Capitulo 72: "Recuerdo"
"Cuando el fuego toque mis pies otra vez
Y los gallinazos empiecen a circular
Ellos susurrando están, "estás fuera de tiempo"
Pero aún, yo me elevo
Este no es un error, ni un accidente
Cuando pienses que el final está cerca, piénsalo otra vez
No te sorprendas, aún me elevaré"
-Katy Perry, Rise.
Narra Starfire
Sentiría el principio como si fuera el final. Estaba advertida.
Pero esta vez el final fue una sorpresa más grande de lo que había sido antes. Mayor que cualquier final que recordara, en mi vida. Mayor que saltar por el hueco de un ascensor. Había esperado que no hubiera más recuerdos ni más pensamientos.
¿Qué final era éste?
El sol se estaba poniendo, todo era de color rosado y me hacía pensar en mis amigos... ¿Cuáles eran sus nombres? ¿Algo parecido a... ?
Vi una bonita flor. Las flores aquí eran tan aburridas e inanimadas..., aunque olían bien. Los olores eran lo mejor de este lugar.
Pasos a mi espalda.
¿Me seguían otra vez?
No necesitaba chaqueta; aquí hacía calor, por fin, y quería sentir el aire sobre la piel. No la miraría. Tal vez creyera que no podia oírla y dejaria de seguirme.
_Perdona..._ dijo alguien cuya voz no conocía.
Me volví a mirarla y tampoco conocía su cara.
Era guapa.
El recuerdo de esa cara me devolvió bruscamente a mí misma.Pero no lo recordaba ...
_Hola_ le respondí.
_Hola, me llamo Elizabeth._ Me sonrió. _Soy nueva en la ciudad y ... creo que me he perdido._
_¡Oh! ¿Adónde quieres ir? Te llevo._
_No, no está lejos. Estaba dando un paseo, pero ahora no recuerdo el camino_
Era una amable, qué bien. Me encantaban los nuevos amigos.
_Estás muy cerca_ le dije. _Está justo por allí, subiendo la calle hasta la segunda esquina, pero puedes acortar por este callejón de aquí. Te lleva directamente._
_¿Podrías enseñármelo? Lo siento, ¿cómo te llamas?_
_Claro, ven conmigo. Soy Koriand'er, pero mis familiares me llaman Kori. ¿De donde eres Elizabeth?_
Ella se echó a reír.
Yo también me reí. Me gustaba su sonrisa.
Murmuró algo, pero su voz había cambiado; estaba tensa. Observaba el oscuro callejón como si esperara ver algo.
Allí había alguien. Una persona: un hombre, se pasaba la mano por
su pelo negro como si estuviese nervioso. Podía ser que estuviera preocupado porque él también se había perdido. Me miraba con los ojos muy abiertos y emocionados. El hombre estaba muy quieto.
Jason. Mi corazón dio un brinco, pero el sentimiento era peculiar, malo. Demasiado pequeño y ... fugaz.
_Él es mi novio, Kori_ me dijo Elizabeth.
_¡Oh! Hola._
Extendí la mano hacia el hombre, que era el que estaba más cerca.
Me estrechó la mano con fuerza.
Luego me atrajo hacia sí, contra su cuerpo, y yo no lo entendí. Me sentía mal, eso no me gustó.
Mi corazón latía cada vez más deprisa y tenía miedo. Nunca había estado tan asustada como en ese momento. No entendía nada.
Su mano se acercó a mi cara y tragué saliva. Inhalé entonces la niebla que emanaba de su mano, una nube plateada que sabía a frambuesas.
_No tengas miedo. Solo queria verte por ultima vez_
_¿Qué?_ quise preguntar, pero ya no podía verlos. No podía ver nada...
No había más.
Sólo hay dolor. Mi cabeza, mi pecho... dolor abrasador. Mi costado,
mi brazo. Dolor. Dolor y palabras en voz baja en la oscuridad. ¿Dónde estoy? Aunque lo intento, no puedo abrir mis ojos. Las palabras susurradas se convierten en más claras... una luz en la
oscuridad.
_¿Por qué todavía está inconsciente?_
_Su actividad cerebral es normal y no tiene hinchazón. Se despertará cuando esté lista. Sólo dale un poco de tiempo._
_¿Y el bebé?_ Las palabras son angustiadas, sin aliento.
_El bebé está bien, Dick._
_Oh, gracias a Dios_ las palabras son una letanía... un rezo. _Oh, gracias a Dios._
¿el bebé?.... La prueba, por supuesto. Trato en vano de mover mi mano hacia mi vientre. Nada se mueve, nada responde.
Todo es pesado y doloroso: mis miembros, cabeza, párpados... nada se mueve. Mis ojos y mi boca están cerrados con resolución, indispuestos a abrirse, dejándome ciega, muda y dolorida. Cuando emerjo de la niebla, mi conciencia es inestable, una sirena seductora lejana. Los sonidos se
convierten en voces.
_No voy a dejarla._
¡Robin! Está aquí... Quiero despertarme... su voz es un susurro tenso y atormentado.
_Dick, deberías dormir._
_No, Bruce. Quiero estar aquí cuando despierte._
_Raven ¿por qué no se despierta?_ Su voz se quiebra. _La estoy perdiendo._
¡Robin! Hay sollozos amortiguados.
Lo intento. Lo intento. Quiero verlo. Pero mi cuerpo me desobedece y me
duermo una vez más.
Oh... la oscuridad se acerca. No...
_¿Starfire? ¿Puedes oírme, Starfire?_ me preguntó una voz conocida.
Ése no era el nombre correcto... ¿o sí? Mis oídos no reaccionaron al oírlo, pero sí lo hizo algo más... ¿Kori? ¿No era así? Tampoco parecía adecuado. Mi corazón latía con fuerza, como un eco del miedo de mis recuerdos. La visión de una mujer de pelo rubio y amables ojos verdes me vino a la cabeza.
Un sonido, una voz baja sonaba a mi alrededor.
_Starfire, vuelve, no vamos a dejar que te vayas._
Aquel timbre de voz me resultaba
conocido y desconocido al mismo tiempo. Sonaba como si fuera... ¿Raven? ¿Dónde estaba Raven? No podía encontrarla, sólo miles de recuerdos vacíos, como una casa
llena de cuadros, pero sin habitantes.
_Usa el Despertador_ ordenó una voz que no reconocí.
Algo ligero como el roce de la niebla me acarició la cara. Conocía ese olor. Olía a pomelo...
Tomé aire y mi mente se aclaró de pronto.
Notaba que estaba tumbada, pero había algo que no era correcto. ¿No me faltaba algo...? Todo parecía muy pequeño, me sentía como si me hubieran reducido.
Tenía las manos más cálidas que el resto del cuerpo, porque alguien me las estrechaba. Dos manos envolvían las mías, de modo que parecía que se las hubiesen tragado.
Olía raro..., a mala ventilación, a moho. Recordaba el olor, pero sabía que nunca antes había olido nada similar, en toda mi vida.
Lo veía todo rojo, de color rojo mate, el interior de mis párpados. Quería abrirlos, así que busqué los músculos encargados de hacerlo.
_¿Starfire? Te estamos esperando, cariño. Abre los ojos._
Esa voz, su cálido aliento en mi oído, me era aún más familiar. Un extraño sentimiento hormigueó por mis venas cuando la oí. Un sentimiento que nunca antes había tenido. El sonido hizo que aguantara el aliento y me temblaran los dedos.
Quería ver la cara que correspondía a esa voz.
Un color recorrió mi mente. Un color que me llamaba desde una vida lejana... un reluciente e intenso azul. Todo el universo era de color azul brillante...
Y, al final, reconocí mi nombre. Sí, era correcto. Starfire. Yo era Starfire. Y
Koriand'er también. Ahora lo recordaba.
Un ligero contacto me rozó la cara, una cálida presión sobre los labios, en los párpados. Ahí era donde me había tocado. Ahora que los había encontrado, podía parpadear.
_¡Se está despertando!_ gritó alguien, excitado.
Chico bestia. Chico bestia estaba allí. Mi corazón dio otro pequeño brinco.
Me costó un rato poder enfocar los ojos. El azul que veía estaba mal. Demasiado pálido y deslavado. No era el azul que quería.
Una mano me tocó la cara.
_¿Star?_
Me volví hacia el sonido y sentí raro el movimiento de mi cabeza. No era como había sido siempre, pero, al mismo tiempo, era exactamente igual ...
Mis ojos encontraron por fin el azul que estaba buscando. Zafiro, nieve y medianoche.
_¿Robin? Robin, ¿dónde estoy?_ La voz que salía de mi garganta me asustó. _¿Quién soy?_
_Eres tú_ me contestó Robin. _Y estás en el lugar adonde perteneces._
Liberé una de mis manos de aquella mano gigantesca que la sostenía. Quería tocarme la cara, pero la mano de alguien se me acercó, y me detuve.
Aquella mano también se detuvo en el aire, sobre mí. Intenté volver a mover la mano para protegerme, pero eso hizo que se moviera la mano que estaba ante mí. Empecé a temblar, y la mano se agitó.
Abrí y cerré la mano, mirándola con atención.
_¿Dónde está?_ exigí con voz chillona y atiplada. _¿Dónde está el Glock?_
_Está aquí mismo_ me contestó Bruce. _En un criotanque, lista para salir. Pensamos que podrías decirnos el lugar idóneo para ocultarla._
Me volví hacia su voz. Cuando lo vi de pie bajo la luz del sol, con un criotanque encendido entre las manos, volvieron a mí un montón de recuerdos de mi otra vida.
_¡Bruce!_ dije, con aquella leve y frágil voz. _¡Bruce, me lo prometiste! ¡Me diste tu palabra! ¿Por qué? ¿Por qué has roto tu promesa?_
La pena y el dolor me embargaron. Mi cuerpo nunca había sentido tal agonía y se apartaba de su escozor.
_Los hombres honrados también ceden a la coacción, Starfire._
_Coacción..._ se mofó otra voz terriblemente familiar.
_Yo diría que un cuchillo en el cuello cuenta como coacción, Dick._
_Sbías que no iba a usarlo de verdad._
_No es verdad. Fuiste muy persuasivo._
_¿Un cuchillo?_ mi cuerpo temblaba.
_Shh, todo está bien_ murmuró Robin. Su respiración movió un mechón de pelo sobre mi cara y lo aparté con un gesto rutinario. _¿De verdad creías que podrías dejarnos
así? Starfire ..._
Suspiró, pero el suspiro era de alegría. Robin estaba feliz.
Esto hizo que de repente mi preocupación se volviera más ligera, más fácil de soportar.
_Les dije que no quería seguir siendo un peligro_ susurré.
_Dejenme a mí_ ordenó Raven. _Escucha, Starfire, sé exactamente qué es lo que no quieres ser, pero somos humanos y egoístas, y ¡nosotros no siempre hacemos lo correcto! No vamos a dejar que te vayas. Asúmelo._
La forma en la que hablaba, la cadencia y el tono, más que la voz, me trajeron devuelta todas aquellas conversaciones silenciosas, aquella voz en mi mente, a mi hermana.
_¿Rae? ¡Raven, estás bien!_
Ella sonrió y se acercó para abrazarme.
_Claro que sí. ¿No era ésa la clave de todo el drama? y tú también vas a estar bien. No somos estúpidos, no hemos tomado el primer corazon que hemos encontrado._
_¡Déjame contárselo, déjame a mí!_ dijo Chico bestia mientras empujaba a Raven por detrás para abrirse un hueco. Cada vez había más gente alrededor del catre, que se movió,
inestable.
Tome su mano y la estreché. Sentía las mías tan débiles... ¿Podía él sentir la presión?
_¡Chico bestia!_
_Eh, Star! Esto es genial, ¿no crees? ¡Ahora estaras con nosotros por largo tiempo!_ Sonrió, triunfal.
_Si. Tengo casi... _ Me detuve, cambiando la frase con brusquedad. _Mi cumpleaños es dentro de dos semanas._
Podía estar desorientada y confusa, pero no era estúpida. Las experiencias no habían caído en saco roto, había aprendido de ellas.
_Voy a cumplir dieciocho._
Por el rabillo del ojo, vi que Raven y Robin daban un respingo sorprendidos.
Fue esta pequeña decepción, esa queja de mi compañero, lo que me hizo darme cuenta de que me quedaba. De que permanecería con Robin y el resto de mi familia. Mi
garganta se estrechó, como si se me hinchara desde dentro.
Chico bestia me tocó la cara, recuperando mi atención
_Me dejaron participar en la misión para traerte de vuelta._
_Lo sé_ susurré. _Gracias._
Miré a Raven con cara de pocos amigos, pero ella se encogió de hombros.
_Cyborg me dejó mirar esta vez._ Continuo Chico bestia. _Fue genial, Starfire. No me dejaron ayudar, de todos modos. Robin no dejaba que nadie te tocara excepto él._
Robin me apretó la mano y se inclinó para susurrar a través de todo aquel pelo. Su voz era tan baja que yo era la única que podía oírle:
_Te tuve en mis manos, Starfire. Te dejare ir nunca mas._ Mis ojos se llenaron de lágrimas y tuve que sorber por la nariz.
_Eres feliz, ¿verdad?_ preguntó Chico bestia, preocupado. _¿No estás enfadada? ¿verdad?_
_No estoy enfadada, no exactamente_ susurré.
_Ya no eres un peligro_ repuso Raven con firmeza, tocándome el pelo, cogiendo un mechón rojizo y dejando que se deslizara entre sus dedos. _Esperamos a estar seguros, Star. Intentamos despertartr casi tanto como lo intentamos con Jason._
_¿Jason? ¿Qué le ha pasado a Jason?_ gorjeé.
Elevé la voz como si fuera un pájaro ansioso. Intenté incorporarme y Robin me obligó a sentarme sujetándome con el brazo. No le costó nada, mi cuerpo no tenía fuerza.
Eso me causó un dolor agudo, tanto que el delicado corazón de mi pecho se estremeció. Nunca lo habían roto y no entendía este recuerdo.Me dolió darme cuenta de que aún amaba a Jason.
Ahora podía ver las caras de todos.
Bruce sin lágrimas en los ojos. Cyborg a su lado, con expresión satisfecha y curiosa al mismo tiempo. Más cerca Chico bestia y su amplia y emocionada sonrisa; Raven a su
lado y Tim Drake detrás de ella.
Miré a Raven. Vi el gesto triste y supe que ella lo había entendido.
Pasé los ojos por todas las caras que me rodeaban mientras Bruce, después de una pausa, respondía a mi pregunta.
Abeja y Aqualad, Mas, Menos. Kaldur, Incluso Conner y Meghan ...
_Jason no respondió. Hicimos todo lo posible, mas no reaccionó._
«¿Jason ha muerto?», me pregunté, con mi inexperimentado corazón galopando. ¡Vaya un rudo despertar que me estaba dando esta nueva vida!
Zatanna y Artemisa. Artemisa sonriendo dolorosamente, una sonrisa que no era menos sincera a
pesar del dolor...
_odíamos hidratarla, pero no sabíamos cómo alimentarlo. Cyborg y yo temíamos que se atrofiara..., sus músculos, su cerebro..._
Mientras mi nuevo corazón dolía más de lo que nunca había dolido, continué mirando hasta que, de repente, me quedé helada.
Barbara, colgada del costado de Tim Drake, me devolvía la mirada. Sonrió tímidamente y, de pronto, la reconocí.
_¡Barbara!_
_Quería quedarme_ explicó, con algo de petulancia. _Como tú_ Sonrió mirando a Robin, que se mostraba más estoico de lo que me había acostumbrado a ver, y su voz se
entristeció. _Pero regresare al hospital, terminare mi rehabilitacion_
_Jason hizo que te implantaramis su corazon cuando parecía que íbamos a perderte_ continuó Bruce, con serenidad.
Miré a Barbara y a Tim Drake durante un momento, sorprendida, y continué hasta terminar el círculo.
Robin me miraba con una extraña combinación de alegría y nerviosismo en los ojos. Su cara parecía más alta de lo que solía estar, más grande de lo que solía ser, pero sus ojos eran tan azules como recordaba. El ancla que me había atado a este planeta.
_¿Estás bien?_ me preguntó.
_No..., no lo sé_ admití. _Me noto muy... rara. Más de lo que había pensado que me sentiría. No..., no lo sé._
Mi corazón volvió a agitarse al mirar esos ojos. Tenía la boca seca y se me revolvió el estómago. Sentía el lugar
donde su brazo tocaba mi espalda más vivo que el resto de mi cuerpo.
_No te importa mucho quedarte aquí, ¿verdad, Starfire? ¿Crees que podrás soportalo?_ murmuró.
Chico bestia me estrechó la mano. Raven puso la suya encima y sonrió cuando Cyborg añadió la suya al montón. Abejaa me dio unas palmaditas en el pie. Aqualad, Mas,
Menos, Tim Drake Kaldur, Conner, Meghan y Artemisa me observaban con grandes sonrisas. Zatanna se había acercado, sonriendo también, y la sonrisa de Barbara era de complicidad.
¿Cuánto Sin-dolor me había dado Bruce? Todo brillaba de nuevo.
Robin me apartó la nube de pelo rojiza de la cara y dejó la mano en mi mejilla. Era tan calida que abarcaba desde la mandíbula hasta la frente y su contacto envió una descarga de electricidad a todo lo largo y ancho de mi piel plateada. Se estremeció al
sentir esa descarga, y mi estómago se estremeció con ella.
Sentía que mis mejillas se habían sonrojado. Nunca me habían roto el corazón, nunca lo habían hecho volar. Me avergoncé. Me costó hablar.
_Supongo que podré soportarlo_ susurré. _si eso te hace feliz_
_Eso no es suficiente, la verdad_ dijo Robin. _También tiene que hacerte feliz a ti._
Sólo podía sostener su mirada durante unos segundos cuando lo intentaba. La timidez, tan nueva para mí, me confundía, hacía que bajara los ojos hacia mi regazo sin
poder evitarlo.
_Creo... que podría_ admití. _Creo que podría hacerme muy, muy feliz._
Feliz y triste, alegre y miserable, segura y temerosa, amada y abandonada, paciente y enfadada, pacífica y salvaje, llena y vacía..., todo a la vez. Lo sentia todo. Todo sería mío.
Robin me alzó la cara hasta que le miré a los ojos, mientras me ruborizaba aún más.
Mee besó allí delante de todo el mundo, pero enseguida me olvidé del público. Fue fácil y directo, sin confusión, sin objeción, sin división, sólo Robin y yo, y la roca derretida avanzando por este cuerpo nuevo, sellando otra vez el trato.
_Ademas, ya no se trata solo de ti_ añade de manera molesta.
Mi labio tiembla. Está pensando en nuestro bebe.
Él suspira, no sé si es de rabia, exasperación o dolor.
_¿Cómo lo descifraste?_ pregunto rápidamente para distraerlo de su
línea de pensamiento.
_Acababa de despertar y no te encontre. Jason llego a la habitacion y los dos supimos lo que ocurria. El habia encontrado la prueba que dejaste en el cajon_
_¿Jason encontro mi prueba?_
_Estaba preocupado por ti. Por eso lo hizo_ dice suavemente. _Entonces te quedas._
_Me quedaré_ afirmé.
Y comenzó mi nueva vida.
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