🐥• Diecisieteavo Pío •🐥
Los días pasaron luego de su visita al establo, ya llevaba semanas sin cruzarse con la presencia de Taehyung y tampoco había podido hablar con Jimin más allá de cortas palabras.
Verdaderamente se sentía como un idiota, las dudas en su cabeza seguían volando en él como si fuesen miles y miles de mariposas agitando sus alas.
No había descanso alguno para su ansiedad, aún sabiendo perfectamente que ese tipo de sensaciones estaban completamente prohibidas para alguien como él. Estaba siendo un estúpido novato, comportándose de manera poco profesional solo por la existencia de alguien que era la definición exacta de un extraño.
¿Por qué? ¿Por qué Jimin parecía tenerlo de esa manera?
Con la duda de qué era lo que tenía que hacer, Yoongi analizaba las circunstancias, dándose cuenta de que a pesar de todos sus intentos su opinión seguía dividida. Él no quería que Jimin sufriera algún daño y eso, a pesar de todo, seguía siendo su prioridad.
Y, si esa es su prioridad, ¿que demonios seguía haciendo merodeando allí? Su presencia solo estaba complicando las bases de la operación inicial.
Se supone que Yoongi y los demás alfas regresaron a la manada en la granja solo para seguir una simple orden. Ellos deben cuidar y proteger el tesoro de Nana a como de lugar, la granja debía estar a salvo hasta que todo terminara. Si es que al menos esa masacre tenía fin.
El alfa pantera estaba perdiendo la cabeza, estaba harto de vivir de esa manera, cansado de siempre estar en alerta y cansado de llevar siempre sus manos llenas de sangre y dolor. Sus hombros siempre pesaban, tan llenos de culpa por aquellos a los que no pudo cuidar, incluso tanta fue su presión que habían veces en las que una bala en medio de su entrecejo se volvía su única esperanza.
El ciclo para ellos no tenía fin.
Naces, creces, aprendes a matar y mueres. Eso era una y otra vez, sin parar.
Muy pocos eran los "afortunados" que lograban no morir, muy pocos los que se mantenían aún de pie sosteniendo un arma. Era realmente loco.
Yoongi en algún punto de su vida había pensado en vivir una vida normal, tuvo ese sueño y a su vez perdió esa emoción de anhelo. Pero ahora que las cosas mínimamente habían cambiado, ese pequeño sueño había vuelto a inundar sus ideas.
Nana les había dicho a todos que el peligro más grande se iba a acercar muy pronto, que faltaba muy poco para que todos sean de una vez libres y que solo debían soportar esa gigantesca adversidad.
El alfa minaccia estaba llegando a su punto más alto, un punto en el que el más mínimo error le podría estar llegando a arrebatar todo.
Por Dios, lo único que le quedaba en esta vida era su pequeño perrito y la presencia de sus compañeros. Y ya con eso, al menos debería soportar lo suficiente como para acabar consigo mismo después.
Estaba comenzando a sentirse asustado, porque todo lo que estaba sintiendo en esos momentos eran sensaciones de paz que solo había sentido a la edad de seis años, aquellos tiempos en donde solo era un niño que estaba siendo educado para eliminar objetivos claves.
No quería estar asustado, pero el balanceo confuso que su cuerpo hacía con inercia mientras se mantenía parado sobre el prado lo delató. No debía admitirlo, pero daría lo que fuera por terminar la vida que siempre llevó para iniciar una nueva.
Una en donde no tenga que ocultar nada de sí mismo.
Yoongi suspiró aturdido de sus pensamientos, cruzándose de brazos frente a un hermoso atardecer.
Ahora mismo Min se hallaba cerca de los límites finales de la granja, observando el panorama desde una pequeña colina, de pie y tal vez con una cámara observándolo en dirección diagonal a su izquierda.
No le importaba, lo único que él hacia era vigilar, mirar y caminar, todo con ese maldito presentimiento de que algo horrible estaba por venir.
El pelinegro observaba a sus lados, pasando sus felinos ojos por las pequeñas flores que crecieran por el pasto hasta llegar a los grandes troncos de los robustos árboles que habían por los alrededores.
Absolutamente nada espacaba de sus sentidos, ni siquiera esa chiquita y bonita presencia que venía atrás de él, caminando con pisadas suaves y algo resbaladizas.
Yoongi mordió tan solo un poco su mejilla interna, tratando de no reaccionar de manera llamativa porque sabía perfectamente que la cámara lo estaba viendo.
-¡Oh, buenos días, hyung!..- exclamó Jimin, casi corriendo con su típica canasta llena de flores hacia él.
De reojo el alfa notó como iba vestido el chico, tenía puesta una camiseta amarilla y uno de sus característicos overoles, siendo de tela jean color negro.
-¿Qué te trae por aquí?..- intentó sonar cortante, esta vez paralizada en su propio espacio, incapaz de voltearse o moverse.
-Bu-Bueno, yo vine porque quería hablar contigo..- Jiminie murmuró suavemente, pasando su mano derecha hacia lo que había dentro de la canasta que colgaba de su antebrazo izquierdo.
El dulce omega mordió su labio inferior sintiendo su corazón latir fuertemente, no pudo controlar nuevamente el calor que empezaba a invadir sus mejillas. Estuvo tan rojo de solo tocar el tallo de la única rosa que había entre tantas otras flores, aquel pequeño detalle que había recolectado para regalárselo a Yoongi, como forma de agradecimiento por haberle ayudado.
Y, de alguna u otra manera, por estar siempre para él en varios momentos.
Jiminie tomó la rosa cuando ya estuvo seguro de su tacto, y cuando la intentó alzar un dolor punzante atravesó su dedo índice.
-Auch~..- el omega de baja estatura se quejó son algo de ardor, esto debido a que al sujetar la rosa una espina se incrustó en su dedo ocacionando un corte que prontamente comenzó a sangrar.
Jiminie entrecerró sus ojos, soltando el tallo y agitando su mano suavemente debido al pequeño dolor punzante.
Yoongi al segundo en el que oyó el quejido, se estremeció y su rostro rápidamente se volteó en dirección a Jimin. El alfa tragó grueso y su cuerpo no pudo quedarse quieto cuando observó que la mano del menor estaba manchanda con algo de sangre.
No era mucho, pero si lo suficiente como para asustar un poco al pelirubio.
- Jimin, tranquilo, es solo un corte pequeño..- Yoongi llegó hacia el menor y lo sostuvo por los hombros con suavidad.
El pelinegro tomó la canasta que cargaba Jiminie y la dejó dejó en el suelo fresco, estando consciente de que lo estaban monitoreando, Yoongi miró de forma discreta hacia la cámara, desplazando su cuerpo hasta tapar por completo la silueta y el rastro de Jimin. Se encontraba seguro de que ahora lo único que estaba viendo esa cámara era su ancha espalda cubierta.
Internamente agradeció que Jimin fuera más bajo que él.
-Tranquilo, todo está bien..- murmuró Min, quedándose lo suficientemente cerca del omega como para que este mismo empezara a sentirse nervioso y sonrojado.
No era de extrañarse que fuera así, porque a Jimin le comenzaba a agradar mucho más ese tipo de cercanías con aquel alfa.
💛💛💛
Espero que les guste, perdón si ven algún error.
¿Qué les pareció?
¿Preguntas?
Ahhhh!!! Hace dos días tenía listo el cap, pero se hicieron como 3 mil palabras así que por eso decidí dividirlo en dos kajsk. Aparte ando es queriendo chillar porque no me quedó tan bien como esperaba. Entonces...Espero que si les esté transmitiendo algún sentimiento aunque sea 😭
Tqm, muchas gracias por leer c:
Más de 75 comentarios y subo el siguiente capítulo, se viene potente 😳✌
Sempai❤
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