Capítulo Cuarenta y Cuatro
Capítulo cuarenta y cuatro.
—Wow—Leo me observa demasiado sorprendido.
— ¿Qué?
—Es solo que estás mareándome. Estás hablando demasiado rápido.
— ¡¿Pero estás entendiéndome?!
—Sí, pero no me grites— ríe—. Estás diciendo que Kaethennis es una persona muy agradable y divertida. Que no te comió.
— ¿Y...?
—Y ella dijo que alguna vez le gustaría que conocieras a su novio y los demás, pero tú le dijiste que no, porque ibas a enloquecer.
—Lo cual fue estúpido para decir.
—Ciertamente, pero no me sorprende, después de todo tú eres la niña estúpida.
—Que cruel.
—Creo que hiciste bien. Yo sé que tú no te acercaste a ella con el fin de saber y conocer a tu banda favorita...
—Mi banda favorita en todo el mundo.
—Pero otros podrían verlo de ese modo, tu respuesta seguro le hizo confirmar que solo eres una buena chica siendo amable y no una interesada.
—No lo había visto desde ese punto de vista. Y de verdad ella me agradó.
—Entonces no te aflijas. No te viste locas, fuiste amable, no hay razón por la que ella vaya a decidir que eres una persona espeluznante que va a raptarla y pedir como rescate a uno de los chicos de la banda.
—Si yo fuera loca ese sería un estupendo plan, Leo.
—Por suerte no estás loca.
—Eso dices tú.
—No eres loca, simplemente eres estúpida.
Papá está detrás de mí como si previniera cualquier caída que pudiera ocurrirme. Aún hay algo de analgésicos en mi sistema por lo que mucho dolor no estoy experimentando, pero sí me siento un poco débil.
Sé que no vengo muchas veces al año a visitar el lugar donde descansan los restos de mis hermanos. De hecho, siendo honesta conmigo misma, solo vengo en 2 ocasiones: su cumpleaños y la fecha de su muerte. A veces incluso solo puedo soportar venir una sola vez, pero aun así podría localizar su lugar con mis ojos cerrados, como si un hilo de dolor me llevara hasta ellos.
Cuando nos detenemos frente a sus lápidas tomo un profundo respiro. Papá se inclina retirando las flores marchitas para reemplazarlas con las que compró en el camino. Se toma su tiempo acomodándolas antes de acariciar sus nombres.
—Se les echa de menos rubios traviesos— besa sus dedos y los presiona de la lápida y ese simple gesto casi me derrumba.
Procedo a sentarme y me quejo porque doblarme hace que mi costado duela, pero papá al ver mis intenciones me ayuda antes de sentarse a mi lado.
Y hasta aquí me trae mi decisión porque hoy papá va a saberlo.
—Algunos hijos únicos se desilusionan cuando su mamá anuncia que va a tener un hermanito. Yo por el contrario estaba extasiada.
—Lo recuerdo— se ríe—. Me dijiste que tenías una asombrosa noticia que darme, me dijiste que era una emergencia al teléfono, por lo que asustado dejé el trabajo para ir a verte.
—Sí, mi yo ahora adulta se disculpa por darte tremendo susto, pero estaba extasiada.
—Sentí que mi corazón saldría de mi pecho cuando te escuché llorando y balbuceando por teléfono, solo podía pensar que debía llegar a mi pequeña. Admito que luego de mi sorpresa inicial, me alegró saber que estabas bien y solo eras una niña feliz llorona porque iba a tener un hermano.
No puedo evitar reírme porque recuerdo la desesperación que él tenía buscando cualquier daño y preguntando a mamá y Jorge que sucedía conmigo, por qué yo no dejaba de llorar.
—Y luego fue mejor cuando supe que eran dos.
—Y querías 3, porque prácticamente me enviaste a buscar un bebé para que todo fuera equitativo entre Holly y yo.
—Nunca sentí la necesidad de preguntarte, pero ¿La amaste?
Mira al frente sopesando mi pregunta, luego sonríe.
—Si no la hubiese amado no me hubiese esforzado tanto en conquistarla en la escuela— ríe—. Honestamente muchos de mis recuerdos favoritos son con tu mamá, puedo decir que fue el amor de mi vida.
—Entonces ¿Por qué se separaron?
—Nos amamos y es de mis recuerdos favoritos, en ese momento las cosas no funcionaron y tampoco luchamos lo suficiente. Nos rendimos, es una decisión que pesa pero que fue tomada. Ahora somos felices por caminos separados, pero a mí siempre va a importarte su bienestar.
—Ella no es feliz y tampoco quiere serlo. A veces solo se siente como si estuviera entumecida con el fin de no querernos a ninguno.
—No digas eso, ella te ama.
—Lo sé, de alguna forma lo hace. Pero actualmente nada le importa. Yo no le importo y antes de que puedas contradecirme, hablé con ella, papá. Por primera vez en 6 años me vio a la cara y me habló con la verdad.
»Dice no querer sentir dolor por mí, está enfrascada en su pérdida y de ese modo seguirá. Lo he terminado de entender y viviré con ese hecho.
— ¿Holly dijo eso?
—Te sorprendería todas las cosas que mamá puede decir y puede hacer.
Muy bien, aquí vamos.
» ¿Te has preguntado por qué Jorge enloqueció esa noche?
—No tomó su medicina, sufría de esquizofrenia.
— ¿Siempre supiste que padecía de esa condición?
—No, no fui de meterme en la vida de tu madre con sus parejas y lamento no haber pensado en ello.
—No te culpes, Jorge siempre lució inofensivo y no era como que ibas a pedir todo su expediente médico.
—Aun así, a veces me siento desconcertado sobre todo. Trato de no juzgar, pero es tan difícil creer que tu cerebro este lo suficiente afectado para llevarte la vida de tus hijos ¿Qué puede afectarte tanto para hacer algo como eso?
»A veces incluso pienso que Jorge acabó con su vida sabiendo que no había vuelta atrás, que jamás podría lidiar con lo que había hecho.
Siento mis ojos humedecerse porque he llegado a esa conclusión muchas veces. El Jorge que atacó era un monstruo atacado por su propia mente, cuando él regresara de su episodio estoy segura que el dolor iba a enloquecerlo hasta matarlo y honestamente no sé cómo me hubiese sentido de verlo con vida cuando mis hermanos no estaban. Suficiente camino recorrí aprendiendo y lidiando con el hecho de yo estar viva y mis hermanos no.
—Papá, mírame.
Deja de ver al frente para obsérvame fijamente con esos ojos grises que heredé. Tomo un profundo respiro.
—Se honesto conmigo, estoy grande y quiero intentar entender esta situación— tomo su mano—. Mamá y tú se divorciaron, y entonces ¿Nunca hubo más nada?
— ¿Grace?
— ¿Nunca se les fue de las manos? ¿Nunca tuvieron un reencuentro? ¿Un error de una noche? ¿Un desliz? ¿Un...?
— ¿Por qué estás preguntándome esto?
Vislumbro culpa, desconcierto y arrepentimiento en sus ojos. Aun así su sentimiento de culpa no puede ser más grande que el mío. Comienzo a llorar. Del tipo de llanto que incluye sollozos y mis manos cubriéndome el rostro.
De inmediato sus brazos están rodeándome mientras cuestiona qué sucede. Las disculpas brotan de mis labios. No sé cuántas veces me disculpo por un pecado que no es mío y que aún no le digo. Aun así, siendo el buen padre que siempre ha sido, susurra palabras para tranquilizarme.
Cuando él cree que me he calmado un poco, levanta mi barbilla con sus dedos y me observa pareciendo preocupado. Mi labio inferior tiembla.
—Lo siento papá, desde aquella noche lo sé. Jorge me dijo por qué lo hizo y solo lo oculté porque estaba asustada de arruinarlo todo, de lastimar a las personas que amo y... me siento tan mal de haberlo ocultado. Me siento egoísta de no decirlo por miedo a que me odiaran a mí por un error que yo no cometí.
—Grace...
—Y es que me daba miedo decírtelo. Me duele decírtelo, pero no puedo seguir guardándome esto porque me mata, me consume de a poco verte a los ojos y fingir que no estoy ocultándote algo tan importante— paso una mano por mis mejillas intentando borrar el rastro de las lágrimas que no dejan de caer—. Papá, yo perdí a mis hermanos del mismo modo en el que tu perdiste a tus hijos.
Hay un largo silencio mientras solo me observa, trato de no acobardarme y huir de su mirada. Puedo hacer esto, debo hacerlo aunque esté matándome.
— ¿Qué...? Tú eres mi hija Grace y tú estás aquí, con vida. Solo tengo una hija.
Niego con mi cabeza y él libera mi barbilla, una mano tiembla mientras la pasa por su cabello rubio tintado con canas.
—No. No soy o fui tu única hija. Ellos también lo eran... papá, Chase y Cheryl eran tus hijos— susurro, pero él me escucha.
Ahora él lo sabe.
Su mano temblorosa pasa por su rostro y parece tan perdido en sus pensamientos. Su piel comienza a palidecer y yo retomo mi llanto mordiendo con fuerza mi labio inferior para no gritar. Sacude su cabeza.
—Pero...Jorge... tu mamá, Holly no podría haberme ocultado algo como eso. Ella...
—Lo hizo. Solo ella lo sabía, hasta ese día.
—No...no...ellos...
—Lo siento. Lamento no habértelo dicho y lamento estarlo diciendo ahora, lamento ser quien este rompiendo tu corazón y cambiando la forma en la que veías tu mundo. Lamento que no hayas tenido la oportunidad de darles el mismo amor que me has dado a mí, lo lamento tanto papá.
Las lágrimas comienzan a caer por su rostro y presiona su mano hecha puño sobre su boca mientras un sonido lastimero escapa de él. Como si estuviera sintiendo mucho dolor, luego sus hombros se sacuden y entonces mi papá realmente está llorando.
Veo a Gerard Spear irse desmoronando frente a mí.
—Yo...— estiro mi mano para tocarlo, pero me detengo—No sé qué decirte que lo haga más fácil.
—Nada... nada lo hará fácil. Ellos...eran...
—Lamento que ella lo ocultara, lo siento mucho.
Tira de mi mano y me abraza con fuerzas, pero con el paso de los segundos me doy cuenta que está buscando mi abrazo. Consuelo.
Siempre supe que iba a dolerle, tuve miedo a que me odiara, pero todo es más fuerte en la realidad. No me odia, me busca como su soporte y no solo le duele: lo destruye. Llora aferrándose a mí y yo no digo nada ¿Qué puedo decirle? Tiene derecho a llorar por la oportunidad que se le fue negada.
No puedo establecer cuánto tiempo pasa, pero cuando mis brazos están entumecidos a su alrededor, se aleja. Su vista se traba en las lápidas y las acaricia.
—Quise tanto a estos traviesos— su voz es ronca y se quiebra—. Cada salida a la que vinieron, tus cumpleaños... los regalos de cumpleaños. Los quise mucho, los amé como si fueran míos en cada oportunidad que tuve de verlos o pasar el día a su alrededor. Me dolió tanto su partida y ahora...ahora saber que eran míos y que... ¿Por qué Holly no lo dijo? ¿Por qué?
—Yo tampoco lo dije...
Se queda en silencio ante mi declaración y eso duele. Me duele mucho.
No decimos nada por un largo rato en el que solo se queda viendo las lápidas con fijeza mientras se aflige cada vez más. Sin decir ninguna palabra se pone de pie y luego me ayuda a hacerlo mientras me guía hacia la salida.
Temo pensar y creer que he creado una brecha con papá, de solo pensarlo la idea me mata.
Me ayuda a subir a su auto, lo pone en marcha y no dice nada. Me encojo en el asiento y veo por la ventana ¿Qué sucederá ahora? He aprendido a vivir sin la presencia de mamá, pero no sé si podría vivir sin las bromas y constante presencia de papá. No creo que podría.
Cuando se detiene frente a mi edificio me ayuda a bajar y caminar hasta el ascensor. Subimos en el silencio que no deja de ser doloroso. Cuando llegamos a mi apartamento, Lola abre la puerta y nos da una gran sonrisa mientras parlotea sobre lo feliz que está de que ya me encuentre en casa, pero supongo que todos notan nuestros ojos rojizos e hinchados así como la tensión.
Ethan está junto a la abuela en el sofá y me observa, asiento con la cabeza en una señal de que se lo dije y toma un profundo respiro. Mi labio inferior tiembla mientras niego con la cabeza hacia él.
—Creo que Grace necesita descansar— murmura papá guiándome hacia mi habitación. Me hace meterme en la cama y me cubre con las mantas. Besa mi frente y se dispone a salir.
—Papá— lo llamo rompiendo todo el silencio que hemos creado— ¿Me odias?
Por lo que para mí lucen como unos largos instantes, papá no dice nada y mi corazón se encoge. Pero él se voltea y camina hasta sentarse a mi lado en la cama. Acaricia mi cabello.
—Solo tenías 16 años cuando la tragedia te golpeó, te dieron un secreto que no pediste y estabas asustada— su voz está enronquecida y llena de dolor—. No puedo culparte de no querer dar una noticia que sabías iba a dolerme.
—Pero, era lo correcto.
—Pero te dolía. Yo... soy también culpable.
—No...
—Sí, Grace. Fue conmigo con quien Holly le faltó el respeto a Jorge y su matrimonio, fui parte de la creación de Chery y Chase. No estuvo bien hacerle eso a Jorge.
—Pero ella mintió e iba a hacerlo siempre.
—Lo cual no entiendo— susurra, vuelve a observarme—. Pero nunca voy a odiarte Grace, nunca me has decepcionado, lamento que por nuestros errores hayas pasado por tanto, que hayas cargado con tanto desde tan joven. Me está doliendo mucho saberlo y seguirá doliéndome, pero no te sientas culpable de haberlo dicho u ocultarlo. Tú no eres la de los errores, quedaste en medio de una situación que no te ha hecho ningún bien.
»Te amo cariño, eres mi vida y eso nunca va a cambiar— besa de nuevo mi frente.
— ¿Qué va a suceder? ¿Qué...?
—Solo descansa Grace, yo debo pensar, hablar y analizar muchas cosas desde aquí, puedes estar tranquila cariño, ya no tienes que sufrir por los secretos. Desde aquí ya me toca a mí... toda esta historia.
—Te amo y ellos también lo hacían incluso sin saber que eran...
—Lo sé, yo también los amé y los seguiré amando siempre.
Beso su mano y luego lo veo irse. Me quedo con la vista en el techo. Es liberador no tener el secreto atascado en mi pecho, pero aun así siento el dolor que le he causado a papá. Deseo que todo salga bien de esto, que las cosas entre nosotros no cambien.
La puerta de la habitación se abre y momentos después la cama se hunde a mi lado. Giro mi rostro y observo a Ethan. Los dedos de su mano buena limpian mis mejillas, no había notado que estaba llorando.
— ¿Cómo te sientes?
—Como si acabara de romperle el corazón a mi papá. Oh, espera, eso es lo que ha sucedido— suspiro—.Él ni siquiera está odiándome, no me acusa de haberlo escondido. Había tanto dolor en él, es como si no pudiera simplemente creer que mamá se lo haya ocultado.
»Por lo que hablé con él, yo solo creo que él siempre confió en ella y en cierta forma siempre la ha amado, aun cuando no han estado juntos en muchísimos años.
—No tiene que ser fácil para él, pero Gerard es un buen hombre y sensato. Y desde luego te dije que él no iba a odiarte.
— ¿Tienes que aplicar el "te lo dije"?
—Casi nunca tengo la oportunidad de decirlo— su dedo acaricia el tabique de mi nariz—. Hablé con Max y hay problemas en casa, debo ir.
— ¿Qué sucedió?
—Solo que mi sistema de seguridad se activó. Te juro que me gustaría tener un descanso. Una semana, un lugar lejos y relajante donde solo escuche mis pensamientos y estemos centrados el uno en el otro. Ha sido mucho en tan poco tiempo.
»Estamos juntos desde abril, es septiembre y ya hemos atravesado por más turbulencias de las que vivía en un año antes.
—Uhm...
— ¿Qué?
—Sonó como si hiciera tu vida más difícil, pero sé que no lo dijiste con esa intención. Y sé de lo que hablas, también me gustaría solo tener unos días en donde todo lo que sienta sea relajación y felicidad.
—Entonces vamos a escaparnos unos días.
—No podemos solo escaparnos— susurro estirando mi mano y acariciando su barbilla cubierta de más barba de la que suele llevar—. Mi jefa puede ser muy mi amiga pero no es de ética profesional solo desaparecer de tu trabajo sin avisar.
Pienso en Naomi, a quien incluso cuando le debían un par de vacaciones, la despidieron. Sí, me gusta mucho mi trabajo y no quiero pasar por la cosa incómoda de mi amiga despidiéndome.
»Y tú junto a BG.5 seguro tienes cosas que hacer.
—Ya verás, conseguiré una semana para nosotros— besa mi mano—. Lo merecemos.
Le doy una pequeña sonrisa. No entiendo cómo funciona el amor, pero tengo tantos sentimientos hacia Ethan. Es aterrador y emocionante sentir tanto por una persona, sentir que tiene tu corazón en sus manos.
»Ahora de verdad debo ir a solucionar el problema de mi casa, pero prometo volver. Tu abuela va a quedarse.
—Puedo estar sola.
—Alguien debe curar tu herida.
—Cierto.
— ¿Puedes hacer algo por mí, habladora?
—Si está en mis manos hacerlo, con gusto.
— ¿Qué pasa con la cosa de hacer todo por mí?
—Sueña. Como si a mí me gustara ser una sumisa y estuviera ciega de amor. Te amo, pero pienso.
Me sonríe y acaricia debajo de mis párpados con sus dedos.
—Trata de no llorar. Cuando lloras siento que se forma un nudo desagradable en mi estómago, me hace sentir inquieto no poder hacer algo para detenerlo. Sé que todo lo que ha sucedido ha sido un golpe fuerte, pero piensa que es mejor que él lo sepa y que a partir de aquí las cosas seguramente mejorarán.
—Es raro cuando tú eres el sensato de los dos.
—Esa declaración me ofende un poco.
— ¿Tú estás bien?
—Estoy mejor. Perdí a Bucker y mis padres son un asco, pero mi novia está con vida y conmigo, tengo una familia que he formado a lo largo del camino de la cual me siento orgulloso y hago lo que amo: música. Entonces he reflexionado todo estos días que no puedo victimizarme cuando aún con toda lo malo, he sido afortunado con la vida que me ha tocado.
—Me alegra saber qué piensas de ese modo.
—Me tomo tiempo llegar ahí, pero supongo que lo importante es que lo hice ¿No?
—Seguro.
Besa la comisura de mis labios y se incorpora, frunce el ceño hacia el yeso cubriendo su brazo.
—Es cierto lo que dicen, estas cosas pican. Te llamaré en cuanto todo esté resuelto y vendré. Te traeré la cena.
—Eso me hará mucho mejor, que traigas comida hecha por ti.
—Sí, estoy seguro de que puedo hacer cosas geniales con una sola mano, porque soy así de impresionante.
—Y ahí está el Ethan que conozco.
Suspiro cuando me encuentro sola. Pienso en toda la conversación con papá y entiendo lo que quiso decir. Él y mamá le faltaron el respeto a Jorge, ella nos mintió a todos y luego yo estuve asustada para decirlo.
No he cometido el peor error del mundo y aunque muchos puedan cuestionar el por qué lo dije ahora y no simplemente continúe callando, me siento bien de haberlo hecho, porque a papá le duele pero sé que él con el tiempo agradecerá saberlo. Porque guardar ese tipo de secretos no es sano y al final, todo siempre termina saliendo a la luz lo quieras o no.
No me arrepiento de mis decisiones.
***
15 de septiembre, 2014.
— ¡¿Qué haces aquí?! — el grito de Joe me hace dar un respingo y siento molestia en mi costado ante el movimiento brusco.
— ¡Cristo! Me has asustado.
—Lo siento por eso, y por cierto me llamo Joe no Cristo.
—Tu sentido del humor es cuestionable— golpeo su brazo—. Y desde luego que estoy aquí, no puedo solo estar sin trabajar.
—Pero ya sabes, estás en eso que se llama reposo médico.
—Pero me siento mucho mejor.
—Seguro que a la jefa no le gustara verte aquí.
— ¿En dónde está ella?
—En su oficina.
—Bien, será mejor que se entere que estoy aquí por mí y no por otros.
—Espero y esa no sea una indirecta para mí.
— ¡Dios! Sí que extrañé estar tantos días sin tus estupideces.
—Halagador.
—Apuesto a que lo es.
Primero me encargo de abrir mi oficina, arrojo mi bolso a una de las sillas, enciendo el ordenador de escritorio y luego de dejar min laptop a un lado también la enciendo. Alzo mi camisa comprobando que todo en mi herida esté bien. Gina hizo un excelente trabajo en ayudarme a limpiarla mientras Lola aclamaba que iba a desmayarse si la obligábamos a hacerlo.
Como todo está en orden, salgo de mi oficina y camino hasta la de Kaethennis, al pasar por el cubículo de Katherine noto que aún no llega. Toco la puerta de la oficina de Kaethennis y cuando responde que entre, desde luego lo hago.
—Hola Kae—veo a sus acompañantes— y Hola Keith y Bridget.
Me devuelven el saludo y me es difícil no notar que están sentados muy cerca, que él sostiene su mano y que no lucen como si el mundo se cayera sobre sus hombros.
Soy tan imprudente que desearía hacer la gran pregunta, en serio, mi curiosidad para saber cómo es que las miradas tristes han desaparecido para darme de nuevo un vistazo a el matrimonio enamorado, ha sucedido.
Supongo que la impresión es muy clara en mi rostro porque Bridget ríe mientras enarca sus cejas hacia mí. Aclaro mi garganta notando que todo el tiempo de mis pensamientos solo estuve observándolos de una forma rara.
—Hola, Grace—Keith me sonríe y alza la mano de Bridget antes de besarla—. Luces muy sorprendida.
—Bueno, disculpa mi indiscreción pero hasta donde sabía todos estábamos llorando sangre por el divorcio de ustedes. ¡Ya está! ¡Lo dije!
—No hay problemas que no puedan solucionarse cuando amas a alguien— asegura Bridget viendo a Keith como si fuera todo su mundo.
Muerdo mi labio, pero no me resisto a decirlo:
—Cursi.
Kaethennis ríe desde su silla y solo entonces noto que está comiendo una ensalada de frutas mientras nos observa entretenida.
—Yo soy feliz de que entraran en razón. La cosa de mi mejor amiga con mi hermano siempre me ha gustado.
—Nada que una honesta conversación y sexo ardiente no pudiera arreglar— asegura Keith y la sonrisa de Kaethennis se borra.
—Asco. Eres mi hermano, no quiero ni pensar en eso.
—Claro, mi hermana la santa.
—Bueno, muchas felicidades—sonrío—. Me alegra mucho saber que lograron resolver sus problemas y que se encuentran felizmente juntos. Además los divorcios son muy costosos, se ahorraron mucho dinero.
—Gracias por preocuparte por nuestras billeteras Grace, que linda— se ríe Bridget—. En fin, habiendo ya hablado contigo Kae, nosotros tenemos una reunión en el buffet de abogados de papá.
—Dale mis saludos a tu papá, deberíamos pronto organizar algún almuerzo o cena familiar, tengo mucho tiempo sin saludarlo y a Ligia.
—Eso suena como una buena idea ¿Irás este fin de semana a visitar a mamá y papá?
—Sí, y Katherine irá conmigo.
—Nosotros estaremos con el abuelo Luca y la abuela Kim. Voy a chequear que no les haga falta nada, ya sabes que si es por el abuelo nunca nos enteraríamos si algo le hace falta.
—Hombre orgulloso— asegura Kae asintiendo con su cabeza.
—Viejito estúpido— agrega Keith antes de ponerse de pie al igual que Bridget, luego me sonríe—. Supe de tu accidente, me alegra que Ethan y tú se encuentren bien. Nos vemos hermanita.
Se despiden de nosotros con besos en las mejillas antes de abandonar la oficina. Sonrío y me giro hacia Kaethennis.
—De nuevo ellos vuelven a ser una pareja súper bonita.
—Estoy totalmente de acuerdo con eso. Ahora siéntate, por favor.
Me siento con sumo cuidado bajo su atenta mirada. Lleva otro trozo de fruta a su boca.
—Entonces, cuéntame qué haces aquí.
— ¿Me despediste y no me enteré?
—Por alguna razón todos creen que hoy son divertidos— se queja—.Me refiero a que tú estás de baja médica, curándote de una herida que conllevó la necesidad de una cirugía. Entonces no entiendo qué haces aquí ni cómo lograste que Ethan siendo el rey del pesimismo y exagerado en las precauciones, no protestara en que vinieras al trabajo.
—Bueno, honestamente lo dejé durmiendo y con una agradable nota diciendo que el pájaro abandonaba el nido para ser libre.
— ¿Literalmente escribiste eso en tu nota?
—Literalmente.
— ¡Mierda! — Ríe— Me gustaría ver su expresión cuando lea la nota.
—A mí no. Y respondiendo a tu pregunta, no puedo solo sentirme bien estando encerrada. Siento que me ahogo y me asfixian las paredes.
»Hubo un tiempo en que todo lo que hice fue estar durante más de un mes en una habitación. No puedo soportarlo de nuevo, me hace sentir en cautiverio.
Ella parece curiosa de mis palabras y aunque es mi amiga y la adoro, me gustaría que mi pasado siempre se quedara atrás, que no me hiciera ver diferente ante ellos. Ethan lo sabe porque de alguna manera me ayudó a desahogarme compartirlo con él y de ese modo está bien.
Creo que con el transcurso de los meses he mejorado en ello, seguro aún tengo muchos sentimientos con los cuales lidiar, pero me siento mejor. Me siento un 90% feliz. Como si poco a poco las cadenas apresando mis emociones hubiesen sido rotas y se siente bien.
Me hace sentir viva.
—Jefa, vine a trabajar y aquí voy a quedarme.
—Me pregunto si así me veo yo cuando me pongo terca.
Me gustaría decirle que ella es peor y que de hecho resulta intimidante, pero sabiamente me callo el comentario y le doy una gran sonrisa, eso justo antes de que la puerta se abra y un Ethan no muy feliz diga mi nombre.
Doy un respingo y me quejo, porque eso lastima mi costado, lo cual hace que Ethan entrecierre sus ojos. Agrando mucho más mi sonrisa.
—Hola amor mío— bato mis pestañas. Escucho la risa de Kaethennis.
—Amor mío mi culo.
—Bueno, tu culo también es mi amor.
Abre y cierra su boca continuamente. Dejar a Ethan sin palabras pasa tan pocas veces que este parece un momento mágico. Alza la nota en su mano.
— ¿Este pájaro va a volar fuera del nido? ¿Es en serio?
— ¿No te pareció poéticamente hermoso?
—Estás loca. De verdad que estás muy loca. ¡Tienes reposo!
—No voy a estar encerrada solo viendo tu hermoso rostro, es genial pero es triste cuando ni siquiera puedes darme un beso porque te preocupa lastimarme. Entonces mejor vengo y trabajo.
—Estás herida.
— ¡Estoy bien! Estoy sanando muy bien.
—Es que eres terriblemente terca. Hottie dile que ella debe ir a casa a guardar reposo.
—Uhm...— ella golpea el tenedor contra su boca mientras la observamos—Primero respóndeme una pregunta Ethan.
— ¿Cuál?
— ¿Me dejas firmar tu yeso?
— ¡Oh! ¡Tienes que estar jodiéndome! ¿En serio? ¿Es lo que vas a decir?
— ¿Me vas o no a dejar firmar tu yeso, diva?
—Si le dices que no puede venir a trabajar.
—Eso es chantaje mi amigo— lo acusa.
—Kae, lamento llegar tarde... ¡Ethan! — grita Katherine con una gran sonrisa, luego me ve y frunce el ceño—Grace ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar de reposo?
— ¡Eso! La fiver es razonable.
—Por otra parte...—continúa Katherine, sus mejillas se sonrojan— ¿Me dejas firmar tu yeso?
Ethan nos observa incrédulo y yo muerdo mi labio para no reír. Creo que está desconcertado. Sacude su cabeza.
—Grace.
— ¿Si amor mío? Y que conste que te hablo a ti y no a tu culo.
—Vamos a tu apartamento.
—No. Me quedo a trabajar, tú estás siendo aburrido y enloqueceré allá.
— ¡Joder! Te comeré la boca si quieres, te meteré tanta mano como gustes con mi mano disponible, pero vámonos.
—Esa suena como una buena oferta— me dice Kaethennis—, y para que tú no tengas que ser la que ceda, como tu jefa te ordeno que te vayas a descansar ahora mismo, fuera de la editorial. Y como amiga, te digo que tomes esa oferta.
—Gracias al cielo por alguien sensata— escucho a Ethan.
—Pero, antes de que se vayan ¿Ethan, si me dejarás firmar tu yeso?
—Paciencia. Todo se trata de tener paciencia— masculla para sí mismo y nosotras reímos.
Holaaa espero y se encuentren bien, a veces subo los jueves porque son los días que no tengo clases y cuando descanso.
Una cosita, a veces van a conseguir errores por lo cual me disculpo, uno simplemente a veces los comete y se escapan por más que revises el capítulo a veces algunas cosas no las notas hasta que lo subiste y vuelves a leerlo. Ahora eso no implica que "suba por subir" eso de verdad que cae mal, si subiera por subir simplemente escribiría sin sentido y ya, y no me encontraría siempre con al menos un par de capítulos escritos para nunca escribirlos bajo presión. Simplemente a veces se escapan errores, no soy un robot gente, recuerdenlo.
Capítulo dedicado a la dulce Kemy. Gracias por todo el largo apoyo a través de mis historias, siempre disfruto leer lo que más que comentarios parecen testamento, hace mucho sabía que en algún momento el hada te señalaría y ese momento finalmente ha llegado. Un mega beso.
Espero les guste.
Un beso.
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