El soviético apretó su celular mientras temblaba un poco, dentro suyo estaba en conflicto. Una parte de sí mismo decía "¡Genial! Solo falta decirle a Perú y que le hable con Alemania para que al fin terminemos con esta pesadilla" pero la otra parte, su lado más egoísta decía "¿Estás loco? Esta podría ser la última oportunidad de ser querido por alguien, no dejes que Perú huya de tu lado"

Rusia: Ténganlo ustedes hasta una siguiente orden, más vale que no se te escape –Pide—

X:Si señor –Dice para después colgar—

Atar a ese peruano le resultaba atractivo, tenerlo para si mismo era algo que le gustaba imaginar. Tener su cuerpo se le haría sumamente sencillo...Pero tener su corazón seria simplemente imposible, negó rápido con la cabeza tratando de espantar esas ideas.

No quería seguir siendo el causante de esas lagrimas,no quería causarle mas dolor...no después de esa oportunidad que le estaba dando dando

Rusia:¡Peru! ¡Peru! –Llama entre gritos volviendo a entrar a la casa—

El menor bajo corriendo pensando que era una emergencia, aún que eso se le hizo ridículo a medio camino considerando lo inmensamente fuerte que era el tricolor

Peru:¿Por qué gritas? Estaba durmiendo –Baja ya tranquilo—Ya, ya estoy aquí –Pone sus manos en sus caderas-- ¿Qué pasa ahora?

Rusia:¡Lo encontré! –Dice eufórico-- ¡Encontré a Canadá Perú!

Peru miraba al techo mientras inflaba sus mejillas, aun recordaba con ternura como ese soviético anunciaba haber logrado encontrar a ese canadiense, sonrió al recordad la infantil sonrisa en su rostro, como si fuese un niño el cual quería reclamar algún premio después de un logro. Sabía que ese ruso era en el fondo solo un niño con gans de ser querido. Habían pasado tres cosas desde ese anuncio eufórico

lo primero era la fecha y lugar de cuando ese canadiense le sería entregado.

Lo segundo y después de una hora del inicio de ese juego, él ganador por decirlo así había sido esa potencia quien aún no se había librado del todo sino que yacía encadenado en el sótano aun,solo y con frio ¿Creyeron que lo dejaría ir así nada más?

Y tercero, y lo que más le emocionaba, Perú había vuelto a la pequeña casa que antes compartía con su alemán y sus suegros. Ellos estaban de regreso, Alemania no podía esperar más tiempo, quería ver a su angel, quería estar a su lado y tomar sus manos con cariño

Peru:¿Cuánto más van a demorar? –Se queja—