Ghirahim

(De ahora en adelante, habrá algunas escenas un tanto fuertes, Gore, Hardcore... Para los lectores sensibles a esto, se les avisará en las escenas con un símbolo ∆. ¡Disfrutadlo!)

- ¡Os hemos subestimado humanos!
Habéis vencido limpiamente, a los maestros del sumo. Sorprendentemente, no os mataremos. Tampoco os iba a asesinar de todas formas,- Gorleone se reía con su voz gutural. Link y yo anonadados en la sala de los Goron.

- Quieres decir... ¿Para que ha servido todo esto?- igual que Link, también me encontraba en aparente desconcierto.
El viejo Goron seguía bromeando. Como si amenazar a dos personas de muerte no fuese suficiente.
Los Goron nos soltaron, y pudimos proseguir con las preguntas.

-¿Podríamos ver a vuestro Jefe? Tenemos preguntas que hacerle sobre la leyenda- empieza a contar Link, con sosiego y ya todos tranquilos. Estuve un rato pensativa, mientras observaba al rubio, y unos recuerdos espontáneos, me vinieron a la memoria. Cuando conocí a Link, era bastante optimista, y algo inocente, pero ahora, se ha dado cuenta de la gravedad de la situación, y sigue fiel a si mismo, pero más serio.

- ¡Por supuesto! No sé que tiene que ver con todo esto, pero es lo de menos- dijo moviendo la mano suavizando la situación, demasiado amigable a mi parecer.
Gorleone se comportaba muy diferente de antes del torneo, ¿qué mosca le habrá picado?
Los guardias abrieron las puertas, empujando una gran roca circular, para dar a una habitación.
En ella entramos todos los involucrados.
Una figura humanoide, gigante e frente de todos, mucho más alto que un Goron normal. Una corpulenta masa de músculos amarilla. De hecho Link pensaba igual que yo, por el rostro que puso.
Tardó varios minutos en mirarnos a los ojos, por la lentitud de sus movimientos. No podíamos perder más tiempo.

- Vosotros... Debéis ser... Esos alborotadores ¿no?- también hablaba despacio.
- Claro, su eminencia, son los elegidos de la profecía.- Link y yo nos sorprendimos por la gravedad de sus palabras, nos había delatado como los elegidos. ¿Lo sabían antes? En ningún momento se lo dijimos claramente. Lo que hizo que me preguntara, ¿cómo?
- Aaaaah... Está bien...- nos quedamos en silencio durante un instante.
- ¿Qué queréis?- la frase última la dijo clara y veloz, ¿estaba jugando con nosotros, o algo?

- Señor, la leyenda nos ha encomendado proteger a la princesa, pero aún no somos lo suficiente dignos como para presentarnos ante ella, y sus misiones. Por ello una sacerdotisa Impa, nos dijo lo que hacer, y después fuimos aconsejados por otra persona para allegar a vuestro conocimiento sobre la profecía.- esa era nuestra historia después de todo, lo que nos unía a él y a mí. Mis palabras seguían fluyendo como la anterior frase. Pero por la cara del jefe, parecía no hacerme absoluto caso. Con lo que suspire desenfrenada.

- Y por eso queremos que nos ayude...- terminé por el momento.
-¿Ayudar a qué?- cada vez que abrían la boca, o era para decirte una estupidez o para negarlo todo.

- Señor, lo que queremos decir es que nos ayude en lo que acaba de decir mi compañera.- dijo Link entrando en escena.
- Está bien-
"¿Está bien?", A él le dices un
"¿¡Está bien!?" No podía creerlo, además de testarudos, machistas.

- Bueno, entonces empezaré por contar nuestra profecía...- su voz cogió rapidez.

"La leyenda dice, que un héroe llegará y salvará a la princesa, en eso es igual que las demás corrientes. El caso es que, tiene un añadido... Cada trescientos años, tres generaciones. Él héroe necesitará de una heroína. Por eso se creó la Brújula Celestial de la heroína y la Espada Maestra. En ciertos momentos, los objetos sagrados, al combinarse por deseo de uno de los paladines, puede dotar de lo que más desea el portador".

"Este fenómeno, se llama Unión de Luz, ya que cuando sucede hay un destello fuerte."

- ¿Es como si concediera deseos?- el rubio reflexiona con un tono bajo y la mano en el mentón.

- No exactamente, es una fuerza del vínculo entre los Objetos Sagrados, y los héroes.-
Mientras, hablaba, la imagen del Templo del Tiempo, sobrevoló mi mente, y recordé que Link no sabía de la existencia del fenómeno.

"Pero aún hay más".
"El resto del secreto, está dentro de las Minas de los Goron, dónde aprenderéis a desarrollar la técnica".
- ¿ Podremos entrar?- pregunté a la espera de una contestación.
- Cla...ro-

Me irritaba que hiciese eso.
Unos momentos después, nos dotaron de equipo para entrar en las minas, ya que estaban repletas de monstruos, por no despejarla antaño.

- Volveremos dentro de poco. No os preocupéis- se despedía Link. El resto de Goron nos había cogido algo de cariño, y rogaban que no fuéramos tan pronto. Pero, haciendo caso omiso nos metimos en la oscuridad inmensa.
Al poco rato, el calor se impreganaba en el aire, con un regusto a gases y azufre. Cada vez que nos dirigíamos hacia la luz, el calor se hacía abrasador. Y unos pasos más tarde, descubrimos el porqué.
En realidad, las minas, estaban en un volcán, con ríos de lava recorriéndolo todo. Las rocas incandescentes no permitían estar demasiado tiempo en el mismo sitio, te obligaba a mover los pies aunque tuvieses botas.

- Será mejor que nos preparemos,- y con eso, me empecé a desnudar hasta dejarme el top de vendas por debajo.
Link estaba colorado, pero no sabía si era por el calor o por otra cosa.
Él me hizo caso, y poco a poco se fue quitando todo, dejando su torso al descubierto, al igual que su espalda prominente y los brazos desarrollados.
Bajamos poco a poco las piedras, y pasamos puentes entre la lava, los enemigos no faltaban, lo que hizo que sacara mi ballesta. Lagartos de dos metros que se movían entre la lava, pero eran bastante debéis, hasta que vinieron con armaduras de hierro...

La mazmorra era más complicada a causa de la calor. Pero sorprendentemente, funcionaba igual que la anterior, una puerta y la llave repartida en pequeñas partes.
Igualmente algunos seres indescriptibles como entes de lava, o fuego fatuo muy agresivo.

- ¡Link, cuidado a tu izquierda!- una bola roja iba directa a él. Consiguió esquivarlo a duras penas. En vez de un aviso de Navi, era mío, ya que por sus alas sensibles tenía que permanecer en mis alforjas. Que rayos le pasaba a Link, estabas un poco distraído, en ese momento me di cuenta. Tenía los ojos casi en blanco, y no reaccionaba con claridad, le estaba dando algo, no podía aguantar más temperatura de ese horno.

En un instante desenfrenado estaba bebiendo las últimas reservas de agua que quedaban. Yo tampoco aguantaría mucho más, y sólo teníamos una parte de la llave.
¿Qué podía hacer? La segunda parte se encontraba en una jaula custodiada por un ente fatuo. Difícil de asestar al componerse de una combustión. Dejé a Link recuperarse de la conmoción, cogiendo la Espada Maestra, corté los barrotes ignorando al enemigo, este se quedó desconcertado. La segunda parte era nuestra.

- Link, ¿te encuentras mejor?- me contestó con gemidos indescifrables, deduzco que era un sí.
Sin pararme a pensar en el monstruo, una llama quemó parte del brazo, haciendo que me cayese llorando de dolor. No era un quemadura cualquiera, era tres veces peor.

Link, recuperado me lleva en brazos, hasta zona segura.
- No deberías arriesgarte tanto,- entre jadeos le enseño la parte que falta, el sorprendido, me abraza, provocando un escozor en el brazo, vi las estrellas.
Diosa, no puede ser que duela tanto, pasa algo con estas minas.
Un rato después, nos dirigíamos hacia la parte final, ya que teníamos todas las piezas. La tercera, la habíamos obtenido, gracias a las "grandes dotes de detective" de Link, con esto me refiero a tropezarse con el cofre que lo contenía.

Poco a poco, se fue metiendo, encajando a la perfección, fluido, sin retracción. Y la luz apareció de nuevo, mientras las grandes puertas incandescentes se abrían, hasta dejarse de par en par. Espero que no haya nadie que se interponga, como la últimas vez, no después de haberme dejado el brazo.

Una sala circular, roja, con una especie de atril en el centro. La calor se fue disipando poco a poco, hasta sentirnos totalmente recuperados.
Nos fuimos acercando al centro, un impulso de fuerza invisible, nos provocó un receso pequeño, que terminó dando visiones. ¿Visiones?
No, eso era real. El atril serpenteaba, y cambiaba de forma, con un poco de tiempo se fue mostrado un hombre. No sabía lo que era.
En el momento que el hombre se formó por completo, y pude ver sus ojos oscuros, las imágenes del demonio misterioso empezaron a pasar, los recuerdos, un viejo capricho del Tiempo comparado con lo que iba a suceder.

- Veo que habéis llegado, ¿no? Sanos y salvos...- notaba un tono retórico en su voz, ¿nos estaba vacilando?
- En todo caso, ya nos hemos visto más de esta vez.

- Tú...- le lancé una mirada de rencor. Link extrañado, no se acordaba de lo que pasó en el Templo del Tiempo. ¿Por qué no me puede apoyar justo ahora? Tenía su gracia y todo.
- No, no, no, no... No me mires de esa forma, te quita todo lo adorable que eres, Linkle...-
Mi nombre... Acaba el decir mi nombre, incluso con un tono más bajo, para contrastar con el resto de la frase. No le había dicho mi nombre, ¿qué demonios?

- Da igual lo que nos digas, te derrotaremos para poder conseguir el secreto. - gritó Link sin saber muy bien que decir.

- Yo no estaría tan seguro, pero bueno... Como es debido presentarse, mi nombre es Ghirahim, y soy el líder del movimiento para exterminar a los humanos. El demonio, Señor de las Tinieblas.- se presentó sin dejar nada en el tintero. Lo que llamaba la atención de él, eran sus ropajes blancos y geométricos, su piel igual de clara y esos ojos negros. El cabello también era blanco. Parecía que tuviese un obsesión con el blanco.

- Dicho esto, os mataré...

- ¡Espera! ¿ Por qué nos tienes que matar,?
- Porque sois humanos que han contaminado nuestro mundo.- su tono serio me ponía los pelos de punta.

- ¡No es verdad!, sólo queremos salvar Hyrule.
- Si pudieses matarme ahora, ¿lo harías?

- No- fui tan contundente que se sorprendió.
- ¡Mientes!- su nerviosismo aumentaba más.
Link no sabía que decir en el debate con Ghirahim.

- Si tan benevolentes sois los humanos, ¡Demuéstralo, en la batalla!- con eso comenzó a sacar cuchillas negras y afiladas.
Las esquivamos todas.

- Creo que no nos escucharás ¿verdad?- dijo Link, a regañadientes.
-No...

Link empezó con un grito de guerra para arremeter contra el demonio. Este desvío la Espada con sus dedos. Era increíblemente fuerte.
Una lucha encarnizada entre flechas y espadazos. Íbamos poco a poco en desventaja.
(∆)

Hasta que sin creerlo, Link le arrancó los dedos con los que se defendía de sus ataques. La sangre comenzó a brotar, el demonio se encontraba débil. No se esperaba perder sangre, una sangre casi negra. Poco poco desde la herida, su piel se le arrancaba, dejando el tejido musculoso al descubierto.
Mis ojos no dabas crédito. Era la Espada, le había arrancado toda la piel del brazo. ¿Podía hacer eso?

Después, avanzó hasta el cuello, y parte del rostro. Los gritos agonizantes de Ghirahim. Link estaba haciéndolo a posta.

- ¡Link, para!- él se paró inmediatamente, y con eso el poder de la Espada, la sangre de debajo de la piel también salía. Dejándolo un poco tocado.

- P-parece que me habéis demostrado lo "benevolentes" que sois- aún seguía satirizando la situación al borde de la muerte. -Por lo menos tú, que no has hecho nada- me señalaba con la mano cortada.

Los segundos pasaron, y en él lapsus de tiempo que me quedaba del inminente dolor que recibiría, fueron los mejores segundos, antes de yo desear la muerte.

Ghirahim dejó pasar su brazo en una losa, que bajaba lentamente, hasta que hizo un ruido aterrador.

Tres grandes pinchos metálicos salieron desde los pies de Link, ensartándole todo el torso, y el corazón. Desde mi vista, los agujeros de estos se fueron haciendo más grandes, dejándose ver la carne teñida de carmesí. No tardó en brotar la sangre. Y por si no fuera poco, Link pudo ver como sus entrañas eran acuchilladas. Seguía vivo después de todas las apuñaladas que recibió, podía observar todo el dolor y el sufrimiento.
No escuchaba nada, solo mis gritos y llantos, al ver a Link morir. Como me destrozaba la garganta, como me salía sangre en los labios de haber reventando las cuerdas vocales.

Ghirahim se escapó dejándonos ahí, sólo en un sufrimiento continuo.
Los ensartes se fueron dejando a Link como si fuera queso. Entre toda la sangre y las vísceras.

Cayó al suelo. No reaccionaba. Nada.

En un intento de esperanza, le cojo de la cabeza y la apoyo en mi regazo.
Aún seguía respirando.

- L-linkle- era imposible.
- Linkle...- ni podía hablar.

- ¡No mueras, por favor, no mueras!- mis lágrimas limpiaban la sangre de su rostro.
(∆)

- ¡No me he dado cuenta de lo importante que eres el mi vida ahora, por favor no mueras! - seguía llorando.
- ¡Te quiero Link! Si mueres... No sabré que hacer. No...- pegué mi frente contra la suya, las lágrimas de mi ser, de lo más profundo. En el mismo momento que dices esas palabras, no sabes cómo reaccionar a lo que sucede. No sabes. Pero hubo una esperanza. La Espada y la Brújula comenzaron a brillar, a centellear.
Halo de luz, mientras la sangre volvía a su lugar. Todo se volvió claro y verde, y poco a poco perdí la consciencia.

...
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¡Hola! Parece ser que, Linkle ya es consciente de sus sentimientos, y un secreto de la Unión de estos ha sido revelado, ¿Habrá sobrevivido Link a la masacre?
Si tenéis alguna opinión, no dudéis en comentar, o hablarme por chat.
Hasta el siguiente capítulo, pequeños héroes😘

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