Capítulo 9.


El noviazgo de Eva con Carlos hizo que todos dejaran de prestarle atención al asunto de Amanda y Erick, que cada vez se llevaban mejor, para dedicarse a hablar solo acerca de la chica. Había muchos rumores que corrieron en solo el fin de semana y medio día de escuela, los cuales decían muchas cosas interesantes. Unos comentaban que ella salía con Carlos solo para que él le pasara las tareas, otros porque según hizo una apuesta con su hermano, algunos que sólo salía con él para humillarlo frente a todos y el restante afirmaba que era para darle celos a Víctor. Incluso Amanda le preguntó a Erick.

—Oye, tu hermana está saliendo con el chico ese que va bien en todas las materias —le comentó—. ¿Sabes el motivo?

—No realmente —respondió—. No quiero dudar de mi hermana pero tengo mis motivos.

—¿Por qué?

—Tal vez sí le gusta, pero por lo que he visto, ella no ha superado del todo a Víctor.

—¿Cómo sabes?

—Le molesta hablar de él. Es como mencionarle una plaga, eso sólo puede significar una cosa...

—Que aún lo quiere —murmuró Amanda. En seguida suspiró—. Qué horror, la comprendo.

Erick la miró con atención, con cierta duda de preguntarle algo que había querido desde hacía tiempo pero no se atrevía. Al final lo hizo.

—Hay rumores de que te gusta Ariana —dijo directo, al grano, sin importarle tener poco tacto—. No te quería preguntar porque... Bueno, es incómodo, ¿pero es verdad?

Amanda rio sin ganas.

—Es muy linda. Puedo decir que me atrae, pero no estoy enamorada de ella, quédate tranquilo.

—Mi preocupación era por ti. —Se cruzó de brazos—. Ariana es una chica demandante. —Ambos rieron un poco—. Por cierto, me pareció recordar que antes tú tenías una amiga que se la pasaba contigo pero se cambió de escuela, ¿cómo se llama? ¿Alicia?

—Es Felicia. —Lo corrigió apretando los dientes—. ¡Y no me la menciones!

Erick rio con burla.

—Uyy, parece que di en el clavo. El de Eva es Víctor, el tuyo es Felicia.

—¡Cállate! —Exigió, haciendo que él riera más.


***


Mientras tanto, Carlos se encontraba conversando con sus amigos. Ya les había platicado en la mañana lo que pasó, pero no escuchó su opinión porque empezaron las clases. Borró la foto justo como Eva le ordenó y les preguntó qué opinaban de la situación.

—Se avergüenza de ti. —Fue lo primero que pensó Jaime después de escuchar todo el relato, y no dudó en decirlo... Es que un amigo debe ser honesto por más que duela, ¿no? Silvia le dio un codazo—. ¿Qué? —Miró a su amiga.

—No... ¿O sí? —Se preguntó Carlos.

—Mira, no es por ser chismoso, pero tú sí la tenías en tus redes sociales antes de todo esto, debes de recordar que cuando salía con Víctor, él subía muchas fotos con ella.

Carlos aplanó los labios.

—Cierto.

—Es más, incluso en la mañana, después de que me contaste todo, hackeé la cuenta de Víctor y vi que él tiene ahí las fotos. No las ha borrado.

—¿Hackeaste su cuenta o él dejó su sesión abierta en las computadoras de la escuela? —Le preguntó la rubia.

—Eso es irrelevante... —La chica lo miró con expresión recriminatoria—. Está bien, encontré su sesión abierta pero para que vean que soy muy buena persona, la cerré... Claro, antes publiqué «soy puto» en su muro, pero nada más eso.

—¡Jaime!

—¿Qué?

—¡Chicos! —Carlos atrajo de nuevo su atención—. ¿Qué opinan de lo que les dije? ¿Creen que sí se avergüence de mí?

—Pues... Eva es muy rara —murmuró Silvia—. No me cae bien.

—Diría que no —comentó Jaime con semblante serio—, ¿pero por qué Víctor sí las tiene y a él no le dice nada?

—¡Chispas! —Exclamó Carlos—. ¡Sí se avergüenza de mí!

—Deberías hablar con ella antes de sacar conclusiones —le aconsejó Silvia. No es que saber de su noviazgo con Eva la pusiera de buen humor, pero no quería que se sintiera mal.

—Tienes razón. Haré eso.


***


Eva, como vio que Carlos ya borró la publicación, decidió ir con él pero al notar que estaba con sus amigos prefirió no hacerlo. Él le agradaba, pero sus amigos no, ni siquiera los conocía y estaba segura de que no le caía bien a la rubia, así que decidió ir con su hermano, pero al ver que se encontraba con Amanda, mejor se fue a caminar por el pasillo.

Decidió sentarse en las escaleras para comer una manzana. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no notó que alguien se sentó junto a ella. Solo cuando habló, volteó hacia él.

—¿Es en serio? —Preguntó.

—¿Qué? —Respondió ella una vez que se pasó el bocado que tenía.

Víctor se quedó callado un momento. Decidió usar su actitud juguetona para disfrazar lo que estaba sintiendo.

—¿En serio andas con Carlos para darme celos? —La miró con una sonrisa socarrona.

Eva rodó los ojos.

—¿En serio me acabas de preguntar eso? No todo gira alrededor de ti —masculló.

—Ya lo sé. —Bajó la mirada—. Pero en verdad creí que merecía una explicación. Todo estaba bien y de repente no... —La miró de reojo. La chica lucía inexpresiva pero no lo estaba viendo a él sino hacia enfrente—. Ahora ya tienes nuevo novio y ni siquiera dejaste que habláramos... Tal vez pudimos haber resuelto las cosas.

Ella se levantó y comenzó a caminar lejos de él.

—¡Hey, ¿qué te pasa?! —La siguió el rubio—. La conversación no ha terminado.

—Para mí sí —respondió ella.

—Eva...

—Déjame, ¿quieres?

La chica se alejó con paso más veloz y decidió no seguirla. En ese momento se acercó uno de sus amigos. Era Federico.

—Víctor...

—¿Qué? —Respondió de mala gana.

—¿Por qué publicaste que eres... bueno, eso?

—¿A qué te refieres?

El chico le enseñó la pantalla de su celular para que lo viera con sus propios ojos. Había muchos «me encanta» a su publicación.

—¡Joder...! —Dijo sacando su celular para borrar la publicación—. Al parecer ya cerraron la sesión... ¡Voy a matar a quien haya puesto eso...!

—¿Y cómo vas a saber quién fue? Si fue tu culpa por dejar abierta la sesión en las máquinas de aquí.

—¿Y tú cerraste la tuya? —Preguntó sin dejar de ver la pantalla de su celular. Soltó una risa cuando su amigo salió corriendo hacia el centro de cómputo.


***


Como no tuvo tiempo de hablar con su novia a la hora del receso, se tuvo que esperar al día consecutivo para charlar con ella. Mientras tanto, aprovechó la tarde para ordenar sus ideas y saber cómo le iba a preguntar lo que tenía en mente.

Al día siguiente, temprano, la vio llegar y decidió enfrentarla. «Tengo que hacerlo» pensó. «Vamos, sé valiente, Carlos» se dijo a sí mismo, «como un hombre». En cuanto se colocó enfrente de ella, se quedó en blanco.

—Hola, buenos días —le sonrió. Era más expresiva con él que con los demás y eso le dio un poco de confianza. «Ya no está molesta».

—Ho-hola, Eva, buenos días.

—¿Cómo te fue ayer? Ya no te pude esperar a la salida porque Erick se puso de un humor que ni te cuento, diciendo que tenía que llegar temprano a casa para hacer no sé qué cosas.

—No te preocupes... Oye, Eva, quiero preguntarte algo.

—Dime.

Se quedó callado unos segundos.

—No, nada.

—¡Dime!

—Está bien —suspiró—. ¿Tú...? ¿Tú te...?

—¿Yo qué?

—¿Te avergüen...? ¡¿Te avergonzarías de darme la mano?! —Murmuró luego de unos segundos. No se atrevió a preguntarle directamente si era de él pero el cuestionamiento no iba muy alejado, ya que si se negaba a darle la mano enfrente de todos era porque sí lo hacía.

Eva lo miró con extrañeza.

—No, para nada —respondió entrelazando su mano con la de él.

«Mmm... sí me dio la mano... Eso significa que no se avergüenza de mí, ¿no?» pensó sonriéndole.

Mientras los veían con asombro, Ximena se dirigió a Ariana.

—Esa Eva está saliendo con el nerd para que le pase la tarea... ¿Cómo no se me ocurrió a mí?

—¡Ximena! —Le reclamó la morena.

—¿Qué?

—Eso es cruel, justo como ella.

—Un poco... Pero hemos de admitir que es lista.


***


Las cosas no fueron todo color de rosa para Carlos. Se sintió más confiado cuando un día le ofreció a Eva pasarle la tarea pero ella se negó, diciendo que quería hacerla por ella misma, y mucho tuvo que ver que se hubiera negado por los rumores que había en torno a su relación. Los puntos malos fueron que los acosos de Víctor eran cada vez más pesados y también Erick. Se sorprendió un día cuando vio que el joven atractivo se dirigía a él.

—¡Cuñado! —Exclamó con falsa animosidad—. ¡Qué bueno que te veo! ¿Cómo has estado?

—Amm... Bien —respondió extrañado.

—¡Me alegro! Oye, no seas malo, pásame la tarea de física, ¿quieres? Compartimos profesora, ¿sabes? En verdad la necesito.

Carlos puso expresión de fastidio y le extendió la libreta.

—¡Gracias! Por cierto, me alegra que mi hermana ande contigo.

—De nada —dijo con tono seco.

Una vez que se alejó, Jaime se acercó.

—Vaya, te deshiciste de una lacra —se refirió a Víctor—, y viene otra... Y lo peor es que la primera te hace bromas muy pesadas.

—Quiere que termine con Eva nada más porque a él lo dejó, pero no lo va a lograr.

—¡Eso! ¡Lucha por su amor, amigo!

En ese momento Eva se acercó a ellos para saludar a Carlos, aprovechando que nada más estaba Jaime y no Silvia, pero ellos estaban tan absortos en su conversación que no notaron su presencia.

—Pero bueno, hablando de Erick, al menos fue él el que te pidió la tarea y no otro...

—Sí, pero igual no creas que me agrada mucho pasarle la tarea, aunque sea mi cuñado.

En ese momento la chica se molestó y se dirigió al salón de su hermano para reclamarle. Aprovechando que no había alumnos dentro del salón porque era temprano, le recriminó su acción en ese momento.

—¡Erick! —Exclamó mientras se dirigía a su pupitre.

—¿Qué? —Dijo sin alzar la vista, copiando las respuestas de la libreta de Carlos.

—¿Le pediste la tarea a Carlos?

—Sí... A diferencia de otras veces, ahora sí me sirve de algo tu noviazgo.

—¡Erick! No lo hagas —le pidió—. Ya hay muchos rumores que dicen que ando con él nada más para que me pase las tareas, y otros donde dicen que hice una apuesta contigo...

—¡Qué imaginativos! Igual lo voy a seguir haciendo —respondió sin darle mucha importancia al comentario de su hermana.

—¡Dame esa libreta!

—No, al rato yo se la doy.

—A él no le parece bien prestarte su libreta —recalcó— para que te copies.

—Sí, pues a mí no me dijo nada, si no le parece que venga él a decirme y que no mande a su novia —se burló.

—No me mandó, yo vine porque quise.

—Pues ya vete, órale, métete en tus propios asuntos.

—¡Erick!

—No sé qué me reclamas. —La miró a los ojos—. Si he escuchado por ahí que Víctor siempre le hace bromas pesadas y no le dices nada, ¿por qué a mí sí? Yo no le hice nada, sólo le pedí su libreta con amabilidad y hasta le dije que me alegraba que saliera contigo.

Eva lo fulminó con la mirada y se fue de allí con paso veloz. Amanda, que entró un momento después, le habló al chico.

—Oye, vi a tu hermana saliendo de aquí, parecía muy molesta. ¿Qué pasó?

—Nada, se enojó porque le pedí la tarea a su novio —respondió con tono aburrido.

—Ah... Erick, eso no está bien.

—Ahí vas tú también — se quejó.

—Es que es verdad... Pero bueno, ya que la tienes, pásamela a mí también —rio con descaro.

Él la miró sonriente.

—Por eso me caes bien.




Hola, ¿cómo están?

Ya saben, si les gustó el capítulo, dejen su estrellita y sus comentarios, ¡me animan muchísimo y me encanta todo lo que comentan!

Ahora que ya conocen un poco más a los personajes, ¿hay alguno que les caiga mal? ¿O bien?

Preguntita, ¿cuál es tu libro favorito? Ya sea aquí en wattpad o fuera de la plataforma.







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