Capítulo 36: Cómo aquél día...

El clon gigante seguía atacando, Aris hizo unos movimientos extraños con sus dedos y la parte inferior de este se derritió, convirtiéndose en los tentáculos de un pulpo.

El gigante avanzó y azotó con sus veinte tentáculos, uno tras otro, formando picos y cuchillas. El ataque fue agresivo y rápido, junto con la expresión de ira que estaba tallada en dicho clon.

Pero la verdadera expresión de Aris era de fatiga y desesperación.

Había dejado que Ethan se fuera para poder pelear con más libertad, pero aun así parecía que la pelea no tenía fin.

Todos, ahora enfocados en él no le dejaban oportunidad de escapar, y su magia estaba al límite, y el veneno lo debilitaba cada vez más.

"Estos malditos en verdad me quieren llevar con ellos a toda costa..."

Y justo delante de él estaban los consejeros y los reyes, junto a Elderloth, quién sólo se quedaba atrás mientras observaba sin pelear.

Todos estaban tan ocupados defendiéndose y atacando que no notaron que él no peleaba.

Aris lo observaba desde hace mucho tiempo.

Él siempre fue alguien extraño e indescifrable, que actuaba de manera frívola, recta y pasiva.

Cuando se encontraron antes de que Aris usara el hechizo "Perla del Abismo" en Ethan, él se comportó muy pasivo. Si hubiera sido alguien más estaría acompañado de varios guardias y lo hubieran captura, y de paso matarían a Ethan para evitar más problemas.

Pero fue solo a dialogar con él, aunque también fue algo brusco, pero no lo era tanto como los demás.

Repentinamente la reina se dio cuenta que Elderloth no estaba haciendo nada, miró en su dirección y exclamó con enfado:

—¿Acaso quiere ser doblemente castigo? Ya perdió al príncipe Sirilius una vez, si se escapa por su culpa tendrá que atenerse a las consecuencias.

Elderloth sólo la miró con las cejas fruncidas y agravió su mirada.

La reina se enfadado, y mandó por los aires a la marioneta de Aris con ira, caminó hacia él, levantó la mano y lo abofeteó con fuerza, tanto que su boca comenzó a sangrar.

—Qué falta de respeto no responder cuando la reina te habla—sus ojos, tan fríos cómo el hielo lo miraron con ferocidad.

Pero Elderloth no se inmutó y continuó mirándola.

El clon que había salido volando corrió hacia la reina y la atravesó por la espalda con su lanza.

La reina se quejó del dolor y se defendió.

—¡Ríndete príncipe! —rugió con ira la reina—falta muy poco para el tiempo de su coronación, cuando cumpla ochenta y cinco.

—Sólo estás retrasando lo inevitable—añadió el rey—no niegues tu destino, ¡ya basta de todo este asunto! Harás lo que la diosa diga.

—No nos detendremos hasta que vuelvas, aunque tengas que ir hecho pedazos...—exclamó con frialdad uno de los consejeros.

—Y volveremos a intentar curarte, tal vez sea algo que está en tu cerebro, sólo tenemos que verlo y...

Muchos gritos, uno tras otros sin cesar, determinados a llevarse a Aris.

"¿Por qué?"

Se preguntó con angustia.

—... ¿Por qué no sólo me dejan en paz? —dijo Aris con cansancio—ya estoy cansado...

Sus ojos se humedecieron sin poder evitarlo más tiempo, y sus lágrimas rodaron por sus mejillas, mezcladas con la sangre en su piel.

—Ya no soy ese rey que tanto quieren, sólo me quedan un par de años de vida...no soy útil—su voz temblorosa resonaba y todos escuchaban atentos—le he dado a la diosa mis años de vida... sólo déjenme vivir mis últimos instantes en paz...

—Eso es ridículo, cómo si pudieras hablar con ella. Sólo el rey elegido y coronado puede saber su voluntad.

—... Déjenme tranquilo, ya estoy perdido. Seguramente nunca podré volver a hacer magia el resto de mi vida, ya sobrepasé mi límite. Y sin Ethan yo sería un cascarón vacío ¿cómo alguien puede gobernar así? No entiendo cómo quieren hacer que esto funcione...

Aris no sentía las piernas, y sin poder soportar más su peso cayó sobre el suelo, lleno de sangre, pálido y con una expresión lamentable, con lágrimas brotando sin parar.

—Por favor... sólo déjenme—rogó finalmente y sucumbió a la desesperación.

Se sentía cansado y agobiado, ya no quería seguir, sólo quería desaparecer junto a Ethan para siempre. Pero ellos no paraban de bloquear su camino, no se rendían...

Elderloth lo vio en ese estado tan deplorable, llorando amargamente y rogando... En sus ojos se reflejaba un dolor tan profundo, tanto cómo jamás antes visto por Elderloth, hace mucho que no lo veía tan vulnerable. Aris siempre resistía cualquier cosa que le hicieran.

Pero hoy no.

Hoy conoció la verdadera desesperación.

La desesperación al saber que podría perder a su ser amado para siempre.

Elderloth no podía seguir sólo observando, no más.

Unió las palmas de sus manos y juntó sus pulgares y anulares, cantó un hechizo y del suelo brotaba el agua. Burbujas de agua se formaron por todos lados y dentro de ellas una corriente se agua se movía de un lado a otro a gran velocidad.

Poco a poco se formaron hilos de agua, y sin que nadie pudiera evitarlo explotaron, disparando diversas agujas delgadas en todas direcciones.

Atravesando a todos y uniendo sus cuerpos, como si estuvieran siendo cosidos.

Al instante sus movimientos se volvieron lentos, hasta quedar paralizados por completo. Trataron de romper los hilos, pero fue inútil.

"¿Qué fue...?"

Aris estaba perplejo, todo eso pasó en menos de tres segundos, inmovilizando a todos sin previo aviso.

—Acábalos de una vez—dijo Elderloth mirándolo a los ojos—y jamás demuestres debilidad ante ellos, jamás.

Aún desconcertado Aris maniobró sus clones y los hizo acabar con todos. Congelados por completo, decapitados, despedazados, amarrados... ninguno podía moverse o defenderse.

Elderloth separó sus manos y caminó hacia Aris.

Quién mantuvo su guardia alta, aun tirado en el suelo, pero al llegar ante él Elderloth no hizo nada. Sólo lo miró a los ojos con suavidad y sonrió:

—Lo siento, ese hechizo tarda mucho en completarse y requiere de mucha magia...

Aris no sabía que responder a eso.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó medio paralizado del asombro.

—...Ar...Aris, yo— Elderloth respiró profundo y continuó—lamento la manera en la que te traté, a ti y a tú...humano.

Aris enserio no sabía que responder.

—No entiendo, tú...

—Cuando lo secuestré y le quité el sello estaba siendo vigilado por Lucdark y Phoenix. No tuve otra alternativa que tratarlo mal—y poniéndose de rodillas e inclinándose ante él exclamó—imploro tú perdón.

—Yo... ¿cómo puedes empatizar siquiera conmigo? —interrogó horrorizado.

—Recuerdas el día en que descubrí que habías leído el pergamino de la verdadera historia de BlueLower¹. Pues...cuando terminé de leerlo supuse que tú eras como nosotros antes de la maldición, que podías sentir amor.

—¿Tú...?

—Al observarte pude darme cuenta con facilidad, y traté de hacer cosas que las personas con amor harían. Oculté el hecho que habías leído el pergamino para que no fueras castigo y fui menos severo que los demás, pensé que así haría un mejor papel cómo tú mano derecha...

—Pero aún sigues sin sentir nada por nadie...—dijo Aris con una expresión pensativa.

—Te equivocas...El día en que fui a visitarte, y te dije que no sabía cómo hacer mi trabajo, que no sabía cómo tratar con alguien que podía amar² tomé una decisión. Al día siguiente busqué por todos lados las ruinas de nuestros antiguos templos, investigué y encontré algo...

—¿Acaso tú...? —Aris palideció ante la idea que surgió en su cabeza.

—Encontré el "Estanque Sagrado" y pedí un deseo.

—¿Qué fue lo que pediste? —interrogó aterrado.

—Quería poder hacer bien mi trabajo, quería entenderte, así que la única opción era que yo también pudiera amar. Y así poder tener "el amor de un hermano"—respondió sonriendo.

Aris sintió que su corazón se encogía, y sus lágrimas brotaron aún más.

—Cuando te dije que no sabía cómo hacer mi trabajo dijiste "has lo que quieras" así que hice lo que creí conveniente...Aris, yo...tuve que fingir incluso contigo, si alguien se enteraba no podría ayudarte más adelante. Y si te decía la verdad y eras cariñoso conmigo no podría soportarlo... y también lo sería contigo, y ambos seríamos separados...lo siento.

No sabes lo horrible que fue. Pero el día en que serías coronado iba a decirte la verdad. Y creía que el amor de un hermano te bastaría para poder soportar...

—Pero cuando pusiste el hechizo del "Caracol del sueño" en Ethan tú...

—También te pido perdón por ello. Era la única manera en que sus recuerdos volvieran, te mirabas muy triste porque él no te recordaba, siempre odie verte triste. Además, fue una excusa para que pudieras ver si en verdad ambos se aman como dicen, nunca dejaría ir a mi querido hermano con cualquiera. Pero se nota lo mucho que te quiere, lo veo en sus ojos—explicó con melancolía—y también si no lo hacía iban a matarlo sin más, en verdad insistían con matarlo, incluso cuando le quité ese sello...No quería verte llorar.

Aris pudo ver en sus ojos que decía la verdad.

—¡¿Por qué rayos hiciste eso?! No tenías que hacerlo—Aris estaba enojado, había tratado muy mal a su hermano, que en secreto fue el único que lo quiso de verdad. Y que siempre lo ayudó a pesar de todo—incluso te dejé mal herido cuando me fui...te atravesé...y te dejé ahí...

—También lo hice a propósito—dijo acercando su mano y limpió su mejilla—te provoqué para que me derrotaras, si no perdía contra ti no habría una excusa por la cual dejarte ir.

— Elderloth...—sollozó Aris al mirarlo a los ojos, que ahora desprendían un aire fraternal y cariñoso, como alguien que consuela a su hermano pequeño.

—Ya está bien, ya pasó todo—dijo acariciando su cabeza—te iras de aquí y serás feliz, así que no llores.

—Pero ¿y tú? —preguntó angustiado.

—No te preocupes por mí, tengo planeado vivir en la isla los años que me quedan de vida, son pocos así que no estaré solo mucho tiempo.

—Puedes salir, Ethan...

—Un humano sólo puede llevarse a uno—respondió con un suspiro—olvida eso, yo estaré bien aquí. Ve por... Ethan, te está esperando. El hechizo "Explosión de Medusa" no funcionará por mucho.

Al escuchar sus palabras vio con preocupación hacia todos, que aún estaban congelados.

Aris no hubiera podido hacer el hechizo prohibido que hizo Elderloth, ese hechizo requería de mucha magia, la cual no tenía, y mucho tiempo para acumularla y poder lanzarlo con éxito. Y lamentablemente había agotado su última gota de magia en ese ataque de recién.

—Sacaré a todos de la isla y la cerraré con el "Domo cristalino" para que sólo los que estén dentro de la isla puedan salir y entra de ella—dijo Elderloth tranquilizando a Aris, se levantó y le dio la mano.

—Pero si sigues usando hechizos prohibidos tu vida se acortará aún más.

—Descuida, eso no me importa—respondió con una sonrisa.

Aris sólo lo miró con angustia, quiso decirle algo, pero él continuó:

—Cuando te vayas...voy a quedarme solo, es mejor que muera pronto—y observó con tristeza a Aris.

Quién se sostuvo de su mano y se levantó con dificultad. Y seguido de eso lo abrazó con fuerza y dijo en voz baja:

—Perdóname—suplicó con un nudo en la garganta.

—No hay nada que perdonar, y me alegra saber que no me odias. Al recordar el día en que me dijiste que no me odias...me hace muy feliz.

Elderloth lo tomó de los hombros y lo miró seriamente.

—Aris, tienes que salir lo antes posible de aquí, y con la ayuda de esa cosa negra que tienes estoy seguro de que lo lograrás fácilmente. Aunque no sé de dónde la sacaste.

—De acuerdo—dijo limpiándose la nariz.

—Ve a buscarlo entonces, te deseo lo mejor de este mundo, y que vivas feliz el resto de tu vida. Lo deseo con todo el corazón—dijo con los ojos húmedos.

—Gracias Elderloth, yo también te deseo lo mejor, y ahora que puedes amar... ojalá encuentres a alguien.

—Ojalá...—y le dio una palmada en el hombro de despedida.

—Te quiero Elderloth, fuiste al que más quise antes de...perder la cabeza—dijo avergonzado y se dio la vuelta—Adiós.

Corrió lo más que pudo y se perdió en la vegetación.

Y Elderloth lo vio desaparecer, esa sería la última vez que lo vería, la última imagen que tendría de él.

Con la expresión triste y con el corazón doliente lloró desconsolado.

"Me quedan unos ciento veinte años de vida más o menos...espero poder soportarlo"

Pensó con tristeza y se dirigió hacia todos para sacarlos de la isla, quienes a través del hielo lo miraban con ira...

"¡¿Quién rayos es este tipo?!"

Ethan jamás había visto antes a John, su apariencia no encajaba con nadie de sus recuerdos.

Y.... ¿qué ha esperado por mucho tiempo?

—Es normal que no sepas quién soy—dijo John al ver la confusión de Ethan—sabes, ya me estaba cansando de fingir ser un pirata basura y seguir tus locas "aventuras" cómo esta—y extendió los brazos mostrando la isla.

—¿Acaso todos fingían? —preguntó Ethan decaído, comenzaba a sentirse mareado y un poco débil.

—Al principio no—y mirando a todos dijo—Pero cualquiera hace lo que sea por dinero o poder.

Pero Ben lo miró con ira mientras apretaba sus puños.

—Menos él—comentó John con burla, y lo señaló con su espada—siempre te fue fiel, siguiendo tus órdenes...es triste no ser correspondido—y rio con picardía.

Ben sólo lo miró con molestia y vergüenza, y bajó la mirada.

—Todos tienen un precio, menos si se trata de traicionar a la persona que amas—exclamó tocando su garganta con la punta de su espada, miró a Ethan y añadió—así de tontas son las personas enamoradas.

—Ya basta...—dijo Ethan seriamente.

John lo miró con enojo y con un movimiento rápido clavó la espada en el hombro de Ethan.

—Me detendré cuando yo quiera—sentenció con frialdad y sacó la espada—pero pensé "qué más da, podré con este par de imbéciles" Y mira que bien funcionó.

Ethan lo miró un poco alterado y vio de reojo a Ben, quién miraba la situación con ojos confusos y apenados.

—Jamás hubieras podido con Ben, es una de las personas más fieles, amables y confiables que conozco. Y aparte de haberlo conocido también me alegra que esté de mi lado—Ethan miró a Ben con una expresión determinada y sonrió.

Quién también sonrió con tristeza y alegría al mismo tiempo.

—Aww, que linda "amistad" la de ustedes—dijo John con cinismo—lástima que nunca llegarían a más, Ethan jamás se enamoraría de alguien cómo tú.

Miró a Ben y luego a Ethan de reojo.

—Alguien tan magnífico, talentoso y perfecto cómo Ethan no se enamoraría de un don nadie. Él nació para la grandeza y el poder, para heredar una de las más grandes zonas del Continente GreatWish...

Ethan palideció y lo miró con terror, Ben estaba desconcertado, no entendía nada de lo que estaba hablando.

—¿Heredero? —musitó Ben perplejo.

—Así es, el Gobernante de la Zona Este, la más sobresaliente y prospera de todo el continente, hijo del Marqués Dayholt. Ethan Dayholt.

Ethan estaba confundido.

¿Cómo alguien sabía de su identidad?

¿Cuándo y cómo la descubrieron?

—Alguien tan glorioso no estaría con...un simple ladrón y pirata. Tiene poder, una maravillosa familia, talento...—hizo una pausa y exclamó mirando a Ethan perplejo—Esperen un minuto, tú ya no eres ninguna de esas cosas. Ya no eres heredero, no tienes poder, dinero o familia...no tienes nada—se burló con una carcajada.

—Tienes razón—dijo Ethan con la respiración cansada—ya no tengo nada, no soy nada, me he rebajado de tantas maneras, hice cosas sucias y vergonzosas. Pero aun así soy feliz. Y si estuviera con alguien jamás me importaría su apariencia p trabajo, si es alguien de estatus o con poder. Lo importante es quién es en realidad y que ambos nos amemos. Es lo único. Y yo jamás dejaría de querer a Ben sólo por ser un ladrón o un pirata, pero, aunque no sienta lo mismo que él, aun así lo quiero—hizo una breve pausa y añadió—Lo lamento...

—Está bien, lo sabía...—respondió Ben tragando saliva y sintiendo la daga en su garganta.

—Quieren callarse—rugió John clavando su espada en las costillas de Ethan. Quién se quejó y doble el cuerpo por el dolor—siempre fuiste así, viendo lo bueno de las cosas, optimista y alegre. Me enfermas.

—¿Cómo sabes todas estas cosas? —interrogó Ethan presionando su herida.

—Oh Ethan, esto es muy largo y complicado, pero trataré de resumirlo—y observando con intensidad y locura dijo—era obvio que eras tú el dueño de ese barco, nadie más podría navegar a "Lycka", si no querías ser encontrado fácilmente hubieras sido más discreto. Y cuando lo vi me dije "al fin lo encontré".

Me infiltré y compré a todos tus supuestos amigos, e hice un plan para secuestrarte...

—¿Qué quieres decir? —quiso saber con preocupación, su cuerpo se sentía demasiado pesado y sus piernas temblaban.

—No fue fácil escapar del fuego cuando incendié tu casa, tuve que usar un encantamiento de un mago de agua.

Ethan se paralizó antes sus palabras y lo miró con profundo terror.

—Así es Ethan—con una sonrisa perversa se acercó y lo sujetó de la camisa—Soy yo. Vamos a divertirnos mucho, cómo aquél día...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top