"Como Dos Gotas de Agua

Eran las 9:30 a.m en la Torre Vengadores.

Después de una larguísima noche de fiesta, lo único que la familia tenía en mente era en dormir, ya fuera en sus camas o en los sofás.

Fury y Hill regresaron a S.H.I.E.L.D con Coulson, esperando al día siguiente para mostrarle a sus agentes más confiables que el don de Grace era real.

Todavía era pronto para mostrarlo ante el mundo, pues HYDRA o cualquier otra organización, hasta el Gobierno, aún podrían capturarla y utilizarla para sus beneficios.









En la cocina de la Torre

El desayuno fue servido por Steve y Clint (este último se quedó a dormir junto con su mujer y sus hijos).

Todos llegaron casi al mismo tiempo, muertos de hambre y completamente despiertos. Muy raro el despertarse al unísono, sobretodo después de regresar de semejante fiesta a altas horas de la noche.

-¿¡Qué comida nos han preparado los supercocineros hoy!? -exclamó Tony acompañado por Pepper, ambos de muy buen humor.

-Tortitas, café y huevos revueltos con bacon -explicó Barton sirviéndole a su esposa. Rogers hizo lo mismo con Natasha, y esta se lo agradeció con un beso en los labios.

-¡Mi desayuno favorito! ¡Una vez más Cap, me has alegrado la semana! -continuó Stark.

-¿Y yo qué soy? ¿El hombre invisible? -murmuró el arquero fingiendo sentirse traicionado. Ese comentario sólo lo escuchó y le hizo gracia a Laura, quien le frotó la espalda en señal de consuelo.

-¿A qué te refieres con "una vez más"? -preguntó el soldado en tono confuso.

-¿¡Cómo que "a qué me refiero"!? ¡A que tú y nuestra queridísima espía estáis juntos por fin! ¡Después de tantos suspiros, negaciones y tensión sexual, al fin lo reconocisteis! ¡Ya iba siendo hora!

-Mira quien fue a hablar, señor "¿¡Y si dice que no!? ¡No puedo vivir sin ella! ¡Por favor, que no me rechace!" -dijo Rhodey imitando la voz del genio con súplica.

Todo el mundo se echó a reír imaginándose al multimillonario decir eso.

-¡Oye, eso ofende! ¡No estaba tan desesperado! -agregó sonrojado.

-Pues a mí me gusta que lo estuvieras -respondió la pelirroja mirando amorosamente a su prometido.

-¡Entonces no me ha ofendido! -contestó apresuradamente, ganándose de nuevo las risas de sus amigos.

Un rato después, aparecieron Thor y Sif, también sonriendo y dándose besos en la mejilla mutuamente. Cualquiera que hubiera visto u oído hablar de la Diosa de la Guerra no se habría creído que fuera la misma mujer cariñosa y alegre que acompañaba al príncipe de Asgard.

-Parece que no eres el único que se siente afortunado estos días, Tony -bromeó Sam viendo cómo los asgardianos entraban en la cocina.

-Saludos, queridos amigos. ¿Sabéis dónde está mi madre? -preguntó el Dios del Trueno mientras se sentaba seguido de su pareja.

-Ha ido de paseo con Grace, Betty y los niños. Dijo que quería ver lo hermoso que es "Midgard" -contestó Bruce.

Thor estuvo de acuerdo con la petición de Frigga. No podía esperar a volver a su hogar y anunciar ante todo el reino que su madre había regresado de entre los muertos gracias a su amiga mutante.

-Estoy seguro de que le encantará -dirigió su mirada a Sif y se rió al ver que se había tragado entero su plato- Te ha gustado la comida midgardiana por lo que veo.

-He de reconocerlo... Está deliciosa -sonrió levemente la castaña- Gracias a los dioses Volstagg no está aquí. De ser así, esta mesa estaría vacía en un abrir y cerrar de ojos.

Su comentario creó nuevas risas que se detuvieron más adelante por un pitido procedente del celular de Tasha que lo cogió enseguida.

-¿Diga? -todos se quedaron observando a la pelirroja preguntándose quién estaría al otro lado de la línea- Vale, vamos enseguida. Stark, prepara el Quinjet. Nos vamos a Washington.

Dicho eso colgó y se levantó para coger una chaqueta, dispuesta a irse. El multimillonario no entendía nada pero igualmente hizo lo que se le ordenó. No quería volver a ver la "mirada asesina" de la Viuda Negra.

-¿De quién se trataba, Natasha? -le preguntó Visión con cierta curiosidad.

-Coulson. Me ha dicho que necesitan mi ayuda y la de Tony.

-¿Por qué? ¿Pasa algo malo? -quiso saber Steve.

-No me ha dado detalles, pero dice que tiene que ver con el agente que James y Maggie dejaron ileso en la base antártica.

-¿Y para qué me quieren a mí? Ya sé que mi presencia agrada a muchos en S.H.I.E.L.D, pero...

-Te recuerdo que me debes una por el "malentendido" del otro día -le replicó mirándolo con tono amenazante que estremeció al genio. Sabía a qué se refería.

-Voy enseguida -y sin más se fue corriendo.

-Os llamaré en cuanto sepa algo. Nos vemos.

...

Una vez que ambos vengadores se fueron, el supersoldado se quedó confundido ante lo que le dijo su novia al filántropo.

-¿A qué se refería con "malentendido"? -le preguntó en susurros a la CEO de Industrias Stark.

En eso, casi todos se echaron a reír dejando aún más desconcertado al rubio. Lo único que le contestó Potts fue:

-Tranquilo, ya te lo contará Nat...








En la habitación de Steve (media hora después)

James se encontraba sentado al borde de la cama del Capitán América.

Estuvo buscando a su hermana, que seguramente estaría en el gimnasio, pero cuando pasó por la habitación del vengador, vió que la puerta estaba abierta y no pudo evitar entrar. Al hacerlo contempló el escudo que yacía en una esquina del armario.

Lo colocó a su lado y lo acarició como si se tratara del mejor regalo que le habían dado jamás.

Mientras lo hacía, comenzó a evaluar en qué situación se encontraban él y Maggie desde que llegaron del futuro hasta ahora.

Todo iba sobre ruedas: los Vengadores confiaban en ellos gracias a la grabación de 2042, habían rescatado a Psíquica de HYDRA, los difuntos amigos y familiares de los héroes regresaron de la muerte, Tony y Pepper se iban a casar... y lo mejor de todo era que Rogers y Romanoff ya eran novios.

Todavía les quedaba un largo camino por delante, pero tenía fe en que conseguirían su objetivo. Para los mellizos, esta misión era la más importante de sus vidas, pues de ella dependía su propia existencia.

-¿James?

El ojiazul se sobresaltó al escuchar aquella voz que venía de la puerta. Era Steve.

-Perdón, Capitán. No debería haber entrado -se disculpó enseguida.

-No te preocupes. Siento haberte asustado -dijo con sonrisa comprensiva.

-No, sólo me he sorprendido.

Rogers asintió y se fijó en su escudo.

Había visto cómo lo miraba el joven y por un momento sintió una extraña sensación en su corazón. Como una mezcla de alegría y... ¿orgullo?

No comprendía el por qué ni el cómo podía sentirse de esa forma hacia los hermanos. Apenas hacía unos días que se habían conocido, pero era como si los conociera de toda la vida.

Tal vez era porque James era su gemelo y le recordaba mucho a él mismo, pero también lo sentía al mirar los ojos de Maggie: azules cristalinos como los de su hermano... como los suyos.
Por no olvidar que, exceptuando los ojos, ella era claramente idéntica a su Nat.

Deseaba obtener respuestas, pero era consciente de los cambios que sus preguntas tendrían efecto en el futuro, así que se lo calló.

-Cuando nos salvasteis... me impresionó tu forma de luchar y la manera en que disparaba Maggie. ¿Puedo preguntarte... quién os entrenó?

La pregunta no pilló por sorpresa al muchacho. Entendía el ansia del supersoldado de saber algo sobre ellos y su yo del futuro. Por suerte... esa cuestión tenía respuesta.

-Bueno... Ya que somos miembros de los "Futuros Vengadores", prácticamente todos vosotros nos entrenasteis -respondió con una sonrisa torcida.

Él se la devolvió con gusto. De repente, escucharon pasos que se acercaban rápidamente hacia ellos. Era Romanoff corriendo hacia su novio.

-Steve, tienes que venir deprisa -dijo alterada.

-¿Qué ocurre? -le preguntó preocupado. James también lo estaba y se acercó a ambos.

La Viuda Negra bajó la cabeza. No quería verle sufrir por la noticia que le tenía que dar, pero debía hacerlo.

-Nat, por favor, mírame. ¿Qué ha pasado? -volvió a preguntarle, pero rogando.

La rusa lo miró con lástima y soltó la bomba.

-HYDRA se ha aliado con el KGB... y tienen preso a un rehén.

-Oh no... No me digas que... -James se asustó al instante- ¿Quién es?

Tasha le miró por un momento y luego dirigió su mirada a Rogers, temerosa de su reacción.

-Tienen... a Bucky.



















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