Capítulo 6

Después de lo sucedido, quedé con la respiración agitada y sin saber que hacer.

Me pasé una mano por mi cabello pelirrojo y suspiré, frustrada. ¿Qué había sido todo eso?¿Quién era él?¿Qué era?

«¿Jugar?No lo creo. Yo me largo a la mierda»

Pero me detuve a pensar, lo había intentado todo, había buscado muchas direcciones, caminé por horas. Pasaron días y nada, entonces, ¿Seguiría buscando, si cada vez que lo intentaba, llegaba al inicio?

Era un laberinto sin salida.

«¿Me estarán extrañando?¿Me buscarán?¿Alguien habrá entrado aquí por mí?

Una esfera de color rojo, se acercó a mí. Alcé las cejas, dubitativa.

—El señor ha comenzado el juego, señorita Sean —su voz era dulce y algo rasposa.

—¿Qué juego? —me confundí. La esfera no respondió.

«¿En serio estoy hablando con una esfera de luz parlante?¡Oh, sí! Ya lo he hecho antes, no sé qué me extraña de todo esto. Hasta hablé con un cadáver» pensé.

—Usted debe seguir las indicaciones que encontrará en esta hoja de papel —apareció de repente una hoja sobre ella—. Y obedecer en todo momento.

—¿Es en serio? —bufé—. No voy a seguir a nadie.

—Maldyra Sean, no haga que le corten la cabeza —me susurró como suplicando. Asentí levemente sin entender muy bien.

Agarré con delicadeza la hoja de papel y la plegué, comencé a leer su contenido. Trataba de que debía pasar la prueba uno, exterminar a un espíritu maligno al parecer.

«¿Y cómo hago eso?¿Me construyo una varita mágica y le digo "Vete de aquí" o qué?»

No me dió tiempo a pensar algo más, puesto que comencé a escuchar gritos como si fueran de un animal salvaje. O tal vez un águila, no supe distinguir bien.

Giré la cabeza hacia todos lados, alerta. La esfera de luz roja se alejó.

—¡Espera! —intenté llamarla—. ¿Cómo hago lo que me pide?

—No lo sé, tú debes saber —respondió a la lejanía. Los gritos aumentaron y se acercaban cada vez más—. ¡Por favor, intenta resolverlo, no quiero que mueran inocentes!

Qué considerada que era esa luz roja.

El papel en mi mano se desintegró de la nada, quedando sólo cenizas de él. Tragué saliva y giré a ver detrás de mí, visualicé una bruma oscura y maloliente.

Gritaba y murmuraba palabras en un idioma desconocido, el mismo idioma con el que me habló la esfera de luz llamada "Rasti".

Zedni, afor te, ¡Afor te ced qui! —me gritó, tomando una forma humana.

Ví un chico de unos veinte años al parecer, con un cabello castaño y una piel bronceada. A simple vista no parecía nada malo.

—Mira... Yo no quiero estar aquí, puedes ayudarme... —expliqué, retrocediendo unos pasos—. No quiero hacer esto... De hecho no sé cómo hacerlo, ¿Okay?

Su expresión se suavizó al escuchar aquello, como si me entendiera.

¿Maldyra Sean?¿Ar su? —ladeó un poco la cabeza, confundido aparentemente.

—Eh... ¿Te refieres sí soy yo? —cuestioné y él pareció asentir—. Sí, soy yo.

Él abrió sus ojos sorprendido y se acercó a mí velozmente. Agarró mi muñeca y me acercó a su rostro.

—Vete de aquí, niña, por favor. Tú no debes estar aquí... No ahora... —le escuché susurrar con una pizca de malicia en su tonada.

Me solté de él y lo lancé al suelo, tomé una roca filosa que se encontraba cerca y me preparé para estrellarla contra su cuerpo.

—Lo siento... Perdón... Pero si hago esto, él me dejará ir, no me hará nada. ¿Sí? —susurré y cerré los ojos, iba a clavarle la roca, pero me arrepentí.

Sin embargo, mi brazo se movió sin mi consentimiento. Abrí los ojos, asombrada.

La roca no era una roca, se había convertido en una daga que emitía una luminiscencia azulada. Y abajo de mí, ya no había nada, sólo una bruma blanca que luego desapareció.

Solté la daga con rapidez y con temor, me alejé y chillé. ¿Qué había hecho?Esa no había sido yo, estaba segura de eso.

—Pero que buen espectáculo —comentó alguien a mis espaldas, aplaudiendo. Reconocí aquella voz y giré, estaba él.

—¿Qué hiciste conmigo? —me paré y me acerqué a él, pero choqué con algo invisible que me impidió seguir mi camino—. Tú... ¿Manipulaste mis movimientos?¿Me hiciste hacer algo, no es así?

—Algo así —respondió a secas—. No ibas a hacerlo nunca, te falta coraje, Maldyra.

—Ahora déjame salir de aquí —ordené firme y él se echó a reír a carcajadas.

—¿Creíste que te dejaría ir tan fácil?¿Acaso Lav no te dijo que el juego comenzó?No significa que haya terminado. Tic, toc, el tiempo corre y yo que tú, buscaría la manera de salir de la celda invisible dónde estás —me sonrió con suficiencia y miré a mi alrededor.

Se habían comenzado a dibujar paredes, al parecer, de cristal. Calculaba que eran unos dos metros de espacio solamente y el aire comenzaba a faltarme.

Golpeé los cristales con violencia, intenté romperlos, mas luego me di cuenta que no eran simples vidrios. Eran como paredes de hormigón disfrazadas de cristal.

Busqué rayaduras, algo que me ayudara. Pronto comencé a toser y ahogarme.

Era extraño, si te privan de oxígeno, te duermes, pero por alguna razón empecé a toser y ahogarme. Supuse, en ese entonces, que fue por la privación de oxígeno tan repentina.

Mis ojos me pesaban y me era difícil mantenerlos abiertos, los quería cerrar y dormir. Quizá para nunca despertar.

La visión se me volvía borrosa, intentaba tomar aire, pero era inútil. Me ahogaba...

-Rochitus

¡Holi! Ha pasado mucho tiempo desde que actualicé, así que, ¿Alguien aún me lee?¿Cómo están?

Intentaré actualizar más seguido esta historia, pero no prometo nada.

¿Opiniones del capítulo? uwu

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