Capítulo Treinta y Nueve



Capítulo treinta y nueve.

—Entonces ¿Quieres ir a mi apartamento?

Mordisqueo mi labio inferior y observo a través de la ventana de su auto. He estado tonteando con Gordon durante un mes y medio. Cada vez que me pregunta si quiero ser su novia la respuesta es la misma:

No.

Seguro, me gusta Gordon un montón. Me he encontrado teniendo sueños subidos de tono donde él se encuentra, pero hasta ahora solo se debe a una atracción física y aun con dicha atracción no soy capaz de entregarme completamente a sus besos. Toma mucho de mí dejarme solo llevar cuando me besa y no ser consciente de todo a nuestro alrededor o lo que sucede.

Supongo que rechazar ser su novia y sin embargo seguir tonteando le ha dado el mensaje o idea de que entonces solo se tratará de algo físico y sexual. No sé cómo sentirme al respecto.

¿Qué es lo que quiero?

¿Quiero solo ser un cuerpo en el que alguien satisfaga sus deseos sexuales? Frunzo el ceño, eso no suena bonito, pero supongo que es lo que es.

¿Qué es lo que quiero?

Quiero sentir. Quiero vivir.

—Sí, eso suena bien. Podemos ir a tu apartamento.

—Claro.



26 de agosto, 2014.

Lo primero que escucho es un quejido antes de escuchar el inconfundible llanto de un bebé. Me levanto desorientada y asustada. Encontrándome con unos ojos azules derramando lágrimas que me observan con desconcierto.

Jeff está sentado a mi lado, despeinado y muy cabreado.

—Hola bebito rubio.

— ¡Ma-má! — llora más fuerte. Me enderezo intentando buscar mi cerebro para entender qué hacer.

La puerta se abra y afortunadamente Ethan aparece. Ve de Jeff hacia mí.

—Amigo, ya me dijo tu papá que no te gusta despertarte sin ver rostros muy conocidos, pero tú conoces a Grace. Es la novia del tío Ethan. La novia de súper E.

Jeff se limita a estirar sus pequeños brazos hacia él. Ethan respira hondo antes de pasar las manos por su pantalón, sentarse en la cama y tomarlo para sentarlo sobre su regazo. Jeff esconde su rostro contra su pecho mientras calma su llanto.

»Creo que este pañal ya cubrió su límite de orina, necesitamos cambiarlo— me da una mirada y lo capto rápido. Me estiro mientras bostezo y camino hasta mi closet, en donde dejamos su mochila después de haberme puesto amistosa con mi boca en cierta parte de su anatomía.

Me duele un poco el cuerpo porque básicamente Ethan y yo dormimos uno encima del otro en la orilla de la cama porque Jeff se mueve demasiado y se adueña de todo el espacio.

Ethan acuesta a Jeff antes de bajarle el pantalón. Parece muy concentrado realizando el cambio del pañal. Frunce el ceño mientras pasa una toallita húmeda, y saca su lengua mientras le unta crema para evitar irritaciones. Vuelve a fruncir el ceño mientras abrocha el pañal y aparece una pequeña sonrisa cuando decide que va a cambiarlo de ropa.

— ¿Te gusta esta, Jeff? Sé que te la regaló Andrew, así que vamos a ponerte esta.

Lo viste con una camisa mangas largas, negra, y un pantalón azul. Me acerco y cepillo el cabello de Jeff bajo su inocente mirada, me da una sonrisa mostrándome sus pequeños dientes, supongo que ya me perdona haber despertado a su lado.

— ¿Papá?

—Eres un chico listo, lo llamas papá cuando él no puede escucharte— se ríe Ethan—. Papá no está ahora, pero mi guardia termina en pocas horas y pasarás a manos del tío And.

Lo deja sobre el suelo y de inmediato Jeff comienza a dar pasos con curiosidad sobre mis cosas. Me acuesto boca arriba y cierro mis ojos. Hemos dormido de una manera muy incómoda y pocas horas debido a que luego de saciar mi curiosidad estuvimos hablando y al pendiente del estado de Hannah.

—Hablé con Hilary, parece que Hannah ha despertado, pero solo Carter ha podido verla.

—Eso es bueno ¿Verdad?

—Eso espero— siento su mano tirar de mi tobillo—. Estaba preparando el desayuno, deberíamos salir antes de que Lola y Gina se lo coman todo. Las deje halagando mis habilidades culinarias.

—Ve adelantándote.

—Vale. Jeff, vamos a conseguir algo de comida y un biberón para ti.

Ethan sale de la habitación y Jeff lo sigue balbuceando. Me estiro una vez más antes de ir a mi baño y encargarme de mis necesidades básicas, cuando todo está hecho, salgo de mi habitación, saludo a Lola y Gina en el sofá antes de dirigirme a la cocina y encontrar a Jeff sentado en la encimera mientras Ethan lo observa beberse el biberón.

Y este hombre cree que no es capaz de ser padre.

Me siento sobre una pequeña pila de panqueques en donde Jeff mete su dedo para robarme mermelada de fresa. Saca el chupete del biberón y chupa su dedo, parece que le encanta porque deja el biberón a un lado y vuelve al ataque de la mermelada de mis panqueques.

—Si Hilary se entera voy a echarte la culpa a ti Grace.

— Asumiré esa culpa si eso hace que él disfrute de un buen desayuno.

— ¡Más! —grita aplaudiendo. Lo miro sorprendida, en poco tiempo cumple un año, pero él va muy adelantado.

—Todos decimos que es un súper bebé y como Doug cree que es su mejor amigo, lo ha ayudado a aprender bastante. Jeff también canta.

— ¿Qué?

—Sí, mira— pica el brazo de Jeff para llamar su atención y comienza a cantar una tonta canción de Barney que luego Jeff tararea mientras se balancea de un lado a otro— ¿Ves? Doug ha invertido tiempo enseñándole eso.

»Lo intentamos con Halle, pero ella siempre hace lo que quiere y cuando quiere. Así que ella prefiere cantar músicas de bandas o alguna que escuche en la radio.

Río y corto un trozo de panqueque, lo llevo a la boca de Jeff y gustoso lo engulle haciendo un lindo sonido de deleite. Balancea sus pies fuera del mesón mientras con una de sus manos aprieta la nariz de Ethan.

De esa manera desayuno junto a Jeff, enamorándome de cada cosa que el niño hace. En algún momento comienza a llamar a Doug y parece que va a llorar cuando ni él o Hilary aparecen a su llamado, pero logramos distraerlo.

Me encargo de lavar los platos y ordenar la cocina, escucho los gritos de Gina despidiéndose y me doy cuenta de que ya voy con el tiempo ajustado para el trabajo.

—Ya Andrew está listo para recibir al pequeño rubio, paso por casa a hacerme cargo de Bucker y me dirijo a la clínica.

—Mantenme al tanto de todo.

—Lo haré.

Bajo a Jeff del mesón y lo cargo abrazándolo fuertemente, encantándome la forma en la que sus brazos rodean mi cuello mientras ríe. Lo llevo hasta la puerta casi babeando por la manera en la que Ethan luce con la mochila infantil de bebé sobre su hombro. Extiende los brazos hacia Jeff que prácticamente se arroja sobre él, no parece muy a gusto con cargarlo, pero al menos no está tenso.

Me inclino y dejo un beso sobre su boca.

—Gracias por haber saciado mi curiosidad.

—El placer ha sido todo mío, literal—bromea dándome un beso corto—. Te estoy llamando pronto, habladora.

—Cuídate. Te amo.

Me sonríe y comienza a caminar alejándose, ruedo mis ojos ante su falta de respuesta.

—También te amo— grita a mitad del pasillo y yo sonrío.

—Es bueno saberlo—grito de regreso y apuesto a que él sonríe.

***

29 de agosto, 2014.

—Hannah se encuentra mejor, según el doctor podrían darla de alta pronto.

—Esa es una excelente noticia Ethan.

—Sí, sin embargo es muy necesario conseguir un trasplante de corazón. Todos están preocupados sobre esperar demasiado tiempo.

—Es algo que escapa de sus manos, toca esperar.

—Sí...

— ¿Por qué hablas en susurros?

—Mamá ha aparecido de nuevo, esta vez con papá y los he dejado en la sala esperando. Están enloqueciéndome.

—Podrías haber fingido que no estabas en casa— digo y lo escucho reír.

—Siguen siendo mis padres, Grace.

Unos muy malos, quisiera agregar.

— ¿Qué hay de la abuela Victoria?

—Vendrá pronto con April, ya estoy deseando verla.

Escucho un grito acompañado de los ladridos de Bucker, sonrío. Bucker sabe cómo poner de los nervios a Cecilia Jones.

— ¿Te gusta la idea de ver una película aquí, en mi casa?

— ¿Vas a desvestirme? Porque suena como un código secreto para eso.

—Puede que eso ocurra— es su respuesta y yo muerdo mi labio inferior.

—Pasaré primero por casa del abuelo, luego me dejo caer en tu casa.

—Tendré la cena lista. Conduce con cuidado habladora, te espero.

Siempre espérame.

***

En cuanto la puerta se abre Bucker viene hacia mí ladrando, pareciendo muy feliz de mi llegada. Sonrío acariciando su pelaje.

—Creo que extrañó que vinieras a visitarnos.

Alzo la vista, Ethan me guiña un ojo antes de tomar mi mano y tirar de mi cuerpo hacia el suyo. Una de sus manos va a mi mejilla.

—El abuelo te mandó un «hola» y que de nuevo necesita tener una conversación de hombre contigo.

—Oh, Dios ¿Qué podría decirme esta vez?

—Vio la foto tuya besando mi espalda.

Foto en la que agradezco no ser observe mi cicatriz, la acepto y no quiero removerla, pero tampoco siento ganas de ver al mundo entero inspeccionar mi marca de supervivencia.

—Entonces va a ser una conversación incómoda.

—Seguramente.

—Deberías hacerme sentir mejor con algo como un beso.

—Primero deberías alimentarme.

Me alejo con aire de suficiencia, pero no consigo dar ni tres pasos atrás cuando tira de mi cintura, pegando mi espalda a su pecho mientras deja un beso húmedo en mi cuello. Me estremezco.

—Si te alimento ¿Luego tú prometes ser el postre?

—Lo pensaré.

—Piénsalo muy bien.

Sus manos van hacia adelante y se ubican sobre mis pechos, los aprieta y gimo. Me da otro beso en el cuello antes de alejarse. Me volteo y me da una sonrisa arrogante.

—Eso no se vale, Ethan. Estoy frustrada sexualmente.

— ¿Lo estás? — se ríe.

—No le veo la gracia al asunto, tú no lo estás porque...

— ¿Por qué?

—Porque... te chupé ¡Listo! ¡Lo dije!

—Lo dijiste— se ríe y si no supiera que Ethan ríe de esa manera muy pocas veces y que escucharlo es encantador, me molestaría—. Recuerdo que yo quería hacerte algo ¿Y qué fue lo que me dijiste?

—Que se trataba de ti— repito de mala gana, luego sonrío—, pero es verdad, aquella vez en el cumpleaños de Max... todo se trató de mí.

—Ya te lo dije, si tú me prometes ser el postre tu frustración se irá.

—Y ya te dije que me lo iba a pensar.

—Por como lo veo, mucho no tienes que pensar.

Se acerca y me quedo a la expectativa, pero todo lo que hace es ayudarme a sacar mi abrigo. Luego se encamina hasta la cocina. Me quito mis botas y lo sigo, recogiendo mi cabello en el proceso.

Nada más al poner un pie en la cocina los exquisitos olores me invade, tengo que ser la novia más afortunada del mundo. Tararea una canción mientras revisa el horno y yo reviso que tan bueno se ve su culo en el pantalón holgado. Y por supuesto que se ve estupendo.

— ¿Dónde está la masa de pizza? — estoy llevándome una impresión al no verla en el techo.

—Casi cayó sobre Andrew, si escucharas el grito que dio del susto— se da la vuelta y sonríe un poco—. Eso solo me hizo extrañarte más.

— ¿Soy tu mejor asistente?

—La que lo vuelve más entretenido.

Se acerca y me alza hasta sentarme en la encimera. Su celular suena y lo saca del bolsillo trasero de su pantalón. Frunce el ceño y alcanzo a leer el remitente de la llamada. Me tenso, Ethan lo nota.

—De alguna manera es una experta en arruinar momentos ¿Verdad? —me encuentro diciendo.

—Para mí ella no ha arruinado la noche ¿Lo ha hecho para ti?

— ¿Por qué te llama? — tarde me doy cuenta de que suena como una exigencia de una novia celosa. Pero solo estoy molesta de que caiga sobre nosotros como una molesta sombra.

—No sabría darte una respuesta. Samantha lleva llamando durante años, Grace.

—Ella siempre busca la manera de meterse en todo.

Es muy notable mi molestia hacia ella. Antes era evidente que no me agradaba, pero ahora mi desprecio resulta bastante obvio y por supuesto que Ethan lo nota.

— ¿Grace? ¿Qué sucede?

—No sé si vas a molestarte— observo mis uñas que en este momento parece la cosa más interesante por hacer.

—Esa no es una buena premisa que usar para decir algo.

—No creas que te lo he ocultado, solo... solo quería que ella quedará atrás porque ya te causó suficiente daño Ethan.

—Estás preocupándome.

—Fue a mi oficina... y ella me dijo todo— alzo la vista y lo observo fijamente—. Lo del bebé... lo sabía, ella me lo dijo.

Permanece en silencio y mira un punto indefinido detrás de mí. Su mandíbula se tensa y sus manos agarran fuerte el borde de la encimera.

— ¿Lo sabías?

—No porque quisiera o me fuera de chismosa. Ella apareció y me lo dijo.

— ¿Y fingiste que no lo sabías cuando te lo dije?

—No, no es de ese modo— creo que comienzo a preocuparme—. Ella fue breve y básicamente solo me dio la versión en donde tú eres un villano. Me hizo saber parte de las cosas que te dijo... yo quería golpearla. No le creí ni por un momento cuando te señalaba como culpable.

— ¿Por qué?

—Porque te amo, te conozco y confío en ti.

—No puedo creer que pasen los años y ella no deje de restregarme mi culpa ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Se lo dirá a los medios?

—No tienes la culpa, por favor deja de culparte por una decisión que nunca tuviste siquiera la oportunidad de tomar. Y no creo que sea capaz de reconocer públicamente que se practicó un aborto porque sabe que es un tema delicado.

—No puedo creer que fuera y te lo dijera ¿Siempre va a ser mi puta sombra?

— ¿Estás enfadado conmigo por no habértelo dicho?

No me responde. Sus dedos juegan con el dobladillo de mi camisa. Su ceño se mantiene fruncido. Espero alguna reacción, no me gusta este silencio que se forma.

—No estoy enfadado contigo. Estoy cabreado de tener una exnovia que cree tener el derecho de ir a contarle mi novia nuestro pasado, cuando esa era mi decisión de cuándo decírtelo. No estoy enfadado contigo—doy un grito ahogado ante la sorpresa cuando tira de mi camisa haciendo que los botones vayan a todas partes. Sonríe complacido ante la vista de mi sujetador—. Por el contrario, habladora. Siento que te amo más. Gracias por creer en mí.

— ¿La comida?

—La apagué, nada va a quemarse. Solo vamos a calentar un poco las cosas—toma mis piernas y tira mi cuerpo hacia la orilla mientras las separa—. Me parece que el postre vendrá primero.

— ¡Gracias al cielo!

— ¿Quién soy yo para negarle a mi novia lo que quiere? — me hace acostarme sobre la fría encimera, siento sus labios húmedos y cálidos por mi estómago.

—Cierto, no puedes negarle esto a tu novia.

—Desde aquella vez de la pizza he querido hacer muchas cosas contigo en esta cocina.

— ¿Sin aceite de oliva? — bromeo antes de gemir cuando mordisquea la piel de mi costado izquierdo.

—Nunca volví a comprar uno.

Sus dedos deshacen el botón de mi pantalón y su mano se cuela. Me acaricia con sus dedos sobre las bragas mientras sus labios continúan subiendo hasta llegar a la curva de mis pechos. Con su mano libre se encarga del broche delantero de mi sujetador y luego sus labios se entretienen con mis pechos desnudos haciéndome jadear.

Esto. Esto es lo que quería y necesitaba mi hambriento cuerpo y mis alborotadas hormonas.

Mis dedos no tardan en enredarse en su cabello mientras gimo sin control alguno. Creo que él mismo se cansa de la barrera del pantalón porque abandona sus atenciones para prácticamente arrancarme el pantalón junto a las bragas.

—Pensé que la frustrada sexualmente era yo.

—Soy solidario y me uno a la sensación de frustración.

— ¡Que amable!

Toda su respuesta es una risa ronca antes de presionar su mano entre mis pechos para inclinarme sobre la encimera una vez más, solo que en esta ocasión sus labios tienen una intención muy diferente sobre qué parte de mi cuerpo besar.

No puedo evitar el sonrojo que me invade cuando siento su respiración justo donde él quiere, pero la lujuria puede más y cuando comienza a dejar pequeños besos para luego hacer que su lengua sea una participante activa a la tortura de placer, gimo y enredo mi mano en su suave cabello.

Creo que pido más, pero entonces creo que también le pido que pare porque podría morirme. Claro, esta sería una digna forma de morir. Con Ethan Jones regalándome una fabulosa sesión de sexo oral.

Muchas palabras escapan de mi boca, pero siendo sincera no soy consciente de muchas de ellas, mucho menos cuando Ethan invita a sus dedos a la fiesta. Me retuerzo, digo su nombre, gimo y entonces me deshago bajo su boca y dedos expertos.

Mi cuerpo se estremece y siento el último beso que deja antes de irlos desplazando hacia arriba. Se detiene en uno de mis pechos para lamer y morder mi pezón. Ethan hoy quiere matarme. Cuando alcanza mi boca, me besa lentamente y trato de ignorar el recordatorio de en dónde estuvieron esos labios. Siendo honesta, el hombre hizo tan buen trabajo que poco me importa si me parece o no ser besada luego de saber en dónde estuvo.

— ¿Aun estás conmigo?

—Regresando a la Tierra luego de haber ido al paraíso— respondo. Sus dedos juegan con mis pechos y gimo—. Un día de estos moriré bajo tus atenciones amorosas.

— ¿Eso crees?

—Sí, me lo parece.

—Quiero avisarte algo.

— ¿Qué? — me incorporo apoyada en mis codos.

—Voy a sacarme el pantalón junto al bóxer y entonces esto se pondrá mucho más agitado.

— ¿Más?

—Definitivamente más.

Lo observo quitarse el pantalón holgado junto al bóxer. Y como siempre mi vista se mantiene en su miembro. Hay unos largos segundos de silencio. Alzo la vista y me encuentro con la suya.

— ¿Dejaste de tomar la píldora?

—No.

Una sola palabra que le da el poder de tomar la decisión de ir por un condón o seguir confiando en mi método de protección. Sé que un condón nunca estará de más, pero ya habíamos llegado al punto donde la píldora era nuestro método de protección para bebés.

—Sigo confiando en ti. Siempre— murmura antes de salir del todo de su ropa. Incluso se saca la camisa.

Se acerca y toma mis muslos haciéndome enredar mis piernas alrededor de su cintura. Me alza y en automático enredo mis brazos alrededor de su cuello.

— ¿A dónde vamos? — susurro.

—No puedo aguantar más, Grace.

Ese es todo el aviso que recibo antes de que mi espalda golpee contra el refrigerador y entré en mí. Estoy segura que el gritito extra agudo viene de mi mientras mis piernas se aprietan con fuerza a su alrededor. Jodido cielo, el factor sorpresa tiene que ser lo mejor de la vida.

Su pelvis no tarda en moverse contra la mía. Nada lento ni pausado. Es rápido y salvaje. Seguramente conseguiré la marca de sus dedos en mi trasero de lo fuerte que presiona mientras se conduce una y otra vez dentro de mí.

El constante sonido de la nevera siendo golpeada llega hasta mis oídos junto a mis palabras incoherentes, gemidos y jadeos. Espero y el refrigerador sobreviva a las embestidas salvajes de Ethan.

Creo que solo soy un montón de piezas sueltas siendo unida entre sus brazos. Porque ¡Mierda! Me siento completa, unida y enloquecidamente cerca de llegar mi lugar feliz.

—Me muero, me muero— gimo. Y creo que ríe en medio de un jadeo—. Me estás matando... más, por favor. No pares...sí...

—Mi habladora— muerde mi cuello.

Clavo mis uñas en sus hombros mientras me siento cada vez más cerca y cuando mi orgasmo me impacta hecho mi cabeza hacia atrás golpeándomela algo fuerte contra el refrigerador y haciendo que algunos adornos caigan.

Los movimientos de Ethan se vuelven mucho más rápidos antes de sentir la calidez inundarme a la vez que su cuerpo tiene pequeños espasmos. Respira con fuerza contra mi cuello. Abro los ojos que ni siquiera sabía que había cerrado, así de desorientada me ha dejado Ethan.

Siento la camisa pegada a mi espalda por el sudor y me molesta un poco el sujetador que al igual que mi camisa está abierto de par en par.

—No te tomaste la molestia de desnudarme completamente.

—No fue necesario para saborearte en todos los lugares que quería— responde con voz aun enronquecida y dejando pequeños besos en mi cuello—. Ahora no podemos comer así de sucios y sudados ¿Qué tal un baño?

— ¿Por qué siento que es una trampa para esperar que te vuelvas a recargar y venga la segunda ronda?

—Creo que lees mi mente.

Río mientras despega mi espalda del refrigerador. Acaricio la parte de atrás de mi cabeza aun sintiendo un leve dolor.

— ¿Te lastimaste?

—Me golpeé la cabeza, pero fue mi culpa.

— ¿Fui mi salvaje?

—Oh, yo amé al Ethan sexual salvaje.

Ahora quien ríe es él mientras aun sosteniéndome camina hasta el baño, supongo que el pobre Bucker decidió esconderse de todo el ruido que hicimos. En el breve camino hasta el baño me las ingenio para hablar sin parar y noto a Ethan rodar sus ojos.

—Ya creo que es el momento de callarte. Seguiré buscando tu botón de apagado.

—Uhm, siempre va a gustarme esa búsqueda.

—Apuesto a que sí y a mí siempre me va a gustar buscarlo.





Holaaaaa, iba a subir más temprano pero el internet se ha puesto necio ¬¬

Las cosas con Grethan se pusieron un poco intensas 7u7 uh, las veo disfrutando de la lectura picaronas.

Para noticias sobre mis historias:

Instagram: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

YouNow: DarlisStefany

Capítulo dedicado a @Ethan_Polla_Grande tu usuario ha causado sensación y siempre te he visto comentando desbordando todo tu entusiasmo. Sabía que en algún momento el hada te señalaría solo que bueno, con ese nombre necesitabas un capítulo algo subido de tono haha gracias por el apoyo cariño.

Un beso.

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