Capítulo 4.
Mis ojos lloran por ti - Big Boy ft Ángel Lopez.
En la siguiente semana Erick no habló mucho con Amanda, solo cuando ella le pasó la primera parte del ensayo para que lo terminara. Decidió hacerlo, no por la amenaza de su compañera, sino por él. El día en que les tocó entregar el trabajo, lo llevó concluido junto con su opinión, que estaba escrita en una hoja completa con letra pequeña. La chica incluso se llegó a impresionar por la calidad del proyecto.
—Quedó muy bien —le dijo Amanda. Él no le respondió.
Después de entregar los trabajos, el profesor Guerrero pasó a todos sus alumnos para que mostraran el dibujo de su personaje favorito. La primera en pasar fue Ariana y el personaje que escogió fue Romeo. Comenzó a decir muchas cosas cursis que lo aburrieron, así que no le prestó mucha atención. La mayoría escogió a Romeo o a Julieta, por eso le sorprendió un poco que Amanda eligiera a Paris, diciendo que le gustaba su determinación. Cuando el profesor llamó a Erick, éste se levantó de su asiento con pesadez.
—Y bien, Erick, dime, ¿cuál es tu personaje favorito y por qué?
—Rosalina.
Todos lo vieron con un poco de confusión al haber escogido un personaje sin ningún desarrollo. Enseñó su dibujo, donde mostraba una hermosa chica rubia. Era una ilustración muy profesional, mucho mejor que las que hicieron sus compañeros.
—¡Qué buen dibujo! —Exclamó el profesor—. ¿Y por qué es tu favorita?
—Porque no le hizo caso al idiota de Romeo.
Todos se quedaron callados. Ariana frunció el ceño.
—No es que ella haya pensado que Romeo era un idiota —se entrometió, defendiendo a su personaje favorito—, sino que tenía un voto de castidad.
—Estoy seguro de que el voto de castidad era un invento para no hacerle caso a ese imbécil —respondió. Normalmente solía ignorarla, pero eso no tenía nada que ver con ellos sino era un tema escolar.
Antes de que la discusión llegara a más, el maestro se entrometió.
—Bien, Erick, ya diste tu punto de vista. Puedes dejar el dibujo en el escritorio y sentarte... Ahora, ¿quién sigue? ¿Tú, Lisa?
Antes de que finalizara la clase, el señor Guerrero dijo cómo evaluaría el trabajo final.
—En el trabajo final tienen que ser creativos, pueden hacer lo que ustedes quieran pero tienen que representar a la obra. Pueden hacer algún cuadro, alguna cartulina con mapas conceptuales, algún resumen pero que sea largo y completo. Es libre, pero quiero decirles que el mejor trabajo, exenta.
Los chicos se pusieron a pensar ideas para el trabajo final. Amanda se dirigió a Erick, pues sabía que ambos querían exentar.
—¿Qué ideas tienes? —Le preguntó al ojiverde.
—No muchas en este momento, pero ya se me ocurrirá algo.
—Mmm, más te vale, yo he pensado algunas cosas pero no son tan originales.
—Me imagino.
—¿Qué dijiste?
—Que me imagino —repitió.
Ella frunció el entrecejo.
—Eres insoportable.
—Gracias, tú igual.
Amanda, para no hacer la discusión más larga, prefirió callar. Decidió invertir su tiempo pensando en ideas para el proyecto y no en insultos hacia su compañero.
***
Al siguiente día, en cuanto llegó a su salón, Erick se dirigió a Amanda. Antes de llegar hasta ella, la observó con atención. Era una chica de cabello teñido de rojo cereza y con curvas. «Mi tipo» pensó. «Lástima que no le gusten los chicos».
—¿Ya tengo una idea para el proyecto. —Soltó sin más.
—¿Qué se te ocurre?
—Mira, sé que sonará ridículo pero en verdad necesito exentar. —A pesar de que no acostumbraba a divagar, lo hizo. Se sentía nervioso por decir su idea.
—Dime —pidió, sonando un poco fastidiada.
—El profesor quiere un proyecto original. Podríamos disfrazarnos de Romeo y Julieta. —Bajó la voz—. E interpretar una escena de ellos. Digo, no creo que a nadie se le ocurra.
Amanda se quedó pensativa.
—Suena ridículo, en verdad.
—Lo sabía —masculló Erick.
—Pero interesante. Podríamos hacerlo, ya que no se me ocurre nada mejor.
Él la miró con fijeza.
—¿Lo dices en serio?
—Sí, digo, no está tan mal ahora que lo pienso. No creo que nadie quiera hacer el ridículo, pero yo creo que ambos somos muy atractivos —dijo moviendo su cabello con la mano—, y si actuamos bien, no se burlarán... no mucho. Al maestro le va a encantar. —El chico le dio la razón, lo importante era impresionar al profesor—. Pero el problema son los trajes, ¿dónde los conseguiremos?
—Amanda, el beneficio de ser rico es que obtienes todo lo que quieres —le sonrió. La chica rodó los ojos—. No te preocupes por ello, yo los consigo, ahora te toca elegir la escena a interpretar para que nos aprendamos las líneas.
Se dio la media vuelta pero antes de alejarse, escuchó la voz de la chica.
—Bueno, al parecer no fue tan malo trabajar con un retraído social.
Él rio un poco y se dirigió a su asiento.
***
Mientras su hermano se preocupaba por la tarea de literatura, Eva comenzó a salir mejor en física. La profesora Vélez incluso les puso una prueba, no contaría para la calificación final, solo quería ver que tan preparados estaban. La chica sonrió un poco al ver que sacó ocho, no era la mejor calificación pero al menos pasó. Después de esa clase, se dirigió a Carlos.
—¿Cómo te fue? —Le preguntó.
—Bien. Pasé. —Le enseñó el examen—. Y todo es gracias a ti.
—¡Qué bien...! Oye...
—¿Qué?
—Bueno, yo... es que... no sé si tú quieras pero...
—¡Dime!
—¿Te... te gustaría ir al cine?
Eva se quedó pensativa. Llevaba tiempo sin ir al cine y, como no tenía nada mejor que hacer el resto de la semana por las tardes, aceptó, agregando el hecho de que el chico no le caía mal.
—Sí, ¿por qué no?
Carlos en su interior esperaba una negativa, así que escucharla aceptar lo sorprendió y lo puso de buen humor.
—Genial, ¿te gustaría ir después de clases?
—Sí, está bien. —Se encogió de hombros.
Él se dirigió a sus mejores amigos y les contó que invitó al cine a Eva y que ella, en contra de todo pronóstico, aceptó.
—¿Qué creen? ¡Invité al cine a Eva!
—¿Y aceptó? —Preguntó Jaime.
—¡Sí! —Exclamó más que feliz.
Silvia se puso triste, últimamente Carlos pasaba las tardes y los fines de semana con Eva, tanto que ya ni siquiera salía con ellos ni un ratito. En ese momento Víctor pasó junto a ellos; el castaño pudo sentir la mirada fulminante del rubio sobre él. Ya no solía acercarse con tono amigable para pedirle la tarea, hecho que lo aliviaba pero a la vez le preocupaba.
—Parece que Víctor te quisiera matar —murmuró Jaime.
Carlos tragó grueso.
—Me preocupa.
— Pues si tanto te preocupa no te ligues a su ex. Digo, te imaginas que a alguien como él le quite la novia alguien como tú... Sin ofender.
Carlos frunció el entrecejo.
—En primera nadie le quitó nada a nadie y, en segunda, él no es tan galán como dice ser...
—No sé, ¿tú qué opinas, Silvia? ¿Se te hace muy guapo? ¿O se te hace más guapo Carlos? —Preguntó Jaime a modo de juego.
—Ammm, pues... es que...
—Ya déjala —dijo Carlos.
—Sí, pobrecita, no te quiere decir feo en tu cara porque es muy buena amiga.
—No, yo no dije eso... —Se defendió la rubia.
A Silvia solo le quedó darle ánimos a Carlos, reprimiendo sus propios sentimientos para apoyarlo. Después entraron al salón, pues los cinco minutos entre clase y clase ya habían terminado.
***
En el receso, Ariana y sus amigas decidieron sentarse junto a los chicos del equipo de básquetbol para que les contaran bien sus estrategias en el próximo partido. Todos los chicos estaban animados hablando, excepto su capitán. Él estaba mirando hacia una mesa en específico, donde estaban sentados los mellizos, pero solo era a Eva a quién veía con atención. En un momento notó que la chica sintió el peso de su mirada, pues se removió incómoda en la banca y lo miró de reojo, pero en seguida se volteó y comenzó a hablarle a Erick. Ariana, que veía desde los hermanos hacia Víctor, se dirigió a él y le dio unas palmaditas en el hombro, pues lo comprendía muy bien.
—Ya deja de aferrarte a ella, no vale la pena —le dijo mientras todos los demás estaban entretenidos hablando del próximo juego.
Víctor podía parecer muy juguetón y despreocupado, pero las personas que lo conocían bien sabían que él en realidad tenía un gran corazón y que, en el fondo, era sensible.
—Sé que ahora me odia, pero nunca me dijo el motivo...
—Así son —suspiró Ariana—. Unos malditos.
—Es que Erick sí es un hijo de puta, pero Eva... Ella es diferente, solo que nunca he logrado comprenderla muy bien. —Recargó su rostro en sus manos—. Estábamos bien, pero de repente quiso terminar y no supe por qué. Para colmo no contesta mis mensajes; le he dedicado canciones y me deja en visto... —Las últimas canciones que le dedicó fueron Mis ojos lloran por ti de Big Boy y Tú y yo somos uno mismo de Timbiriche pero, como siempre, lo ignoró.
—Tal vez sólo simulaba quererte. Ya sabemos que fueron muy buenos en fingir que todo el mundo les agradaba cuando en realidad nos odiaban a todos.
—No, con eso no fingía —dijo seguro—. Pero ahora no importa, anda muy pegada a ese idiota de Carlos.
—¿Quién es ese?
—Un cerebrito que saca muy buenas calificaciones.
—Ah, creo que ya sé quién es. ¿En serio está saliendo con él? —Colocó un dedo en su barbilla—. ¡Qué loco está todo el mundo!
—No sé si salen. —Se encogió de hombros—. Pero si es así, tengo unas buenas ideas de bromas pesadas para hacerle a Carlos.
—La venganza no es buena —le aconsejó Ariana—. Además tú sabes que él no tiene la culpa.
—Lo sé...
En ese momento Ximena se acercó a ambos.
—A que no me van a creer, pero me enteré por allí que Eva irá al cine con el rarito, ese que saca buenas calificaciones —dijo como si fuera la gran noticia—. Escuché que María oyó a Pedro que le dijo a Raúl que según escuchó a Carlos confirmarle a Jaime...
En lo que Ximena seguía hablando, Ariana notó que Víctor puso una expresión de furia mientras apretaba los puños.
¿Cómo están? Espero que bien.
Ya saben, si les gustó el capítulo dejen su voto y comentarios, ya saben que me ayudan mucho y me sirve para saber si les está gustando o no la historia.
Por cierto, sé que todavía es pronto, ¿pero hay algún personaje que les caiga bien?
O por el contrario, ¿alguno que les caiga mal?
¡Nos vemos pronto!
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