Se llevaban al guarda en una camilla para trasladarlo a la sala forense para hacerle la autopsia. Los reclusos, miraban como la Policía seguía detrás de los médicos el pasillo y hablaban con el jefe de prisión. Muchos de los presos vitoreaban por la muerte de ése guarda, otros solo miraban... en una de las celdas, otros dos, sonreían. Por delante de esa celda, pasaron dos de los policías que habían ido a la cárcel, miraron a los dos hombres y en el acto lo supieron. Habían sido uno de los dos, o los dos directamente.
Se miraron a los ojos durante esos escasos segundos y siguieron de largo ante la mirada de los dos reclusos. Cuando ya salieron por la puerta, todos los prisioneros empezaron a gritar y festejar, mientras que, los dos hombres que sonreían, se miraron con complicidad. Uno de ellos, se tumbó en su cama, la parte de arriba de la litera...

- te has lucido amigo - le dijo al otro mientras se posicionaba bien la almohada.

- necesitaba desahogarme - se acomodó los brazos entre los barrotes y miró a las demás celdas que estaban de fiesta

- los policías han sabido al acto que hemos sido uno de los dos

- sí. Creo qué trabajan para Rogers, me suenan sus caras - Vittorio se fue hacia su cama, que era la que estaba abajo y se tumbó. Suspiró...- no sabes lo a gusto que me e quedado - sacó de su bolsillo el cuchillo con el cual había apuñalado al guarda y jugueteó con el.

- sabes...me hubiese gustado participar, para sacar estrés - jugaba el con una pequeña pelota

- tienes aquí a muchos más para eso

- lo sé, pero me contengo

- porqué?

-le hice una promesa a mi mujer y a mi hija. Nada de asesinar a nadie

- por eso no estoy casado ni tengo hijos

- pero tienes a Daniela

- supongo - hizo pausa - qué intentas? - ambos dejaron de juguetear con sus 'juguetes'

- nada - sonrió con picardía

- siempre la estas nombrando...- volvió a darle vueltas al cuchillo

- me cae bien y me divierte tu cara cada vez que la nombro

- tampoco es para tanto

- estás enamorado

Vittorio estalló en carcajadas - eso se come? - preguntaba entre risas

- depende de como quieras verlo - respondió con la misma diversión

- eres gracioso - dijo mientras iba recuperando la compostura

- un consejo, puedo?

- si claro

- sea lo que sea, lo que sientes por ella, Díselo

- ya lo sabe. Le tengo aprecio y hasta cariño, ya se lo dije

Nòvikov soltó aire despacio - aún así, no te cayes nada, nunca sabes cuál será tu último momento con ella. Y creo que ya habéis pasado por unos cuantos disgustos

- sí, eso sí. Pero ella ya lo sabe, no tengo nada más que decirle

- entonces perfecto

- una pregunta

- por supuesto

- te casaste por hacerlo o...?

El ruso sonrió y miró al techo - era pleno invierno, navidades más concretamente. Yo y mis hombres estábamos en las calles, habíamos quedado con un socio y acabábamos de salir del bar después de la cita. Decidimos dar un paseo. Todo estaba nevado y la gente estaba en las paraditas de la calle cogiendo árboles de navidad y accesorios. Decidí comprar un árbol también. - cogió aire y prosiguió - mientras miraba los árboles y mis hombres se decidían por uno...allí estaba - sonrió - sólo podía ver sus ojos azules y ése pelo largo y rubio que le llegaba hasta la cintura. Me miró y sonrió. No lo pude evitar y me acerqué a ella. Hablamos de los árboles y le ayudé a escoger uno, le propuse de ir a cenar y aceptó. En la cena, cada vez que hablaba, cada vez que movía su pelo y dejaba su aroma en el proceso, me echizaba, hasta que la dejé en su casa y le robé un beso...me enamoré

- pero eso no es enamorarse...eso es que te la puso dura

El ruso se echó a reír a mas no poder - eso también

- cómo se puede distinguir el amor de la lujuria? Cómo se sabe si realmente estás o no enamorado de alguien?

Misha se lo pensó - bueno, yo me di cuenta por sus ojos - al ver que Vittorio no decía nada, prosiguió - quiero decir, la forma en la que me miraba, me di cuenta que quería que me mirase así siempre. Quería que me amara

- para sufrir?

- supongo que te han echo mucho daño eh?

- nunca me e enamorado

- no lo dirás en serio?

- totalmente

- pues...- se quedó pensativo - ahora entiendo... - de un salto, bajó de la litera y se acuclilló delante de la cama de él - es lo que siente Daniela por ti, eso es amar

- sigo sin entenderlo

- es cuando te falta el aire después de correr mucho, o cuando pasas mucho tiempo bajo el agua...tienes un nudo en el estómago todo el tiempo y no se apaga hasta que recibes aunque solo sea un pequeño beso de esa persona. Y aún así, sientes otra clase de nudo, sólo que éste acaba por gustarte. - cogía aire - es como cuando sales de la celda, sabes? Como cuando sales al patio y notas el aire en tu cara, esa libertad y a la vez esa prisión, sólo qué en el amor, no quieres escapar como en la cárcel

- no sé si me gustaría esa sensación

Nòvikov se pensó en como ponerle otro ejemplo para que entendiera que no era malo sentir todo eso, se le ocurrió... y sonrió - es sentirte en casa. Tumbarte a su lado y...sentirte en casa.

Vittorio lo miró durante unos segundos largos y separó un poco sus labios mientras le escuchaba, eso que acababa de decir,ya le gustaba más - eso si me gusta

- pues es eso

- vale, gracias por la aclaración

- no hay de qué - le dio una palmada en la pierna y volvió a su cama

- entonces ahora entiendo porque yo no siento eso

- porqué? - preguntó curioso

- por que nunca me e sentido en casa ni siquiera con mi familia

El ruso no contestó, se quedó pensando en esas palabras, empezaba a entender porque era incluso más frío que el mismo, mucho más que el propio hielo... nunca había recibido amor de nadie...era ahora que lo recibía por parte de Daniela, era normal que no supiese entregarle o demostrarle nada...no sabe lo que es porque nunca lo a tenido - entonces amigo...tendrás que buscar un lugar en donde puedas llamarle tu hogar

DeLuca hizo una mueca con su boca y quedaron en silencio, no hablaron más del tema.

~~~~

Stone junto a Bartoli, habían empezado a buscar información sobre Rogers. Querían saber si él estaba metido en todo eso.
Preguntaban a gente que lo conocían e incluso a los que eran chivatos, pero nadie sabía nada, o por lo menos no decían nada

- no sé Marcus. No parece que nadie vaya a hablar si saben algo - le decía el italiano mientras se llevaba el café a la boca

Stone miró a su alrededor. Estaban en una de las cafeterías que estaban cerca de WHITECHAPEL. Eran solo tres que estaban alrededor del barrio, ya que a parte de esos tres dueños, nadie más se atrevía a poner allí sus negocios por la zona en la que estaba. Lo que no sabían era que era la mejor. Siempre había clientes... - no, nadie dirá nada - respondió sin dejar de mirar a una de las camareras. La había reconocido, era la amiga de una chica fallecida de un caso suyo hacía unos años. Eran ambas prostitutas y ahora, esa chica por lo visto, había dejado ése trabajo. Ambas eran de la pura calle y sabían todo. Vió como se acercaba a ellos ...

- detective?

- Hola Alice

- madre mía! Señor Stone ! - lo hizo levantarse y se dieron un abrazo - me alegro de verle

- y yo me alegro de verte a ti Alice. Veo que te está yendo muy bien

- si señor, le hice caso y aquí estoy...además...- se acercó más a él - e vuelto a estudiar señor

- a si?

- sí - dijo orgullosa

- y puedo saber el qué?

- estoy estudiando enfermería

- vaya! Enhorabuena, me alegro mucho Alice - miró a Bartoli - mis modales...Alice, te presento a un amigo, Luttio Bartoli

- un placer señorita

- el placer es mío

Stone dudó, pero al final tuvo que preguntarle - oye Alice...

- dígame

- sigues teniendo contactos?

-no muchos, porqué?

- bueno...un amigo está en la cárcel y creemos que el inspector Rogers está haciendo lo imposible para que no salga de allí y me gustaría saber el por que

- DeLuca? Hablamos de deLuca?

- sí

La chica se puso algo nerviosa, pero se sentó con ellos y susurró - creo qué si hay alguien detrás. Hace ya unos meses que vi a Rogers aquí con un hombre que no había visto por aquí

- cómo era?

- eso no lo recuerdo señor Stone. Sólo vi su gabardina, era de un color crema y llevaba un pañuelo azul, me llamó la atención eso pero no pude fijarme en su rrostro lo siento

- no te disculpes Alice

- sabes de qué hablaban? - preguntó Bartoli ahora

- pues no sabría decirle, cada vez que me acercaba a preguntarles si querían más café o si querían algo más, dejaban de hablar. Sólo alcancé a escuchar que Rogers decía textualmente...' no podré retenerlo mucho tiempo allí dentro, en algún momento saldrá, ya están investigando el caso de nuevo' ... sólo eso

- entonces si que está metido - añadió el italiano

- eso parece - miró a la joven - gracias Alice. No te molestamos más, ves al trabajo

- usted nunca molestaría señor Stone - le dio un abrazo rápido - pero sí. Tengo qué volver a la cocina a ayudar al cocinero. Me alegro de haberle visto

- a mi también Alice. Y otra cosa...

- dígame

- ten cuidado vale?

- si señor - le dio un beso en la mejilla y miró al italiano - a sido un placer señor Bartoli

- el mío - cuando se alejó lo bastante, Bartoli habló - quieres que le ponga a la chica a un escolta?

- si te sobran hombres...te lo agradecería. No me gustaría que por hablar con nosotros...ella...

- lo sé. No te preocupes, hoy no vuelve sola a casa

- bien - quedaron pensativos y en silencio unos minutos mientras de tomaban el café. Luego, decidieron irse y dar un paseo por WHITECHAPEL - es curioso que me sienta bien en estos barrios

- debes tener sangre mafiosa

- puede que fuese un gángster en otra vida

- seguramente - hizo pausa - pañuelo azul...

- qué?

- la chica...dijo que el hombre que hablaba con Rogers, llevaba un pañuelo azul

- si, y?

- los pañuelos sólo los usamos los italianos - lo miró

Stone soltó aire despacio..._ lo qué nos faltaba..._ pensó.

...

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