Capitulo veintiséis
"Encuentros con el enemigo"
Pov neutral.
Víctor se encontraba encontraba en una de las islas de hielo de la ruta 9, hacia algunas horas tuvo una batalla contra la líder de Auriga resultando vencedor, decidió seguir avanzando pero debido al tiempo se vio obligado a montar un campamento para pasar la noche.
El entrenador castaño levantó la vista un momento para revisar que hacían los pokémon de su equipo. Inteleon y Coalossal parecían tener una competencia de tiro, en la que Coalossal parecía perder debido a su expresión, Glaceon se encontraba tomando una siesta acurrucada junto a Mimikyu e Indeedee estaba ayudándolo a preparar la cena para todos. El que preocupo a Víctor fue Duraludon pues este se encontraba en una esquina alejado de todos y había sido así desde que lo atrapó ya que Duraludon no respetaba a Víctor como su entrenador.
Victor dio un suspiro antes de regresar su mirada a la comida dándose cuenta que ya estaba lista así que comenzó a servirla en platos con ayuda de Indeedee, todo su equipo recibió su comida tranquilos a excepción de Duraludon que no la tomo hasta que Víctor se alejo de el, sin más que hacer el entrenador castaño solo se alejo para comer su propia cena.
—Veo que no has logrado que esa bestia te obedezca—. Víctor reconoció fácilmente esa voz así que se volteo ora encararla siendo respaldado por Indeedee que lo escucho al ser la más cercana a su entrenador en ese momento.
—¿Que quieres Rose?—. Preguntó Víctor con claro enojo en su voz.
—Por ahora solo vine a conversar, claro solo si estás de acuerdo—. Víctor miro a su alrededor, sus pokémon se habían percatado del invasor en su campamento y lo observaban de manera poco amigable, pensó que tenía la ventaja completamente así que le permitió a Rose quedarse para hablar.
—Entonces ¿Que haces aquí?—. Preguntó abruptamente el joven castaño.
—Dandote un ultimátum—. Ante la mirada expectante de Víctor decidió continuar.
—Sabes, nos considero a ambos como los líderes de nuestros respectivos equipos, asi que te contaré esto a ti para que luego se lo comunique al resto de tus "compañeros"—. Intencionalmente sonó burlesco en la última palabra.
El presidente saco una pokeball de su bolsillo y comenzó a jugar con ella. —El día del torneo de medallistas será cuando ejecute mi plan, si para ese tiempo no se han rendido entonces sufrirán las consecuencias—. Dijo liberando a un imponente Copperajah.
El Coalossal de Víctor estaba dispuesto a atacar pero se detuvo ante un seña de su entrenador. —¿Para que me dices esto?—. Preguntó con desconfianza.
—Te respeto como un entrenador y lamentaría tener que deshacerme de ti—. La sonrisa del presidente era la misma de siempre pero Víctor logro distinguir la malicia en ella.
—No, no lo harías—. El joven castaño pronunció estás palabras de la manera más desafiante posible.
—No, no lo haría—. La única razón por la que el silencio no era sepulcral fue por lo gruñidos enojados del equipo de Víctor.
—Bueno fue un gusto hablar contigo, ahora sí me lo permitido tengo otra cita a la que debo atender—. Menciono al tiempo que presionaba un botón en su smart-rotom haciendo que apareciera un helicóptero para llevárselo.
Víctor considero ir por el pero rápidamente se dio cuenta que estaba fuera de su alcance así que no le quedo más alternativa que sentarse a reflexionar sobre su reciente encuentro, poco sabía el que no sería el único al que le pasaría algo así.
Hop se encontraba de regreso en el área silvestre, había reincorporado a Wooloo a su equipo y estaba trabajando para ponerlo en forma de nuevo antes de desafiar a la líder Melony otra vez.
Por el momento estaba caminando en busca de un pokémon salvaje para enfrentar a Wooloo, vio un arbusto moviéndose así que le ordenó a su pokémon atacar. Aunque termino escuchando un grito humano que le mostró que se había equivocado.
—Lo lamento, te confundí con un pokemon—. Comenzó a decir nervioso y arrepentido.
—Supongo que también es mi culpa por elegir un arbusto para esconderme—. Hop conocía muy bien esa voz y sabia que ella no eran buenas noticias.
—¿G...Gloria?—. Preguntó haciendo que la chica detrás del arbusto se revelará mostrando a la entrenadora castaña.
—Hola Hop ¿Me extrañaste?—. Solo con esa frase Hop se dio cuenta que Víctor tenía razón y en efecto su amiga había cambiado.
—¿Que haces aquí?—. Dijo intentando no sonar nervioso.
—¿No puedo venir a visitar a un viejo amigo?—. Hop hubiera preferido que Gloria lo insultara como solía hacerlo a oír está rara versión tranquila de ella.
—Se que no estás aquí por eso—. La mirada de Gloria paso de tranquila a enojada en un parpadeo.
—Que molestia, me mandaron con la orden de convencerte a qué te unas a nosotros—. Dijo exasperado la castaña.
—Esa fue una idea bastante estúpida—. Hop comenzó a pensar que todo el asunto era una tontería.
—Yo dije lo mismo, pero si decías que no me permitieron usar la fuerza para convencerte—. Dijo liberando a Cinderace y ordenándole usar balón igneo.
Todo pareció pasar en cámara lenta para Hop, debido a la impresión no logro sacar a ninguno de sus pokémon y estaba a nada de recibir el ataque hasta que Wooloo lo detuvo usando su propio cuerpo como escudo.
—!Wooloo¡—. Grito Hop asustado llendo a auxiliar a su compañero mientras Gloria solo observaba la escena con fastidio.
—Da gracias que tú estúpida oveja se metió en el camino está vez, la próxima no tendrás tanta suerte—. Dijo la castaña retirándose del lugar.
Hop pensó en ir por ella pero se resigno a no hacerlo, era claro que no podría ver verla en este momento, por un momento recordó el sentimiento que tuvo cuando fue derrotado por Bede pero está vez no se sintió derrotado ahora estaba mucho más determinado a acabar con Rose aún si tenía que pasar sobre su amiga.
Lejos del área silvestre, más específicamente en las calles de Pueblo Auriga se encontraba una joven azabache que caminaba por estas calles oscuras con dirección a su hotel para una buena noche de sueño.
Marnie había logrado derrotar a Melony hace algunos minutos y tanto ella como los pokémon que había usado en la batalla estaban exhaustos y deseaban llegar al hotel para finalmente caer en su cama y descansar de un vez por todas.
O ese era su plan hasta que escucho el sonido de pisadas detrás de ella, al inicio creyó que no sería nada y quería continuar su camino pero debido a que estás no se detenían y parecían irse acercando más decidió que debería actuar.
Marnie era de Pueblo Crampon así que no era ajena del todo a estás situaciones y sabia cómo actuar. Decidió que guiaría a su posible asaltante a un callejón donde lo esperaría con una sorpresa llamada Tyranitar.
Dicho y hecho Marnie llego al primer callejón que encontró y espero ahí de espaldas "por efecto dramático" pensó ella. Al voltear espero encontrar a algún delincuente desaliñado aunque lo que terminó viendo fue a un mujer de negocios completamente regia.
—Esperaba a alguien más sinceramente—. Exclamó Marnie.
—No puedo culparte por eso, yo tampoco quería estar aqui—. Respondió Oleana con la misma expresión rígida de siempre.
—Entonces ¿A que debo este honor?—. Marnie no se sintió amenazada pero aún así decidió liberar a su Tyranitar por precaución.
—Principalmente a la obsesión del presidente Rose de volver esto un novela heroica—. Dijo confundiendo a Marnie.
—Y también al hecho que tú y tus amigos no dejan de ser una molestia para nuestros planes—. Aunque parecía una acusación la voz de Oleana nunca dejaba de ser monótona lo que incomodaba a la azabache.
—¿Que puedo decir? Me gusta figurar—. Respondió Marnie con una sonrisa pícara aunque no dejaba de sentirse incómoda.
—Y aún así dejaste que el peso de ser líder cayera sobre tu hermano—. Dijo tentando a Marnie.
—¿Que dijiste?—. Respondió lentamente pues Oleana había tocado un punto sensible.
—No te estoy culpando de nada, no querías ese peso y se lo diste a alguien más, aunque esté tuviera que renunciar a sus sueños—. Por primera vez Oleana mostró una emoción en su voz y era lástima, una lástima muy fingida.
—¡Tu no sabes nada de eso!—. El grito de Marnie fue acompañado del gruñido de Tyranitar que sintió la irá de su entrenadora.
—Se lo suficiente para hacerte enojar aoarentemente—. La única respuesta que obtuvo de Marnie esta vez fue un gruñido enojado.
—Viendo las evidencia no creo que debamos preocuparnos de ti, aún así no está mal hacer una prueba—. Dijo liberando una Frosslass.
—Te demostraré que no es así, Tyranitar usa truturar—. El pokémon tipo siniestro se lanzo al ataque pero la tipo hielo fue más rápido creando una neblina que la protegió a ella y su entrenadora.
Cuando la niebla se disipó Oleana ya había escapado dejando en aquel callejón a una iracunda Marnie.
Lejos de Marnie, más específicamente en Pueblo Plié se encontraba un joven entrenando para ejercer su futuro título como líder de gimnasio.
"¿Dónde podría estar ese Grimmsnarl?" Pensaba el joven vestido de rosa, pues recientemente habían sucedido varios disturbios causado por un pokémon que el ya conocía por lo que motivado por su maestra (y por la venganza) decidió explotar el bosque en busca del pokémon hada y siniestro.
Lamentablemente su búsqueda resultó infructuosa por decir lo menos, ya que además de no encontrar a Grimmsnarl termino por ensuciar su ropa cosa que le desagradaba bastante.
El joven entrenador ya se estaba cansando y pensaba en retirarse del lugar pero aún estaba decidido a ahuyentar aquel Grimmsnarl así que decidió dar un última vuelta antes de irse.
Bede caminaba por el bosque en completo silencio, aún tenía aún montón de cosas en la cabeza, especialmente después de que Hop le contara lo que habían discutido el y los demás.
A Bede le costaba mucho creer que Víctor y Hop podrían ser la reencarnación de los héroes que detuvieron la noche negra.
Aunque sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escucho como como se rompía una rama a su izquierda así que se volteo para revisar encontrándose con la última persona que quería ver en ese momento.
—Lo lamento, no quería interrumpir tus pensamientos—. Bede no pudo evitar el esbozar una sonrisa al ver a Rose pero está rápidamente desapareció mal recordar lo que Rose le había hecho.
—¿Que haces aquí?—. Preguntó Bede nervioso.
—Solo venía a felicitarte, no todos logran volverse líder de gimnasio de verdad me haces sentir orgulloso—. En otro tiempo Bede habría estado feliz por está palabras pero en este momento solo lograron revolver su estómago.
—Guardate tus idioteces—. Bede nunca creyó hablarle así algún día pero bueno, habían pasado muchas cosa en los últimos meses.
—Supongo que merezco este despreció—. Bede no espero está respuesta.
—Aunque está propuesta podría ayudarme a recuperar tu respeto—. Bede realmente dudaba eso.
—No lo creo—. Dojo simplemente.
—¿De verdad? Estoy bastante seguro que lo darías todo por volver a trabajar conmigo—. Rose se acercó a Bede logrando que esté retrocediera.
—¿Porque lo haría? No me trataste de la mejor manera—. Respondió despectivo.
—Lo harás porque sabes que estar junto a mi es donde quieres estar—. Bede no pudo responder nada pues esa afirmación no era del todo falsa.
—Bueno, si tomas un desición, contactame—. Rose le lanzo una versión de smart-rotom más antigua, está no tenía al pokémon dentro y solo servía para llamar así que Bede captó la idea rápido.
—Sin más, me retiro—. Hop se retiró caminando lentamente del lugar dejando a Bede dudando.
El pensaba que haría ¿Llamar?....¿No llamar?.
Lejos de cualquiera de nuestros héroes se encontraba la Torre Rose donde se estaban por reunir la mente maestra detrás de este plan junto a su mayor aliada.
El presidente al llegar a su oficina se dio cuenta rápidamente que tenía compañía.
—¿Oleana? No recuerdo tener ninguna cita en lo que queda de dia—. Menciono con su característica sonrisa.
—No es nada de eso señor, quería hacerle una pregunta—. Rose le hizo una seña para que continuará así que está lo hizo.
—¿Porque nos pidió encontrarnos con estos jóvenes? No era necesario desde una perspectiva practica—. Dijo la mujer sería.
—No es por algo practico—. Respondió de manera ambigua.
Tomo un respiro antes de seguir. —Cuando te enfrentas a alguien una de las batallas más importantes es la mental así que teniamos que debilitarlos en este aspecto, estos encuentros fueran para aflorar sus inseguridades, sus miedos, sus culpas y sus dilemas. Así acabaremos con ellos desde adentro—.
Oleana se quedo mirando a su jefe sorprendida, aunque para muchas personas el podría parecer un payaso, la realidad muy diferentos y esos niños se darían cuenta de eso de la peor manera.
Lamento mucho el atraso de una semana, tuve algunos problemas a nivel personal y me impidieron actualizar a tiempo, pero primero que la próxima actualización será en las dos semanas normales.
Cómo disculpa por mi retraso les seré un spoiler del próximo capítulo y es que tratara de nuestra pareja favorita.
Sin más se me cuidan y comen frutas y verduras.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top