Nicaragua— Es que fue antes de conocer a España...

Costa Rica— Estaba jugando con palos con unos amigos, los muy idiotas le dieron en el cuello. La enfermera dijo que le rompieron las cuerdas vocales...

Guatemala— pues... alguien llamado Jack me dijo que jugara con él... luego me las arranco.

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Maya y España caminaban juntos en el parque, pues eran mejores amigos -sin embargo España la veía como una diosa totalmente perfecta. -; aunque últimamente no se veían mucho. España por los estudios y por su trabajo de mesero. Maya porque normalmente estaba en fiestas o junto con sus novios.

— Y, ¿que harás cuando nos graduemos? — preguntó España.

— Probablemente me casare e iré a un montón de fiestas. Y ¿tú?

— ¿Solo piensas en sexo? —España siempre reprochaba esa actitud.

— Sí... ¡es divertido!

Sonríe y le dio un beso en la boca. Maya siguió con el beso aumentando la intensidad, España solo lo disfruto.

De algún modo ellos terminaron en un motel disfrutando de ambas caricias. Y no fue solamente ese día, siguieron con relaciones sexuales hasta que Maya se fue de la universidad.
España se extrañó, ya que ella se fue sin dejarle nada.

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La fiesta de año nuevo de los hijos de España fue... grande. Justo ahora estaba viendo los fuegos artificiales sus hijos de ambos matrimonios fallidos. Tomaba cidra cuando recibió una llamada.

— ¿Hola? — preguntó España extrañado.

— Hey! Idiota! — España dejó la cidra.

— ¿Maya?

— Si soy yo... — se escuchaba borracha.

— ¿En donde estas? ¿Estas bien? ¿Ya comiste? — hubiera continuado si Maya no le hubiera interrumpido.

— Sí... oye... ¿sabes por qué me fui? Me embarbece... no era tuyo.

— Aja...

— Lo aborte...— se oía triste. — Pero... los niños no son lo mío.

— ... ¿Cómo lo sabes?

— Tuve otros cinco... los abandoné... me estresaban demasiado — después se oyó como un hipido.

— ...¿Qué hiciste qué? — gritó, alguno de sus hijos voltearon a verlos.

— Lo que oíste... hip.

— ¿Donde están?— empezó a alterarse.

— Pues en mi casa....

— ¿Dónde? ¡Yo los cuidaré!— estaba preocupado, tenía una debilidad por los niños.

— Eso fue hace dos años... — España la hubiera matado.

— ¿Sabes donde pueden estar? — hablaba con un hilo de voz.

— Sí... en el antiguo orfanato, la del fantasma. — Era una antigua broma de un orfanato cerca de su universidad. — Oye... me llaman. Adiós encanto. — colgó.

España no lo pensó y salió a buscarlos.

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Argentina cuidaba de los pequeños centroamericanos, excepto por Honduras España se lo llevó a un examen clínico.

España volvió para la hora del almuerzo, obvio junto a Honduras.

— Ya llegamos. — saludo España.

Honduras sin pensarlo abrazo a sus hermanos con una felicidad inmensa.

— Los quiero mucho. — dijo con voz ronca.

Todos los voltearon a ver con una enorme sorpresa. Inmediatamente todos correspondieron el abrazo de su hermano que antes era mudo, y se hacharon a llorar.

Argentina lo miró con sorpresa. Luego les dio un abrazo a España. Con demasiado felicidad.

Y Honduras despertó.