🐥• Octavo Pio •🐥

El joven maestro sonrió hacia todos los niños presentes, obervando como ellos jugaban y paseaban por todo el verde prado, cerca de él.

Estaba tan feliz de por fin haber recibido a los patitos de Daegu que su parte animal estaba demasiado ansioso al respecto.

-¡Recuerden niños! ¡Todos en un solo lugar, nada de andar corriendo lejos de las vallas!..- el bonito omega recibió varias respuestas de los pequeños cambiaformas, entre risas y balbuceos.

A lo lejos dos niñitos jugaban con algunos legos, hablando animadamente sobre sus partes animales, y lo lindo que era ser pequeño en algunas ocasiones.

-¿Y cómo es todo por allá?..- el pollito llamado Jisung preguntó, tan curioso de la respuesta que le daría la niña patito.

-Muy lindo, aunque no suelo salir mucho de casa..- murmuró, regresando su vista a los legos.

Jisung observó todo el lugar y sus alrededores, dándose cuenta de que, muy cerca de las vallas, había un espacio en donde claramente podría pasar por allí.

-¿Y si nos vamos por ahí?..- el menor apuntó hacia el espacio.

-No lo sé..- Chaeyoung puchereó

-Dijiste que no salías mucho de casa, podríamos ir a dar un paseo..- propuso.

Chae lo pensó unos momentos, dándole la razón al pollito, pues ella nunca antes había estado en un lugar como ese y de verdad, estaba teniendo muchísima curiosidad sobre las bellas flores de las afueras.

Esas bonitas flores que estaban a lo lejos de las vallas.

-Está bien, vamos..- la niñita aceptó gustosa.

Se colocó de pie y sacudió sus manitos ante el polvo, sonriendo al final solo para empezar su caminata a escondidas del maestro Mimi.

Quizás era peligroso, pero ahora la curiosidad le había poseído.

Ambos niños, patito y pollito, soltaban ligeras risas y murmullos celebrando su posible victoria.

Estando del otro lado el omega Park, sonriendo y jugando con un grupito de niños a las atrapadas.

Ni siquiera notó que ambos pequeños estaban a punto de salir, pues vigilaba que los chiquillos que corrían no se tropezaran con nada.

Jiminie suspiró, corriendo a pasos cortos para no hacer cansar a los pequeños. Se sintió tan pleno y calmado, hasta que una larga punzada dolorosa se instaló en su pecho.

Algo...

Algo andaba mal.

Jimin detuvo sus movimientos rápidamente, su entrecejo se frunció y algo en sus feromonas alertó a los demás pequeños.

Sorprendentemente, los pequeños no fueron los únicos que sintieron preocupación al respeto.

Pues alguien, a unos cuantos kilómetros, pudo sentir el aroma a angustia profunda.

Sin saber el por qué.



























💛💛💛

Espero que les guste, perdón si ven algún error.

¿Qué les pareció?

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¡Los amito! Les digo, ya se viene algo he- 😳🤘

Sempai❤

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