Cap 9
Mientras la detective Jane inspeccionaba el apartamento de Jake, los periodistas trataban de sacarles información a los policías.
Y hablando de periodistas...
- ¡Delante de nuestras narices! ¡Teníamos una primicia delante de nuestras narices! - gritaba Meenah hecha una furia.
Cronus intentaba aparentar estar tranquilo lo mejor posible, pero sus manos temblorosas le delataban.
- Para ser justos, no había forma de que supiéramos que Jake era un psicópata. A simple vista parecía tan... normal. -
Aquel comentario de Cronus fue escuchado por Kurloz.
"Interesante..." pensó el demonio disfrazado de policía.
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- Pensé que la estaba ayudando... - se lamentó Meulin mientras ocultaba su rostro en un peluche de gato gigante.
- Meulin, no puedes ayudar a todo el mundo. - le espetó Kurloz.
- ¡Pero era mi amiga! ¡Tenía que haber estado más atenta de ella! - se lamentaba la joven de 14 años.
- Meulin, deja de decir tonterías. - dijo Kurloz mientras se agarraba el puente de la nariz.
- ¡No es...!-
-¡No, Meulin! ¡Es una tontería! ¡Para empezar, nunca ha sido tu obligación cuidarla! ¡Segundo, esa chica estaba mal desde antes de que os conocierais! ¡Y por último, ella sólita se lo buscó todo! - gritó Kurloz, harto de toda esa tontería de las emociones humanas.
- ¡¿Cómo puedes decir algo así?! ¡¿No te da siquiera un poco de pena?! ¡Está muerta! - lloraba Meulin.
- ¡Pues que no se hubiera suicidado! -
Meulin lanzó con furia el gato de peluche gigante en el que había estado llorando a la cara del demonio.
- ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Eres un monstruo! - gritaba la adolescente.
- ¡A buenas horas te das cuenta! -
La habitación quedó en silencio. Meulin tenía los ojos abiertos de par en par, como si se hubiera dado cuenta de algo.
- ¿Tú lo sabías... verdad... ? - preguntó la humana.
Kurloz no respondió, así que Meulin tuvo que insistir.
- Kurloz... Tú lo sabías... ¿Verdad? -
Esta vez, el demonio le respondió.
- Sí, lo sabía -
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Habían pasado dos días desde que Jake y Dirk llegaron a la cabaña del bosque.
Jake había hecho un gran trabajo en reparar el techo. Ahora la lluvia no sería un problema.
El humano caminó hasta el salón y ahí se encontró a Dirk, sentado en el sofá y mirando a la ventana.
El azabache se acercó al rubio y se sentó a su lado.
- ¿Son preciosos, no crees? - habló de repente Dirk.
- ¿Los qué? - preguntó Jake.
- Los rayos. Los humanos sois afortunados por poder disfrutar de semejante espectáculo de la naturaleza. Pero estáis tan acostumbrados a ellos que no sabéis apreciar lo que tenéis. -
El rubio parecía hipnotizado por el bello resplandor que ocasionalmente iluminaba el cielo.
- ¿No tenéis truenos en el infierno? -
Dirk se rió de la pregunta del humano.
- ¿Jake, cómo crees que es el infierno? - preguntó el demonio después de un rato.
- Eh... ¿Ardiente? -
- Se más específico - pidió Dirk.
- Pues... Imagino que todo estará cubierto de lava y hará mucho calor y... ¿Las almas de las personas arden en la lava como castigo por sus pecados? -
Si antes Dirk se había reído, ahora estaba a punto de mearse de la risa.
- Joder, los humanos sois muy estúpidos... - dijo el demonio entre risas.
El azabache fingió no haber escuchado el insulto.
- Entonces... ¿Cómo es el infierno en realidad? - quiso saber Jake.
- Para empezar, no hay lava -
- ¿ah, no? -
- Es más, ni siquiera hace calor. El infierno es frío y grande, muy grande. Más grande que todos los planetas de este universo juntos. -
- ¡Exageras! - exclamó Jake.
- No, para nada, te lo juro por mis cuernos - dijo Dirk.
- Vale, vale, es grande ¿Qué más? - la emoción era evidente en el tono de voz del azabache.
- Bueno... No he estado en todo el infierno pero, en la mayoría de los lugares en los que he estado, había un líquido blanco por todas partes. En una ocasión vi una columna hecha con cemento y esqueletos que gritaban de dolor. Los medios de transporte más comunes son unos bebés feto gigantes que surgen debido a los abortos de adolescentes y créeme, esto que te estoy contando es lo menos perturbador que hay. -
Ahora Jake se encontraba mirando a Dirk con una mueca de asco.
- ¿Cómo puedes vivir en un sitio así? -
- Soy un demonio ¿Qué te esperabas? ¿Que vivía una vida de lujos, en un palacio, junto a un Hitler vestido cómo hawaiana? - respondió el demonio con sarcasmo.
La tormenta de afuera se estaba calmando y ya no había truenos.
Jake apartó la mirada de Dirk y se levantó para ir a por algo de beber.
- ¿Sabés? Si en algún momento quieres tomarte un descanso del infierno, puedes visitarme cuando quieras. - habló con tranquilidad el humano.
Dirk fingió no escucharle y se limitó a seguir mirando por la ventana.
Jake abrió la nevera y sacó dos Coca-Colas para acto seguido cerrar la nevera y volver al lado de Dirk.
Le ofreció una de las Coca-Colas al demonio.
- ¿Coca-Cola? ¿Enserio? - preguntó el rubio mirando momentáneamente a Jake.
- Se dice gracias, cerdo mal agradecido. -
Dirk golpeó suavemente el hombro de Jake e hizo que el azabache derramara un poco de Coca-Cola al suelo.
Pero Jake en ningún momento dejó de sonreír y Dirk Tampoco.
Pasaron las horas y Jake se quedó dormido en el sofá.
El humano tenía una expresión tranquila en el rostro y Dirk no pudo evitar acariciarle la mejilla con cariño.
- Joder, Jake... ¿Qué me estas haciendo? - susurró el demonio antes de levantarse para tirar a la basura las latas vacías de Coca-Cola.
Pero algo iba mal.
Dirk sintió la presencia de humanos en el bosque.
Se suponía que nadie había pisado este lugar desde que se construyó la ciudad.
¿Entonces, como había llegado un grupo de humanos ahí?
¿Eran policías?
¿Los habían encontrado?
No... Dirk no iba a permitirlo.
Esta vez, el ritual se iba a completar. Tenía que completarse.
- Mmh... -
El demonio escuchó como Jake hablaba en sueños, pero no prestó atención a lo que estaba diciendo. Estaba demasiado centrado en sus pensamientos como para prestar atención.
Necesitaba librarse de los intrusos de alguna forma.
Tal vez si se disfrazaba de campista y creaba una distración...
- Roxy... -
-... - esta vez, Dirk sí escuchó a Jake.
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