Capítulo Cuarenta y Dos
Capítulo cuarenta y dos
No me molesta ser la más joven en la editorial, llevo más de un año aquí y la mayoría ha aprendido a tomarme en cuenta, me llaman divertida porque no ando como si la vida me pesara y me gusta reírme y hablar, siempre. Así que Mick se ríe del resumen de una de las novelas eróticas a la que me ha tacado diseñar la portada.
— ¡Te juro que pasó así! Quedé desconcertada sobre por qué ella estaba tan feliz con la idea de él adrede dejando «su semilla» en su útero. Ella tenía diecisiete, no entendí un carajo. Pero bueno, aquí está la portada de igual forma.
—Quizá ella simplemente quería que le sembraran su semilla. Pero bueno, vas a engañar a los lectores, has creado una asombrosa portada.
—Casi me siento mal por engañarlos, pero quizás a muchos de ellos les guste la historia.
—O quizás no...
— ¿No sientes que la editorial está perdiendo su propósito y solo está publicando cosas que...?
—Sí. Sé de lo que hablas, pero los jefes mandan.
Asiento lentamente con mi cabeza. Hace un par de semanas pensaba en buscar otro lugar de trabajo, esta ha sido una experiencia genial, pero tampoco me gustaría estancarme, mucho menos si el trabajo ya no me satisface y si siento que ya no representa retos para mí.
¿Pero qué otra editorial importante me daría una buena posición como esta? Supongo que solo tengo que ponerme en la búsqueda.
Paso una mano por mi cabello y noto entonces a Cameron caminando junto a una muy sobresaliente mujer. Su cabellera es caoba, es alta y seguro que no sufre de la cosa de cuerpo menudo y desgarbado. La fortuna de tener curvas, supongo.
Cameron señala hacia nosotros y ella voltea. Abro un poco mis labios antes de devolver el saludo que me da con la mano.
Y ella es Kaethennis Stuart, quien tiene el corazón de Harry Jefferson.
Mi corazón fiver se acelera ¿Esto será suerte?
5 de septiembre, 2014.
Me duele el cuerpo.
Me duele jodidamente todo.
Me duele respirar.
Me duele pensar.
Todo duele.
Creo que escucho a alguien hablar. Siento un ardor terrible en mi garganta y siento que estoy asfixiándome.
—Grace, tranquila. Todo está bien.
Moverme es terrible, pero entonces comienzo a sentir menos dolor y me siento más relajada,
—Eso es, descansa cariño. Cuando vuelvas a despertar te prometo que todo estará bien.
—Señor Spear hablemos afuera, por favor.
***
Mi garganta duele, pero no de la manera horrible anterior. Mis párpados son pesados, me cuesta muchos intentos lograr abrirlos y cuando lo hago los cierro de nuevo. La luz me lastima. Lo intento de nuevo y observo a mí alrededor.
Asimilo cada detalle y entonces comienzo a sentir pánico.
Me siento atrapada.
De nuevo estoy aquí.
No. No. No puede ser.
Mi respiración se acelera y entonces la puerta se abre y observo a papá. Él se apresura hacia mí.
— ¿Los mellizos? ¿Dónde están?
—Cariño...
— ¡Mis hermanos! ¿Dónde están? Jorge él, él nos atacó y...
—Grace, cariño calma...
— ¿Dónde está Cheryl? — Comienzo a gritar aun cuando se siente como si hierro fuera forjado a mi garganta— ¡Chase! ¡Cheryl!
Intento sentarme pero las manos de papá van a mis hombros. Sus ojos se humedecen mientras me observa con fijeza. No va a gustarme lo que va a decirme, lo sé.
—No están Grace, ellos se fueron. Murieron.
—No...
—Cariño, murieron hace un tiempo.
—Pero... pero... ellos estaban y querían que los llevara al cine ¡Fui con Anthony! Jorge, papá, Jorge apareció y...
—Grace, no están
— ¡Estás mintiéndome!
—Cariño mírame. Respira.
Sigo las indicaciones que me da y tomo profundas respiraciones mientras siento mi rostro húmedo por las lágrimas.
—Se han ido...—susurro.
—Hace 6 años. Lo sabes cariño.
Parece asustado mientras me observa, como si esperara algo de mí. Tomo un profundo respiro y entonces cada cosa comienza a llegar a mí.
Murieron hace 6 años. Se fueron.
No siento ardor en mi espalda, pero otras muchas partes de mi cuerpo duelen. Mi costado arde.
Si esto no es un recuerdo ¿Entonces, qué es?
Observo de nuevo a los ojos cansados de papá, parece aterrado.
— ¿Lo recuerdas, verdad? Dime que recuerdas que eso pasó hace 6 años, cariño.
—Lo... lo recuerdo.
El alivio atraviesa su rostro antes de que bese mi frente. Cierro mis ojos y entonces lo entiendo. Abro mis ojos de nuevo.
— ¡Ethan! ¿En dónde está Ethan?
El doctor entra a la habitación e ignora mis preguntas sobre Ethan mientras me evalúa. Jadeo cuando haciendo a un lado mi bata encuentro una venda. Y cuando la retira casi podría desmayarme al ver el profundo corte. Me da náuseas y giro mi rostro.
Al menos mi espalda solo la vi cuando las heridas estuvieron cerradas.
— ¿Qué me ocurrió?
—Has estado 3 días inconsciente, ingresaste con mucha pérdida de sangre. Tuviste suerte— lo observo—. Este es el resultado de la perforación de parte del auto. Era un corte profundo y temimos que hiciera daño de manera interna. La cirugía fue difícil para extraer la pieza encajada, pero lo logramos.
¿Qué carajos? Estoy entre anonadada e incrédula. Eso suena como algo grave... y algo horrible. Volteo a ver a papá.
— ¿Otra cicatriz? — susurro.
—Trabajaremos en ello, siéntete afortunada.
Afortunada.
No me siento de ese modo.
—La enfermera vendrá a darte calmantes para el dolor. Pasaré a revisarte en poco rato. Bienvenida de nuevo Grace Spear.
Aun llena de incredulidad y mucho dolor en mi costado, veo al doctor retirarse. Vuelvo la vista a papá.
— ¿Dónde está Ethan?
Solo hay silencio y mi estómago se revuelve.
— ¿Está bien? ¡Oh, Dios! ¿Dónde carajos está Ethan?
—Sh, tranquila cariño— me calma, estoy entrando en pánico e imaginando lo peor—. Él solo consiguió unas fracturas en sus dedos y un yeso, está bien.
Tomo mi primer respiro de alivio. Está bien.
Estamos bien.
La enfermera ingresa y aun cuando es algo odiosa me trata con cuidado. Busco de nuevo la mirada de papá.
— ¿Dónde está?
—Está afuera.
—Quiero verlo.
Papá huye de mi mirada, frunzo el ceño.
— ¿Papá? Dile que entre. Quiero verlo.
La enfermera inyecta algo a mi bolsa y comienzo a sentirme fatigada y soñolienta. Papá toma mi mano.
—Lo siento cariño, pero él no quiere entrar a verte.
Creo haber escuchado mal, espero haber escuchado mal mientras mis ojos se cierran y el dolor se calma.
***
6 de septiembre, 2014.
—Espero no estés desarrollando un amor enfermizo a estar en hospitales.
—Leo— susurro.
—Hola niña estúpida. Estuve afuera como una planta hace dos días esperando que despertaras y lo haces cuando no estoy.
—Lo hice con toda la intención— intento bromear pero al reír duele como el infierno mi costado— ¿Viste mi herida?
—No ¿Está muy mal?
—No creo que vaya a tener mala cicatrización, dijeron que será menos perceptible que la de mi espalda y que luego podría someterme a una cirugía estética para mejorarla.
—Y porque te conozco estoy seguro de que te negaste.
—Solo quedará una raya de aproximadamente 7 cm o 10. Será fina y realmente no me importa, puedo vivir con ello.
—Seguirás siendo hermosa— toma mi mano y la besa.
—Te veo... diferente.
— ¿Con más ganas de vivir?
—Algo así.
—Voy a divorciarme. La decisión ya está tomada y estoy seguro de ello, sin embargo...— pasa una mano por su cabello—Voy a reconocer al bebé. No me lo dijo con detalles, pero el tipejo no va a hacerse cargo y yo no puedo solo dejar que bebé nazca desprotegido. No tengo rencor hacia una criatura que no ha nacido, quien cometió el error fue ella.
— ¿Estás seguro de ello? No es cualquier decisión la que tomaste, serás su papá.
—Sin importar las razones de su creación ya decidí que será mi hijo, ayudaré a su crianza y formación, y le daré amor. Mis padres no están muy de acuerdo, mamá no entiende por qué quiero hacerlo, sé que resulta confuso, pero siento esta necesidad y deseo de hacerlo.
—Eres muy noble.
—Ni tanto, una parte de mi es feliz sabiendo que alguien va a estar obligado a amarme por el resto de su vida sin traicionarme.
—Oh, Leo— aprieto su mano—. No pienses de ese modo, te hace daño.
—Estaré bien, lo prometo.
Aprieto su mano de nuevo y lo observo fijamente.
—Ethan no ha venido a verme. No... ha estado aquí. Estoy aterrada, lo último que le escuché decir es que tenía mala sangre, que Samantha tenía razón y condenaba a las personas. Y no ha venido verme, algo está mal si no ha venido y nadie se presta a ayudarme a localizarlo... estoy asustada y...
—Él ha estado cada día aquí Grace. Afuera.
— ¿Qué?
—Seguro luce sombrío y mal, pero ha estado afuera, como si cuidara tu puerta.
—Pero... no entra a verme.
Me da una mirada de compasión antes de besar mi frente. Me molesta recibir esa mirada en cuanto menciono a Ethan a cualquiera que venga a visitarme.
—No quiere pasar. No quiere verte.
— ¿Qué? Eso no tiene sentido. Esta afuera y... ¿Por qué estaría afuera si no quisiera verme? ¿Y por qué no querría verme?
No me doy cuenta de las lágrimas hasta que Leo comienza a limpiarlas. Son lágrimas de frustración y confusión. Yo misma me respondo las preguntas.
» ¿Culpa? ¿Solo está por culpa?
Recuesto mi cabeza de la almohada y tomo profunda respiraciones ¿Por qué no puedo solo tener un descanso de toda la maldita mierda cayendo a mi vida? Seguro, cargo con mi dolor y sufro cada día mis tragedias, pero nunca me he quejado realmente de la vida, de tener una segunda oportunidad. Pero ahora me siento resentida de no tener paz, de no alcanzar una felicidad plena ¿Es que fui terrible en alguna otra vida y no merezco felicidad?
—Grace.
—Si yo salgo de esta clínica sin verlo, sin saber ninguna otra razón por la que este aquí que no sea culpa, entonces me rindo. Yo no soy de abandonar sin luchar, pero no puedo más. No puedo dejarlo hacer y deshacer siempre que quiera. No puedo soportarlo.
— ¿Es un ultimátum?
—Es sentido común.
Observo el techo deseando que en cualquier momento Ethan entre por esa puerta, pero eso no sucede.
—Deseo que entré.
—Si tiene sentido común lo hará.
Excepto que esta nublado por el dolor de la perdida, resentimiento y culpa; una muy mala combinación para tomar decisiones importantes.
***
7 de septiembre, 2014.
—El osito Ben viene hacerle una felpuda visita a la pobre mujer malherida— la voz es tan ridícula que no puedo evitar reír dejando de cepillar mi muy enredado cabello.
—Suenas ridícula Naomi ¿Así que tengo que estar en un hospital para volver a verte como en 2 o 3 semanas?
—Dos y media y puedo explicarlo—se excusa extendiendo el oso de peluche de color azul hacia mí—. Traigo esta ofrenda de paz.
—Este oso es feo— no puedo evitar decir notando lo muy separados que están sus ojos, lo grande que es su nariz y lo espeluznante que luce su sonrisa—. Esto haría que los hijos de BG.5 se hagan encima, en serio que está feo.
—Oh, entonces me llevo a osito Ben conmigo.
—Sí, por favor.
— ¡Grace!
—Tienes que admitir que es un oso muy feo, en serio, no quiero ni verlo. Te perdonaré si lo quitas de mi vista.
Riendo lo arroja a algún lugar de la habitación en donde mis agradecidos ojos no pueden observarlo. Se sienta a mi lado y me observa.
— ¿Cómo estás realmente?
—Me duele donde tengo la herida, pero he tenido dolores muchísimo peores. Solo ha sido un susto, nada que no pueda soportar.
—Toda una chica fuerte.
—La vida me ha dado los suficientes golpes para hacerme inmune.
—Linda frase, la copiaré— me sonríe, luce agotada.
— ¿Qué tal has estado tú?
— ¿Además de angustiada ante el hecho de que tu papá contestará tu teléfono cuando llamé y me dijera que estabas hospitalizada?
—Además de eso.
—Bien... me ha costado conseguir un nuevo empleo y siento que mis ahorros ya se están escapando de mis manos. En última instancia si las cosas no funcionan me han hecho una propuesta que no sé si debo aceptar.
—Eso suena sospechoso.
—Supongo.
— ¿Qué te detiene de aceptarlo?
—Mis instintos... y mi esposo.
Abro mi boca como una idiota mientras ella asiente y sus ojos se humedecen. Mi mente esta confundida con esta información. Intento procesarlo.
— ¡Oh! ¡Naomi! ¿Has puesto una denuncia? ¿Has ido por una orden de restricción?
—Para.
—No. No puedes dejar que él te haga esto de nuevo— tomo sus muñeca y volteo sus brazos, en busca de signos de violencia— ¿Se lo has dicho a Jeremy? Independientemente de si las cosas entre ustedes se volvieron incómodas o arruinadas, es tu abogado y él sabrá cómo ayudarte.
—Simplemente para— presiona su índice y pulgar contra el tabique de su nariz antes de tomar un profundo respiro—. Jeremy lo sabe.
— ¿Y qué ha dicho al respecto?
Muerde su labio y comienza a golpear sus dedos contra su pierna, ese tiene que ser el signo de nervios más obvio que he visto en mi vida. Frenando la locura de mis pensamientos, comienzo a unir bien toda la información.
— ¿Quieres realmente saber lo que me dijo?
—Espera... ¿Cómo es que Ronald puede molestarte? ¿Cómo es que lo llamas tu esposo? ¿No te volviste una mujer divorciada a principios de años?
—A mediados de febrero.
— ¿Entonces por qué estás llamando a esa bestia tu esposo?
—Es que no hablo de él...
— ¡Jesús! ¿Qué se supone que hiciste?
Alza la vista antes de bajar una de las mangas de su hombro para revelar un tatuaje con corazones cursis y un nombre. Mi boca cuelga abierta.
—Caí en una trampa. Estoy tatuada y casada con Jeremy.
— ¡No me jodas! ¿Cómo...? ¿Cuándo...? O sea ¿Ustedes...?
—Lo secuestré— mi rostro tiene que reflejar mi conmoción porque suelta una risa un poco loca—. Quiero decir, no lo secuestré como realmente. Solo copié su idea de cuando deseó hablar conmigo y me llevó a una isla. Solo que fui loca y fuimos a Copenhague. Ya sabes, Dinamarca.
—Me sentiré ignorante si dices que tuviste una boda express porque siempre he pensado que solo sucede en Las Vegas.
—No lo sientas, yo también tenía esa concepción.
—Mierda, entonces una boda express. ¿Licor?
—No... Sí, bueno ¡Ash! — Cubre su rostro con sus manos—. Cual sea el caso, me casé y tatué el nombre de mi... esposo.
—Eres Naomi McQueen.
—Cállate— sisea—. Nadie lo sabe todavía. Mira, parece que tengo un trauma horrible sobre el matrimonio y despertar con un anillo me volvió una perra loca y mala, por lo que Jeremy quiere divorciarse.
— ¡Dios mío! ¿Es que aún quedan cosas en esta historia para sorprenderme?
—Yo no quiero divorciarme. Solo estoy asustada o estaba.
—Esto es tan confuso.
—Nosotros no hemos...
— ¿No han...?
—No hemos tenido sexo.
— ¿Ah? Espera, se casaron. Hace meses te raptó, tú lo raptas a él. Tatúas su nombre en tu hombro y entonces tenemos un matrimonio no consumado ¡Qué bonito! Felicidades, tienes la historia más peculiar de romance que he escuchado en mi vida.
—No estoy bromeando. Una vez te dije que no me siento cómoda sobre la idea del sexo, Ronald hizo que solo lo relacionara con violencia, dolor o desagrado.
Por un momento en la punta de mi lengua se encuentra la pregunta de si su exesposo alguna vez la forzó a tener sexo, pero me muerdo la lengua ahogando la pregunta.
»No soy tonta, sé que Jeremy es diferente pero no puedo simplemente convencerme de un día para otro que mi cuerpo no va asustarte o buscará protegerse como acto reflejo. Solo estuve con un hombre en mi vida que me hizo sentir como si estuviera con dos. El tierno enamorado y la bestia robándome vida.
»Seguro me he calentado alrededor de Jeremy, pero he acabado asustada.
— ¿Y por eso quiere divorciarse? ¿Por qué no le estás dando sexo? Porque pensé y asumí que él no era un idiota.
—Te dije que he estado un poco loca...y perra desde que amaneció y todo había cambiado. Además no hemos tenido sexo... pero ha habido algunas otras cosas...
»Mira, no puedo decirte la manera en la que me siento realmente alrededor de él, es...difícil de definir, solo que me hace soñar. Soñar de una manera en la que no me aterra enfrentar la vida...y sé que no quiero dejarlo ir. Ya no tengo miedo de encontrar que llevo un cursi y mal hecho tatuaje con su nombre o ver el acta de matrimonio. Ahora me asusta que termine antes de siquiera empezar.
—Entonces conquístalo Naomi, conquista a Jeremy. Lo conquistaste una vez, no puede ser tan difícil hacerlo ahora, no cuando no sientes miedo y estás dispuesta a soñar.
Me da una pequeña sonrisa y limpia pequeñas lágrimas que hasta ahora noto que derramó, procede a desviar la conversación y hablar sobre temas banales que logran distraerme un poco sobre lo neurótica que he estado con mi mirada cada minuto sobre la puerta. Esperando a que él simplemente entre.
— ¿Ethan está afuera? — interrumpo lo que está diciendo sobre una receta de algún pastel de fresa y zanahoria. Ni siquiera suena bien.
—Sí, claro. De hecho fue quien me dijo que te encontrabas sola y que sería lindo que entrara a hacerte compañía porque sabe que tú siendo tan habladora no querrías estar rodeada de tanto silencio.
Maldito idiota. Me conmueve que pensara en ese pequeño detalle cuando todos más bien han insistido en darme mi espacio para recuperarme. Él sabe que no soy fanática de los silencios, que aprecio tener a otra persona escuchándome parlotear sin cesar.
No puedo creer que sea tan terco y simplemente no entré a verme cuándo ha estado cada día tan cerca de mí. Mi labio inferior comienza a temblar y Naomi frunce el ceño. Le pido que me pase al osito Ben feo y lo abrazo sin importarme que minutos atrás lo desprecié vilmente por su poca gracia física.
» ¿Por qué Ethan no está aquí adentro contigo?
—Porque llevo meses enamorada de un idiota pesimista cuyo hobbie es atribuirse todos los males de la vida como cosa suya. Ya sabes, como si conocer a Ethan Jones fuera una absoluta maldición y no una de las mejores cosas que me han pasado en la vida.
—No sé qué sucede, pero seguro tiene solución.
— ¿Puedes solo darme un fuerte abrazo? Creo que lo necesito en este momento.
Se acerca y me estrecha entre sus brazos y aunque resulta dulcemente cómodo, no son estos brazos los que deseo que me rodeen.
Soy dada de alta mañana en la tarde o en 2 días y tengo miedo de que Ethan nunca entre y hable conmigo, porque eso entonces significaría que definitivamente acabamos. Tiene que plantarse frente y digno ante los problemas, no darle la espalda y creer que protege a los demás mientras los lastima. Es uno de sus defectos, siempre lo he sabido y no lo he juzgado porque todos tenemos fallas en nuestras vidas; es solo que estoy asustada de que esta sea una rutina en nuestra relación:
Felices, enamorados, problemas, quiebre, Ethan cerrándose.
No podría acostumbrarme a eso y no quiero hacerlo.
***
8 de septiembre, 2014.
Estoy muy familiarizada con el peligro, con la sensación de tener a alguien sobre ti respirando tan cerca como si te acechara. Puedo jurar sobre algún objeto sagrado que de hecho nunca olvido ese sentimiento cuando Jorge respiraba en mi cara susurrando una cantidad de palabras que dolían casi tanto como las heridas creciendo en mi espalda.
Esa tiene que ser la razón por la que mi corazón acelera sus latidos y siento una respiración cerca de mi rostro. Abro mis ojos y un grito agudo escapa de mi garganta mientras mis manos se estiran hacia el frente en búsqueda de protegerme.
Siseo ante el dolor de mi costado y puedo sentir húmeda mi herida, lo que seguro es una señal de que algún punto se ha ido o quizás varios. Todo está oscuro justo antes de que la luz se encienda y mis ojos frenéticos intenten adaptarse.
— ¿Qué está sucediendo? — pregunta la enfermera de turno observándome alarmada. Muevo mis ojos de ella hacia Ethan que luce igual de asustado que yo.
Como si yo hubiese sido la loca respirando en la oscuridad como alguna acechadora sobre otra persona mientras dormía. Vuelvo a sisear ante el dolor de mi costado mientras mis ojos se humedecen por el ardor y por las emociones.
—Eso quisiera saber yo— observo de nuevo a Ethan, esta vez fijamente a los ojos— ¿Qué está sucediendo Ethan?
Holaaaa aquí el capítulo. Noten que yo no me olvidé el buen amigo Leo, de hecho seguro lo veremos por ahí más adelante...
Ahora el asunto Jaomi o Neremy aun no sé cuál es el nombre haha, es algo que exploramos en el 3.5 cuando comience a escribirlo y subirle que supongo será en un futuro cercano.
Por cierto si aun algunos no lo saben hay página de facebook de la saga "saga BG.5 de Darlis Stefany" y un grupo "Saga BG.5 e InfoNews de Darlis Stefany"
Para noticias sobre mis historias:
Instagram: DarlisStefany
Twitter: Darlis_Steff
YouNow: DarlisStefany
Capítulo dedicado a @Bele_Fiver gracias por el absoluto apoyo, me alegra saber que mis historias tienen un lugar en tu corazón y te gustan tanto.
Espero les guste.
Un beso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top