Capítulo 20.
Recuerden que hubo actualización el martes.
My dude - Litany
El siguiente lunes, en cuanto Amanda llegó, Erick se acercó a ella para preguntarle cómo estaba.
—Bien —contestó, aunque no tenía el ánimo que de costumbre.
—¿Hablaste con tus padres?
—No quise, pero me dijeron que ellos me aman así como soy —sonrió.
—Me alegro... Pero me imagino la gran decepción que tuvieron los pobres al enterarse que no soy tu novio.
Ella rio.
—Uy, sí, fue demasiado para ellos.
Entretanto, Eva llegó a su salón. A pesar de seguir mostrándose fría, cada vez que veía o charlaba con Víctor, su semblante adquiría otra expresión, lucía más animada. Cuando el rubio llegó, se acercó a ella.
—¿Cómo estás?
—Bien, ¿y tú?
—Igual. Por cierto, te mandan saludos las gemelas, dicen que a ver cuándo vas a visitarlas de nuevo.
—Diles que pronto —sonrió tenuemente—. Oye, deberíamos ir a algún lado saliendo.
—Me encantaría, pero no puedo —dijo apenado—. Tengo práctica. Como estamos cerca del partido no puedo saltármela, el entrenador me mataría. Tiene que salir perfecto, van a venir unos evaluadores de ciertas universidades, podrían darme una beca. —El negocio de su padre, que tenía una consultoría que evaluaba el trabajo de algunas PyMEs, iba muy bien, les alcanzaba perfectamente para llevar una vida con ciertos lujos, pero últimamente tenían muchas deudas, así que una ayuda no les caería mal.
—¿Dónde te gustaría estudiar?
—Me gustaría ir a la USRP —dijo. La Universidad Soberana de la República era la mejor universidad del país y estaba en la capital. Eva sonrió, pues ella también quería ir ahí—. Aunque con la Estatal me conformaría.
—No te conformes. Tú puedes ir a donde quieras si te lo propones.
—Gracias.
—¿Y qué te gustaría estudiar?
—Mmm, no lo sé. A mi padre le gustaría que estudiara una ingeniería para quedarme en su negocio pero no soy bueno con las matemáticas ni las ciencias. De hecho creo que no soy bueno en nada —sonrió acongojadamente.
—Oye, no digas eso —le sonrió. Ahora era el turno de ella para animarlo—. Eres muy bueno en los deportes y tienes un gran carisma, haces sentir bien a la gente. Si en verdad te esfuerzas puedes lograr algo bueno. Te veo como un gran psicólogo, entrenador o nutriólogo. Incluso he notado que eres bueno con los niños pequeños.
—¿Tú crees? —Se quedó pensando.
—Es una idea, pero puedes ver qué te llama más la atención. Y respecto a la práctica, te espero, después podemos ir al cine.
—¿No te cansarás de esperarme dos horas?
Ella negó con la cabeza.
—Puedo adelantar tareas, o ir a la cafetería. Además no es como si quisiera llegar temprano a mi casa —murmuró.
Al finalizar las clases, Eva decidió ir a la biblioteca. Leyó durante una hora, pero después se cansó y decidió ir a la cancha. Se quedó en el umbral de la entrada, viendo como los chicos practicaban con energía, dando lo mejor de sí. Decidió no interrumpirlos y, por pura curiosidad, se dirigió a otra de las canchas, donde estaban las porristas. Miró con atención cómo entrenaban. Eran coordinadas, pero no era una rutina perfecta. Cuando terminaron de practicar, Ariana aplaudió una vez.
—Bien, chicas, hay que repetirlo.
—Lo están haciendo todo mal. —Eva se acercó a ellas con paso lento. Todas las chicas la miraron, unas con curiosidad y otras con molestia, en especial Ximena—. Olivia, no estás enderezando bien la espalda; Cynthia, no estiras completamente la pierna. Ariana, a la hora de dar la vuelta no caes de manera correcta, te puedes lastimar nuevamente, y tú, Ximena, te ves un poco tiesa, no sé si sea por los nervios pero no te estás soltando bien.
—¿Y tú quién eres para decirnos que hacemos todo mal? —Ximena la barrió con la mirada.
—Su antigua capitana —les recordó con seriedad—. Y no lo hago para molestarlas, sino para que mejoren.
Todas se quedaron calladas. Ariana fue la primera en atreverse a hablar.
—Gracias, Eva.
La chica no le respondió. En seguida Ximena se puso enfrente de ella, como retándola. Era un poco más alta, sin embargo a Eva no le intimidaba, le sostuvo la mirada sin vacilar. Ambas rompieron el contacto cuando la voz de Víctor atrajo su atención.
—Hola, chicas —saludó con alegría. En seguida se acercó y abrazó a Eva por detrás—. ¿Qué hay? Te estuve buscando en la cafetería y después en la biblioteca, de no ser porque me asomé no te habría visto... —le susurró en el oído.
Ximena rodó los ojos con fastidio y se alejó de ellos. Ariana, que se había puesto más tensa, se dirigió a su amigo.
—Víctor, no hemos acabado la práctica.
—Oh, lo siento, ya nos vamos.
Eva siguió viéndolas con severidad. Después de unos segundos, tomó la mano de Víctor y se alejaron de allí. Todavía no habían regresado como una pareja formal, ni siquiera se llamaban con las palabras «novio y novia» aunque era obvio que sí estaban en un plan romántico. Ximena los siguió con la mirada hasta que desaparecieron. Ariana puso una mano en su hombro y le sonrió, pero su amiga no le devolvió el gesto.
—Bien, chicas. —Ariana atrajo la atención de todas—. ¡A entrenar!
***
Cuando acabó la práctica, después de haberse duchado rápido y cambiado, Ximena caminaba a un lado de Ariana quejándose de la actitud de Víctor.
—Es que es imbécil, ¿cómo no se da cuenta? Se la pasa embelesado por esa tipa que al principio lo dejó sin darle explicaciones...
—Habrá tenido sus motivos. —Se encogió de hombros la morena—. No podemos saber.
—Ay, y ahora tú también la defiendes.
—No la defiendo, solo pienso que ellos se quieren y que era hora de que lo aceptaran para estar juntos.
—¿En serio crees que ella lo quiere? —La miró con seriedad.
—Pues... sí, ¿no?
—¿Cómo puedes decir eso sabiendo quién es su hermano?
Ariana se incomodó un poco.
—Oye, Eva es diferente a Erick. Convivimos con ambos y, aunque en su momento nos dieron la fachada de niños buenos, yo en el fondo siempre supe que Erick no me quería. Eva, por el contrario, no parecía fingir sus sentimientos. Al principio también creí que era una arpía que aparentó todo, pero últimamente la he notado diferente, siento que tuvo otros motivos para haber tomado sus decisiones anteriores.
—Tal vez sea mejor actriz de lo que sabemos.
Ariana se encogió de hombros como respuesta.
—Pero aun así no entiendo cómo es que de repente volvieron. Ella lo rechazaba para todo y ahora parece que están súper enamorados como antes.
—No te quejes, tú tuviste la culpa.
—¿Eh? ¡¿Yo?! —Exclamó indignada.
—Sí, tú me hiciste decirle a Carlos que trató mal a su amiga y por eso la terminó. Al ver que estaba soltera, Víctor pudo aprovechar para hablarle y Eva acabó aceptando que todavía está enamorada de él.
Ximena soltó un quejido pesaroso.
—¡Agh, no puede ser...!
—Yo digo que ahí ya no te metas. Sabes lo mucho que anheló Víctor que sucediera esto, él está muy feliz. Y si de verdad lo quieres, deberías apoyarlo.
—¿Estás diciendo que mis sentimientos no importan? —Preguntó con tono bajo.
—Yo no dije eso.
—¿Entonces?
—Tienes que decidir cómo actuar. Solo ten en cuenta de que si quieres en verdad a Víctor, no harás nada para dañarlo.
—Umm, sí —murmuró.
Caminaron un rato más en silencio. Ariana decidió cambiar de tema para que el ambiente entre ambas no estuviera tan tenso.
—Oye, ¿has estado metiendo solicitudes a universidades? Yo estoy preparándome para los exámenes de admisión. Empecé a ir con un profesor muy bueno, luego te paso su dirección.
—Ah, sí, qué bien —respondió sin mucho ánimo.
—Vamos, Ximena, no te pongas así.
—¡Es que cómo no quieres que me ponga así! Tienes razón, todo fue mi culpa y no puedo deshacerlo.
—Puedes tratar, pero no sería lo correcto.
Ximena se quedó pensativa.
—Tengo que hablar con Víctor.
—Empezar por ahí sería lo mejor.
***
Al día siguiente, Ximena decidió charlar con Víctor para aclarar las cosas. En la mañana no pudo hablar con el chico porque llegó tarde y no lo dejaron entrar a la primera hora. En el receso también lo buscó pero lo vio sentado con Eva. En el momento en que se dieron un pequeño beso, sintió una mezcla de tristeza y celos. Como no tuvo oportunidad antes, decidió enfrentarlo a la hora de la salida.
—¡Hola, Ximena! —Exclamó él con alegría cuando la chica se acercó. Creía que ya lo había perdonado e iban a charlar como antes.
—Hola, Víctor —respondió sin muchos ánimos.
—¿Qué tienes? —Preguntó al verla.
—Nada, yo... ¿Te gustaría ir a un café? Tengo que charlar contigo.
—Ximena, en verdad me gustaría, pero tengo planes.
—Adivinaré: con Eva, ¿cierto? —Dijo fastidiada.
—Sí. Pero podemos ir mañana.
—No, quiero hablar contigo hoy. Es importante.
—¿Qué pasa? ¿Está todo bien?
—No, no lo está.
Víctor la miró con inquietud. Su amiga generalmente era alegre y despreocupada, nunca la había visto de esa manera.
—Está bien, sólo le avisaré a Eva.
—¿Avisarme qué? —Escuchó la voz de su novia y volteó hacia ella. El día anterior, cuando fueron a cenar, él le preguntó si de nuevo quería ser su novia, a lo que Eva aceptó, ya no podía negar lo que sentía por el chico. Ahora que habían decidido regresar formalmente como pareja, a diferencia de la vez anterior, Víctor decidió que ya no iba a publicar fotos ni a manifestarlo a medio mundo. Comprendió que era su relación y que a la única que le debía demostrar cariño y apoyo era a ella, y viceversa.
—Ximena tiene un problema y necesita hablar conmigo. Dice que es urgente. Pero no quiero que te vayas a molestar si voy con ella —le susurró.
Eva miró a Ximena y después a Víctor. No confiaba en la chica, pues ella fue una de las más hipócritas cuando era animadora. Notó que Víctor se sentía entre la espada y la pared, no quería decidir entre su novia y una de sus mejores amigas. Al final suspiró y decidió no hacer que el chico pasara esa situación de manera incómoda. Prefirió confiar en él.
—Ve con ella.
—¿En serio? ¿No hay problema?
—Dice que es urgente, le daré el beneficio de la duda. —Vio a la castaña fijamente. Ximena desvió la mirada—. Y quiero que sepas que, aunque te digan ciertas cosas, te quiero —dijo viéndolo a los ojos—. Nunca dejé de hacerlo —aceptó. Desde que mostró su verdadera personalidad, ella no era de las que acostumbraban decir a cada rato sus sentimientos, rara vez lo hacía, así que Víctor sonrió y besó su frente.
—Y yo te quiero a ti. Te veo mañana.
—Está bien.
Después de eso, Víctor se dirigió con Ximena a una cafetería que estaba cerca. Una vez allí, la chica ordenó un batido de fresa y el rubio un lechero. En lo que el mesero traía sus pedidos, él fue el primero en hablar.
—Y bien, Ximena, ¿qué es lo que está pasando? ¿Es algo muy grave? ¿Cómo puedo ayudarte?
—Víctor, yo te quiero. —Decidió ir al grano. El chico la miró con atención sin entender a qué se refería.
—Sí, yo también te quiero.
—No de la misma forma que yo... —Bajó la mirada sintiéndose apenada. El alzó las cejas con impresión.
—Oh... Vaya —dijo luego de unos segundos—. Ximena, sabes que estoy con Eva...
—Lo sé, sé que la amas, pero no estoy segura si ella te ama a ti.
—Pero tú la oíste, dijo que me quiere.
—¿Cómo sabes que dice la verdad? Digo, tanto tiempo que fingió ser alguien que no era...
—Ahora ya no finge, no tiene por qué.
—Mmm, puede que tengas razón... El punto es que ya no quiero ser tu amiga.
— ¿Pero... por qué? Sé que puede ser difícil, pero hemos sido amigos mucho tiempo, podemos resolver estos obstáculos, Ximena, vamos. —Quiso ser optimista a pesar de que sabía que las cosas no sería iguales—. Vamos, Ximena, no hagas esto...
—No podemos. Tú siempre vas a preferir a Eva antes que a mí, y no puedo soportarlo —admitió.
—No prefiero a nadie antes que a nadie. Es diferente, ella es mi novia, pero tú eres mi mejor amiga, has sido un gran apoyo para mí —reconoció—. No voy a elegir, Ximena.
—No tienes que hacerlo, ya lo hice por ti —sonrió. Se paró en ese momento, sacó dinero de su bolsa y lo puso en la mesa—. Dile al mesero que ya no quiero el batido, de cualquier forma lo dejaré pagado.
—Oye, no te vayas.
—No tiene sentido seguir aquí. Adiós, Víctor.
Ese adiós era para su amistad y el rubio captó bien el mensaje. La vio salir con paso lento de la cafetería para después quedarse mirando hacia ningún punto en específico, esperando a que el mesero trajera la orden.
Canción del capítulo.
https://youtu.be/kgjbbbUrvkc
F por Ximena.
¡Hola de nuevo! ¿Me extrañaron? Yo sé que sí... O quién sabe xD
Ahora sabemos por qué Ximena se molestó tanto cuando Víctor decidió hacer el proyecto con Eva. No la culpo.
En el siguiente capítulo veremos más cosas de ella, quiero que le presten mucha atención porque es importante. Y ahora una pregunta, ¿les agrada este personaje?
Y bueno, como siempre, si les gustó dejen sus votos y comentarios, aunque lean sin Internet, cuando se conecten se actualizan en automático.
¡Nos vemos muy pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top