Contra corriente

¿Quererse el uno al otro? No, más complejo, el amor es el momento en el que le miras a los ojos y das tu vida en consonancia con la suya, eso es amor.
Respeto, saber cuánto le gustas a esa persona y cuánto te gusta esa persona, Las pequeñas cosas cada día, en general, compartir todos los momentos que tienes con él o ella.
Al menos Linkle lo ve de ese modo ¿no? Yo lo veo de ese modo.

(∆ A lo largo de los próximos capítulos, Link y Linkle se irán enamorando, así que puede haber algunas escenas lemon, cuidado)

El final del río acabó con una imagen, El rostro de Ralis a pocos centímetros del mío, comprobando si seguía con vida.
- Ha sido un viaje movidito, ¿estás bien?- me agarró de la mano levantándome del suelo húmedo, a causa de las gotas que caían de mi chaqueta.
- Claro... ¿Donde estamos?
- Nos encontramos en mi querido hogar, El Lago de Hylia, como puedes vislumbrar, aquí no es que haya mucha tierra, así que tendrás que utilizar esto.- me entrega algo viscoso, que en cuanto me desplegó la mano delicadamente, las algas verdosas mojaron la palma de mi mano.
- Si las comes podrás aguantar el oxígeno durante media hora, si queréis entrar en el Reino debéis de tenerlas con vosotros.- en unos segundos me di cuenta.

- ¿Debemos?- pregunté sorprendida.
- Ah, sí... Tus amigos/acosadores, te han seguido hasta aquí,- les señala a pocos metros de nosotros.

- ¡Linkle!- Link se sacudía las ropas, soltando pequeñas gotas de agua de su torso. Gareth en cambio estaba en el suelo, exhausto. Un rato más tarde, estaba dispuesta a aclarar unas cuantas cosas.

- Chicos, si queréis seguir conmigo en esta misión, debéis convivir, me da igual todo lo anterior, redimir vuestros problemas, no me parece correcto...- Ralis suspiraba.

- Está bien...
- Lo mismo digo- respondía Gareth rascándose el cabello. No los vi muy convencidos, pero me bastaba en ese momento.

El plan sería seguir a Ralis, para poder infiltrarnos todos en el Reino de los Zora, era el más experto en cuanto a pasajes secretos y escondites que sólo la familia real sabía. Nos comiéramos todos las algas, cuando buceábamos plácidamente. Era un sensación de estar en una burbuja, que te dejaba respirar. Ralis, aunque disminuía su velocidad de nado, nos llevaba mucha ventaja, atravesamos un túnel de entre las rocas, que se bifurcaba, después de dirigirnos hacia la derecha, seguíamos nadando entre el río principal que nos llevaba hacia nuestro destino. Los andamios de madera que habían sido construidos entre las aguas, se podían ver como los bublins, los mismos del desierto, iban llevando maderos para hacerlos más grandes. Creando una presa.
Entonces... ¿Quienes eran los rebeldes? No eran Zora los que se estaban oponiendo a la realeza. Que extraño...
Evitando ser vistos entre las corrientes. Llegamos al curso medio del Río. Una sección abovedada de piedra, que unía a una red de caminos acuosos, podíamos descansar entre la orilla y las arenas. No nos quedaba mucho aire. Al fijarme un poco en mi entorno, había una cabaña de madera, donde unos carteles pintados de forma poco curiosa, cubrían la casa.

- Eso es la tienda de alquileres de barcas, antes venían turistas para poder ver a los Zora, pero eso se acabó hace mucho tiempo.

- Como no podéis respirar mucho más, cogeremos una de las barcas, dos, para ser exactos, nos llevará más tiempo, pero... No os ahogaréis.
- Está bien- dije entre unos pequeños jadeos. Link empezaba a mirar al Zora con un tanto desprecio, esto pintaba mal. ¿Celos? ¿Porqué tanta insistencia? Será por precaución, procurando mi seguridad. Debe ser eso...

Justo me iba a montar en la inestable embarcación, cuando Link, me agarró ligeramente de la mano. No dijo nada, solo nos quedamos con los dedos entrelazados, su piel fría a causa de las aguas que hasta unos segundos, habíamos surcado. Mi cara se puso como un tomate, ¿qué mosca le ha picado? Era como si no quisiese que montara al lado del Zora. No quité la mano, quería estar a su lado, pero la mirada de Gareth me ponía realmente incómoda.

- ¿O-Ocurre algo Link?- este asiente con la cabeza, justo en el momento en el que posponía su defensa, el chico moreno nos separa. Y me agarra a mí en lugar de Link, subiéndome a la otra barca.

Estuvimos todo el trayecto, en silencio, mientras el joven rubio nos observaba con un semblante aterrador, más concretamente hacia su enemigo. Al pasar debajo de otra cueva, nos quedamos a oscuras, sin ver el final del túnel.

- Ahora mismo nos dirigimos a la parte de la ciudad. Debemos infiltrarnos sin ser vistos, para poder llegar al salón del trono.- Ralis se giró hacia mí mientras remaba, para avisarme. Al final de la oscuridad, una imagen de azules y verdes se desplegó ante nuestra incierta vista. Hacia nuestro corazón desbocado.
El río seguía, pero en vez de haber roca, las viviendas se desplegaban en forma de estalactitas y estalagmitas. Con formas redondas y corales diversos. Las calles eran de agua, que conectaban toda la ciudad, pero por el contrario, ni un alma. Nadie, las personas que deberían nadar por los caminos, parecían haberse esfumado con el viento.

- No hay nadie, ¿porque debemos evitar ser descubiertos?- le respondía Gareth desconcertado.

- Los ciudadanos están escondidos, con el temor de ser ejecutados, pero también hay rebeldes esperando su oportunidad de atraparme. Si lo hacen ganan la guerra.- eso sería terrible, haré todo los posible para no fallar a Ralis. Mis pensamientos no eran conscientes de lo que estaba a punto de ocurrir, delante de nuestras miradas impasibles.

El silbido del viento, hizo levantar mis orejas puntiagudas, algo estaba rompiendo el aire con rapidez desde la lejanía. Abrí los ojos sorprendida, y en un salto hacia la barca del príncipe, pude atrapar la flecha que se dirigía directamente al pecho de Ralis.
Este jadeaba.
- ¡Rápido, abandonad el bote!- grité justo cuando volvía la lluvia de afiladas puntas férreas.
Todos rápidamente se pusieron en la calzada de piedra, minutos después, los Zora nos habían puesto en emboscada. Mi corazón palpitaba a mil. Por fuera me mostraba confiada ya que era pan comido, pero el volver a luchar junto a Link, era emocionante.
Gareth había desenvainado su estoque singular, Link reducía a los enemigos con La Espada Maestra, liberando su sed de sangre, desaogándose de todos sus sentimientos de rencor. El Príncipe se desenvolvía como mejor podía, ahogando a los bublins que estaban con los rebeldes.

Justo estaba recargando mis nuevas flechas-bomba, que serían efectivas en esta situación de batalla.
Tenía la precisión justa para no dañar a mis compañeros. Desprevenida, uno de los Zora, se dirigía para traicionarme por la espalda, Link consiguió despedazarlo justo antes de poder yo darme cuenta, el seguía eliminado enemigos cerca de una atalaya. Tenía un plan, pero necesitaría la ayuda de Link. Lo llamaba. Pero seguía obcecado con su lucha, pude ver el brillo en sus ojos, con la sangre en el rostro mientras le gritaba.

Entre gritos hacia él, hubo un error en mi plan. El tiempo se realentizaba cada vez más. Un fallo que no me percaté antes de poder ver una vara afilada ensartándome por el hombro, haciendo saltar sangre por la fuerza del arquero.

No me quejé del dolor, solo miraba al suelo de rodillas, que al levantar los ojos pude ver como Link corría a por mí de forma estrepitosa. Era gracioso verlo así. No pude evitar esbozar una sonrisa, justo cuando la segunda flecha me daba en el muslo derecho. Todo ocurría de forma muy lenta, que hizo ver mi vida en imágenes dramáticas. Mi infancia destruida, mi ahora adolescencia. Vino ese silbido aterrador, que me indicó la tercera flecha. Caía con una lágrima en los ojos inconsciente.

- ¡Linkleeee! - gritaba el rubio entre la batalla. No reaccionaba, su mente se quedó en blanco, no le entraba en la cabeza el verme así. Ralis me cogió en brazos. Mientras anunciaba una retirada. El ejercitó en cólera nos rondaba, siguiendo nuestros pasos, hasta que los perdiéramos de vista. Todos entráramos en una tienda abandonada, para poder descansar, y curar mis heridas. Yo simplemente estaba indispuesta, no movía ni un solo músculo.

-¿Cómo ha podido pasar...?- Link se echaba las manos a la cabeza. Era como si el mundo se le pudiera encima.

- ¿Porqué te lo preguntas...? Ha sido tu culpa, no acudiste a ella cuando te necesitaba...- el rencor de la voz de Gareth, mientras me sacaba las flechas con cuidado.

Link abrió los ojos sorprendido, su mente pensaba a toda velocidad, se acerca el brazo para tapar sus lágrimas frías.
Poco a poco empezaba a darse cuenta de las consecuencias de sus actos, de la agresividad con la que podía luchar pero, también hacer daño a las personas que quería.

- Aparta tus manos de ella...- su mirada azulada, semejaba a un mar bravío, las olas picadas de color oscuro, que lo tragaba todo.
Gareth no entendió bien el mensaje, desconcertándolo. Para su mal, llevarse un puñetazo en toda la cara, Link estaba dispuesto a matarlo.

Ralis intervino. Y se puso en medio de los dos.

- ¿No creés que le estás dando la razón? Será mejor que te tranquilices, muchacho, y dejarme sanar a Linkle, o tomaré medidas- hablaba en serio. Link sólo pudo sentarse en el suelo, y desahogarse entre sollozos silenciosos.

- En cuanto a ti, deja de sacar esa lengua bífida, no te pega nada este comportamiento, de un "noble caballero".- dijo mirando a un dolorido Gareth.

Ralis se sienta a mi vera, espera unos segundos y posa sus manos palmípedas sobre mi vientre.
Utilizando magia y su energía vital para sanar las heridas, alejándome una vez más de la Muerte. Pudo curarme gracias a las técnicas ancestrales de los Zora. Todo menos eso...

Minutos después abría los ojos poco a poco. Despertando de todo el dolor. La primera imagen era el techo cristalino de esa estancia, pero al levantar mi torso, pude ver a un Link en el arrepiento y la tristeza, lo que me partió el corazón. Sin saber muy bien lo que ocurría, ignoré a los dos hombres de mi izquierda, dirigiéndome hacia el rubio. Perplejos por lo que me disponía a hacer.

Link se encontraba con la cabeza entre sus rodillas, no podía verme. Tímidamente, gateando, toque su rodilla derecha. Se había erguido tan rápido que me sorprendió, con las gotas aún en sus ojos, que una vez fueron tormenta. Con las mejillas enrojecidas y esa expresión de sorpresa inesperada.

Yo le sonreía, no sabía el qué, ni la razón de lo que minutos antes había ocurrido, pero me daba igual, lo único que me importaba era poder ver su sonrisa una vez más.

Con mano temblorosa le quité las lágrimas, como muchas veces él me había hecho. No hicieron falta palabras.

De seguido, me agarra la mano con suavidad, acercándola a su mejilla caliente. Me sonrojé al instante.
Pero a la vez, quería que no terminara ese momento nunca, nuestras caras estaban más cerca que nunca. Pero ninguno se atrevía a atravesar esos centímetros restantes, esa barrera entre la amistad y el amor.

En su caso, me lo intercambia por una sonrisa.

A partir de ese momento, los dos sabíamos que nuestro lazo, era irrompible ante todo. Pero sobre todo a partir de ahora, nuestra relación iba a cambiar drásticamente.

...

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¡Hola! Nuevo capítulo, siento haber tardado tanto, y los problemas en cuanto a publicación, pero aquí lo tenéis. Parece que en los hechos siguientes Linkle tendrá claro lo que quiere hacer... ¡Estad atentos!

No dudéis en comentar
Chau Hylians😘

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