Al siguiente día en cuanto llegó, Eva se dirigió con Víctor. El día anterior no había quedado muy tranquila, así que quería despejar sus dudas. En la noche había esperado un mensaje de él pero no recibió nada. Ella tampoco le mandó, prefirió aclarar todo en persona. Se puso a un lado de él pero lo notó distraído, estaba haciendo garabatos sin sentido en su libreta.

—Víctor. —Lo llamó, atrayendo su atención.

—Ah, hola, Eva —saludó, pero a diferencia de otros días no lucía tan feliz.

—¿Qué pasó? —Se sentó junto a él.

—Ximena decidió ya no ser mi amiga —le contó.

—Creo imaginar el motivo —murmuró ella, sintiéndose mal por verlo de esa manera—. Lo siento.

—No, tú no tienes la culpa de nada —le sonrió.

—Tú tampoco.

Él suspiró con pesadez.

—Necesito un abrazo.

Ella se levantó y se agachó hacia él para abrazarlo, gesto que él correspondió de inmediato. Después de un momento, él se levantó y la rodeó con más fuerza. Carlos y Jaime, que se encontraban dentro del salón, los estaban viendo con atención.

—Hombre, yo creo que se aman —murmuró el moreno a su amigo, dejando de mirar a la pareja y viéndolo a él. Carlos le devolvió la mirada.

—Sí, eso parece. No es que sean las mejores personas...

—Contigo fueron unos hijos de la chingada —lo interrumpió.

—Sí, bueno, pero en verdad espero que les vaya bien juntos —dijo con sinceridad.

—Y hablando de amor, ¿cómo vas con Silvia?

Carlos se sonrojó con fuerza.

—¿D-de qué hablas?

—Vamos, no te hagas el inocente conmigo. —Lo miró receloso—. A mí no me engañan.

—No pasa nada.

—Ay, pero si son adorables juntos. Siempre noté que Silvia te quería, pero últimamente es más obvia.

—Ah, pues... es que... Silvia es linda y todo eso... ya sabes, ¿a ti no te parece bonita? —Al ver la cara de pasmo de Jaime, se imaginó qué pasaba—. ¿Está atrás de mí? —El moreno asintió con la cabeza—. ¡Silvia! —Volteó a verla, más ruborizado que antes—. ¡Hola!

—Hola, Carlos —murmuró ella igual de sonrojada que él.

—Bueno, les daré su espacio para que coqueteen con tranquilidad —rio Jaime ocultando su diversión por verlos tan apenados.

—Amm... Hola, Silvia —dijo el castaño al no encontrar qué decir. Ella rio un poco.

—Hola.

—¡Ay, por favor! —Escucharon a Jaime. No estaba lo suficientemente lejos—. ¡Díganse algo más, que me aburren!

—Jaime, vete —le ordenó Carlos acomodándose los lentes.

Cuando su amigo les dio más espacio, el castaño se quedó cavilando en la situación que estaba viviendo. Se puso a pensar que, si él logró ser novio de Eva fue por iniciativa de la chica, pero Silvia no era tan aventada, más bien era penosa. «Silvia no me dirá nada porque es muy tímida, si alguien tiene que dar el primer paso tengo que ser yo» pensó decidido. En el momento en que iba a hablar, llegó la señora Vélez y no lo dejó. «Tendrá que ser en otro momento» especuló, molesto por primera vez de que su profesora hubiera entrado antes de que iniciara la hora.

***

En el receso, Carlos y Silvia siguieron con sus coqueteos sutiles. Se hablaban con dulzura y estaban pendientes el uno del otro, casi ignorando a Jaime. En la salida, mientras acomodaban sus libros en su casillero, seguían muy juntos murmurándose cosas ininteligibles para los demás. Su amigo se molestó por su falta de decisión y los enfrentó.

—Ustedes dos ya me hartaron —dijo Jaime colocándose enfrente de ellos—. Ya acepten que se aman y sean novios, que nada más le andan haciendo al cuento pero no se animan.

Silvia y Carlos se abochornaron.

—¿A qué te refieres? —Preguntó el castaño.

—No se hagan tontos. Es obvio que tú lo amas —se dirigió a ella—, y tú también la amas a ella —se dirigió a su otro amigo. Tomó las manos de ambos y las unió—. Así que ya anden, por favor, ¡porque me desesperan!

Después de decir eso, se alejó. Ambos chicos, sin soltarse, miraron por donde se fue. Posteriormente se vieron entre ellos y se sonrieron con las mejillas ruborizadas. No necesitaron palabras para dar a entender que estaban de acuerdo con lo que había dicho Jaime, así que se fueron caminando de la mano hacia la salida de la escuela.

***

Al llegar a su casa, Carlos se veía muy alegre. Sus padres y su hermano Miguel lo notaron. Decidieron esperar a que él les contara pero no dijo nada. La cabeza de Irene comenzó a maquilar ideas para tratar de imaginar el motivo del estado de ánimo actual de su hijo menor. Al final no aguantó y decidió preguntar, quería sacarle información.

—Hey, Carlos, ¿por qué estás tan feliz?

—¿De qué hablas? —Se hizo como que no sabía nada.

—Sabes muy bien de lo que hablo —dijo seria—. ¿Acaso tú y esa muchacha Eva tuvieron relaciones?

Carlos se quedó anonadado. Tanto su hermano como su padre lo miraron de la misma manera.

—¿No que Eva ya no es tu novia? —Preguntó Miguel acabando de procesar lo que su madre había dicho. Irene abrió los ojos al escuchar eso.

—¡No, ya no lo es! —Exclamó—. Mamá, por favor, solo estoy feliz porque me animé a preguntarle a Silvia si quería ser mi novia y ella aceptó —soltó finalmente—. ¿Por qué te imaginas cosas tan raras?

Su familia se quedó aún más sorprendida. La primera en reaccionar fue su madre.

—¡¿En serio?! ¡¿Tú y Silvia?! ¡Ayyy, qué felicidad! ¡Son tan lindos juntos!

Mientras Irene seguía con sus exclamaciones de felicidad, Miguel miró a su hermano.

—Bueno, tener sexo no es raro, pero para ti sí porque eres más virgen que el aceite extra virgen —le susurró.

—¡Oh, ahí vas con eso! ¡Cállate! —Se cruzó de brazos.

—No lo digo yo, lo dice tu mamá.

—¡Que te calles!

Mientras sus hijos seguían discutiendo e Irene terminando de dar sus últimos chillidos de emoción, el señor Sosa se limitó a terminar su comida sin decir absolutamente nada.

Una vez que terminaron de comer, Carlos subió a su habitación para hacer su tarea, pero antes de entrar, la voz de Miguel lo detuvo.

—Oye, me alegro de que por fin te hayas animado a decirle a Silvia que sea tu novia.

—Sí, bueno, tuve un poco de ayuda de Jaime pero...

—¿Te ayudaron? Ay, pero sí eres un inútil.

Carlos frunció el ceño y entró a la habitación. Iba a cerrar la puerta pero su hermano entró.

—Espera.

—Salte.

—Ya voy, no es que quiera estar aquí. Lo único que quería decirte era que me reencontré con la chica, de la que te había contado la otra vez...

—¿Ah, sí? ¿La que perdiste por tus malas decisiones? —Miguel asintió—. Nunca me dijiste por qué terminaron.

—En realidad nunca fuimos novios. Éramos amigos en la secundaria, pero fui un imbécil. Preferí juntarme con unos idiotas que no eran de su agrado por ser malas influencias, así que se terminó alejando de mí. Siempre me gustó pero nunca se le dije, y cuando se apartó no tuve oportunidad. Pero ahora las cosas son diferentes, soy más maduro...

—¿Más? ¿En serio? Porque no parece.

—Oh, cállate... Pero sí la recuerdas, ¿no?

—Me parece que sí recuerdo que a veces venía una amiga tuya a la casa. ¿Cómo se llamaba?

—Se llama Lily, no está muerta.

—Oh, por eso...

—Habla bien.

—Agh. —Rodó los ojos—. Como sea, ¿dónde te la encontraste?

—Fui al centro comercial para ir al cine con unos compañeros y en cuanto la vi me acerqué, está trabajando en un local de ropa. La invité a salir para ponernos al corriente de nuestras vidas en este tiempo que ha pasado y aceptó.

—Mira, qué bien.

—No seas sarcástico.

—¡No es sarcasmo!

—Mmm... Como sea, felicidades por tu nueva relación, espero que esta vez no lo arruines.

—¡Pero si yo no arruiné nada!

—Ajá, sí, como digas, pero no creo que Eva piense lo mismo...

—¡Ya!

Holi, ya era hora de que Carlos y Silvia aceptaran lo suyo. Sé que algunos creerán que es precipitado pero él ya tenía sentimientos hacia ella, solo que no se había dado cuenta.

De hecho la idea principal de la historia surgió porque quería que un chico consiguiera ser novio de su amor platónico y al final se diera cuenta que no era lo que esperaba y que en realidad amaba a su mejor amiga. Pero bueno, saben que esta historia combina muchos clichés xD

Por fi, si a alguien le interesa y no le he dedicado capítulo dígamelo en los comentarios.

Por cierto, dejo este meme que hice exclusivamente para promocionar esta historia, sé que muchos llegaron por él, es medio gracioso. 

Aunque ya no trata de esto xD 

¡Nos vemos pronto!