Veinticuatro


Sora se sintió como un conejo rodeado de una manada de lobos. Las miradas del rechazó eran nuevas,pero lo denso que se pone el aire ante las intenciones oscuras de las personas;eso era algo que ella reconocía de inmediato. Casi podía palpar las ideas que ese grupo de personas tenían hacia ella y antes de siquiera pensar en gritar,alguien le cubrió la boca.

La llevaron a un edificio,de tantos en ruinas, allí la ataron a una silla mientras discutían que hacer con ella.Sora mordía la mordaza mientras oía las ideas de esa gente. Unos querían obligarla a revelar la ubicación de Black para dársela a Trunks y Mai, otros sólo querían castigar a la traidora. A fin de cuentas podían hacer ambas casas. Pero ella no iba a decir absolutamente nada, sin importar lo que hicieran guardería silencio.

Una mujer le dió un puñetazo,no pudo contenerse y le dijo la razón mientras otras dos la sujetaban.

-¡Black atacó mi aldea! ¡Mato a mi esposo e hijos! ¡Y tú, muchacha estúpida,le sirves a él! ¡¿Acaso no eres humana también?!-le gritó furiosa.

-Ella tiene razón ¿Cómo puedes servir a un monstruo semejante?- le recriminó un hombre-Se sensata niña,dinos donde se esconde Black para que puedan acabar con él.

Sora guardada silencio. No,no iba a decirles donde estaban los dioses,aunque ellos parecían desconocer la existencia del dios Zamasu. Lo hacia por varias razones entre ellas que esas personas encontrarían una muerte prematura. El dios Black no les tendría piedad porque así era él. Así era la espada de la justicia divina,inmisericorde. Mientras el escudo,el dios Zamasu,era tan sólido como una montaña y así mismo de impenetrable. Ellos no mirarían con piedad a aquellos a quienes ya habían sentenciado y no había posibilidad de derrotarlos por la fuerza. Ella sentía su poder,como sintió el de Trunks,el extraño humano de corazón noble y valiente,pero sin argumentos.

Tampoco podía traicionar a los dioses que le habían brindado abrigo,protección y un efecto singular. Mientras recibía los golpes,insultos,amenazas y escarnio de esas personas se preguntaba si hacia bien en intentar convencer a los dioses de dar otra oportunidad a los humanos ¿Por qué la agredían?
¿Les hizo algo malo? ¿La odiaban? No,sólo estaban desahogando en ella la rabia y el dolor que el dios Black les causó.

Dolor,Sora sabía de dolor más que muchos. Sabía de odio y del más peligroso de los odios: "el odio irracional" ese que no responde a una causa sino sólo a un repudio ignoto.Esas personas sólo se estaban desquitando con ella ¿Por qué? Ella no había hecho algo que justificara esas agresiones. Ella no se merecía nada de eso.No tenía porqué soportarlo. Ella no tenía que pagar el precio de sus errores. Si los dioses estaban furiosos era porque ellos,la humanidad entera no aprendía de sus equivocacines  y en ese momento,por primera vez en años, Sora sintió el calor de la rabia en sus entrañas.Un viento caliente que subía a su garganta y que tomó las notas más graves de su voz,para en una sola exclamación poner fin a esa tortura:

-¡¡Basta!!-grito con la boca llena de sangre y se detuvieron- ¡Déjenme en paz! ¿Están furiosos porque Black acabo con sus ciudades? ¡Véanse! Mirense y preguntense si vale la pena salvar vidas como las suyas.Es fácil decir que somos tratados con injusticia y pedir clemencia, pero es difícil reconocer que no hemos sido lo suficientemente buenos para merecer esa clemencia y que eso,que desde nuestra perspectiva es injusto,es sólo la respuesta a nuestras faltas-les dijo con el ceño fruncido-Díganme si tendrían la desfachatez de suplicar piedad a Black después de haberse ensañado conmigo que no les hecho nada ¡Diganme!

Silencio. Ninguno allí fue capaz de pronunciar palabra alguna tras las pronunciadas por Sora. Solo la mujer que la golpeó primero la abofeteo,pero un hombre la retuvo para que no continuará. Después de eso decidieron sacar a la muchacha de la ciudad,pues si la dejaban allí y Mai o Trunks se enteraba de lo que habían hecho. No querían ser expulsados. La subieron en un camión viejo y con la excusa de que iban a buscar comida la dejaron en los límites de la ciudad.Sora estaba sucia y maltratada,pero nada por lo que no hubiera pasado antes.

La dejaron en la carretera y sin mirar a tras la muchacha se echo a andar hacia las montañas.Le hubiera gustado despedirse de Mai,era ella una buena persona y amaba su aroma a flores de campo,como el de la mujer llamada Bulma y el del pequeño Set,le hubiera gustado también cuidar de los ojos de Trunks hasta que sanaran,pero no le daban esa oportunidad sólo porque que ella se había vuelto un símbolo de repudio para esas personas. Esos ojos de cielo se llenaron de lágrimas,lágrimas que la lluvia limpiaba.

Camino por kilómetros en la soledad de ese camino pavimentado poblado de autos abandonados y objetos sin dueños. Camino el resto del día y durante la noche. Fue su increíble resistencia la que le permitió no desfallecer en esa jornada y al llegar la mañana se encontró con las ruinas del pueblo cercano al bosque donde ella vivía. Siguió su camino rumbo a la choza que fue su sala de tortura,su hogar y su refugio. No encontró más que escombros de aquel sitio y allí,por primera vez en su vida,Sora se sintió miserable,pobre y absolutamente sola. Si antes lloro de rabia,en ese momento lloraba se tristeza y desolación. Se dejo caer en el suelo mojado y cubriendo sus rostro con sus manos dejo fluir ese llanto amargo tanto tiempo contenido.

Lloro como no lo hacía desde hace tiempo,lloro con las lágrimas ardientes que calcinan los brotes de árboles oscuros que poblan el alma. Lloro y siguió llorando hasta que no quedó una sola lágrimas en su interior. Lloro de esa forma para extraer cualquier semilla de odio que esas personas podrían haber dejado en su ser y asi,al separar su rostro de sus manos la naturaleza le mostró un pequeño espectáculo,los rayos del sol colándose por entre las ramas de los árboles,rayos de luz dorada que iluminaban el lodo donde unos pequeños brotes crecían. Se acercó para verlos y se sonrió, brotes de primavera; renovación.

Cada día en que ella estuvo lejos, Black fue a las ruinas de esa choza buscando sosiego. Esa mañana la imagen que contemplo al descender,varios metros tras ella,lo dejo extasiado. Su largo cabello negro agitado suavemente por el viento,bajo los delgados hilos de sol adquirían una bruma mágica que acentuaba la delicada figura de la muchacha.

-Sora-la llamó con voz calma.

Como una avecilla,la muchacha se giró hacia él. Se puso de pie y corrió hacia el dios oscuro para arrojarse a sus brazos.

-Mi señor Black...-le dijo ella con su habitual candor, mientras hundía su rostro en el pecho de la deidad. Estaba llorando y él le sonrió gentil.

Black le hizo una caricia en el cabello.Una limpia y delicada muestra de afecto. Que irónico resultó para Sora encontrar amor en un ser como Black y repudio en sus hermanos de espacie.

Reflexión de Sora

Hace mucho tiempo atrás, después de que mis padres murieran,me hice esta pregunta ¿Por qué no es correcto matar a otro ser humano más allá de lo legal,moral o social? A la única respuesta que he podido llegar es a la que tuvo que haber en los ojos de los hombres que asesinaron a mis padres: mi propio reflejo. No es correcto matar porqué al hacerlo,no sólo lastimamos a ese individuo,sino a muchos más...
A los que lo aman y necesitan.A los inocentes que están atrás de cada hombres en este mundo. Matar al injusto es injusto para aquellos a quien él o ella, era sólo un ser amado...Aúnque no se si esto pueda aplicarse al criterio de un dios.

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