Capítulo Treinta y Ocho



Capítulo treinta y ocho.

Los seres humanos constantemente estamos planteándonos preguntas existenciales durante toda nuestra vida. Estoy segura de que si realizaran una encuesta, esta arrojaría que al menos dos veces en un día nos hacemos preguntas de las cuales queremos alguna grandiosa y mágica respuesta.

Mi pregunta del día es sencilla:

¿Siempre estaré entumecida?

Apuesto que si yo fuera una chica reacia a las relaciones me enamoraría épicamente, pero en cambio, me asusta la falta de sentimiento. Puede gustarme un chico, puedo interactuar con ellos, pero no desarrollo lazos afectivos con ellos. Me distancio sin siquiera darme cuenta.

Admito que Gordon es el único después de Anthony con el que salgo y que me gusta. Ahora, mientras me besa de una manera bastante agradable, hay chispas. Pero no hay fuego consumiéndome. No hay esa necesidad de querer beber de él, de permanecer unida a sus labios.

Solo esta una sensación reconfortante de no estar sola, un agradable cosquilleo de expectativa.

Solo eso.

Trato de convencerme de que quizás más adelante todo será más intenso y perderé la cabeza por él. Sí, está mal mentirme, pero me gusta cuando solo soy una chica normal teniendo un beso de despedida en el auto del chico con el que sale.

Me gusta cuando simplemente pongo tanto empeño en un beso, que casi puedo olvidar el pasado. Casi.



25 de agosto, 2014.

—Estás de un humor muy bueno— señala Katherine antes de extenderme una hoja— ¿Qué piensas al ver esa imagen?

—Suspenso e intriga.

—Entonces me ha quedado bien la portada— se recuesta de mi escritorio—. Así que... ¿Es verdad lo que la prensa está diciendo?

— ¿Qué es lo que dicen?

—Que hubo reconciliación en el mundo Grethan. Y debo darles el crédito porque esas fotos que tienen de ustedes comiendo y paseando a Bucker son muy lindas. Mi corazón de shipper da saltos de alegría y como amiga estoy feliz por ti.

—Él me ama, bueno, me lo dijo y ha sido la cosa más bonita por escuchar. Hizo que mi corazón se sintiera como si fuera a explotar.

—Conozco la sensación—me sonríe. Luego permanecemos en silencio antes de que ella tome un profundo respiro— ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Sí.

— ¿Qué paso hay que seguir cuando tu novio comienza a actuar muy raro? Ashton me tiene paranoica, anda nervioso y escurridizo. Esta enloqueciéndome.

—Estoy sorprendida, pensé que en el mundo Kashton no existían los problemas.

—No seas tonta, todas las parejas a veces tienen problemas. Y a veces las cosas pueden parecer bien pero ser un desastre. Fíjate en mi hermano y Brid.

— ¿Ustedes también?

—Bueno, realmente no. A veces discutimos por tonterías pero a los minutos estamos riéndonos. Por eso no entiendo, no ha sucedido nada malo y él anda con cautela y a veces lo atrapo viéndome de forma extraña.

» ¿Crees que quiera terminarme y no sepa cómo decírmelo? No creo que me esté engañando, es Ashton y él no haría eso.

No digo nada para no parecer mala, pero lo mismo pensé de Marly y ahora tiene un bebé incluido a la ecuación del engaño. Claro, eso no quiere decir que sea el caso de Ashton.

—No creo que quiera dejarte, digo, seguro es la cosa más incómoda por hacer, pero en todo caso terminaría contigo por muy doloroso que fuera ¿Cuáles son las otras opciones? Quizá solo está muy estresado.

—Está planeando una gira por algunos países de América, eso lo ha tenido un poco agitado.

—Bueno, cabe la posibilidad de que solo necesite relajarse.

—El sexo no relaja, el sexo agita.

— ¡Katherine! —Me río—Yo no hablaba necesariamente de sexo.

—Uhm, ya, claro.

— Y el sexo si relaja, te quita lo tenso y relaja los músculos además de dejar al cuerpo saciado.

Ahora es ella quien se ríe, la observo con curiosidad.

—Es solo que Joe dijo que lucías tensa, entonces ya veo que estás teniendo relajación.

— ¡Oh, cállate! Cállate y vete de mi oficina.

—Mucha tensión, ve y relájate.

— ¡Katherine!

Se va riendo, yo también río antes de cubrir con mis manos mi rostro. Lo cierto es que mi cuerpo está muy ansioso de la cercanía del de Ethan. Alzo mi rostro hacia el techo enfocando mi vista en las luces que vuelven un poco lloroso a mis ojos.

—Cualquier ente que este escuchando esta suplica, no permita que Ethan se haya convertido en un mojigato y devuélvanme a mi adicto sexual, por favor.

Riendo de mi petición a la nada retomo la lectura del borrador. Me da pena que el destino de este manuscrito, sobre si será publicado o no, se encuentre en mis manos porque no le veo potencial y no creo que le dé el "sí" para que pase a la imprenta.

Estoy tan distraída leyendo por obligación el borrador, que me sobresalto cuando Kaethennis entra a las carreras poniéndose su abrigo a mi oficina.

—Ha ocurrido una emergencia, Harry me necesita— habla con rapidez antes de comenzar a escribir en su celular—. Hannah ha sido ingresada de emergencia a la clínica...— lleva el celular contra su oreja— ¡Brid! Cariño ¿Puedes pasar por Halle? Ya Keith se hará cargo de ir por Dan... luego te cuento bien, pero Hannah ha sido ingresada de emergencia a la clínica... no lo sé, no entendí mucho lo que Harry decía, estaba histérico. Sí, sí, te mantengo al tanto.

La veo boquiabierta mientras finaliza la llamada y continua enviando mensajes, finalmente guarda el celular y luce tan preocupada.

—Katherine se ha ido a la universidad ¿Puedes encargarte de cerrar todo? De verdad esta es una gran emergencia familiar. Necesito estar con Harry, con mi familia.

—Claro, no hay problema, por favor mantenme al tanto de lo que sucede.

Asiente de manera distraída mientras se va rápidamente. Oh, cielos. Que Hannah se encuentre bien, esa gran mujer merece estar bien. Es incontable la cantidad de corazones que estarían rotos si a Hannah le sucediera algo.

Que todo solo se quede en un susto, por favor.

***

— ¿Cómo está todo?

Es lo primero que pregunto cuando abro la puerta de mi apartamento. Ethan lleva uno de sus dedos hacia sus labios pidiendo silencio. Me detengo enternecida y sorprendida notando que lleva a Jeff dormido. La mano del pequeño rubio se aferra a la camisa de Ethan mientras su rostro permanece escondido contra su cuello.

Ver a Ethan cargarlo es impactante y... enamora más. Se ve hermoso llevando a un bebé.

Seguro, luce un poco incómodo, pero lo sostiene con la seguridad de un hombre que no desea que el niño se haga daño.

— ¿Dónde puedo acostarlo?

—En mi habitación.

Me sigue en silencio, casi río porque se mueve muy lento, como si cualquier movimiento podría despertar a Jeff, quien está tan dormido que dudo que algo pueda despertarlo.

Cuando llegamos a mi habitación lo observo acostarlo con sumo cuidado, luego retira los pequeños zapatos de Jeff y con cuidado retira el abrigo que cubre su pijama de nubes de colores, en ningún momento Jeff se despierta, solo se queja mientras se acurruca más contra las sabanas. Ethan lo cubre con mi manta hasta la cintura y cuando parece complacido con el resultado, toma un profundo respiro.

Para ser alguien que no quería una familia, sabe mucho y es un experto en atender necesidades de bebés. Y se ve tan maravilloso con un bebé que casi podría suspirar.

—Doug dijo que no siempre se levanta a media noche por hambre, pero debo ir al auto por su mochila para tener su biberón a mano.

—Claro.

Se acerca y me da un beso rápido en los labios.

—Ahora vuelvo, iré por ello.

Me acerco y enciendo la lámpara en mi mesita de noche para que al apagar la luz Jeff no se asuste al despertar en la oscuridad. Dejo la puerta abierta y camino hasta la cocina para preparar un café o algo en caso de que Ethan tenga hambre.

Al observar la hora en el microondas noto que faltan apenas diez minutos para la medianoche. Vuelvo a recoger mi cabello en una coleta alta. Escucho la puerta cerrarse y menos de 30 segundos después, Ethan entra dejando la mochila de Jeff sobre el mesón.

—Lamento haberte avisado tan tarde que venía, pero tenía pensado quedarme en la clínica, solo que Jeff se estaba inquietando y como Doug necesita estar junto a Hilary me ofrecí a hacerme cargo.

— ¿Qué tal te va con esa responsabilidad?

—Ha sido angustioso, pero se ha quedado dormido en el camino. Creo que tengo todo bajo control y en este momento me importa más ayudar que mi miedo.

— ¿Cenaste?

—No, estaba ocupado vigilando a Dexter. No es muy bueno bajo situaciones de estrés o descontrol.

—Te haré un sándwich.

—O puedes ofrecerte de cena.

Río y procedo a elaborar un simple sándwich de jamón, queso y tomate. Tiene que estar lo suficiente hambriento para no quejarse de que es simple y sin mucho gusto. Le sirvo un poco de jugo y cuando acaba suspira pareciendo saciado.

— ¿Maté tu hambre?

—Lo hiciste. Ven aquí... por favor.

Me acerco, me deja ubicarme entre sus piernas, presiona su mejilla sobre mi pecho izquierdo y cuando nota que no traigo sujetador acaricia su rostro una y otra vez contra la zona. Río.

—Estoy preocupado por Hannah. Hilary fue a visitarla con Jeff y la encontró inconsciente, pálida y con los labios morados. Tenía manchas en el pecho y hasta ahora no ha despertado.

»No hay manera de convencer a Dexter de que todo va bien, se está enloqueciendo. Harry ha logrado controlarlo un poco porque estaba siendo una persona no grata con los trabajadores.

—No ha de ser fácil, es su mamá, la mujer que más admira.

—Hannah es un cielo, un amor de persona. Nos recibió a todos como sus nuevos hijos, estoy luchando contra mi lado pesimista para creer que todo estará bien.

—Ya verás que sí.

—Hilary está lo suficiente asustada y triste para no notar que le encargó su hijo al más inexperto.

—Creo que de hecho eres el más experto, quizás no tienes la práctica completa, pero sin duda tienes muchos conocimientos.

—Uhmm...

Es todo lo que dice pasando su nariz por mi pezón que se yergue, alza la vista y me observa mientras continúa con la caricia. Me sonríe.

—Creo que te gustan mis caricias.

—No voy a desmentir eso.

Siento sus manos ir a mis caderas antes de deslizarse más atrás y más abajo. Enarco mis cejas cuando siento las palmas de sus manos sobre mi trasero, me acerca más y hunde su nariz entre mis pechos.

—Te extraño.

—Estoy justo aquí.

Se ríe contra mi pecho antes de alzar la vista.

—Te extraño sin ropa, sin barreras. Haciendo todos esos sonidos que no puedes evitar ni controlar.

— ¡Oh!

—Exacto.

—He estado esperando por eso como desde siempre, pero pensé que estabas en tu faceta mojigato.

— ¡Grace! — vuelve a reír antes de atraerme mucho más y hacerme sentar a horcajadas sobre su regazo. Paso mis brazos alrededor de su cuello—Siempre voy a desearte.

—Porque soy ardiente.

—Y sexy— besa mis labios—. No he pasado tanto tiempo en abstinencia desde que comenzamos a fingir y me dijiste que no podía ponerte los cuernos.

—Tu demonio sexual aclama por mí.

—Solo tú lo dirías de esa forma.

Cuando voy a hablar, escuchamos unas risitas seguidas de un inconfundible gemido. Contengo las ganas de reír antes de escuchar una puerta de habitación cerrarse.

—Esas son Lola y Gina cuando están llenas de lujuria.

—Tú eres más ruidosa.

—Nunca he recibido quejas de ellas.

—Porque nunca lo hemos hecho con ellas en el apartamento. Ven, dame un beso.

Tomo su rostro entre mis manos y le doy lo que me pide. Lo beso profundamente de una manera lenta que pretende obtener tanto como pueda de él. Me remuevo y siento la inconfundible erección envuelta en jean rozar contra mí.

Siento su mano ir debajo de mi camisa hasta alcanzar uno de mis pechos desnudos y apretarlo para luego dejar que sus dedos acaricien la cima que no deja de erguirse cada vez más, gimo sobre sus labios.

— ¿Por qué alguna vez pensaste que no eras receptiva de forma sexual? ¿Qué eras frígida? De hecho eres muy buena receptora de mis caricias.

Quiero quejarme de que se haya alejado de mi beso, pero luego él baja la cabeza y por encima de la fina tela de mi camisa pasa la lengua por mi pezón para luego succionarlo humedeciendo la tela. Me-muero.

Me tienta por cortos segundos antes de dejar besos en mi barbilla que terminan en cortos besos continuos sobre mis labios.

—Podemos ser atrapados aquí.

—Y Jeff duerme en mi habitación.

Recuesta de nuevo su mejilla de mi pecho y yo acaricio su cabello con mis dedos. Nunca le he preguntado qué perfume usa, pero me encanta, huele divino.

»Me gustaría... intentar algo— siento la sangre agruparse en mis mejillas—, podemos intentarlo en mi baño.

— ¿Qué cosa?

Me alejo llevando las manos a mi rostro porque no soporto el sonrojo que no hace más que crecer, eso parece despertar aún más al Ethan juguetón.

—A ver, a ver ¿Qué pone tan sonrojada a mi novia? ¿Qué quieres intentar?

—Me da como vergüenza decirlo.

— ¿Quieres que busque un par de cervezas para que se te afloje la lengua?

— ¡No me trates como a una alcohólica! — golpeo su hombro.

—Shhh, baja la voz o tus ocupadas amigas nos escucharan— ríe—. Solo digo que el licor te da rienda suelta.

—Que idiota, mejor olvídalo.

Intento bajar de su regazo pero me abraza con fuerzas pegando mi torso al suyo y con una mano alzando mi barbilla. Deja de reír pero mantiene una pequeña sonrisa.

—Estoy realmente curioso sobre este sonrojo y que te pongas tan a la defensiva. Tú solo dime qué quieres intentar y lo hacemos, lo prometo.

—No vayas a reírte, es algo que nunca he hecho... y me da algo de timidez decírtelo.

— ¿La habladora siendo tímida? La única vez que te vi tímida fue cuando te conocí en medio de tu parloteo loco de fiver.

—Solo no vayas a reírte.

—De acuerdo.

Tomo un profundo respiro mientras siento mi sonrojo crecer, los ojos de Ethan están puestos en mí, él muy exagerado ni siquiera parpadea.

—Tú... en el cumpleaños de Max hiciste algo.

— ¿Qué exactamente?

—Fuimos... a ese pequeño despacho... y en el escritorio... tú...

— ¿Te devoré, saboreé y degusté?

— ¡Cristo! Deja de hablar de ese modo.

—Te excita— sonríe.

—Mejor ya no te digo nada.

—Ambos sabemos que no te dejaré bajarte hasta que me digas. ¡Vamos! Dímelo.

—Nunca nadie me hizo eso...

—Recuerdo que lo dijiste ¿Quieres que lo haga de nuevo? Porque soy un feliz voluntario.

—No... bueno sí, puedes hacerlo luego.

—Gracias por darme tu permiso, ahora me siento en paz conmigo mismo.

—Idiota.

—Habladora, dime lo que quieras decir.

—Yo nunca recibí sexo oral... pero tampoco lo di. Yo quiero intentar eso— veo su camisa e intento distraerme con el cuello de esta.

Hay un largo momento de silencio, mi corazón late muy fuerte mientras siento un poco de transpiración alrededor de mi frente. Apuesto a que estoy en el nivel más alto de sonrojo.

— ¿Cómo mierda esperabas que yo me riera de que quieras darme sexo oral? Esto me causa de todo menos risa.

— ¿Te molesta? — no puedo evitar hacer la pregunta debido a que me sorprende el tono en el que ha salido su declaración.

—Mencióname a un hombre al que le moleste recibir sexo oral.

—Uhm...

Me hace un poco hacia atrás en sus piernas, toma la mano que juega con el cuello de su camisa y la lleva directo a su erección.

—No me molesta ni causa gracia.

—Entonces...

— ¿Quieres hacerlo? Porque por mucho que la idea me calienta tampoco es que quiero presionarte a hacer algo.

—Quiero. He estado curiosa sobre eso... bueno, sobre muchas cosas referentes al sexo.

—Grace, mírame— toma mi rostro entre sus manos—. Soy tu novio, con quien compartes una vida sexual, no debe avergonzarte decirme que cosas referentes al sexo quieres experimentar, es algo normal.

—Muy bien. Ethan Jones quiero chupártela.

— ¡Mierda! Tampoco me dispares de ese modo que me duelen las pelotas— me da un beso suave— ¿Ahora?

—Eso me gustaría.

Me ayuda a bajar de su regazo y toma mi mano. No puedo evitar emitir una risa nerviosa mientras nos adentramos a mi habitación. Ni siquiera observo al pequeño durmiendo para no sentirme depravada, pero ¡Bah! De algún modo Hilary y Doug crearon a Jeff ¿No?

Cierro la puerta del baño y lo observo nerviosa. Lleva unos dedos contra sus labios para ocultar esa sonrisa.

—Te estás riendo de mí, Ethan.

—No, me río contigo.

—Yo no me estoy riendo.

—Bueno, ese ya es tu asunto.

—Te odio.

—No, tú me amas.

—Presumido.

— ¿Qué quieres que haga?

—Tú eres el maestro aquí ¿Debes sacarla...no?

— ¿A mi polla grande?

—No me agradas.

Riendo abre el botón de su jean antes de bajar la bragueta, miro expectante como si se tratara de un reencuentro con un viejo amigo que no veo en mucho tiempo. Tira del elástico de su bóxer antes de bajarlo un poco e ir revelando su miembro. Contengo la respiración.

Debo idear una manera en la que no tenga una muerte vergonzosa atragantada. Llevo una mano a mi garganta, estoy segurísima que no soy garganta profunda y que mágicamente no seré una experta en mi primera vez. Así no funciona, en realidad ni siquiera sé qué mierda voy a hacer para esconder mis dientes.

¡No quiero mutilar a Ethan!

Mi boca se abre con sorpresa cuando literalmente se toma en sus manos y acaricia de arriba hacia abajo. Me remuevo. ¿He dicho alguna vez lo sexual que es Ethan? Hay dos opciones: me saqué la lotería con un novio así o va ser mi perdición.

Quizás ambas opciones son válidas.

—Deja de hacer eso, es...

—Oh, perversa ¡Te gusta ver cómo me toco! — se ríe.

—Te ríes a mi costa.

—Ya te dije que me río contigo.

—Y ya te digo yo que no me estoy riendo.

Camino lentamente hacia él y como no soy ingenua y mi mente no está nada limpia, sin rodeos o fingir que no tengo idea de qué va esto, me dejo caer sobre mis rodillas. Él deja de reír y toma un profundo respiro mientras retira su mano.

Mi mano suplanta la suya. Estoy sumamente nerviosa porque no quiero resultar un desastre y estoy a la expectativa sobre si esto va a gustarme.

— ¿Qué hago? ¿Es cómo en los libros? ¿Imito?

—Puedes... puedes intentarlo, yo te guío. ¿Estás segura de que quieres hacer esto?

—Ya te dije que sí.

—Qué bueno, porque si te arrepentías ahora yo como que iba a morirme y eso me hace un novio de mierda.

—Seguro.

Saco mi lengua y la paso levemente tanteando. No esta tan mal, pero tampoco voy a decir que será mi paleta favorita. Observo a lo que ebria llamo la polla grande de Ethan y río.

—Es gracioso que tengan ese agujero.

— ¿Ah? ¡Mierda! — gime cuando mi pulgar examina.

— ¿Qué hago con mis dientes? Tengo miedo de lastimarte.

—Intenta cubrirlos con tus labios.

Lo intento y aunque resulta incómodo lo logro, inhalo fuertemente antes de abrir mi boca y explorar de qué va todo el asunto. En un primer momento es incómodo, extraño y tengo pánico de morir asfixiada; pero Ethan me ayuda, me guía y con mis lecciones aprendidas en libros lo voy logrando.

Efectivamente un par de veces consigo tener arcadas y me retiro asustada, pero nada que Ethan no pueda calmar con dulces palabras. Estoy segura que esta no va ser su mejor sesión de sexo oral, pero no puede juzgarme, es mi primera vez.

Cuando va a acabar a pesar de que me avisa no alcanzo a retirarme a tiempo y termino con algo en mis labios, saboreo y me arrepiento de inmediato.

—No me gusta como sabe, no creas que alguna vez voy a tragarme esto.

— ¡Bah! Y yo que esperaba que fuera tu sabor favorito— se ríe, luce saciado y feliz.

Limpio mi boca con el dorso de mi mano y me pongo de pie. Mi curiosidad ha sido saciada. Él sube su bóxer y me abraza.

— ¿Y bien? ¿Cuál es el veredicto?

—Me ha gustado que te vuelvas papilla bajo mi poder— respondo—, ha sido un poco incómodo, pero creo que me ha gustado, no será mi parte favorita del sexo, pero no está mal.

—Yo te doy un sobresaliente en puntaje.

—No seas exagerado, he sido un desastre.

—Has sido una gran alumna, no protestes que el profesor ya ha evaluado.

Río y presiono mi mejilla de su pecho mientras lo abrazo. Los latidos de su corazón son constantes al igual que su respiración.

—Gracias por esta primera vez, Ethan.

—Gracias a ti por confiar en mí.




Holaaa :) espero y se encuentren bien.

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Capítulo dedicado a @Alicia_fiver_siempre bonito nombre de usuario, aprobado. Gracias por todo el apoyo belleza, espero y mis historias te sigan gustando por tanto tiempo pretenda seguir escribiendo :*

Espero les guste.

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