Extra 2. ¿Quieres ser mi novia?
¡LMQ acaba de llegar a 100k vistas! En serio muchas gracias por todo su apoyo :') Ahora traeré dos extras, me parece importante que vean esto porque así podrán ver más cosas de Erick y Amanda, cómo eran sus relaciones antes de ser amigos... Y desde una vez digo que ellos serán muy importantes en el tercer libro, así que espero que les guste.
La chica morena terminó de ponerse su labial y se vio en el espejo. Decidió usar un vestido sencillo de color salmón y zapatillas blancas, su cabello castaño caía en ondas hasta su cintura y el maquillaje hacía resaltar sus facciones. Suspiró con nerviosismo, no iba a ser la primera cita que tenía con él, pero aún así se sentía ansiosa. Erick siempre provocaba esa sensación en ella.
En ese momento le llegó un mensaje de él, indicándole que ya estaba afuera. Ariana tomó su bolso, se despidió de sus padres, que ya tenían el placer de conocer al chico con el cual iba a salir, y salió de su casa. Una vez fuera, vio que el joven se encontraba recargado en su auto, esperándola.
—Hola —saludó la castaña al estar a unos metros del chico. Erick estiró sus brazos para tomarla de la cintura y pegar su cuerpo al de él. En seguida la rodeó y le dio un beso en la comisura de sus labios.
—Hola, hermosa —le susurró en su oído, logrando estremecerla—. Vamos. —Tomó su mano para dirigirla al lado del copiloto y abrirle la puerta para que subiera.
—Gracias —sonrió ella.
Al llegar a su destino, Erick bajó con rapidez del auto para abrirle la puerta. Ariana, a pesar de que era muy bonita, se sentía muy afortunada de que el chico más guapo de la escuela se hubiera fijado en ella.
Ambos entrelazaron sus manos y caminaron por el estacionamiento hasta entrar al restaurante de un lujoso hotel. El mesero los dirigió al lugar que Erick se había encargado de reservar y un mesero tomó su orden. Cuando el camarero se fue por su pedido, la chica habló.
—Todo este lugar es muy hermoso —comentó.
—Un lugar hermoso para una chica aún más hermosa —dijo él, logrando ruborizarla. ¿Por qué era tan perfecto?
Casi nunca había silencios incómodos entre ellos, ya que tenían mucha química y cosas en común, pero en ese momento ninguno dijo nada. Ariana empezó a juguetear con sus manos y Erick, aprovechando su distracción, la contempló con fascinación. Era hermosa, amable e inteligente, él también se sentía suertudo al tener la atención de una chica como ella, claro que a veces era muy perfeccionista, pero esos eran detalles menores. El joven creía con firmeza que, con el tiempo, iba a enamorarse perdidamente de ella.
—Creo que tu hermana siente algo por Víctor —comentó la morena al no encontrar otro tema de conversación. Se sentía mal por su amiga Ximena, pero no podía odiar a Eva, ella no tenía la culpa de tener toda la atención del rubio.
—Eso creo.
—Son lindos juntos.
Erick sonrió un poco.
—Creo que son el uno para el otro.
Nuevamente se quedaron en silencio, Erick cavilando la decisión que había tomado y Ariana mirando sus perfectas uñas y tratando de pensar otro tema de conversación. El mesero llegó pronto con sus pedidos y se fue, no sin antes afirmar que si necesitaban algo no dudaran en llamarlo.
Erick admiró una vez más a la morena que tenía enfrente. Sabía que le gustaba a la chica, es más, tenía conocimiento de sus sentimientos, por eso había pensado desde días anteriores pedirle que fuera su novia, estaba seguro que ella no se iba a negar.
Después de la cena, se dirigieron al jardín del hotel, que estaba lleno de flores, tenía una que otra banca y una enorme fuente en medio. Se suponía que ellos no debían estar ahí pero no les importó. La mayoría de las veces Ariana seguía todas las reglas impuestas, ya sea por sus padres, la escuela, la sociedad o cualquier otro lugar, pero en esa ocasión se dejó llevar, además no era como si estuviera haciendo algo realmente malo, no estaban escondiendo ningún cadáver o algo por el estilo.
Se sentaron en el borde de la fuente y ella comenzó a juguetear con el agua. Erick se preguntó qué clase de inútiles contrataban para guardias, porque no parecía haber ningún encargado de seguridad, pero en seguida dejó de pensar en eso. Aprovechando que no había nadie más, sacó un cigarrillo y un encendedor. El chico trataba de no fumar delante de nadie, no de sus compañeros porque tenía una reputación que mantener, no de sus padres porque se sabía que se iba a ganar una regañiza, no de su hermana porque no quería perturbarla, pero con Ariana sentía que podía ser él mismo.
La chica, al ver que se llevaba el cigarro a la boca, se escandalizó.
—¡Erick, no fumes! —Se quejó. Él la miró con fijeza, sintiéndose un poco decepcionado de que ella tampoco lo aceptara, y la chica lo notó—. Lo siento, no quiero ser mandona pero me preocupo por ti —se ruborizó—. En verdad me importas, no me gusta ver esos vicios en la gente que quiero... —se interrumpió a sí misma al darse cuenta del peso de sus palabras.
Erick, sin dejar de mirarla, sonrió y se dijo a sí mismo que esa chica valía oro. Su preocupación era genuina, no lo juzgaba, sólo quería lo mejor para él. Apagó su cigarrillo contra la superficie de la fuente y lo guardó en el bolsillo delantero de su camisa, no iba a tirar la basura en el suelo frente a la chica que quería impresionar.
—No hay problema, yo también te quiero.
Ariana no pudo evitar sonreír.
—¿Ah, sí? —Quiso mostrar un tono desinteresado pero no funcionó—. ¿Qué tanto?
—Mucho —aceptó él, aproximándose más a ella. Se preguntó si era buen momento para hacer su pregunta. Él nunca había sido de tener muchas novias, sólo tuvo una en la secundaria y no funcionó, no quería que sucediera lo mismo con Ariana.
—Me alegro —murmuró. Su tono era tan quedito que, si Erick no hubiera estado tan cerca, no la habría oído. Pero escuchó y eso lo hizo sentir feliz.
—Ari... —La morena lo miró con impresión, él nunca le había dicho ningún apodo o diminutivo cariñoso—. ¿Está bien que te llame así?
—Sí. —Asintió con la cabeza.
Él tomó su mano y le dio un ligero apretón.
—Ari —continuó—, me gustas muchísimo —le susurró cerca de su oído. La chica se estremeció al sentir su aliento.
—Y tú a mí.
Entrelazaron sus manos y se vieron directo a los ojos.
—Ari... —dijo de nuevo.
—¿Sí?
—¿Quieres ser mi novia?
Ariana sonrió de sobremanera y una felicidad enorme la embargó. Se dijo a sí misma que Erick la amaba tanto como ella a él, que iban a ser muy felices, que ese era el inicio de una gran historia de amor, quería convencerse a sí misma de que aceptar ser algo más de él que una amiga era correcto.
—¡Sí! —Aceptó.
El joven la tomó de la barbilla y se inclinó para depositar sus labios en los de ella. Compartieron un casto beso que les supo a gloria, ese que marcó el inicio de una relación y que significaba el próximo sufrimiento de una chica que entregó su corazón al chico equivocado.
¡Qué triste!
Pobre Ariana, pero bueno, la vida sigue.
En serio que Erick quiso enamorarse de ella pero no pudo... Eso no significa que nuestro chico sea una piedra, tal vez lo veamos loquito por alguien más pero será luego :'D
Espero que les haya gustado, mañana subiré el segundo, nos vamos con Amanda...
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