Recuerdo que jugábamos verdad o reto.

Y yo estaba en el medio de esa ronda de adolescentes, veintiañeros y algunos niños.

No recuerdo quien, pero se le concedió el turno de preguntarme "¿Verdad o reto?".

Y así lo hizo.

—¿Verdad o Reto?.

—Reto —respondí sin nervios.

—Bien, Maldyra, te retamos a adentrarte en el Bosque Abejorro.

Tragué saliva, unos pequeños leves nervios me invadieron, lo ignoré y me paré asintiendo.

—De acuerdo.

Comenzamos a caminar hacia allí, mis nervios se disiparon al estar frente a la entrada del bosque. Parecía un laberinto.

Dirigí una mirada a ellos y luego me adentré, sin provisiones, ni luz, agua, comida. Nada. Sólo mis ganas de volver por donde fui.

A medida que caminaba, notaba tumbas abiertas y algún que otro cadáver en descomposición. El olor a podredumbre era terrible.

Una luz media azulada se acercó a mí, de ella salió un murmullo que no llegué a distinguir.

"Sadoux veriene vovere Maldyra Sean."

Lo interpreté como "Bienvenida Maldyra Sean."

Quizá no estaba del todo mal, pero eso no parecía un idioma conocido.

Al instante, luces de distintos tonos se me acercaron con murmullos, yo no entendía nada.

«Sólo quiero salir» llegue a pensar.

—¡Basta! —se escuchó una voz varonil y al instante, las luces se callaron, apagándose de a poco menos una.

La esfera del principio.

Seguía murmurando sin que yo supiese descifrar su idioma.

Y eso, me desesperaba bastante. ¿Y qué si me estaba insultando?

Caminé, mis pies aplastaban las hojas secas que sonaban como el crujido de un hueso, la luz era escasa y apenas podía distinguir algo.

—¡Marchense que la asustan! —llegué a escuchar, casi detrás mío.

Me volteé, con los ojos como platos.

Un chico alto, de ojos color avellana, cabello ondulado rubio y algunas pecas, me observaba. Su piel parecía tan traslúcida.

«¿Es real?» pensé. Literalmente parecía un fantasma.

Aquella esfera de luz que se había quedado conmigo, murmuró algo como "Sejere ta vide Maldyra, sejere ta"

—Hola... Me preguntaba sí... —el chico me interrumpió.

—No deberías estar aquí, pero como nunca rechazo a mis invitados... —una sonrisa maliciosa surcó su rostro.

Me quedé helada, su voz era muy varonil. La esfera de luz se acercó a él, simplemente no pude decir nada.

La esfera de luz se fusionó con él.

¿Qué está pasando?

¿Qué es él realmente?

—No soy ni humano ni fantasma —me sacó de mi ensimismamiento, sonriendo cínico.

—¿Entonces qué eres? —me acerqué a él, sonriendo con valentía.

—¡No te quiero cerca de mí! —espetó—. Tú no debes estar tan cerca de mí.

Su voz sonó como una caricia en mis oídos, amplié más mi sonrisa. Mis ojos azules volvieron a tener esa inocencia que los caracterizaba.

Me estaba dando una orden.

¿Quién se cree qué es?

Mercink~

Y sí, chicos, volvió esta historia que seguro algunos esperaban.

Tardaré un poco en actualizar.