Capítulo Treinta y Cinco


Capítulo treinta y cinco.



Cuando Cameron, hijo del dueño de la editorial me pregunta por qué quiero el trabajo juro que no entiendo por qué suelto lo primero que pasa por mi cabeza:

—Porque necesito hacer algo con mi vida y algo que realmente me guste. Tengo tiempo libre supongo.

Él alza la vista de mi currículo para observarme sorprendido, pero espero que la inclinación leve de sus labios sea un indicio de diversión.

Justo ahora no era momento de ser una listilla.

—Los trabajadores de aquí son mayores de 22 años y algunos de ellos con dos títulos.

—Ya veo, pero te apuesto a que después de graduarse se encerraron a practicar para recordar todo lo que aprendieron. Cierto, soy joven, pero tengo ambiciones de seguir con mi vida y si no es este trabajo entonces será otro. Pero no voy a rendirme. No lo haré.

— ¿Sabes lo que me gusta de la gente joven? — se recuesta del respaldar de su silla. Quisiera comentar que hace no mucho tiempo él fue joven, pero me ahorro el comentario porque ya he sido lo suficiente lengua larga.

Mi manía de nunca callarme.

—No, señor.

—Que están llenos de sueños y ganas de comerse el mundo. Habidos de conocer y triunfar. No sé si estoy loco, seguro mi padre te mantendrá en la mira para saber si eres eficiente, pero voy a darte esta oportunidad Grace Spear.



19 de agosto, 2014.

¿Hasta cuándo estas personas escribirán que le estoy poniendo los cuernos a Ethan con Leo? Me molesta ver las fotos en secuencia de mí entrando al hotel y saliendo al día siguiente con Leo. Ambos con rostros cansados porque fue una fiesta de lágrimas, licor y poco sueño. Claro que eso lo hacen ver como que tuve el revolcón del año.

— ¡Grace!

Alzo la vista de mi celular, dejando de leer cómo puedo resultar ser la perra del año, para encontrarme con la dulce sonrisa de Anthony llevando un traje quirúrgico azulado y caminando hasta mí. Le devuelvo la sonrisa algo sorprendida de verlo.

Besa mi mejilla y mira el asiento vacío frente a mí, asiento con mi cabeza invitándolo a sentarse. Es la segunda vez que veo a Anthony este año y siento la misma sorpresa que la vez anterior. Pasa una mano por su cabello castaño tratando de peinarlo.

—Estoy... sorprendida.

—Puedo decir lo mismo. Tengo mi consultorio a tres cuadras, nunca te había visto por acá. Bueno, solo llevo cinco meses y medios por acá.

—Es que yo vivo y trabajo a veinte minutos de acá, solo que quise venir a un lugar nuevo para... ¿Respirar?

—Entiendo eso, entonces decidiste venir a tomar un descanso a las 7 de la noche aquí.

—Lo captaste.

Un mesero se acerca, acepto que pida una cerveza para ambos junto unos pocos bocadillos. Lo observo con curiosidad preguntándome en dónde está el rencor que este hombre debería tenerme.

—¿Qué? ¿Tengo algo en mi rostro?

—Aparte de ser devastadoramente atractivo no creo que le suceda algo a tu rostro.

—Es bueno saberlo.

— ¿Puedes tomar durante el trabajo? Yo no quisiera ir al dentista y conseguir que me atienda alguien oliendo a cerveza.

—Ah, recuerdas mi trabajo.

—Siempre me hablaste de tus aspiraciones, yo te escuchaba y luego en la boda... lo mencionaste.

—Cierto— sonríe y recibimos las cervezas junto a unos nachos con queso—, pero ya atendí a mi último paciente y es del tipo C.

— ¿Tienes tipos? —no puedo evitar verlo divertida.

—Sí. Tengo a los pacientes de tipo A que son encantadores y fáciles de tratar. Los pacientes tipo B son un poco asustadizos pero buenas personas que me dejan hacer mi trabajo y confían.

—Y luego está el tipo C ¿Qué pasa con ellos?

Suspira y da un largo trago a su cerveza antes de entrecerrar sus ojos y ver alrededor como si pretendiera contarme un secreto.

—Los peores, gruñones y asustadizos. Me dicen cada cosa que su médico de confianza les recomendó, se quejan de todo y luego evalúan mi trabajo diciéndome cómo debo hacerlo. Los peores, del tipo del que si fuera cruel les sacaría las muelas de juicio sin anestesia.

—Cuanta maldad habita en tu ser Anthony.

—Lo sé Grace, a veces es difícil vivir con tanta maldad habitando en mí.

Tomo uno de los nachos para luego beber de mi cerveza, lo escucho hablar sobre su último paciente tipo C y no puedo evitar divertirme con toda la historia.

—Necesitaba con urgencia venir por esta cerveza para poder irme a casa un poco relajado.

—Yo venía por un café, pero gracias a ti he conseguido una cerveza.

—Bendita sea mi bondad—alza su botella y la choca con la mía—. Entonces...

— ¿Entonces?

— ¿Eres una celebridad? —la diversión brilla en sus ojos.

—No.

—Pero tu novio lo es.

—Esa podría ser una repuesta cuestionable.

Teniendo en cuenta que actualmente no tengo novio. Sacudo mi cabeza y doy un largo trago a mi cerveza como si mi garganta estuviera totalmente seca. La diversión de Anthony no hace más que crecer.

— ¿Salir en revistas, televisión, vender muchos boletos para conciertos y tener fanáticas no lo hace una celebridad?

—Si Wikipedia lo dice...

—No busqué en Wikipedia.

— ¿De verdad? Porque eso sale un poco más debajo de la historia de cómo llegó a BG.5.

—Está bien, si recurrí a Wikipedia pero también visité otras páginas.

—Ethan es famoso, de hecho, soy su fan.

—Interesante.

—Cuando estábamos...

— ¿Saliendo?

—Sí, cuando tú y yo salíamos siempre bromeabas sobre yo escuchando las mismas canciones, era BG.5.

—Supongo que entonces vives el sueño de toda fan.

—Lo mío es lo complicado.

—Creo que esa es mi línea.

— ¿Qué tan mal puede irle a un dentista atractivo y encantador?

—Déjame y te saco la lista. Mi atracción siempre se va por lo complicado y acabo con las tablas en la cabeza.

—Quizás solo te crees un hombre de retos.

—O soy demasiado estúpido.

—Esa podría ser una buena opción.

Ambos reímos mientras bebemos y tomamos más nachos. Me entretengo escuchando su historia sobre su estancia en Irlanda mientras estudiaba y a cambio le cuento mi experiencia durante el tiempo que trabajé en la antigua editorial, cuando conocí a Kaethennis.

Traen una segunda cerveza y lo escucho hablar de cómo se ha ido instalando de nuevo en Londres y escuchando algunas historias de las personas que estudiaron con nosotros. Doy un trago largo de mi cerveza.

—Yo luego de... uhm, el accidente, solo m relacionaba con Leo y bueno, Marly cuando comenzaron a salir—hago una mueca—, y luego cuanto tú y yo...

—Salimos. No es tan difícil decirlo Grace—se ríe.

—Pero es un poco raro. Te di mi virginidad.

—Y sin envolverla en papel de regalo.

Me sonrojo pero río, esta tiene que ser mi señal de que mi tolerancia por el alcohol inexistente se está yendo.

—Solo es raro si nosotros lo volvemos raro. A mí me alegra saber de ti y más importante que eres una chica fuerte con una gran vida actualmente.

—Pero con un corazón roto. Ya no estoy con Ethan.

— ¿Cuánto tiempo?

—Un par de semana o un poco más.

—Me conozco esos casos, si no pasan tres meses ten fe de que entonces no va a ser tú ex.

— ¿Qué tal otra cerveza?

Cuando voy por mi cuarta cerveza ya no hay vuelta atrás porque todos mis pensamientos tienen una línea directa con mi boca.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

Anthony sabiamente solo se quedó en dos cervezas que parece que no lo afectaron en nada, yo por mi parte seguí en mis tragos. De hecho justo ahora el mesero deja el segundo coctel que he pedido porque decidí abandonar la cerveza.

—Puedes preguntar lo que quieras, pero primero dime ¿Alguna vez trabajaste en la poca tolerancia al alcohol que tenías?

—Claro—alargo las vocales, él parece contener la risa.

—Que iluso soy, por supuesto que trabajaste en ello ¡Solo mírate! Cuatro cervezas y dos cocteles después, y estás hasta en mejor estado que yo.

—Nunca dudes de mi—río— ¡Pero mi pregunta!

—Dime.

— ¿Tenías orgasmos? ¿Cuándo tú y yo teníamos sexo?

Sus ojos se abren un poco antes de que acaricie de forma distraída su barbilla, sin embargo noto que contiene la risa y ruedo mis ojos.

— ¿Fui mala?

En realidad ni siquiera podrían calificarme cuando todo lo que hice fue abrir mis piernas y estar abajo sin moverme o hacer gemidos. Pobre Anthony.

—Si no hubiese tenido orgasmos ¿Cómo explicas que estaba dispuesto a tener una relación a distancia contigo?

La única respuesta que consigo es que realmente estaba enamorado de mí. No hay manera que un chico que tenía muy buena experiencia sexual con otras chicas se mantuviera entregado a una chica sin ninguna acción o interés verdaderamente sexual.

Me tomo todo el coctel y pido otro. Creo que el tiempo va pasando rápido.

— ¿Cómo es que desarrollaste sentimientos por mí si era alguien con poca vida?

—Admiraba tu fuerza para avanzar pese a lo que te ocurrió, siempre me pareciste bonita y tu dulzura no desapareció. Aunque eran escasos los momentos siempre pareció que por mucho que lo intentaras no podías siempre evitar esconder la diversión que aún quedaba en ti.

»No lo sé, solo estaba rendido ante ti y con muchos sentimientos. No lo esperaba pero solo sucedió.

Mis ojos se ponen llorosos y tomo su mano dándole un suave apretón. Ebria como supongo que estoy pretendo darle la disculpas que debieron llegar hace tanto tiempo.

—Lo siento quiero que me disculpes por haber sido una perra contigo. No había necesidad de ser tan dura con mis palabras, pero me gustabas y tenía miedo de que si era dulce al terminar, lo nuestro, me convencerías de intentarlo.

»No quería hacerte daño ilusionándote aún más, pero lamento haberte lastimado de otro modo.

—Estás ebria, pero te gusta tanto hablar que ni siquiera se te enredan las palabras, sorprendente— toma de su recientemente obtenida limonada y me sonríe—. No tienes de que preocuparte Grace, quizás estuve enfadado al principio pero no podía obligarte a amarme. Han pasado años y lo entiendo ahora como un adulto. Éramos jóvenes y buscabas proteger tu corazón, yo fui idiota por no haber protegido el mío.

— ¡Dios, eres un encanto! Incluso ahora eres dulce. Si no amara a Ethan como lo hago te juro que te saltaría encima.

—Eso es halagador para mí. Si yo no supiera que amas a Ethan, porque me lo has dicho como ocho veces, te dejaría saltar sobre mí.

El mesero deja otro coctel y tomo la rodaja de limón chupándola.

—Quiero tener sexo, me siento caliente y solo puedo pensar en Ethan— doy un largo trago—. Quisiera que él me desnudara.

—Esta tiene que ser mi señal para conseguir que llegues a tu casa.

Por un momento en mi mente solo se reflejan imágenes de Ethan sonriéndome o besando mi cuello mientras se desplaza hacia abajo dejando besos. ¡Ah! Los bellos recuerdos. Doy una sonrisa tonta mientras me remuevo en mi asiento.

—Nunca la he chupado.

—Mierda, déjame pedir la cuenta y conseguir llevarte a tu casa para que te... tranquilices.

—Si me ha venido la tentación, pero me da miedo no hacerlo bien. Apuesto que todas sus conquistas supieron chuparlo—frunzo el ceño—. Tal vez debiste hacer que yo te la chupara a ti cuando salíamos y entonces tendría una idea de qué o no hacer.

Anthony se concentra en pedir la cuenta, tratando de ignorar mi parloteo sobre el sexo oral.

— ¿Qué pasa si nunca tengo la oportunidad de poner mi boca en él?

Revisa la cuenta antes de darme una mirada con un toque de diversión, palmea mi mano.

—Dudo que si le ofreces ir abajo él no tome la oferta. Puedes estar tranquila.

Deja el dinero sobre la mesa y bebo lo que queda de mi coctel antes de dejarme arrastrar por él fuera del lugar. Tambaleándome camino hasta mi auto y lo escucho suspirar.

—Jamás en la vida te dejaría conducir ebria, Grace.

—Oh, yo estoy bien. Podría incluso pararme sobre mis manos.

—Sí, y seguro luego podrías partirte la cabeza también— quita las llaves de mi mano—. Voy a dejar mi auto acá, conduciré el tuyo y te llevaré a tu casa, volveré en un taxi.

—Puedes quedarte en mi sofá.

—Mejor preocúpate de no devolver tus bebidas y no de donde descanso mi culo para dormir.

—Hablando de culos— subo cuando me lo indica y procede a abrochar mi cinturón de seguridad— ¿Duele el sexo anal?

Anthony se paraliza antes de alzar la vista y observarme con asombro, sus ojos se oscurecen pero luego sacude su cabeza y aclara su garganta.

— ¿Por qué no memorizas todas estas dudas y se las preguntas a Ethan? Estoy seguro de que él amará responder tus dudas.

—Nunca he dado sexo oral o tenido sexo anal, supongo que esas primeras veces son para Ethan, las quiero con él.

Anthony cierra mi puerta y sube al lado del conductor. Enciende el auto y voltea a verme. Sonrío notando que no pensé que Anthony con su uniforme quirúrgico iba a estar conduciendo mi auto.

—Dime que en tu estado de ebriedad puedes recordar en dónde queda tu apartamento.

— ¡Claro! Puedo llamar a Lola y ella lo confirma.

— ¿Tu compañera de piso que repetiste tres veces que tiene novia? Agradecería eso.

Pone en marcha el auto y tomo mi celular, pero no voy en busca del número de Lola, marco el de Ethan porque echo de menos escuchar su voz. Ni siquiera timbra tres veces antes de que conteste.

— ¿Grace?

Suspiro. Su jodida voz que amo.

—Ethan—digo—. Estaba hablando y quiero darte esas primeras veces.

— ¿Grace? ¿Todo bien?

—Creo que estoy excitada, solo puedo pensar en recuerdos de nosotros teniendo sexo ¿Cierto, Anthony?

—Mierda— Anthony detiene el auto en medio de la calle y me arranca el celular.

— ¡Dame eso!

Él finaliza la llamada y frunce el ceño hacia mí, bueno, muy bien podría cabrearme soy yo. Primera vez en un tiempo que hablaba con Ethan y él solo colgó.

—No puedes llamar ebria a tu ex pronto a ser de nuevo novio. Lo preocupas y alteras si lo haces, mucho menos puedes hablar de cosas sexuales y luego decir el nombre de otro hombre haciéndole saber que estás ebria, cachonda y con otro hombre ¡Eso lo puede enloquecer!

Sonrío. Enloquecer a Ethan. El ceño de Anthony se frunce aún más.

»Borra esa sonrisa que no es una buena forma de enloquecer. Hay varios escenarios, que se esté sintiendo como la mierda porque puedas llegar a follar con otro aun pensando en él. Que estés ebria y un hombre se esté aprovechando de ti o que adrede quisiste lastimarlo.

—No, yo...

—Sí, eso no es lo que querías. Pero es lo que pensará—mi celular suena—. Dile que todo está bien y que te diriges a casa.

Me extiende el celular, lo tomo y lo arrojo por la ventana.

— ¡¿Qué carajos Grace?!

Se baja del auto y vuelve con mi celular que tiene un rayón en la pantalla y vuelve a sonar. Contesto.

— ¿Dónde estás Grace? ¿Estás bien?

—Quiero tener sexo y estoy ebria, pero Anthony me está llevando a casa y él no va a aprovecharse de mí. Lo prometo.

Cuelgo y Anthony me observa con la boca abierta antes de poner en marcha el auto.

—Eres la peor ebria de la historia que he conocido. No te duermas y llama a Lola.

— ¿Él ya no va a preocuparse, verdad?

—Él seguro puede morir de una aneurisma ahora mismo o está planeando como castrarme mientras se quiere morir pensando en lo que dijiste. Pobre hombre.

—Ajá—me pongo cómoda.

—No te duermas, necesito que me des las indicaciones.

—Claro.

— ¡Grace! Despierta, no te duermas.

—Solo descansaré mis ojos un momento.

—Descánsalos luego. ¡Ya sé! Vamos a cantar, pon música.

Eso me entusiasma y conecto mi celular, la primera canción es de BG.5 una de las románticas y entonces comienzo a llorar balbuceando cosas de Ethan. Anthony suspira, creo que va a volverse loco antes de llegar siquiera a mi apartamento.

—Bueno, al menos llorar te mantendrá despierta. Por cierto, te catalogaré cómo paciente del tipo D.

— ¿D?

—Jodidos borrachos cachondos desastrosos llorones.

***

20 de agosto, 2014.

Algo hace cosquillas en mi nariz, intento deshacerme de ello pero solo se hace más persistente. Abro mis ojos y me encuentro con el rostro de Lola y un mechón de mi cabello entre sus dedos mientras acaricia mi nariz.

— ¿Lola? — mi voz es terriblemente pastosa y estoy segura que el espantoso sabor en mi lengua me tiene que dar una idea de cómo sabría la mierda.

—Llegaste echa un desastre. Te traía un hombre caliente, pero todo lo que decías eras «Ethan» antes de prácticamente desfallecer en mis brazos ¿Resaca?

—Algo.

—Tu boca apesta a muertos.

—Gracias Lola.

—Y te ves como la mierda.

—De nuevo gracias.

— ¿Vas a decirme qué sucedió?

— ¿Puedo obtener un baño y aseo primero?

—Por favor, por el bien de mi sentido del olfato.

No la culpo, huelo a borracho. Me pongo de pie y mi estómago se retuerce mientras camino hasta el baño. Hago una mueca al observarme en el espejo. Mi cabello es un desastre, mis ojos están hinchados y me veo desastrosa además de pálida.

Echo agua fría a mi rostro y cierro mis ojos. Es de mis peores episodios ebrios porque apenas si recuerdo estar cantando, llorando y riendo en el auto de Anthony, pero ni idea de cómo llegué a mi apartamento.

Cepillo mis dientes y tengo arcadas pero lo controlo para luego quitarme mi apestosa ropa y entrar a la ducha. Por un momento solo dejo que agua caiga sobre mí porque mi cuerpo se siente sin una pizca de energía. Me gustaría arrastrarme hasta solo quedar sentada sin tener que hacer ningún esfuerzo.

—Algún día terminarás de entender Grace que el alcohol y tú no son una buena combinación.

Al cerrar los ojos hay una imagen que viene a mi cabeza. La despedida de soltera de Hilary. Íbamos en un auto, Andrew conducía para llevarme a casa. Prácticamente escalé sobre Ethan para estar en su regazo y escondí mi cabeza en su cuello antes de suspirar.



«—Me gusta como hueles.

—Gracias, lo dijiste antes ¿Por qué no vuelves a tu asiento?

—Porque aquí estoy cómoda, se siente bien—me remuevo y siento algo contra mi trasero. Sonrío y me acerco a su oído para que solo él pueda escucharme—. Tu polla grande es muy traviesa, quiere salir a jugar.

—Mierda, señor dame resistencia. Te lo pido, por favor »



Perfecto, parece que estar con resaca me trae recuerdos atrasados de aquella noche en donde por primera vez en mucho tiempo me embriagué.

Me enjabono y cuando parece que he tenido suficiente, salgo. Me seco y envuelvo en una toalla, otra va para mi cabello. Al salir Lola se encuentra aún en mi habitación pero cambiando las sabanas. Sonrío, me hace recordar a una escena muy familiar cuando sin saberlo encontré a Ethan haciéndolo en mis días oscuros.

Lo echo de menos. Siento que se hace un nudo en mi garganta.

—Oh ¿De dónde viene esa mirada triste?

—Extraño mucho a Ethan. Creo que ya son diez días sin verlo y... ¡Mierda! Creo que lo llamé estando ebria.

—Vístete y dime qué sucedió mi corazón.

Hago precisamente eso y ni siquiera tengo fuerzas para cohibirme de mostrar mi desnudez a Lola, no es como si no hubiese visto mi cicatriz antes. Con un pijama de pantalón holgado, me dejo caer en la cama y antes de contarle le escribo a Kae.



"Estoy enviándote el manuscrito en dos horas. Tengo la idea de la portada, pero necesito reunirme con el autor."



Su respuesta es casi inmediata.



"¿Sabes que te amo? Rompes tu propio record, eso ha sido rápido.

Te programaré una cita con él.

Advertencia: es un bastardo engreído que sabe escribir malditamente bien antologías."



Sonrío antes de darle una breve respuesta y concentrarme en Lola. Me pasa un cepillo para que me haga cargo de mi cabello.

—El hombre que me trajo es mi exnovio. Fue mi novio en la escuela.

—Tú sí que sabes iniciar un buen chisme.

—Necesitaba irme un poco lejos de acá para pensar e ignorar que muchos se jactan llamándome zorra por simplemente tener fotos con Leo.

— ¿Solo eso?

Hago una mueca cepillando un horrible nudo en mi pobre cabello, Lola espera pacientemente una respuesta.

—También quería ignorar que soy quien le dio la peor noticia de su vida a Leo. No me gusta verlo así de triste y saber qué tiene que explicarle a su familia por qué no está con Marly en este momento.

— ¿Van a divorciarse? ¿Crees que lo hagan?

—No lo sé...

Ahora Leo está herido y yo estoy muy cabreada con Marly, pero una parte de mi piensa que es la misma chica que ha sido mi amiga durante largos años. Y así como ese pensamiento viene a mi cabeza estoy segura que aparece en la Leo.

Es una decisión muy importante la que debe tomar. Estoy segura que criar a un bebé que no lleva su sangre no le molestaría, lo haría como si fuese suyo, sería suyo. El problema se encuentra en la confianza, en la incertidumbre de esperar que ella lo engañe una vez más.

Leo la ama tanto que la idea del divorcio tiene que estar dañando a su corazón.

— ¿Qué más te llevó a veinte minutos lejos de tu hogar y tomar?

—Dos cosas más en realidad. La primera es la exnovia de Ethan— ella parece confundida—. Cierto que te uniste al mundo fiver cuando comenzamos a vivir juntas. Ethan solo tuvo otra relación pública antes de mí, Samantha Kaplan.

— ¿La modelo ardiente pero estirada?

—Sí, esa misma— muerdo mi labio, por más que confíe en Lola no puedo contarle exactamente lo que ella me dijo cuándo ni siquiera Ethan tiene conocimientos de que yo lo sé—. Dijo cosas...Uhm, bueno, me hizo confirmar que es una perra sin corazón. Ella realmente hizo y dijo cosas que en su momento lastimaron a Ethan y dejaron una marca.

»Llámame ilusa, pero tengo la certeza de que conozco a Ethan y sé que ella le atribuye una culpa que no es suya, pero me gustaría escuchar su versión, que se abriera lo suficiente para finalmente dejar ir ese miedo.

Lola asiente con la cabeza en señal de aprobación, luego frunce el ceño.

— ¿Qué tan perra es?

—Lo suficiente como para que se lo dijera a la cara.

—Ya le decía yo a Gina que ella era hermosa pero parecía que tenía un palo dentro del culo. Demasiado presuntuosa. Tú eres más real y espontánea. Puede ser muy modelo y bella, pero si no tiene la actitud y materia gris ¿De qué sirve?

— ¿Para follar?

—Si fuera la mejor folladora Ethan simplemente no enloqueciera contigo de ese modo en la cama.

— ¿Fuiste una mala folladora y por eso ahora tus exnovias follan con otras u otros?

—Soy la mejor folladora, te lo mostraría pero soy fiel a mi chica y sería raro.

Con Lola nunca puedo tener un momento de odio tranquilo sin que acabe riendo. Me encanta.

—Detesto a Samantha, Lola.

—Como soy tu amiga, voy a detestarla contigo y obligaré a Gina a que también lo haga— ambas reímos—. Ahora dime ¿Qué es lo otro que te hizo ir tan lejos por una taza de café?

—Ethan. Quiero estar con él y dije que está vez era su decisión a dónde iríamos. Pero no he sabido nada de él ¿Realmente va a dejar así nuestra relación?

Lola me da una sonrisa mientras yo suspiro. Estar enamorada no es fácil supongo, pero tengo que tener en cuenta que en la vida ni siquiera las personas que parecen más afortunadas la tienen fácil.

— ¿Por qué no me advertiste que amar a alguien te hace un ser inestable, Lola?

—Porque estoy segura de que también te diste cuenta que enamorarse es muy bonito y vale la pena.

—Sí... lo es. Tenía miedo de nunca sentir, Ethan me hizo sentir mucho.

—Sobre todo cuando estaba sin ropa. Ayer mientras te acostaba intentaste darme un tamaño de su polla, fue divertido.

—Dime que estás bromeando.

—Estoy siendo muy honesta. Por las medidas que diste parece que está bien dotado.

— ¡Para!

—No lo haré, de hecho te contaré. Abrí la puerta y entonces tu ex parecía aliviado, entró y pidió un taxi mientras yo me hacía cargo de ti. Él como que tenía una erección ¿Qué estuviste diciéndole al pobre hombre? Tuvo que haberse ido muy adolorido.

Me sonrojo, todo lo que puedo recordar es tener a Ethan en mi cabeza, unos recuerdos un tanto subidos de tonos.

—Al menos puedo recordar que me disculpé después de tantos años—muerdo mi labio inferior—. A riesgos de sonar fastidiosa y despechada, de verdad lo extraño Lola. Puede que solo hayan pasado cuatro meses desde que empezamos a salir, pero en todo ese tiempo siempre estaba conmigo de cierta forma.

—Ven, ahora que no eres un culo ebrio déjame mostrarte algo.

Camino detrás de ella y me detengo cuando veo: tulipanes, rosas, margaritas y girasoles sobre nuestra pequeña mesa. Lola me sonríe.

—Todo eso es para ti. Léelos en el orden en que están, al menos eso dijo el pervertido que lo entregó.

— ¿Pervertido?

—Sí, no dejaba de verme el culo. Tuvo suerte de que Gina no estaba aquí.

Me acerco con lentitud y tomo la pequeña tarjeta de los tulipanes.



"Pase libre para golpear a Ethan Jones.

Puede usarlo cuando guste pero válido para una sola vez y no en el rostro."



No puedo evitar sonreír porque me causa diversión y suena bastante como él. Voy siguiendo la secuencia



"Pase libre para comerle la boca a Ethan Jones.

Válido para cuanto tiempo quiera, puede canjearlo por un beso en cualquier parte del cuerpo"



"Pase libre para abrazos de Ethan Jones siempre que lo necesite.

Abrazos de felicidad, tristeza, lujuria y confianza. Este pase le permitirá tener abrazos siempre que quiera."



¡Dios mío! Casi lo odio porque se forma un nudo en mi garganta de emoción. Lola me observa a la expectativa. Tomo la última tarjeta, los girasoles.



"Pase para tomar y hacer lo que quiera con el corazón de Ethan Jones.

Advertencia: es un corazón golpeado, desconfiado y oxidado. Pero aun es capaz de sentir calidez y latir por alguien más..."



¿Ethan escribió todo esto por mi llamada? ¿Nació de él o de la idea de que estaba con otro hombre?

— ¿Cuándo llegó todo esto?

—Ayer al medio día, estabas en el trabajo. Yo estaba ansiosa de que vinieras y vieras tus flores, pero llegaste tarde y ebria.

Antes de mi alcoholizada llamada. Busco de sentarme pero alguien llama a la puerta, volteo a ver a Lola.

— ¿Apostamos a que es el señor romántico? Ve y abre tú.

—Pero estoy con la imagen de resaca.

—Ah, pues nadie te manda a ser una alcohólica desvergonzada. Abre esa desgraciada puerta.

Como no me muevo me da empujones hacia ella. Ni siquiera me deja pasar mis manos, aun con las notas, por mi cabello porque abre la puerta.

Mi corazón hace ese cursi salto ante la imagen de Ethan. Sus ojos avellanas parecen absorber todo de mí y desearía no verme como la mujer con resaca que soy. Él endereza su espalda antes de respirar hondo y desdoblar una hoja. Aclara su garganta.

Pero se queda en silencio solo observándolo, le doy una sonrisa que seguramente rebela la timidez que siento en este momento. Me siento como una mujer sedienta aun obteniendo agua con tan solo verlo.

Lo extraño tanto que siento la urgencia de raptarlo y obligarlo a ser razonable, pero me recuerdo que me dije a mi misma que no iba a obligarlo, que lo dejaría volver por sí solo.

—Razones por las que debes conseguir el perdón de Grace Elizabeth Spear Hamilton, escrito por Ethan Jones y anexado con un plan muy específico de cada paso a seguir para llevarlo a cabo—lee.

—Oh...

—Muy bien, aquí vamos. Estas son las razones.




Holaaaaaaa originalmente iba a dividir este capítulo en dos porque lo encontraba algo largo, pero ya qué.

De igual manera iba a subir antes pero con tantas cosas en la cabeza se me pasaba. Ahora bien, no hay capítulo la semana de arriba debido a que estaré de viaje como lo he mencionado ya (las veo el jueves fivers de Argentina). Así que no digan que no les avisé  cuando no reciban notificación la semana que viene.

Para noticias sobre mis historias:

Instagram: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

YouNow: DarlisStefany

Capítulo dedicado a @Me-herondale ¡Finalmente el hada te ha señalad! Infinitas gracias por todo ese bonito apoyo, me alegra que esta historia se haya colado muy dentro de tu corazón.

Espero les guste.

Un beso.

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