-¿Cómo es que supiste que era yo?-

-El té está demasiado dulce-

La risa del chico inundó la habitación.

-Entonces, ¿cuándo podré quitarme las vendas y volver a casa?- cuestionó después de algunos segundos-

Shisui tomó un poco de té y aclaró su garganta.

-Estás en casa-

Ikari negó con la cabeza, ese no era su hogar.

-Imposible, debo volver a casa, es enserio-

-Estoy hablando seriamente, estas en casa, eres una Uchiha-

-Claro, mi padre era parte del clan, pero no significa que yo también lo sea-

Un silencio se instaló entre ambos, Ikari quería volver a casa y Shisui insistía.

-Ikari ¿sabes lo que te pasó para que terminaras en el hospital?-

Ikari había terminado su taza de té.

-Supongo que fue toda la tensión acumulada, por lo de mi sensei...- cerró la boca sin mas que decir-

-En parte tienes razón, acumulaste demasiada tensión, eso es malo para las personas normales, pero para el clan es sólo el inicio de nuestro mas valioso poder-

Ikari se removió incómoda, aunque no podía verlo, podía sentir la mirada intensa clavada en su persona.

-¿De qué hablas?-

-Debes saberlo, tu padre debió habértelo dicho, debió mencionarte algo sobre el sharingan-

La chica negó con la cabeza, se sentía cada vez mas mareada.

Cansancio.

Esta charla no iba a ningún lado, ella ni quería que fuese a ninguna parte, estaba atando los hilos dentro de su cabeza y no le gustaba.

-No, mi padre no me habló de nada de esto-

-Eres una Uchiha, es ilógico-

-No lo es, mi padre siempre esperó que no fuese parte de este clan-

-¿Por qué?-

Era una pregunta imprudente, no se dió cuenta sino hasta después de haberla formulado.

-Porque en este clan todos están destinados a la desgracia-

-¿Es lo que te dijo?-

-No, es lo que todos saben-