—Tú...—la voz de Ethan se escuchaba temblorosa y un escalofrío le recorrió la piel.
—Es correcto—y tomándolo del cuello exclamó—pero estoy en el dilema...si matarte o no.
Ethan lo vio a los ojos y sintió miedo, ese mismo miedo cuando Liam mató a sus padres frente suyo y fue torturado por él. La sensación que transmitían sus ojos era lo único que podía reconocer.
—Hice un trato con la Secta de magos, me dieron muchas pociones, y algunas para cambiar de apariencia ya que soy sospechoso del asesinato de los Dayholt, y también para poder entrar a tu casa. No fue fácil burlar la seguridad y matar a todos—sonrió y rápidamente cambió su expresión a una más seria—y ahora les debo mucho dinero, esas cosas no son baratas Ethan, y menos el veneno para peleadores.
—Y también nos debes mucho a nosotros—dijo Robert, quién sostenía a Ben.
—Si, no te preocupes—respondió de mala gana—cuando venda a Ethan todos estaremos nadando en dinero.
—¿Vender...?—interrogó perplejo, y su voz apenas salía de su garganta por la presión.
—Tú no sabes mucho sobre magos, pero ellos sólo se muestran ante los nobles, y brindan sus servicios por un precio justo. Además del dinero, ¿sabes que otra cosa les gusta?—preguntó con una mueca de locura—Los esclavos, especialmente si son peleadores.
Ethan lo miró con angustia y su corazón latía cada vez más fuerte.
—Los utilizan para experimentos, esclavos, juguetes...lo que ellos quieran—y soltando su agarre lo tomó del rostro—y con tu cara bonita seguro serás un lindo juguete.
La risa malvada resonaba y perforaba los oídos de Ethan, quién pensaba en una manera de escapar de esa situación, pero si intentaba algo podrían matar a Ben.
—Por eso tengo el dilema, si matarte o no. Me sirves más con vida, pero no sabes las ganas que tengo de hacerte pedazos—dijo apuntando la espada en su garganta.
"Aris puede venir en cualquier momento..."
Pensó Ethan dentro de todo el caos que había en su cabeza. Y si veía la situación lo más seguro era que actuaría, y no quería saber lo que podría pasar.
—No sabes lo mucho que te he estado buscando ¿dónde te habías metido, eh?—interrogó Liam con perversión.
—...
—Se supone que tendrías que estar muerto, al igual que yo—se burló con malicia—y aunque sobrevivieras me imaginé que te quitarías la vida o algo.
—Lo pensé...—respondió mirándolo a los ojos—pero conocí muy buenas personas que me ayudaron.
—Mm, ¿en dónde exactamente? ¿o acaso te da vergüenza? Seguramente eran unos pobretones sin valor.
—...En un burdel—contestó con ojos serios.
—¡Vaya!—exclamó a carcajadas—¿así fue como sobreviviste? ¿Trabajando de p*ta?
— ...No, de...sirviente.
—¿Cómo un niño mimado pudo hacer esas cosas? Aunque hubiera sido más penoso que pidieras dinero en la calle.
Liam lo miró a los ojos con más intensidad y Ethan esquivó su mirada.
—No...¿en verdad lo hiciste?—interrogó con diversión—me imagino a ti pidiendo dinero, siendo golpeado, humillado y comiendo de la basura...ahh que divertido.
—¿Por qué me tienes tanto odio Liam...?—preguntó con tristeza.
Liam sólo lo miró por unos segundos y dijo con simpleza:
—No lo sé. Hay tanto en mi cabeza que no sé qué es que...pero supongo que por todo, por tu simple existencia.
—Yo no te odio Liam—dijo Ethan con melancolía—yo haría todo por mi familia...
Apenas escuchó estas palabras y exclamó con ira.
—¡Eres un maldito! ¿Por qué rayos no me odias? ¡dímelo! Ni siquiera soy tu familia.
—Por qué para mí, aunque no tengamos lazos de sangre, sigues siendo mi familia. Y yo...aunque hayas hecho lo que hiciste, no te odio. No sé porque, pero simplemente no puedo...y sólo puedo enojarme contigo y sentirme triste...
—¡Cállate! No te atrevas a sentir lástima por mí—puso el filo de la espada en su garganta y gritó—Tú eres el que da lástima...
—Podría decirse que si, realmente me sentía miserable, ya no quería seguir viviendo, no lo soportaba. Sentía que no estaba viviendo, como si estuviera muerto, pero siempre recordé lo que mi madre me dijo: "Vive".
—Tú...—los ojos Liam se llenaron de ira y golpeó a Ethan en el rostro.
Luego, con su espada perforó el hombro de Ethan y lo pateó, haciendo que cayera al suelo de rodillas.
—Oye, tranquil...—Robert trató de calmar a Liam, pero rápidamente fue silenciado.
—¡Cállate pedazo de m*erda! Tú no me dices lo que tengo que hacer—y dando una fuerte patada lo miró—Si yo quiero golpearlo lo haré.
—Sólo no lo mates...—respondió a secas.
—Ethan...—musitó Ben con preocupación.
Se sentía mal porque Ethan no podía defenderse, si lo hacía lo amenazarían con matarlo. No era justo.
Se tranquilizó, vio la situación, y aprovecharía un momento para reaccionar y salir del agarré de Robert.
—Voy a divertirme un poco antes de venderte Ethan...—exclamó levantando la espada y haciendo un corte en su brazo—¿te acuerdas de esto? Ya ha pasado tanto tiempo ¿ocho años quizás?—se burlaba sin cesar y lo atravesaba una y otra vez.
Y Ethan sólo se quedaba ahí, quieto sin hacer nada. Su mente estaba tan difusa que parecía no estar consiente, perdido en su mente y en las cosas que habían pasado en tan poco tiempo.
Se sentía mareado y no pensaba con claridad, todo daba vueltas en su cabeza y una profunda desesperación se apoderaba de él cada vez con más intensidad.
—Haz lo que quieras...—dijo Ethan en voz baja y con la mirada hacia el suelo.
—¿Qué dijiste...?—preguntó perplejo y enfadado.
—Dije, haz lo que quieras—y lo miró a los ojos.
La mirada de Ethan era tan extraña, con una rara determinación y sin una gota de miedo.
Liam odiaba esa mirada.
El quería verlo sufrir, revivir el dolor y la perdida de aquel día, que llorara y duplicara amargamente. Pero en vez de eso estaba tranquilo, no había ni una lágrima en sus ojos y no parecía estar sufriendo.
"El verdadero dolor...ya lo conozco..."
Pensó Ethan luego de calmarse.
Ya tenía una meta clara en esos momentos, y aunque era algo alocada no había nada más que hacer.
Dejaría que Liam hiciera lo que quisiera, y sería llevado por él para ser vendido. Pero en cuanto tuviera una oportunidad y Liam y sus hombres no lo estuvieran vigilando se escaparía. Porque sin importar que tan lejos esté de la isla, volvería junto a Aris, incluso si tenía que nadar de regreso.
Pero si era llevado tenía que ser rápido, Aris podría aparecer y esto se volvería un caos, aún peor si descubrían que era un tritón. Estaba seguro que Aris podría ganarles, pero podría resultar lastimado.
Y en el fondo de su corazón no quería que Liam muriera, aún creía que podía ser salvado de su locura.
—Maldito...—Liam le dio una patada e hizo que cayera sentado y lo miró desde arriba—¡¿acaso te volviste masoquista?!
—...Llega un momento, en que luego de tanto...ya no sientes nada. Desde hace mucho tiempo el dolor tiene un significado diferente para mí—los ojos de Ethan estaban decaídos y quería alejarse de la isla lo más pronto posible.
Pero había olvidado algo muy importante, debido a todo el caos en su cabeza.
"¿Y si Aris pierde?"
"Aún tengo que ir a ayudarlo, y pedirle un deseo a la diosa"
—Pues veamos si sientes esto—exclamó Liam con locura y apuntó su espada al pecho de Ethan.
—¡John, bastardo!—gritó Robert con ira al verlo perder la razón.
Y ahí fue cuando Ben aprovechó.
Con gran velocidad sacó una daga que tenía escondí entre sus ropas y la enterró en el costado de Robert. Puso la mano en el filo de la espada y con un rápido movimiento se zafó del agarré.
—¡Vamos Ethan!—exclamó mientras sacaba su espada y enfrentaba a Robert.
Ethan agradeció en silencio y también sacó su espada.
Liam, quién había parado en seco se enfureció y dirigió su ataque a Ethan, mientras los otros cinco que sólo observaban se acercaron a Liam para ayudarlo.
Ethan bloqueó su ataque desde el suelo y se levantó. Seis contra uno no era nada para un peleador, pero en esos momentos sus fuerzas eran demasiado débiles para enfrentarlos.
—Llévate a ese imbécil de aquí—ordenó Liam a Robert—No quiero que me estorbe.
Quién obedeció y empujó a Ben para llevarlo lo más lejos posible. Ahora parecían estar igualados por la herida de Robert, pero era casi imposible no ser alejado de Ethan y Liam.
—Volveré—gritó Ben antes de alejarse más y perderse entre los árboles junto a Robert.
Mientras tanto Ethan estaba en aprietos. Golpeó el abdomen de uno de ellos con la empuñadura de su espada, dejándolo casi desmayado.
Agitó su espada y con un corte horizontal partió el pecho de uno, giró sus muñecas y la enterró en el costado de otro.
Su corazón palpitaba con fuerza y su cuerpo temblaba, dos habían caído por su mano y ahora yacían en el suelo sin vida. Las náuseas lo invadieron, pero no tenía tiempo de desplomarse y entrar en pánico cuando Liam junto con otros tres lo atacaron.
Liam logró hacer un corte en su pierna y otro alcanzó a lastimarlo en el mismo hombro dónde estaba su herida. Pero logró esquivar y bloquear a los otros dos.
Ethan trató de ignorar el dolor y la sensación nauseabunda, retrocedió y evaluó a sus oponentes. Pero un fuerte mareo lo distrajo y lo hizo tropezar.
Liam y los demás aprovecharon y fueron contra él, una espada estuvo apunto de degollarlo cuando logró reaccionar y arremetió contra él. Apuntando también a su cuello.
Logró alcanzarlo y la sangre brotaba del corte sin parar, el rostro del hombre era tan perturbador y horrible mientras moría que Ethan no pudo evitar sentirse mal.
De seis contra uno pasó a ser tres contra uno.
Pero Ethan no podía seguir más.
—Ya mató a tres de nosotros, no tenemos oportunidad—se quejó uno con terror—ese veneno no sirvió de nada.
—Cállate—exclamó Liam sin parar de atacarlo—pronto caerá.
Y casi al instante Ethan dejó de sentir sus piernas y cayó sentado sobre el suelo. Trató de levantarse con la espada pero fue detenido por Liam.
—Yo gané—anunció riendo y le arrebató la espada al que tenía al lado y formando un cruz las apuntó al cuello de Ethan.
—No hagas esto....Liam, tengo que irme, alguien me espera—rogó con desesperación.
—¿Quién rayos te espera? ¿Ben?—interrogó con falsa preocupación.
—Yo...si necesitas dinero yo puedo dártelo. Pero...al menos deja que vaya a ayudarlo, luego puedes hacer conmigo lo que quieras—su voz apenas se escuchaba.
—¿De dónde piensas sacar dinero? ¿Eh?
—Del tesoro de la isla...—respondió con una expresión seria.
Quería engañarlo para que lo dejara ir a donde estaba la diosa y así poder pedir su deseo. Aunque se arriesgaba a qué Liam lo descubriera y también quisiera pedir uno.
—Ja' cómo si supieras donde está—y apretando más las espadas en su garganta dijo en voz baja—tú sólo quieres escapar de la muerte...
Ethan lo miró a los ojos, y en ellos vio una inmensa sed de sangre y venganza.
—Voy a descuartizarte poco a poco—dijo clavando una de sus espadas en la misma herida de su pierna.
Ethan se quejó con cansancio y el terror lo invadía cada vez más.
Quería vivir, por Aris.
Irse lejos y escapar de todo el mundo.
Ya estaba cansado de todo esto...
Ethan palideció al sentir la punta de la espada tocar su hueso, apretó los dientes y lo soportó lo más que pudo.
"¿Qué hago...?"
Estaba entrando en pánico, y su mente estaba difusa, los mareos no lo dejaban ver con claridad y lo único que lo mantenía despierto era el dolor y la angustia, por pensar en Aris...
Ben apenas se igualaba con Robert, sus movimientos eran acertados y mortales.
Tenía heridas por todas partes y había perdido sangre. Así que Ben decidió sacar su daga y tratar de apuñalarlo.
Las espadas chocaban y la tarde se ponía cada vez más oscura, pasaron tanto tiempo peleando que no sabían donde estaban o cuánto había pasado.
Y tras un movimiento rápido Robert dejó su costado expuesto, Ben bajó la cabeza para esquivar la espada que cortó el aire de manera horizontal, y en seguida hundió su daga de nuevo.
Robert se quejó y perdió fuerza en una mano, la espada arremetió contra él de manera más lenta y Ben aprovechó para esquivarlo hacia un lado, y perforó el cuello de su enemigo con velocidad junto con un crujido.
La sacó rápidamente, Robert soltó su espada y presionó su cuello.
—Maldi...—dijo apenas ahogándose con su sangre y cayó al suelo.
Ben respiraba con pesadez mientras miró el cuerpo caer, pero no tardó mucho en caer también.
Estaba exhausto y no pudo evitar desmayarse.
"Ethan..."
Fue lo último que pensó al caer inconsciente...
Aris apenas andaba por la isla, el veneno que utilizaron en él aún lo afectaba.
"Ethan...¿dónde estás?"
Estaba preocupado de que se encontrara con su tripulación. Y aunque sabía que él era el más fuerte de todos ellos, tenía un mal presentimiento.
No tenía magia y su cuerpo estaba débil, pero creía ser capaz de derrotar a quien se le interpusiera en el camino.
Se sostenía de los árboles mientras prestaba atención a cualquier sonido extraño. Cuando de repente vio algo moverse más adelante, corrió y observó el lugar.
Dos hombres tirados en el suelo, y rápidamente logró identificarlos.
—Ben...y Robert...
Se acercó y los revisó, Ben aún respiraba pero el otro había muerto.
Buscó rápidamente en sus pertenencias, ya que todos siempre traían consigo mismo algo por si se lastimaban, lo atendió lo más rápido que pudo y le aplicó medicina.
Sabía que Ethan se sentiría triste si él moría, y según la situación pudo notar que había peleado por él, así que no era uno de los malos. Se limitó a curarlo, ya que su sangre le pertenecía sólo a Ethan, y nadie más podría beber de ella.
Supuso que Ethan estaría cerca y corrió en su búsqueda.
Y no tardó mucho en encontrarlo.
Lo primero que vio fue las espaldas de tres personas, cuerpos ensangrentados tirados por todos lados y a Ethan, quien tenía más heridas de las que recordaba, y estaba siendo apuñalado en su pierna izquierda, ya que la derecha ya estaba hecha pedazos.
Ethan yacía sobre el suelo casi inconsciente, pero logró mover sus labios y dijo algo que no alcanzó a oír.
De inmediato, la persona que lo estaba apuñalando levantó las dos espadas con la intención de clavarlas en su pecho.
Aris, con espada en mano corrió con todas sus fuerzas y atravesó a uno, mientras el otro quiso atacarlo al darse cuenta de su llegada. Pero Aris detuvo la espada con su mano, el hombre se hizo arena y el otro cayó hacia adelante luego de que sacara su espada.
Liam no se había dado cuenta de lo sucedido y se concentró en Ethan.
—Ya es demasiado tarde...—dijo Liam con ira.
Y justo en el momento que iba a matar a Ethan sintió algo detrás suyo. Se dio la vuelta rápidamente y bloqueó el ataque de Aris con ambas espadas.
"Y este tipo ¿de dónde salió?"
Pensó con disgusto.
—Aris...—exclamó Ethan perplejo y aliviado.
Aris golpeó con fuerza, pero Liam bloqueaba todos sus ataques. Aris respiró profundo y con toda su concentración apuntó a su pecho.
"Qué más da de dónde sea...sólo tengo que matarlo"
Pensó con maldad.
—¡Liam, detente!—logró decir Ethan elevando la voz y trató de levantarse.
Y en esa milésima de segundo, cuando Aris escuchó el nombre "Liam" muchos sentimientos surgieron dentro de él.
Aris conocía mejor que nadie el corazón de Ethan, y sabía perfectamente que no quería ver a su primo morir, y menos por sus manos.
Así que en vez de tratar de matarlo planeó atacar sus piernas y dejarlo inmóvil.
Todo paso en un segundo, y cuando Aris leyó sus movimientos y se dispuso a ejecutar su plan...Liam se movió más rápido que él y clavó sus dos espadas en su abdomen.
—Muere, maldito...
Aris abrió los ojos con terror y sintió cómo Liam sacaba las espadas de su carne, para sólo caer convertido en arena.
—A...ris...—musitó Ethan con miedo y miró las dos puñaladas en su cuerpo, que sangraron con gravedad casi al instante.
Aris apenas caminó hacia Ethan y se sentó a su lado.
—Ethan...—llamó con voz temblorosa mientras la sangre goteaba de su boca.
—Tus heridas... rápido—dijo preocupado, se sentó cómo pudo y tomó a Aris.
Quién se dejó caer sin mas sobre él.
—Perdón...yo...
—Esta bien, no hables—dijo Ethan acostándolo en el suelo y presionó sus heridas.
—Al final, si pude salvarte...y estuve ahí...para ti.
Ante esas palabras Ethan no pudo soportarlo más y sus lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
—No tenías que hacer eso... tú ya me has salvado.
Aris sonrió y dijo con melancolía:
—Al final, todo salió mal...yo, no quería que pasara...
—No digas eso—consoló en voz baja con las manos temblorosas y sacó unas vendas—pronto estarás bien y nos iremos de aquí, y todo será cómo nosotros queramos. Seremos felices juntos...
Dejó de apretar sus heridas y la sangre comenzó a brotar de nuevo.
—Maldición...—musitó desesperado—te llevaré con Amanzi, ella podrá salvarte.
Lo tomó en sus brazos y trató de ponerse de pie, pero sus piernas estaban tan destrozadas que no pudo moverlas. Así que comenzó a arrastrarse por el suelo, pero las heridas de Aris empeoraban con cada movimiento.
Aris miró las heridas de Ethan y le dolió el corazón, quería curarlo, pero el sueño lo invadía con persistencia y sentía que en cualquier momento se quedaría dormido, levantó la mano lentamente y tocó su mejilla con sus fríos dedos.
Ethan se detuvo y lo miró, puso su mano sobre la suya y habló con voz suave:
—¿Qué pasa...Aris?—apenas pronunció esas palabras tratando de contener las lágrimas—¿Te duele mucho?
Negó con los ojos entrecerrados y una leve sonrisa.
—¿Podrías...darme un beso...? te hará sentir mejor...—pidió Aris en voz baja con los ojos vidriosos.
Ethan asintió con una sonrisa, y sosteniendo su cabeza se acercó a él.
Con delicadeza puso sus labios sobre los suyo, probó el sabor metálico de su sangre y lo dulce de sus labios, tan fríos que parecían los de un muerto.
Y Aris, al separar sus labios, con una voz apenas audible pronunció dos dulces palabras, tan ligeras como la brisa y suaves como las olas del mar, diciendo cada silaba tan despacio, para que cada palabra quedara grabada para siempre en su alma, y aquella hermosa última vista de su ser amado en su corazón. Y de sus ojos nació el agua que se deslizaba y dejaba caer el amor, el amor que siempre sería para él...
Y Ethan, escuchando esas dos palabras, llenas de ternura y dulzura, más bellas que la música que a escuchado jamás, pero tan dolorosas, más que una espada atravesándolo; las escuchó tan atentamente que quedaron impregnadas para toda la eternidad en su alma, y talladas dolorosamente en su corazón.
Llenándolo de tanta triste que, sin poder evitarlo se derramó por sus ojos. Deslizándose por su pálida piel el amor que pronto no sería de nadie. Las cálidas gotas caían sobre esa persona que tanto amaba, con los ojos más bellos que haya visto, y que se fueron para siempre, para no poder verlos jamás.
—Te amo...—fueron las palabras que dijo Aris, apenas con su último aliento, sin poder terminar de decir todo lo que quería. Sin decir el nombre de su amor...al final. Sin decir...
"Te amo Ethan"
Quería llamarlo por su nombre, aunque sea por última vez...
—Yo también te amo...abre los ojos y dímelo otra vez...—musitó sin dejar de llorar y con un nudo en su garganta.
Ethan lo observó por un tiempo, con su mirada fija en sus pálidos párpados y sus blancas pestañas.
—Quiero escucharlo una vez más, sólo una vez...por favor...
Rogó con tristeza, pero no hubo respuesta, el rostro pálido y lleno de sangre permaneció inmóvil, su pecho ya no se movía, su corazón se había detenido y su tacto era como hielo.
Ethan jamás apartó sus ojos de él, levantó su temblorosa mano y acomodó su cabello, y lo acarició durante un rato mientras limpiaba la sangre de su rostro con los dedos.
Hace mucho se había quedado sin lágrimas, su mente estaba en silencio y ya no pensaba con claridad.
Todo era muy silencioso, cómo si fuera la última persona en toda la isla, cómo la última persona en todo el mundo.
Porque sin Aris el mundo no era nada, era solitario y vacío.
Y sentía como poco a poco perdía la cordura y la razón, en su corazón sólo había dolor, y era desgarrado sin piedad...
—Aris, ¿te sientes solo ahí? ¿quieres que te acompañe? Porque yo si me siento solo sin ti...
Acomodó su cuerpo sobre el ensangrentado césped y miró hacia el cielo, cerró los ojos, exhaló profundamente y miró a su derecha.
La espada que le había dado a Aris yacía manchada de sangre sobre el suelo, estiró el brazo y la tomó. Con la parte intacta de su camisa la limpió y observó su hoja, tan lisa que casi podía ver su reflejo.
—Mi vida terminará cuando la tuya termine...
Y diciendo esto miró a Aris, levantó la espada lentamente y la colocó en su cuello. Presionó el filo contra su piel, un hilo de sangre goteó de la herida y con fuerza...
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