YunoxAsta 2
Cuando Yuno salió para encaminarse, comenzó a pensar como se sentiría su pequeño rabo de lagartija con aquello. No sabía muy bien como dárselo y decirle lo que deseaba pero necesitaba hacerlo, ya que desgraciadamente sus sentimientos por él cada vez eran mayores, y más difíciles de ocultar. No era solo el echo de que no quisiera separarse de este, sino muy a su pesar las inseguridades que en principio se presentaban como pequeñas dudas, y ahora se volvía ansiedad por perder lo más querido.
No se sentía tranquilo cuando no lo veía (que últimamente era la mayoría del tiempo), sus sueños cada vez se convertían en pesadillas las cuales iban a peor, y en una ocasión ya había sufrido una crisis de ansiedad que casi lo deja inconsciente de no ser porque Zora lo encontró y le soltó unas palabras que lo hicieron decidirse. El enano como este lo llamaba era un cabeza de chorlito, y nunca se enteraría si no se lo dijera.
A pesar de lo raro que fuera el amigo de Asta, siempre era muy sincero y la verdad incluso Yuno no pudo refutar esto. Estaba totalmente en lo correcto.
En cuanto volvió al orfanato donde se estaban haciendo todos los preparativos para la celebración que tendría lugar al día siguiente, guardó la caja grande en un lugar fresco, y la pequeña la llevaba consigo preguntándose como entregàrsela sin que resultara tan extraño, y a su vez hablar con èl para explicarle todo aquello que le estaba pasando.
Daba igual como lo pensara, las distintas situaciones que imaginara, solo se dirigió hacia la sala en la que el pequeño se encontraba decorando para variar tranquilamente. A diferencia de otras veces este se encontraba calmado, así que Yuno se decidió a acercarse, sin embargo cuando iba a hacerlo...
- Te amo, eres demasiado importante en mi vida. - ¿ qué estaba pasando?, si él no estaba cerca suya y no lo había visto. Enseguida se percató de que alguien más se acercaba y ponía la mano sobre su hombro con una expresión sumamente tierna. El impacto fue tal, que el moreno tan solo se marchó del lugar y se dirigió a su cuarto. Allí dejó la caja sobre la mesilla, y se recostó en la cama. Estaba en shock, no se podía creer lo que acababa de pasar. La persona a la que amaba declaró su amor a alguien más, había perdido su oportunidad. En ese momento las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Ya no lo aguantaba más.
Tiempo después cayó dormido.
En algún momento, notó una mano posada sobre su mejilla y despertó. Pensó por un momento que era Asta, que todo era un malentendido, pero no fue así. Era la hermana Lili que venía a ver como se encontraba. Al parecer Asta si pasó por su habitación a buscar unas cosas, lo cual no era raro ya que la compartían, y se lo encontró dormido algo sonrojado a causa de la fiebre.
- ¿Cómo te sientes?, ¿te duele algún lugar?, ¿quieres algo de comer o beber?. el médico ya te ha revisado y al parecer solo es algo de cansancio. - Seguía explicando la hermana Lili mientras este intentaba incorporarse para tomar algo de agua.
- Me siento cansado y con el cuerpo pesado. -
- Es normal, aunque sea un pequeño catarro lo que tienes, tu cuerpo se resiente, eso hasta que te recuperes. -
- Si.- Se sentía totalmente mal, y aun peor cuando recordó lo ocurrido. Sus lágrimas volvieron a salir. Normalmente no soy así, es lo que pensaba, pero en este caso era normal. No podía controlarlo ya que estaba enfermo.
- Yuno, que ocurre, ¿tan mal te sientes? - Su voz se notaba preocupada. No sabía lo que el otro tenía y no quería que se pusiera peor. - Llamaré al doctor, espérame un momento. -
- No, - se aferraba a esta, no es que se encontrara peor de salud, era otra cosa totalmente distinta. - no será necesario... - secó sus lágrimas y continuó, - es solo que escuché algo que no quería escuchar... - hizo una breve pausa, no quería continuar, pero apretó los dientes y continuó. Necesitaba la ayuda de alguien para superar esto. - Asta se enamoró de alguien, y ese alguien no, no soy yo. - terminaba de decir mientras apretaba un poco sus puños. La joven estaba un poco sorprendida, nunca imaginó ver al moreno así y mucho menos llorando por Asta. Ella pensaba que ambos se correspondían, que realmente se querían. No era un secreto que ambos jóvenes eran muy cercanos y que surgieron sentimientos que ninguno confesó aun, pero nunca imaginó que Asta se hubiera enamorado de otra persona.
Yuno tan solo comenzó a llorar más fuerte y se abrazó a la chica, esta no pudo hacer otra cosa que abrazarlo de vuelta. Necesitaba consolarlo, no le gustaba ver aquella escena y no poder hacer nada. De un momento esta giró su cabeza, pues se percató de que no estaban solos, un ruborizado joven estaba parado justo delante de la puerta. Tenía sus mejillas sonrojadas, su mano se localizaba en su boca tapando la misma, y de sus ojos que estaban totalmente abiertos, comenzaron a emanar algunas pequeñas lágrimas.
- Yuno, ya para de llorar, creo que deberías hablar con él.- ya había comprendido más o menos lo que había pasado o eso esperaba, así que soltó al chico que se extrañó y la miró con rostro triste y desesperado, como cuando una mamá se marcha dejando a su pequeño en la guardería.
- Yuno, tú - el joven enfermo al escuchar la voz miró de inmediato al otro joven, que se acercó y se abalanzó hacia él abrazándolo.
- As...ta. - no dijo nada más tan solo lo abrazó. La hermana Lili, al ver aquella escena, tan solo salió de allí dejando la puerta cerrada. Sabía que ellos debían hablarlo, aunque no estaba segura de si serían capaces de hacerlo en ese momento debido a la salud del moreno.
- Yuno, ¿ por qué has dicho eso?, yo no me he enamorado de alguien más, eres tú a quien amo. Yuno, di algo, por favor... - tal y como la joven había imaginado, este no aguantó y se quedó dormido. Asta se separó un poco y lo observó su cara que hace unos momentos se podía ver llorando desconsolada, ahora se mostraba con una expresión mucho más tranquila. El pequeño se sorprendió, y terminó sonriendo a la vez que reía gentilmente. Sería mejor dejarlo dormir. Tan solo lo acostó y el se tumbó a su lado abrazándolo, y no tardó en quedarse dormido por igual.
Con el tiempo la fiebre bajó y el joven despertó. Mediante abría los ojos notaba la cálida luz del día. y una sensación familiar entre sus brazos. Terminó de abrir sus ojos y pudo observar a un pequeño de hermosos ojos verdes que despertaba y sonreía como siempre lo hacía. Yuno al verlo comenzó a dejar caer un par de lágrimas, pensaba que no era más que un cruel sueño. Asta aunque fuera muy burro se percató de esto y procedió a besarlo.
Al notar los labios del otro, el moreno se separó y comenzó a reclamarle por lo que había escuchado, el otro no pudo hacer otra cosa que comenzar a reírse entendiendo por fin que es lo que había pasado. Por fin podía tranquilizarse y expresarle lo que sentía y decirle el por qué de esas palabras. Resulta que estaba practicando como declararse, y eso fue lo que él escuchó. No había más. Nunca hubo nadie más.
Fin...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top