La Ayuda Ya Llega

Tan sólo habían pasado cinco minutos desde que Maggie y Piper (siendo invisible) se dirigieron hacia los guardias que vigilaban las puertas principales.

Todos ellos sin excepción, fueron vencidos y otros simplemente salieron corriendo por ver, o mejor dicho "no ver", a la joven Stark.

Los Vengadores no podían estar más asombrados ante el poco tiempo que les llevó a las primas despejar la zona. James era el único que sonreía y las felicitaba.

Una vez todo preparado, pusieron en marcha su plan.

Steve, Nat y los hermanos entraron sin ninguna dificultad en el hospital, rumbo a las escaleras que les llevarían hasta el sótano. Los demás ocuparon sus puestos, esperando la señal para atacar.




En el sótano

Según las indicaciones del transmisor que llevaba Tasha, el camino hacia la habitación donde tenían preso a Bucky estaba cerca. El cuarteto no tuvo problemas en llegar a él, pero algo los preocupaba.

Había sido muy fácil entrar sin ser detectados. Demasiado fácil... y sospechoso.

Se detuvieron al llegar a un pasillo con una gran puerta de acero al fondo. Todo despejado... sin señales de vida. No había cámaras de seguridad visibles, ni siquiera se activaron las alarmas.

-¿Estáis pensando lo mismo que yo? -les preguntó Romanoff.

-¿Qué hay una trampa oculta en este pasillo? Sin duda... -estuvo de acuerdo James.

Como si hubieran sido convocados, decenas de láseres rojos aparecieron de la nada y comenzaron a bailar alrededor del estrecho camino.

-Muy bien... Creo que ha llegado la hora de mostrar tu sobrehumana agilidad, hermanita.

La susodicha le sonrió y, antes de que el capitán y la ex-asesina hablaran, ya estaba corriendo hacia la puerta dando múltiples volteretas y esquivando los láseres con una velocidad incomparable, sin ningún error.

-Y decían que el ballet sólo sirve para bailar -bromeó el joven rubio.

La palabra "ballet" golpeó a Natasha como un puñetazo en el estómago, recordándole de nuevo su sueño.

En menos de un minuto, la pelirroja ya había llegado a su destino y desactivó los láseres, dejando vía libre a su hermano y a la boquiabierta pareja.

-¿Vais a seguir mirándome o vamos a salvar a vuestro amigo? -preguntó sarcásticamente y sonriendo.

Su respuesta fue evidente: el supersoldado y la espía salieron del shock y corrieron junto al rubio hasta ella. Pero de repente, escucharon un enorme estruendo afuera que hizo temblar las paredes.

-Algo me dice que nos han descubierto -afirmó Rogers mirando hacia el techo- Démonos prisa.






Afuera del hospital

Como todos imaginaron, cientos de agentes de HYDRA y el KGB salieron del edificio y atacaron con todas sus armas.

A pesar de la gran cantidad de agentes, los héroes más poderosos de la Tierra no se rendían y luchaban con todo: Thor con su martillo; Sif con su espada; Visión con la Gema Mente; y Sam junto con los Stark, volando y disparando sus respectivas armas.





Pov Piper

Vaya con nuestros enemigos de toda la vida... ¿Es que no se cansarán nunca?

No me extraña que mis queridos primos me hayan pedido ayuda. Además de salvar a tío Bucky, tengo una cuenta pendiente con HYDRA por intentar secuestrarme de bebé.

Bueno... técnicamente todavía no he nacido, pero es igual.

Me preocupa el tiempo que tardarán J.R, Mag y los tíos Steve y Nat en salir de ahí abajo. Nos superan en número y cada vez vienen más.

De pronto, se me ocurre una idea. Tal vez los "Soldados Espía" me echen una buena bronca por esto... pero no veo otra solución.

-¿FRIDAY? -llamo a mi amiga artificial a través de mi comunicador mientras esquivo los disparos.

-Estoy aquí, señorita Stark. ¿Qué se le ofrece?

-¿Puedes avisar a mis primos Gabriel y Nathaniel, por favor?

-Por supuesto. Los llamaré enseguida.

Una granada pasa muy cerca de mí, pero logro esquivarla. Al mismo tiempo disparo mis misiles en dirección a los cañones que están sacando por una de las compuertas. La zona se incendia al instante y sonrio con mi éxito.

-¡Hola, Miss Inteligencia! ¿Cómo va todo por ahí? -oigo la voz de Nathaniel, o como nos gusta llamar a nuestro super arquero favorito: Nathan.

-Pues bien y mal -le contesto- Estamos en el hospital donde tienen preso a tío Bucky, pero nos superan.

-¿En número o en armas? -esta vez el que habla es Gabriel, apodado Gabe.

-En las dos cosas. Sé que es arriesgado pero, ¿podrías venir a echarnos una mano?

-Sabes que cuando se trata de destruir a HYDRA, yo me uno a cualquier cosa -contesta Gabe riéndose como sólo él sabe hacer.

-Tendréis que esperar un poco. Avisaremos a los demás y cogeremos a nuestras "chicas malas" -continúa Nathaniel.

Yo me rió por eso último, pues sé a qué se refiere con "chicas malas": sus armas.

-Tranquilos, tomaos el tiempo que necesitéis. Cuantos más juguetes traigáis, mejor.

-Nos vemos, Piper. Y avisa a James y Mag de que vamos para allá -me dice Gabriel.

-Descuida, lo haré. Hasta luego -me despido de ellos y trato de comunicarme con los chicos.







De vuelta en el sótano

Abrir la puerta de acero macizo fue coser y cantar. Sólo con usar el dispositivo de huellas dactilares que llevaba Romanoff, ya tenían acceso.

Todo estaba oscuro y húmedo, sin nada más que las débiles luces de las lámparas iluminando la sala. El ambiente perfecto para ambas organizaciones.

Las pelirrojas y James se aferraban a sus pistolas, mientras que Steve llevaba su escudo en mano, listos para luchar en cualquier momento.

El sonido de uno de los comunicadores se hizo en la sala y los cuatro se pararon. Pertenecía al de James, y este contestó enseguida.

-J.R, ¿me recibes? -era la chica Stark quien estaba al otro lado de la línea.

-Sí Piper, ¿qué sucede?

-Nos están dando una paliza aquí arriba. Así que... se me ha ocurrido una idea un tanto peligrosa.

-¿Cuál idea? -la chica se quedó callada por unos segundos hasta que respondió.

-He llamado... a Nathan y Gabe.

El ojiazul se quedó de piedra por un instante ante la vista de su hermana y los héroes.

-Piper...

-Sé que les hemos contado mucho a los Vengadores sobre nuestro futuro, pero como tú dijiste: necesitamos toda la ayuda posible. Además, si no salvamos a tío Bucky... Gabe jamás existirá.

El viajero del tiempo lo pensó durante un momento. Era arriesgado que vinieran otros dos futuros vengadores, pero debían completar la misión como fuera.

-Está bien. Pero que vengan rápido -le dijo y colgó.

-¿Que vengan quiénes, James? -le preguntó confuso el soldado.

-Otros vengadores del futuro para ayudarnos. Os lo explicaremos después. Ahora lo importante es encontrar a Bucky, ¿no?

-Es verdad -afirmó Maggie. Volvieron a caminar, pero la ojiazul se acercó a su hermano- ¿Quiénes son?

Él sólo le sonrió de lado y le susurró sus nombres. Mag le devolvió la sonrisa, esperando a verles también.

Regresaron al lado de los novios y tras doblar una esquina, llegaron a otra puerta, esta vez de metal.

Rogers la abrió y lo que vieron a continuación... les dejó sin aire.

Allí estaba el Soldado de Invierno, en la misma posición que en el vídeo, pero sin la mordaza. Corrieron directamente hacia él y Steve se puso delante suyo.

-¿Bucky? Buck, por favor, despierta -Rogers le tomó por los hombros y le zarandeó, tratando de despertarle. Mientras tanto, Nat y los mellizos le desataban de la silla eléctrica.

Finalmente se despertó, pero se veía en su mirada que estaba confuso, débil y fatigado. Pero sus ojos azules brillaron al ver que quien estaba delante de él era su mejor amigo.

-Steve... -susurró con voz apagada, pero sobretodo aliviada.

-Tranquilo, Buck. Te sacaremos de aquí.

Con apoyo de Tasha, ayudó a Barnes a ponerse de pie. Pero la alegría duró poco.

Cuando estuvieron a punto de salir por la puerta, esta se cerró en un abrir y cerrar de ojos.
Pero lo verdaderamente peor estaba por venir.

-¿Íbais a alguna parte, Vengadores? -la escalofriante voz de Yelena se escuchó por los altavoces del techo- Me temo que no vais a salir con vida de aquí.












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