- Perdón por la forma con la que Tavris te ha tratado antes - dijo Jane mientras se sentaba en el asiento del copiloto.

- Nah, tranquila, estoy acostumbrado - dijo Cronus poniéndose el cinturón de seguridad. Jane le imitó.

El dueño del vehículo arrancó y comenzó a conducir por la ciudad.

- ¿Te importa si pongo música? - preguntó Cronus.

- No, adelante - respondió Jane.

En cuestión de segundos se comenzó a oír Dragostea Din Tei por todo el coche.

Tras saltarse varios semáforos en rojo, llegaron a la escena del crimen en tiempo récord. El periodista siguió a la detective de cerca.

- ¿Habéis identificado a las víctimas? - preguntó Jane al jefe de investigación.

- Detective Crocker, pensábamos que no vendría... -

- ¿Habéis identificado a las víctimas? - volvió a preguntar con firmeza.

- Sí, se tratan de Latula Pyrope y Porrim Maryam -

- ¿Porrim Maryam? - preguntó Jane sorprendida.

- Sí, ha nosotros también nos ha sorprendido - admitió el jefe de investigación.

- ¿Sabéis cuáles fueron las causas de la muerte? - preguntó Jane.

- Aún lo estamos investigando, pero creemos que la de gafas murió a causa de algún veneno antes de ser apuñalada.-

- ¿En qué os basais? -

El jefe de investigación le hizo un gesto a un policía con la mano, el policía asintió y levantó la manta blanca con la que habían cubierto el cuerpo de Latula.

Si bien su cuerpo presentaba heridas mortales muy similares a las de las víctimas anteriores, tambien había algo nuevo. Sus labios y dedos estaban irritados y su lengua estaba hinchada, era como si hubiera sido forzada a ingerir algun tipo de toxina letal.

- Dios... - murmuró Cronus al ver la escena.

- Espera, pásame unos guantes - pidió la detective a un policía que actuó al instante.

Jane se puso los guantes y se acercó al cadáver. Movió un poco el cuerpo y reveló, ante la atenta mirada de los presentes, que debajo del muslo izquierdo estaba escondida una tarjeta DNI.
La tarjeta en cuestión le pertenecía a Latula.

- ¿Por qué ésta su DNI debajo de su muslo? - preguntó Jane.

- ¿La tendría guardada en los bolsillos del pantalón y se le cayó? - habló Cronus.

Jane le miró con una ceja arqueada.

- Cronus, esto no son pantalones. Son leggins. No tienen bolsillos. -

Cronus pareció entender lo que la detective quería decir.

- ¿Sospechas que el asesino tocó el DNI de la víctima? ¿Por qué haría eso? - preguntó el periodista.

- No estoy segura, pero tengo la teoría de que tiene que ver con su modus operandi. Es solo que aún no he conseguido descifrarlo. - explicó Jane.

- ¿Puedo verlo? - preguntó Cronus.

- No, es información clasificada - respondió Jane.

- Detective Jane... - el jefe de investigación no terminó de decir lo que quería decir.

- Envía esto al laboratorio para que lo analicen - ordenó la detective.

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Cronus se había quedado en la oficina con Roxy, haciendo horas extra.

En su caso era por que quería más días de vacaciones, pero en el caso de Roxy (según había oído) era por que estaba teniendo problemas con el alquiler. Pero no sabía si eso era cierto o sólo un rumor.

Las horas pasaron y Cronus solo había escrito la mitad de su artículo cuando Roxy se le acercó.

- ¿Perdona, tienes un momento? - preguntó la rubia.

- ¿Para ti? Siempre - respondió Cronus de forma coqueta.

Roxy sonrió y rodó los ojos. Ya estaba acostumbrada al coqueteo de Cronus y lo veía más como su forma de expresar amistad.

- ¿Este de aquí no iba a nuestra universidad? - preguntó Roxy mostrándole una foto a Cronus.

- Sí, le recuerdo. Kankri Vantas, estaba dos cursos por debajo nuestro. Era muy inteligente, a veces le pedía ayuda con mis deberes, sin él no me hubiera graduado. -

- ¡Sabía que me sonaba de algo! ¿No es el chico del que estabas enamorado en secreto? - preguntó la rubia.

Cronus trató de no sonrojarse, pero no lo consiguió.

- ¿A qué viene derrepete toda esta conversación a cerca de Kankri? - le preguntó a su compañera de trabajo.

- Por lo visto va a hacer las prácticas aquí - comentó Roxy.

Cronus se sorprendió.

- ¿Aquí? - preguntó solo para asegurarse de que la había oído bien.

- Sí, bueno, aún está en proceso de selección. Pero sería genial tenerlo aquí. -

- ¡Sin duda! - estuvo de acuerdo Cronus.

Roxy se rió por el entusiasmo de su compañero.

- En ese caso mañana iré a convencer a Meenah de que lo elija a él ¿sí? - Roxy recogió las cosas de su escritorio y tras despedirse amablemente de Cronus, abandonó la oficina.

Esa fue la última conversación que tuvo con ella. Tres días después, Roxy fue encontrada muerta.

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- No me lo puedo creer... - dijo Jane al ver los resultados del laboratorio.

- Yo tampoco me lo podía creer al principio. Pero los resultados no engañan. Tú amigo John es el asesino. - dijo Tavris.

- No, no puede ser. Algo ha debido de salir mal. Vuelve ha hacer la prueba. - pidió la detective.

Tavris suspiró.

- Hemos hecho la prueba varias veces, por mucho que la volvamos a hacer el resultado no va a cambiar. - explicó.

Jane cayó rendida en su asiento sin apartar la vista de la hoja con los resultados.

- Sé que es difícil de asimilar, a mi también me ha costado creerlo. Parecía tan buen tipo... -

- Tavris, por favor, cállate - pidió Jane.

Pero no lo hizo.

- El jefe de investigación a mandado a dos policías para detenerlo. Necesito que te prepares mentalmente para hacerle frente en el interrogatorio. -

Jane respiró profundo.

- ¿A quienes ha enviado? - preguntó la detective.

- Aranea Serket y Horuss Zahhak - dijo Tavris.

- No es suficiente. Sobre todo teniendo en cuenta de que, muy probablemente, su novio también podría estar implicado. Dile que mande también a Kurloz Makara. -

Tavris sonrió.

- Por fin piensas con claridad. Es un gusto tenerte de vuelta Janey. -

Jane sonrió tras escuchar su viejo apodo.

Mientras tanto, en el apartamento de Jake, el joven azabache salió de su habitación para ir a por algo de comer.

- ¿Aún estas enfadado, princesa? - preguntó Dirk de forma burlona.

Jake le ignoró y abrió la nevera.
Dirk soltó un suspiro de frustración.

- ¡De acuerdo, lo siento! ¿Contento? - espetó el demonio.

Jake sonrió satisfecho.

- Disculpas aceptadas - dijo el azabache mientras sostenía un pudding y cerraba la nevera.

Justo cuando el humano se dispuso a sentarse al lado de Dirk, para ver la televisión junto a él, se escucharon las sirenas de un coche de policía en la calle.

Ambos chicos miraron por la ventana solo para ver qué dicho coche estaba mal aparcado frente a donde ellos vivían.

El rubio tuvo un mal presentimiento.

- Jake... - antes de que pudiera formular la frase, sintió la presencia de dos individuos acercarse rápidamente.

- Dirk... -

En los ojos vidriosos del azabache, Dirk pudo ver el terror plasmado. Un extraño sentimiento, muy diferente al asco o al odio, comenzó a formarse en el pecho del demonio.

Sin pensarlo dos veces, Dirk agarró a Jake con fuerza y le obligó a saltar por la ventana junto a él.