Capítulo Cuarenta y tres



Capítulo cuarenta y tres.



La novia de Harry Jefferson tiene ya meses trabajando aquí. Siempre la saludó con mi mano y a la distancia porque no quiero que piense que soy una fan loca intentando aprovecharse y también porque ella me intimida.

Creo que nos intimida a todos. Es algo más que su notable belleza, es la seguridad que proyecta y cómo parece ser increíblemente buena en lo suyo. Sin embargo, el que todos estén impresionados e intimidados hace que nadie más que Cameron se le acerque, lo cual seguramente no le gustaría saber al bello Harry Jefferson.

Se ve triste mientras come sola y esa es la razón, por la que sin importarme parecer una loca, me acerco a ella. Nunca me ha gustado comer sola y estoy suponiendo que hacerlo a ella la entristece más.

—Todos hablan de tu embarazo — es lo primero que digo, sus ojos grises se elevan y parece sorprendida de mi presencia. Trato de no acobardarme mientras le sonrío.

Cuando me devuelve la sonrisa, lo tomo como mi señal y me siento, eso sí, me encargo de preguntarle primero. Saco mi almuerzo fingiendo que esto es algo cotidiano entre nosotras y no recordar el hecho de que nunca hemos hablado.

Unos pocos compañeros me saludan y Gordon palmea mi hombro cuando pasa por mi lado. Vuelvo mi atención a la que podría ser pelirroja.

—Lo sé, mi embarazo es inclusive uno de los temas más hablados en las redes sociales y canales televisivos.

—En la radio también... y periódicos —agrego riendo. A Lola le encanta leer todos los chismes y a mí me encanta que ella los comparta conmigo. —Por cierto, me llamo Grace.

—Es un placer conocerte Grace, todos me han hablado muy bien de ti.

—Eso espero —le guiño un ojo y comienzo a comer, me siento cómoda. Entiendo que no va a comerme—. Pero seré sincera al decirte que realmente creo que eres la mujer embarazada más deslumbrante que he visto. Es decir, tú pareces una celebridad embarazada, tu estomago tiene la proporción perfecta y no luces demacrada, ni destruida, es admirable.

Excepto que se ve algo triste, pero no es algo que quiera mencionar. Ella ríe y mastica.

—He corrido con "algo" de suerte en este embarazo, en ese aspecto. Pero créeme, sólo tengo cinco meses, en tres semanas seis, en algún momento seguramente me pondré muy enorme y muchas partes de mi cuerpo se hincharan.

Río mientras Carlos me saluda en español y sigue de largo. No puedo evitar que mi curiosidad haga su aparición y espero eso no la moleste.

— ¿Y cómo es estar con uno de los miembros de BG.5? ¿Con uno de los hermanos Jefferson?

—Oh, ya veo, ¿No me digas que eres...?

—Bueno, tengo diecinueve años, no puede esperarse que no me guste una muy buena banda que no es pop.

—Lo cual es genial, créeme, ellos tienen fans de todas las edades y de ambos sexos —ríe y parece aliviada de poder hablar con alguien—. Para responder a tu pregunta, sin miedo a que la bloguees, estar con Harry es bastante peculiar y maravilloso. No es tan fácil como parece, ya sabes, él tiene responsabilidades y yo las mías, pero sabemos hacerlo funcionar y entonces ambos nos hacemos bastante bien y disfrutamos de esa burbuja en la que nos encontramos cuando estamos juntos.

Hay tanto brillo en sus ojos ahora que es muy difícil no notar que está enamorada. Que más que verlo como un miembro de una banda híper famosa, lo ve a él, la persona real y eso me hace sentir un nudo. Me hace sentir anhelos de sentirme de la misma forma en la que ella se siente sobre alguien.

Me da anhelos de enamorarme.

—Cuando supe de "Karry" simplemente me encantó la idea, la idea de una chica con una aparente vida fuera del mundillo de la fama pero con una gran belleza, con la suficiente personalidad y encanto para atrapar a un hombre que millones de féminas desean.

—Oh, bueno, es bueno saber que eres de ese grupo amplio que estuvo de acuerdo con mi relación con Harry.

Siempre habrá quienes juzguen sin conocerla. Honestamente ella me da mucha mejor impresión de lo que lo hacía Jenny Fletcher, no es que sea mi asunto la vida amorosa de BG.5, pero siempre es difícil no opinar sobre estos asuntos.

—Sí, muchos amaban a "Henny" pero yo no. Esa modelo, siendo perfecta, no me parecía la indicada.

—Bueno, eso hace que me agrades más —hay diversión en sus palabras—. Aquí entre nosotras, tengo una gran aversión hacia Jenny, es una grandísima perra que se ha ganado malos sentimientos de mi parte.

—Te creo, pero es una maravilla que ella esté en el pasado, y Karry sea el presente.

—Esperemos.

Le pregunto si tendrá niño o niña, pero tristemente aún no sabe qué será porque espera a que Harry regrese de gira. Aprovecho la oportunidad para halagar a su niño, ese ángel tiene que tener los rizos más espectaculares y el rostro de bebé más dulce.

—Tú y yo nos llevaremos muy bien Grace —me guiña un ojo y sonrío. Porque también lo siento de esa forma.

—Eso será genial, Kae... ¿Puedo llamarte así, verdad?

—Puedes.




Jodido cielo. Tener a un doctor reponiendo los puntos de mi herida pasada la media noche no es bonito ni agradable, así que mi mirada esta únicamente concentrada en Ethan intentando de esa manera aliviar el dolor.

Tiene unas notables ojeras alrededor de unos ojos que lucen muy cansados, hay una tira blanca sobre su cien, su cabello es todo un desorden puntiagudo en todas las direcciones y su brazo está cubierto por un yeso mientras varios de sus dedos tienen vendaje.

Y ya te digo que no sé si es su genética o es el amor que siento, pero no puedo encontrarlo poco atractivo. Quizás se trate de ambas cosas.

Pensaría que estoy loca porque una vocecita en mi cabeza grita que Ethan entró a verme y otra me dice que lo hizo mientras dormía quizás para que yo no lo supiera, o también está el factor de que tengo algún calmante leve porque el dolor se disipó como un despiadado desgraciado ante la abertura de la herida y en consecuencia pérdida de puntos.

¿Lo que falta? Que ahora Ethan también se culpe de eso porque seguramente asume que todo lo malo proviene de él.

Quizás no estoy siendo justa, pero estoy cansada, drogada y adolorida. Eso tendría que justificarme al menos un poco.

—Todo listo. Esperemos no vuelvan a salirse. Trata de no hacer movimientos bruscos— pide el doctor antes de darse la vuelta— ¿Usted es quien está pasando la noche como compañía?

—Eh...sí.

Ethan inseguro, algo que pasa muy pocas veces.

—De acuerdo, la enfermera estará revisándola cada poco par de horas, de igual manera si nota algo extraño no dude en notificarlo. Dudo que la herida haya estado el suficiente tiempo expuesta para una infección, pero siempre es bueno estar atentos ante cualquier amenaza— se gira hacia la enfermera y le da indicaciones antes de volver su atención a mí— ¿Necesitas más calmantes para llevar el dolor?

Me duele, pero no necesito estar muy drogada cuando Ethan finalmente hace su acto de aparición. Mierda, parece que la droga me hace un ser malvado y rencoroso.

—Estoy bien.

Dice un par de cosas más antes de salir con la enfermera y dejarme a solas con Ethan. Vagamente ahora me pregunto cómo es que mi familia me ha dejado pasar cada noche sola, lo que me lleva a pensar que literalmente Ethan ha estado frente a mi puerta en cierta forma cuidándome.

— ¿Eres quién se hace cargo de mi por las noches? ¿Quién procura que yo esté bien?

—Sí.

—Pero aun así no quieres verme.

—Yo no diría exactamente eso cuándo siento que puedo respirar por primera vez, en días, viéndote realmente a los ojos.

—Así que eras un raro y me veías dormir— suspiro— ¿Vas a decirme algo que me hará llorar y romperá mi corazón o simplemente vas a decirme lo que deseo con toda mi alma escuchar?

Mira alrededor antes de sentarse al lado de mis pies en la cama, pasa una mano por su cabello. Suspira.

—Aún me cuesta creer que mam...Cecilia mató a mi perro, porque no puedo llamarla nunca más "mamá", me encuentro constantemente preguntándome cómo siquiera tuvo las agallas y corazón para hacerlo— aclara su garganta como si tratara de alejar un nudo—. No sé cómo ha sido capaz de matar la familia de su hijo, pero entonces no me extraña, después de todo también mató a mi conejo Melodía. Supongo que quien me trajo al mundo tiene una mente retorcida o simplemente me detesta lo suficiente para lanzar tanta mierda.

— ¿La enfrentaste?

Estira su mano libre y sana para tirar de los dedos de mis pies, sabe que eso me hace cosquillas y cuando no puedo controlar la risa que sale, fija sus ojos en mí.

—Las opciones eran estas Grace: Ir y soltar toda mi ira diciendo cada cosa que siempre quise expresar más los nuevos sentimientos, o quedarme y asegurarme que mi error no lastimara a la persona que ha estado para mí amando cada cosa que otros han dicho que está mal.

» ¿Quién crees que me importa más? ¿Con quién iba a desear quedarme?

Alejo mis pies de él, pero entonces sus dedos acarician de forma relajante mi pantorrilla por sobre la sabana.

—Pensé que conocía la respuesta, pero entonces tú no has sido capaz de entrar y verme antes.

—Estoy avergonzado.

—Avergonzado— repito como si probara la palabra en mis labios.

—Segundos antes de prometer que nada iba a pasarte, pierdo el control de mi auto porque me ciego tanto en mi dolor para no notar que era totalmente una idiotez manejar en esa condición y con lluvia. Mucho menos cuando tú ibas a mi lado.

—Y te culpas y quieres alejarte.

—Seamos honestos. Ha sido mi culpa, mi irresponsabilidad. Yo ni siquiera noté que tú no traías cinturón de seguridad, pudo ser peor Grace. Pudiste simplemente...— cierra sus ojos con una mueca de dolor.

—Pero estoy aquí y viva.

—Fue angustiante. Dolió y duele como la mierda haber perdido a Bucker, pero yo ni siquiera puedo describir cómo se sintió la idea de no verte más, de que no estuvieras viva.

»He hablado mucho con tu papá y él dijo algo que quizás sea acertado. Cuando creo que lo arruino, me equivoco o algo es mi culpa me voy, pero nunca me quedo a pedir disculpas. Yo... lo siento, lamento mucho que las cosas se me fueran de las manos, aprovecharme de tu lealtad hacia mí como para ponerte en esta clase de peligro. Nunca me hubiese perdonado si hubieses partido.

—No me obligaste a entrar al auto, subí porque quise.

—Porque me amas.

—Exacto. Lo vas entendiendo. Si hubiese sido a la inversa ¿Hubieses tú subido al auto?

—Sin pensarlo.

—Entonces ahí tienes tus palabras.

—No pretendía alejarme, al menos que tú lo quieras... solo, no sentía valor para venir y ver lo que mi irresponsabilidad causó y tengo miedo de que esto ya haya sido suficiente para ti. Que esto te haya desgastado.

—Eso es absurdo. No es como si bebiste y te drogaste mientras me obligabas a subir al auto y me exigías no usar cinturón de seguridad. Creo que ambos fuimos igual de idiotas e imprudentes. Ambos escuchamos las muy sabias advertencias de Max y en el fondo sabíamos que las cosas podrían terminar mal.

»Tú me dejaste subir porque me necesitabas y yo subí porque necesitaba estar contigo. Porque pude ver cuánto sufrías al saber que la persona que por naturaleza debería amarte no hace más que herirte.

Permanecemos en silencio, estiro mis dedos y acaricio su cabello, su barbilla se recarga de mi pierna y cierra sus ojos. Luce tan cansado.

— ¿Has estado aquí, siempre?

—Solo me he movido para asearme.

— ¿Cada noche...tú?

—Sí.

— ¿Por qué me amas?

—Porque lo hago.

— ¿Ibas a terminarme? — abre sus ojos y me observa desde su posición.

—No. Iba a dejarlo si es lo que querías.

— ¿No lucharías?

—Hay una diferencia entre luchar y respetar los sentimientos y decisiones de la persona que te importa. No puedes amar a alguien y solo pasar por encima de sus decisiones, he visto eso antes y a eso yo particularmente no le llamo amor.

— ¿Cómo le llamas?

—No lo sé, pero no es amor.

—Soy feliz contigo, incluso los momentos malos me recuerdan que esto es real y que existen los altibajos. No voy a terminarte. Yo te amo.

—Lo sé.

Espero mi respuesta y noto sus labios extenderse en una pequeña sonrisa, sus ojos cerrados. Lo hace adrede.

—También te amo, habladora.

Permanecemos en silencio, me quejo brevemente ante el dolor. Entonces algo viene a mi cabeza.

—El medico dijo que podría quedarme una pequeña cicatriz.

—Seguirá encantándome esa parte de tu cuerpo y me seguirá enloqueciendo besar ese trozo de piel, confía en mí.

—Lo hago, créeme que lo hago.

No responde y cuando hago otra pregunta me doy cuenta que ha sucumbido al cansancio y que se ha quedado dormido abrazando con su brazo bueno mis piernas, el yeso contra la cama y su rostro ahora sobre la parte baja de mi muslo. Estiro mi mano y acaricio su cabello.

Así que cada noche ha estado cuidándome.

No importa cuánta mierda le arrojen a Ethan, parece que su luz propia nunca se oscurece. De alguna manera no han logrado arruinar la bondad y buenas acciones en él y eso me maravilla. Me sorprende y alegra saber que no importa cuántos golpes recibe, a su manera, siempre logra levantarse.

***

9 de septiembre, 2014.

La abuela parece muy concentrada abotonando mi camisa mientras tía Olivia cepilla mi cabello, creo ambas se están esforzando mucho en ocultar lo que es muy obvio.

—Tranquilícense y dejen de ser maniáticas, puedo perfectamente lidiar con el hecho de que mamá no vino.

—Le traen malos recuerdos venir a estos lugares— justifica tía Olivia.

—Imagínate lo que siento yo— le doy una sonrisa irónica—. De verdad estoy bien, finalmente mamá y yo hemos entendido la naturaleza de nuestra relación.

Después de esa fría conversación la verdad quedó a la luz: sufre lo suficiente por mis hermanos para negarse a sufrir por mí, porque estoy suponiendo que fue más fácil asumir que no tenía una hija que la necesitaba; no nos hemos visto.

— ¿Puedo entrar? — pregunta Ethan tocando la puerta de la habitación.

— ¡Es Ethan! — río porque la tía ha sonado como una fan enloquecida. La abuela sin embargo le ha dado un largo sermón sobre los peligros de conducir con inestabilidad emocional y un torrencial de lluvia.

Antes de que pudiera decir algo, la abuela me dijo que decir que su perro murió no lo justificaba, que simplemente había sido algo muy irracional, sin embargo luego lo abrazo y dijo que lamentaba su pérdida. Entonces luego la abuela Victoria entró a la habitación y conoció a mi abuela, fue un momento tan peculiar y memorable.

Fue como observar un choque de personalidades que de una extraña manera se agradaron. Por lo que sé, Victoria Jones se está quedando con Ethan por tiempo indefinido, me dijo que no tenía pensado volver a Bolton pronto y que quería hacerle compañía su niño porque sabía que él no quiere estar solo.

Conoce que Ethan le teme a la idea de la soledad casi tanto como una vez me confesó que Andrew le temía.

—Grace se está vistiendo— dice la abuela pidiendo que me ponga de pie para subir mi pantalón holgado.

—Seguramente ya ha visto sus bragas mamá, nada que podamos ocultar a estas alturas de la vida— ese comentario de la tía Olivia hace que más temprano que tarde mis mejillas se sonrojen, es tanto que sonrojo llega hasta mi cuello y pecho.

—Como sea el caso, aún no ha visto sus bragas frente a mí y no va a hacerlo ahora.

—Que incómodo es esto, pero puedo escucharlas y está bien. Puedo esperar aquí afuera—grita Ethan.

La goma de la cinturilla del pantalón holgado abraza mis caderas y entonces la abuela permite que Ethan entre a la habitación, me da una pequeña sonrisa. Aun se ve tan agotado, me preocupa. Fui quien se llevó mayor parte del golpe y los daños, pero es él quien luce como si se hubiese extraído parte de su paz.

Supongo que le tomará tiempo aceptar que quien lo trajo al mundo fue capaz de herirlo tan profundamente, lo bueno es que él sabe que quienes los amamos estamos aquí con él y saber la verdad lo ha ayudado a lidiar mejor con el sentimiento de culpa. No digo que aún no se sienta culpa, porque aun ese sentimiento está ahí, solo que no con la misma intensidad.

Da unos pasos hacia mí y observa de mi tía a mi abuela antes de intentar presionar sus labios de mi mejilla, pero giro mi rostro y sus labios acaban contra los míos. Justo como lo deseaba incluso cuando lastima el corte que hay en el interior de mis labios donde obtuve 5 puntos, agradezco el roce de sus labios.

—Hola—susurro.

—Hola a ti habladora ¿Lista para irte a casa?

—Totalmente lista.

— ¿Crees que podrías hacer primero algo por mí?

—Estaremos afuera hablando con tu papá sobre qué dijo el médico— anuncia la abuela saliendo junto a la tía Olivia, dejándonos solo.

Ethan se sienta a mi lado en la cama. Hago una mueca viendo su yeso, es algo extraño.

— ¿Qué quieres que haga por ti?

— ¿Podrías darme tu autógrafo? — mete la mano libre en el bolsillo de su pantalón y me extiende un marcador.

— ¿Cómo es que lograste meter ese marcador en un pantalón tan ajustado? — me burlo.

—No seas mala conmigo. Ahora ¿Me darás tu autógrafo?

—Nadie te lo ha firmado aun.

—Vas a ser la primera, siéntete afortunada.

—Por supuesto que Ethan Jones le diría algo como eso a su novia— sonrío y me inclino besando sus labios. Me quejo porque lastimo las costuras internas en el.

—Deja de lastimarte besándome.

—Pero me gusta besarte. Mucho— tomo el marcador—. Tanto honor en mis manos me da la responsabilidad de tener que poner algo muy impresionante sobre ese yeso.

—Solo no dibujes una polla o pechos y todo estará bien.

—Y yo que estaba pensando en dibujar la tuya. Hubiese sido impresionante.

—Apuesto que sí.

Muerdo mi labio y pienso, pero entonces con absoluta rapidez las palabras más simples y significativas vienen a mí. Unas palabras que escaparon cuando mi mente estaba nublosa por licor pero que ahora me doy cuenta son absoluta verdad. Están cargadas de mucho significado.

Me inclino y presiono el marcador sobre el yeso dejando las palabras ahí, para que las lea por cuanto tiempo tenga el yeso. Para que las lea hasta que al cerrar sus ojos cuando se sienta solo o sobrepasado por sus problemas, pueda recordar que ha hecho cosas grandiosas por alguien. Por mí.



«Tú me das vida. Te ama, tu habladora»



Sonrío y tapo el marcador. Él baja su vista y lee. Su respiración se detiene por un segundo antes de inhalar fuertemente. Alza la vista y su mirada está llena de tanto... amor, que me sobrepasa y sorprende.

—Es perfecto... es, ni siquiera tengo palabras.

—Es real— susurro acariciando su mejilla—. Tú me das vida.

— ¿Incluso cuando te he dado otra cicatriz? — gentilmente y sin maltratarme sus dedos se posan en mi costado aun vendado.

—Lamento arruinar tu momento dramático, pero el doctor garantizó que no iba a quedar una gran cicatriz, apenas una línea de varios centímetros, nada que vaya a llamar mucho la atención. No como mi espalda, así que termina tus lamentos ahora o voy a molestarme.

—Está bien. Esto sin duda va a ser las palabras más bonitas que alguien dejará en este yeso. Nadie es como tú.

—Nadie. Así que siempre debes conservarme como tu novia.

—Lo tendré en cuenta— ríe y besa mi frente.

— ¿Cómo te sientes hoy?

—Aun afectado, sigue doliendo. Es simplemente raro llegar a casa y no tener a Bucker intentando derribarme o siguiéndome en cada paso que doy. Sabía que lo amaba, solo que no pensé que lo amara tanto como para que perderlo doliera de esta forma.

—Era tu bebé.

—Gracias. Supe que la idea de todo eso tan especial sobre Bucker fue tuya.

—El amarillo y discurso son totalmente obra de Doug.

—Tengo una familia especial. Mi verdadera familia es especial— sus dedos toman mechones de mi cabello—. Sin embargo, aun necesito enfrentar a Cecilia, siento que el resentimiento y palabras me están quemando por dentro.

—Entonces hazlo, pero sin poner tu vida en peligro de nuevo ¿Por cuánto tiempo debes mantener el yeso?

—3 semanas y medias. Teníamos fecha para unos pequeños conciertos sorpresas, pero debido a que estoy indispuesto para tocar y ensayar han sido pospuestos.

—Ya verás que cuando se realicen será todo un éxito—suspiro y recargo mi barbilla de su hombro—. Hoy voy a hablar con papá, voy a decirle la verdad. Por eso decidí que sea él quien me lleve al apartamento, pero creo que primero tomaremos un desvío.

»No te lo dije, pero la noche que Bucker murió hablé con mamá... y fue horrible. Básicamente entendí muchas cosas. Actualmente no le importó porque esta entumecida y no quiere sufrir por mí, supongo que se hace a la idea de que ese día perdió a los únicos hijos que tenía. A todos. Luego caí en cuenta de que nunca me ha pedido guardar su secreto.

Miro fijamente a Ethan, él asiente con su cabeza pero sé que se encuentra confundido porque no sabe de lo que hablo.

—Los mellizos eran hijos de mi papá, Ethan. Es por eso que Jorge enloqueció, él lo supo y eso lo enloqueció... había olvidado tomar sus medicinas...

—Grace...

—Y lo he sabido desde ese día, solo que tenía miedo de decirlo. Tengo miedo de decírselo y romperlo, pero no puedo callarlo más. Me enferma, me envenena verlo a los ojos y fingir que no lo sé, me hace mal.

»Ellos pudieron tener mi apellido. No digo que Jorge no fuera un gran papá, porque lo fue, hasta ese día él había sido un hombre excepcional, pero aun así yo no puedo evitar pensar que los mellizos se perdieron la oportunidad de conocer a mi papá como el suyo y papá de disfrutar de ellos. Si tú hubieses visto la manera en la que interactuaban cuando iban conmigo a visitarlo o en mis fiestas de cumpleaños— sonrío—. Debí intuir que Chase después de todo tenía el ingenio divertido de papá. Solo que nunca me pasó por la cabeza esa idea. La idea de mis padres teniendo una aventura o algún encuentro que diera con ese resultado.

— ¿Por 6 años te lo has guardado?

—Sí, y por 6 años ha pesado en mi consciencia.

—Entonces, si te sientes lista, nada puede detenerte.

— ¿Y si él me odia después de esto?

—Grace, tu papá te ama es algo demasiado evidente, eres como su vida, no creo que sea posible que llegue a odiarte y tú lo sabes.

—Ya no eres idiota— me río—. Antes, cuando huías de mí, me convencía de que solo eras un idiota porque me dolía tu rechazo.

—Bueno, sentirme tan atraído hacia ti me estaba enloqueciendo, por lo que no soportaba tenerte tan cerca y querer hacerte tantas cosas.

— ¿Qué tipo de cosas? — subo y bajo mis cejas constantemente haciéndolo reír.

Baja su rostro y besa la comisura derecha de mi boca riendo, con mi nariz acaricio su barbilla y la poca barba que posee me raspa un poco, pero no me importa. La puerta se abre.

— ¿Estás lista para que nos vayamos, hija?

Es una pregunta tan simple, pero tiene cierta carga para mí. Observo a Ethan y él besa mi frente antes de susurrar: tú puedes.

Yo puedo.

No voy a aplazarlo. Es mi papá, uno de los hombres más importante en mi vida. Va a dolerle, pero es imposible que me aleje o deje de amarme por ello. Es normal sentir miedo, pero no voy a dejar que el miedo me detenga.

Quizás es egoísta, pero necesito decírselo para sentirme mejor, para sentirme libre. Para ser capaz de verlo a los ojos sin sentirme como una traidora ocultando algo tan importante.

—Estoy lista papá.

Odio esas políticas que dictan que debo salir en sillas de ruedas, sin embargo me distraigo con la conversación que Ethan intercambia con papá. Noto a la abuela miranda a papá, como si desde que le dije la verdad intentara encontrar en él algo diferente.

Si a mí me ha pesado cargar con este secreto por tanto tiempo ¿Cómo podía mamá vivir con él? Vivir, amar y ver a Jorge sabiendo que le mentía cada segundo, cada instante. No lo entiendo.

—Abuela Wanda ¿Qué le parece si usted y tía Olivia se vienen conmigo? Démosle algo de tiempo padre e hija a los Spear— sugiere Ethan. Entonces miro alrededor.

—Tú no puedes conducir.

—Lo sé, vine con Stone. Él está a cargo del volante.

Con ayuda de papá, aunque no la necesito realmente, me levanto de la silla. Subo al puesto de copiloto de su auto y hago una mueca ante el dolor punzante en mi costado, pero es tolerable. Ethan se acerca y cierra la puerta.

—Te veo en un rato.

— ¿Un besito? — estiro mis labios haciéndolo reír.

—Te gusta sentir dolor— se inclina y me da un beso rápido que no lastima mucho las costuras interiores de mi labio—. No va a odiarte.

—Gracias.

Me despido de la abuela con la mano y papá sube. Tararea alguna vieja canción mientras enciende el auto. Mis padres fueron una pareja de rubios, casi el mismo tono de rubios. Papá tiene los ojos grises, los que heredé, mientras que los de mamá son verdes del mismo modo en el que lo fueron los de los mellizos.

Suspiro.

— ¡Ufs! ¿Ese suspiro es una advertencia de que mi niña va a ponerse tonta?

—Te amo papá, siempre ten en cuenta eso.

—Eso nunca lo olvidaré mi Grace.

— ¿Crees que podríamos tomar un pequeño desvío?

— ¿Ahora?

—Por favor.

—De acuerdo ¿A dónde quieres ir?

—Al cementerio— voltea a verme brevemente—. Quiero visitar a mis hermanos ¿Puedes acompañarme?

—Si eso es lo que quieres, está bien. Tu súper papá se encarga de esto.

—Te amo mucho, papi.

—Y yo te amo a ti mi niña tonta.

— ¿Incluso si te mintiera y lastimara?

Noto que frunce el ceño pero se mantiene conduciendo. Mi pregunta tiene que parecerle demasiado extraña.

—Incluso a pesar de eso, te seguiría amando. Eres parte de mí Grace y eres la mitad de mi vida. Siempre voy a amarte.

—Porque eres mi súper papá.

—Porque lo soy— sonríe.



Holaaaa, aquí el capítulo. Como verán ya se vislumbran momentos que pasaron en H de Harry *-* solo que desde los ojos de Grace.

Gente, confíen un poco más, Ethan tiene sus momentos idiotas, pero no es uno.

Capítulo dedicado a @unahabladora ¡Hey! Gracias por todo tu lindo apoyo, por eso el hada te ha señalado a ti y espera que esto te saque una sonrisa.

Recuerden que la saga tiene página de facebook, pueden encontrarla como "Saga BG.5 de Darlis Stefany" o el link en mi biografía. De igual manera, hay un grupo de facebook por si desean unirse "Stefflovers-Darlis Stefany"

Para noticias sobre mis historias:

Instagram: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

YouNow: DarlisStefany

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top