso, Jasy jatere desaparece soltando en el aire fragmentos de oro en forma de luna.

Respiro profundo, me tranquilizo, a veces ni por más bruja que sea entiendo a los seres supremos.

Al fin paso al astral, visualizo la casa que construi aquí, y voy corriendo, llego justo a la hora del cuento para dormir.

Entro, y veo a un par des espíritus limpiando y recogiendo los juguetes de los niños, una bruja en el fondo está cocinando. Los niños están caminado tras un par de poras que corretean en el suelo, hasta que me ven a mi y vienen en un intento de corrida.

—Chia, chia, chiiiia —gritan de felicidad.

Y mi corazón de bruja se quiebra como todas las noches, me pongo de rodillas, abro mis brazos y los espero llegar. Cuando su torpe corrida llega a su fin, los rodeo con mis brazos y les planto un beso en sus frentes.

Esta es la parte que odio de esto, me he encariñado, con los hijos del amor de mi vida, con los hijos de la persona a la que más odio en este mundo.

—Mis amores... —digo—. Tía Irama llegó justo para la cena y el Tororé... ¿Ya se bañaron?

—tiii —dicen los dos y se me derrite el corazón, ¿Dónde esta mi rudeza?

—Bien, vamos a cenar entonces... su niñera muere de hambre.

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